¡®Cachita¡¯, el documental que indaga en la historia de la esclavitud negra en Espa?a

?lvaro Begines (Sevilla, 58 a?os) disfruta de la vista de la Gran V¨ªa desde la terraza del C¨ªrculo de Bellas Artes. Suele visitar Madrid con frecuencia, pero es la primera vez que puede gozar del skyline de la ciudad desde esta prospectiva. El pasado mi¨¦rcoles estuvo de paso por la capital para presentar Cachita, la esclavitud borrada, su ¨²ltimo film documental que indaga en la mancha de esclavitud negra en Espa?a y en c¨®mo se ha obviado en el relato oficial de la historia. ¡°La idea de hacer esta pel¨ªcula sale principalmente, como en casi todos los casos, por la curiosidad¡±, recuerda el director. ¡°Estaba leyendo una novela y, de repente, descubr¨ª que hubo esclavos negros en Andaluc¨ªa. Nunca en el instituto, ni en la facultad, escuch¨¦ hablar del tema. Pens¨¦ que merec¨ªa la pena investigar¡±.

Con Cachita Begines vuelve al documental, su g¨¦nero estrella. Despu¨¦s de una larga gira por festivales ¡ª inaugur¨® la 26? edici¨®n del Festival Internacional de J¨®venes Realizadores de Granada-Premios Lorca ¡ª se estrenar¨¢ a partir del 1 de octubre cuando est¨¦ disponible en las plataformas. ¡°Si hubiese tenido dinero hubiera hecho una peli¡±, bromea para justificar la elecci¨®n de un g¨¦nero que se resiste al ¨¦xito en las grandes salas. La cinta combina entrevistas a personalidades y expertos de la esclavitud en Espa?a ¡ª entre ellos, el historiador, escritor y actor Carlos Bardem y Santiago Auser¨®n, compositor e investigador de la m¨²sica negra ¡ª con fragmentos de ficci¨®n.

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El t¨ªtulo evoca a la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba, que seg¨²n la leyenda lleg¨® a la isla por mar, intacta despu¨¦s de un naufragio. De la misma forma lleg¨® a las costas de C¨¢diz C¨¢ndida La Negra, que naci¨® esclava en 1845 en la colonia portuguesa de Luanda y muri¨® libre 110 a?os despu¨¦s en Andaluc¨ªa. Interpretada por Kenia Maestre, es uno de los tres personajes reales que rompen la cuarta pared para contar sus historias mirando a los ojos al espectador. La acompa?an Pedro Blanco, el negrero m¨¢s importante de todos los tiempos, interpretado por el actor Salva Reina, y Juan Latino (Emilio Buale), un esclavo liberado que durante el Renacimiento lleg¨® a convertirse en profesor en la Universidad de Granada.

Rodada sobre todo en Andaluc¨ªa, Cachita deja su huella tambi¨¦n en Madrid. En una secuencia de fotogramas de lugares relacionados con la esclavitud, se puede reconocer la puerta lateral de la parroquia de San Gin¨¦s, en la calle de Bordadores, a 400 metros de la Puerta del Sol. En la jamba de este edificio del siglo XVII est¨¢n esculpidas una ese y un clavo, la marca que los negreros pon¨ªan a los esclavos para que no pudieran escapar.

El documental sigue el rastro que la esclavitud ha dejado en la cultura y en la sociedad espa?ola. El director hace referencia a la extraordinaria cantidad de calles que en Granada, C¨¢diz o Sevilla se remontan a la presencia de los esclavos en Espa?a: callej¨®n de los Negros, Barrancos de los Negros o Placita de los Negros, entre otras. Son el testimonio del paso de los esclavos liberados en las zonas m¨¢s pobres de las ciudades que, para sobrevivir, se refugiaban en los suburbios. En estos mismos sitios los esclavos se juntaban con otros repudiados por la sociedad, como los gitanos. El compositor e investigador de m¨²sica negra Santiago Auser¨®n explica en la pel¨ªcula que de esta extra?a uni¨®n surgi¨® el mismo baile flamenco que, de hecho, tiene ra¨ªces negras. As¨ª mismo, el afronegrismo est¨¢ presente en el idioma castellano, como las palabras fandango, tango, banana, chimpanc¨¦.

Que hayan existido esclavos en Espa?a es un hecho que nadie puede negar. Adem¨¢s de las biograf¨ªas de los protagonistas de Cachita (entre otras, Mongo Blanco, de Carlos Bardem, sobre la vida de Pedro Blanco y Juan Latino: talento y destino, de Aurelia Mart¨ªn) en la misma literatura del siglo de oro se hace referencia a esta p¨¢gina oscura de la historia espa?ola. En el pr¨®logo El Quijote, Cervantes habla de Juan Latino como pleno conocedor de las letras. Sin embargo, no ha sido f¨¢cil durante la producci¨®n de la pel¨ªcula localizar la documentaci¨®n de compra y venta de esclavos en la Pen¨ªnsula. ¡°Hay mucha parte de la historia que no quieren que se conozca¡±, explica Begines. ¡°Buena parte de las grandes familias de Catalu?a, de Andaluc¨ªa y de Valencia y de muchos otros sitios se enriquecieron con la esclavitud, un hecho que despu¨¦s intentaban borrar¡±.

De aqu¨ª la decisi¨®n de Begines de escribir y dirigir un documental: ¡°Con la ficci¨®n est¨¢s recreando la realidad, mientras que un documental te la ense?a as¨ª como es¡±. Cachita quiere mostrar la historia de la esclavitud en Espa?a, en todos sus matices, desde las clases sociales m¨¢s bajas hasta la m¨¢s rica, pasando por la Iglesia. ¡°Yo he intentado plasmarlo, creo que de la manera m¨¢s ecu¨¢nime. A m¨ª me gusta siempre estar medio y que el espectador saque sus conclusiones¡±, sentencia Begines.

¡°Una de las reflexiones que tenemos que hacer no es tanto por qu¨¦ hubo esclavitud, que quiz¨¢ nadie la pudo evitar, sino porque no se quit¨® antes¡±, reflexiona el director, que est¨¢ convencido que hasta hoy a la sociedad le cuesta reconocer que exista el racismo en Espa?a. ¡°Creo que en la cercan¨ªa hay dos escalones de racismo¡±, explica, ¡°porque no se reserva el mismo trato a un extranjero que llega a nuestros barrios con dinero y a uno que llega a nuestras costas en pateras. Es como si existiera una parte de un poco m¨¢s bajo nivel, y cuando no est¨¢s poniendo una persona a tu nivel, significa que eres racista¡±.

Cachita. La esclavitud borrada estar¨¢ disponible a partir del 1 de octubre en las plataformas Movistar +, FlixOl¨¦, Filmin y No Ficci¨®n. La elecci¨®n de no distribuir la pel¨ªcula en los cines ha sido en parte dictada por la pandemia, pero tambi¨¦n por el ¨¦xito que los documentales est¨¢n recibiendo en las plataformas. ¡°Han hecho posible que la gente vea documentales¡±, admite Begines. ¡°Ahora mismo las plataformas son una opci¨®n y tenemos que adaptarnos¡±, a?ade, convencido de que, a pesar de su popularidad, jam¨¢s conseguir¨¢n matar a los cines.

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