Reuniones en un garaje, la ONU y una urbanizaci¨®n empapelada: manual vecinal para doblegar al casero Blackstone
Tras dos a?os de lucha y gracias a la intervenci¨®n del Sindicato de Inquilinas, un grupo de ciudadanos de Torrej¨®n de Ardoz logra eliminar las cl¨¢usulas abusivas de sus contratos y conservar sus casas
Durante el tiempo en que Espa?a vivi¨® confinada en casa por la pandemia hab¨ªa un grupo de irreductibles en Torrej¨®n de Ardoz (Madrid) en plena lucha para que no les sacaran de la suya. Natalia, Ainhoa, Aitor, Jos¨¦, Beatriz, Eva, Antonia y as¨ª hasta 83 familias, que lo primero en lo que pensaban al despertarse era cu¨¢nto iban a tardar en echarles cuando se levantara el confinamiento. Su casero, el fondo internacional Blackstone, les hab¨ªa dado un ultim¨¢tum, si no aceptaban nuevas condiciones de contrato. O las asum¨ªan, o ten¨ªan que marcharse. No lo aceptaron, lucharon y han ganado. Una batalla en la que ha habido bajas por el camino y que se ha librado en un garaje, ha incluido la visita de un representante de la ONU de Nueva York y ha empapelado una urbanizaci¨®n de arriba a abajo.
En la esquina del aparcamiento en el que tantas veces se han reunido, una representaci¨®n de estos vecinos vuelve a juntarse. Ellos mismos reconocen que antes de todo este embrollo apenas se conoc¨ªan m¨¢s all¨¢ del intercambio de saludos en el ascensor, algunos ni eso. Ahora quedan para montar en bici o para tomar una cerveza por el barrio. Estas familias han logrado que Fidere, la filial espa?ola de Blackstone, se siente a negociar y acabe firmando nuevos contratos sin cl¨¢usulas abusivas. ¡°Esto no solo ha sido por nosotros, ha sido por nuestros hijos, sobrinos...¡±, defiende Jos¨¦ Morena, de 48 a?os y t¨¦cnico de mantenimiento aeroespacial. En este proceso, pudieron conocer al relator especial de la ONU Philip Alston, que en febrero de 2020 visit¨® Espa?a para evaluar los problemas de desigualdad del pa¨ªs. Alston acudi¨® a la urbanizaci¨®n de Torrej¨®n y, en la pista que hay junto al parque infantil, los vecinos pudieron contarle lo que ocurr¨ªa.
Fidere hab¨ªa comprado su finca, que era de protecci¨®n p¨²blica, a la Comunidad de Madrid en 2014. ¡°Cuando nos lleg¨® su carta, no le dimos mayor importancia, cambiabas de casero y ya est¨¢¡±, apunta Aitor M., de 42 a?os, otro de los afectados. El problema lleg¨® cuando se acab¨® el periodo de protecci¨®n p¨²blica de las viviendas y ese nuevo casero impuso nuevas normas: aumentos del alquiler de hasta el 80%, la p¨¦rdida del derecho a compra o el pago de gastos como el IBI o la comunidad que corresponden al casero.
Todo esto se lo contaron a Alston en la ¨¦poca en la que por la noche empapelaban y cubr¨ªan con s¨¢banas las fachadas de la finca con mensajes de protesta. Todav¨ªa hoy se ven ligeros restos de la cola que emplearon para pegar algunos de ellos. ¡°La pregunta que no par¨¢bamos de repetirnos era: ¡®?Por qu¨¦ me est¨¢ pasando a m¨ª esto?¡±, a?ade Jos¨¦. Y entr¨® en escena el Sindicato de Inquilinas, agrupaci¨®n ciudadana que reivindica el derecho a la vivienda digna e interviene en casos como los de los vecinos de Torrej¨®n.
¡°Lo que vimos cuando empezamos a hablar con ellos es la misma estrategia que en otros casos, esperan a que acabe el periodo de protecci¨®n p¨²blica y entonces suben el alquiler y, si no puedes asumirlo, te echan. Cuando nosotros llegamos ya hab¨ªa gente que se hab¨ªa marchado, de hecho¡±, resume Fernando Bardera, portavoz del Sindicato de Inquilinas.
Si ellos eran la aldea gala, el Imperio Romano lo representaba Fidere. O lo que es lo mismo, uno de los fondos buitre que desde 2013 comenz¨® a adquirir vivienda p¨²blica de la que las Administraciones P¨²blicas en Espa?a se deshac¨ªa para ganar liquidez. Y eso, a pesar de los compromisos pol¨ªticos de no hacerlo. ¡°La Comunidad no va a vender ni transmitir viviendas p¨²blicas a fondos de inversi¨®n o entidades con ¨¢nimo de lucro¡±, asegur¨® la entonces presidenta Cristina Cifuentes en 2015. Cuando pronunci¨® estas palabras apenas quedaban en manos p¨²blicas un millar de viviendas de las m¨¢s de 30.000 que se hab¨ªan construido desde 2005 en la regi¨®n.
La cascada de procesos judiciales en los que se han visto envueltos los fondos de inversi¨®n en estos ocho a?os no ha dejado de aumentar. Inquilinos que, como los de Torrej¨®n, se han organizado frente a este Goliat. En abril, la lucha incansable de un abogado de oficio que representaba a un alba?il hizo que casi 3.000 viviendas vendidas a Goldman Sachs volvieran a ser p¨²blicas. Estos d¨ªas se celebra en la Audiencia Provincial un juicio en el que est¨¢n acusados de irregularidades en la venta de varias promociones su apoderado Alfonso Benavides, y el exconsejero delegado de la EMVS, Ferm¨ªn Osl¨¦.
En este caso, pareci¨® que el fondo quer¨ªa evitar llegar a juicio. En octubre de 2019 Juan Pablo Vera el presidente de Fidere, acept¨® reunirse con los vecinos para tratar de acercar posturas. Poco antes, el pleno de Torrej¨®n de Ardoz aprob¨® una moci¨®n en la que reprochaba a los fondos de inversi¨®n por las subidas a las que quer¨ªan someter a sus inquilinos. El texto tambi¨¦n alud¨ªa a la Comunidad por haber vendido las viviendas a empresas privadas. Los inquilinos salieron decepcionados de una reuni¨®n en la que esperaban mucho y no sucedi¨® nada. Dos semanas despu¨¦s comenzaron a llegar las primeras notificaciones de desahucio, algunas de ellas fechadas el d¨ªa en el que Vera se encontraba con los vecinos. ¡°Mucha gente se cay¨® del barco cuando empezaron a llegar esas demandas de desahucio¡±, se?ala Ainhoa de Mazo, vecina de 40 a?os. ¡°El miedo es libre y ellos juegan con eso¡±, recalca Jos¨¦.
11 a?os antes de esa moci¨®n, en 2008, la Comunidad de Madrid viv¨ªa un furor inmobiliario por la construcci¨®n de viviendas protegidas. El Gobierno de Esperanza Aguirre (PP) lanz¨® un ¡°plan joven de alquiler pionero en toda Espa?a¡± que aspiraba a levantar 82.000 casas para arrendar con opci¨®n a compra. Esta promoci¨®n de Torrej¨®n pertenec¨ªa a esa iniciativa estrella. Los sorteos de las viviendas siempre con focos y flashes. En 2010 Aguirre presidi¨® un acto en el Palacio de Congresos de Madrid en el que se llev¨® a cabo ¡°la mayor entrega de viviendas protegidas de la historia de la regi¨®n con 1.235 pisos¡±, recalcaba el Gobierno regional. Hubo varias ceremonias multitudinarias como esa. Se repiti¨® en 2011, con los m¨¢ximos responsables pol¨ªticos posando junto a los entonces dichosos vecinos.
Los abogados del Sindicato de Inquilinas estudiaron a fondo el caso y dieron con una v¨ªa poco explorada, que pod¨ªa funcionar: presentar una demanda colectiva por esas cl¨¢usulas abusivas. A los vecinos de Torrej¨®n se sumaron entonces algunos m¨¢s de Vallecas y Carabanchel. ¡°Cuando nuestra demanda par¨® los desahucios, porque hab¨ªa dos procedimientos enfrentados abiertos, cambi¨® la estrategia de Fidere¡±, explica Fernando Bardera. Empez¨® la negociaci¨®n. ¡°Ellos no se sentaron, contrataron una empresa para que hiciera ese trabajo. Las conversaciones han durado meses, ha sido intenso¡±, especifica el portavoz. Fidere encarg¨® esta mediaci¨®n a una firma especializada en resolver conflictos de empresas.
Debido a la pandemia, estas reuniones se han celebrado por videollamada y en ellas participaba una representaci¨®n de los vecinos y dos abogados del Sindicato de Inquilinas. ¡±Al final del proceso, hablaba m¨¢s con la mediadora que con ¨¦l¡±, cuenta Ainhoa se?alando a su pareja, Aitor. Ahora lo comentan con una sonrisa, pero sus caras tambi¨¦n reflejan la angustia que han vivido. ¡°Para nosotros esta casa representaba la ¨²nica opci¨®n de poder acceder a comprar una vivienda cuando nos la adjudicaron¡±, recuerda. Ella es profesora y ¨¦l trabaja en el sector farmac¨¦utico. No se imaginaban lo que tendr¨ªan que pelearse por ella. ¡°Yo llegu¨¦ a un trabajo nuevo y nada m¨¢s empezar tuve que pedir un d¨ªa para ir al juzgado y dices: ¡°Voy a dar la imagen de que soy un moroso, que no pago, que a qui¨¦n hemos contratado...¡±, se lamenta ¨¦l.
Al final, estos irreductibles han logrado firmar nuevos contratos con subidas sobre la base del IPC. Bajo la ley actual, estar¨¢n vigentes, al menos, siete a?os.
Este verano, todos los que en alg¨²n momento participaron en esta lucha se reunieron en la piscina para celebrar el banquete de la victoria. Pizza y cervezas. Todos rieron, hubo emoci¨®n y tambi¨¦n exaltaci¨®n. Eva, la pareja de Jos¨¦, le pidi¨® matrimonio en un momento de pasi¨®n. Como en los mejores cuentos, la historia acaba con los protagonistas viviendo felices y comiendo pizza cuatro quesos.
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