La revoluci¨®n ultra¨ªsta en Madrid
Los j¨®venes artistas encontraron durante los a?os veinte en las vanguardias europeas un medio para intentar cambiar el mundo con su particular revoluci¨®n
Madrid, en los a?os veinte, era una fiesta. Al menos, en el plano cultural. Los j¨®venes artistas encontraron en las vanguardias europeas un medio para intentar cambiar el mundo con su particular revoluci¨®n. Una nueva concepci¨®n del arte, provocativa y rompedora, lleg¨® de la mano del futurismo, importado desde Italia; del cubismo, iniciado por Picasso en Par¨ªs con Las se?oritas de Avignon; del dada¨ªsmo, cuyos integrantes expon¨ªan un urinario como si fuera el?David?de Miguel ?ngel. Y sobre todo del ultra¨ªsmo: la primera vanguardia original espa?ola.
¡°Los motores suenan mejor que endecas¨ªlabos¡±, escribir¨ªa el madrile?o Guillermo de Torre, uno de los adalides del movimiento. Los ultra¨ªstas reflejaron en sus poemas la adoraci¨®n que sent¨ªan por la modernidad, el progreso, la maquinaria. Abolieron la rima y los signos de puntuaci¨®n y rechazaron toda muestra de sentimentalidad. La sentimentalidad era, para ellos, la ¨²ltima huella de un mundo en decadencia. Lo denunciaron mediante im¨¢genes chocantes: ¡°Yo quiero por amante / la h¨¦lice turgente de un hidroavi¨®n¡± (G. de Torre).
Tuvieron sus propias revistas: Cervantes,?Grecia, Horizonte...?Y?Ultra, que celebra este a?o su primer centenario. Su n¨²mero inicial vio la luz el 27 de enero de 1921. Un 15 de diciembre, ayer hizo justamente 100 a?os, se publicaba el n¨²mero 20. Tres meses m¨¢s tarde, la revista cerr¨® por falta de financiaci¨®n tras haber alcanzado los 24 n¨²meros. Ahora, Ediciones Ulises ¨Cperteneciente a la editorial sevillana Renacimiento¨C acaba de reunirlos en una cuidada edici¨®n facs¨ªmil de?Ultra?con un estudio preliminar de Carlos Garc¨ªa (Buenos Aires, 1953), especialista en el campo de la vanguardia hist¨®rica de Espa?a e Hispanoam¨¦rica. La edici¨®n incluye las diferentes cubiertas a cargo de los ilustradores Norah Borges, Rafael Barradas y Wladislaw Jahl.
Ultra naci¨® con la pretensi¨®n de convertirse en la revista ¡°oficial¡± del movimiento, anunciada en el primer manifiesto, que fue publicado en la revista Cervantes?en enero de 1919: ¡°Nuestra literatura debe renovarse. [¡] Creemos suficiente lanzar este grito de renovaci¨®n y anunciar la publicaci¨®n de una revista, que llevar¨¢ este t¨ªtulo de?Ultra, y en la que s¨®lo lo nuevo hallar¨¢ acogida. J¨®venes, rompamos por una vez nuestro retraimiento y afirmemos nuestra voluntad de superar a los precursores¡±.?Los firmantes ¨Centre ellos, Guillermo de Torre, Pedro Garfias y Jos¨¦ Rivas Panedas¨C estaban vinculados a la tertulia ultra¨ªsta de Rafael Cansinos Assens, celebrada en el Caf¨¦ Colonial de Madrid, que se ubicaba en el n¨²mero 3 de la calle de Alcal¨¢ y fue destruido en un bombardeo durante la Guerra Civil. Actualmente, en el lugar de aquel edificio se halla el Pasaje de la Caja de Ahorros.
A la tertulia asist¨ªan tambi¨¦n otros poetas, como Luc¨ªa S¨¢nchez Saornil, Gerardo Diego y el chileno Vicente Huidobro, quien llegado el momento rechaz¨® la propuesta de unirse a la directiva de la revista?Ultra,?porque no le acababa de convencer el movimiento. Lo consideraba una degeneraci¨®n del creacionismo, la vanguardia que ¨¦l mismo hab¨ªa iniciado. Fue en 1918 cuando Huidobro residi¨® una temporada en Madrid, en un apartamento de la Plaza de Oriente. All¨ª celebraba veladas literarias en las que participaban los pintores cubistas Sonia y Robert Delaunay y una serie de escritores espa?oles; entre ellos, el propio Cansinos Assens, que reconoci¨® la deuda del ultra¨ªsmo para con el creacionismo de Huidobro. Realmente, ambos movimientos resultaron muy similares ¨Crechazo de la subjetividad y el sentimentalismo, abolici¨®n de la rima y los signos de puntuaci¨®n, culto a la modernidad...¨C, si bien el creacionismo posee una concepci¨®n m¨¢s trascendental de la obra de arte como ente aut¨®nomo del mundo y del poeta como dios creador. En palabras de Huidobro: ¡°No cantes a la rosa, hazla florecer en el poema¡±.
Ultra?no cont¨® con Huidobro entre sus filas, pero ya desde el primer n¨²mero hizo una declaraci¨®n de intenciones incluyendo un texto inaugural de Ram¨®n G¨®mez de la Serna, el polifac¨¦tico escritor a quien le debemos, en gran parte, la llegada de las vanguardias europeas a Madrid, y que de alg¨²n modo estaba enfrentado a Huidobro. El equipo directivo de?Ultra?siempre intent¨® mantenerse en el anonimato, pues pretend¨ªan que la revista fuera la expresi¨®n del grupo, del movimiento. Sin embargo, gracias a la correspondencia sabemos que, al menos en un primer momento, estaban implicados los hermanos Humberto y Jos¨¦ Rivas Panedas y Tom¨¢s Luque. Cansinos Assens, tan fundamental en los or¨ªgenes del movimiento, rompi¨® con la revista hacia mayo de 1921 debido a una serie de desavenencias.
Dos veladas ultra¨ªstas
Quien s¨ª colabor¨® de lleno en?Ultra?fue el escritor argentino Jorge Luis Borges, que hab¨ªa llegado con su hermana Norah a Madrid en 1919 y no tard¨® en fundirse con el efervescente ambiente literario de la capital. En 1921, escribe en una carta dirigida a un amigo: ¡°En Madrid triunfa el ultra¨ªsmo. Todos los peri¨®dicos hablan de ¨¦l. Con iron¨ªa u odio, pero hablan¡±. En efecto, los ultra¨ªstas se hac¨ªan notar. Celebraron dos veladas importantes en la ciudad en las que se leyeron poemas y se escandaliz¨® a una parte del p¨²blico.?La primera tuvo lugar el 28 de enero de 1921 en la Parisiana, un m¨ªtico lugar de Madrid junto al Faro de la Moncloa que qued¨® reducido a escombros durante la Guerra Civil. Se trataba de un edificio de estilo modernista que albergaba un restaurante de lujo y una sala de fiestas, rodeado de magn¨ªficos jardines frecuentados por la aristocracia madrile?a. La segunda velada ultra¨ªsta fue en el Ateneo de Madrid.
Ultra tuvo su redacci¨®n en Montele¨®n, 7. Despu¨¦s se traslad¨® a Goya, 86. Termin¨® en 1922 como un sue?o intenso, pero ef¨ªmero. El facs¨ªmil de Ediciones Ulises permite a los lectores viajar en el tiempo a trav¨¦s de textos geniales y desconcertantes de G¨®mez de la Serna, Rafael Lasso de la Vega, Gerardo Diego, Borges, Pedro Garfias, S¨¢nchez Saornil¡ Escribieron: ¡°Todo lo que est¨¢ fuera del ultra¨ªsmo no existe. Los poetas, los literatos y los pintores, gatean a tientas deslumbrados por la luz que se desprende de nuestros ventanales¡±. Al final, el ultra¨ªsmo acab¨® consumi¨¦ndose, ardiendo en su propia luz. Pero conservamos la estela de su recuerdo.
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