La Venencia, una taberna de Madrid donde se viaja en el tiempo

No sirven ca?as ni refrescos, no dejan tomar fotograf¨ªas en su interior del que no han tocado nada desde hace d¨¦cadas y, como banda sonora, est¨¢ el rumor de las conversaciones de los clientes y el afilado de los cuchillos antes de cortar las chacinas. Apuntan con tiza las consumiciones en la barra de madera, hasta hace un a?o solo se pod¨ªa pagar en efectivo y nunca han admitido propinas. As¨ª es La Venencia (Echegaray, 7), una imprescindible taberna madrile?a fundada en 1928 donde al entrar uno retrocede en el tiempo.

La fecha de apertura la aportan los ¨²ltimos propietarios que la cogieron en los a?os ochenta, los hermanos Criado. Dos estudiantes universitarios que ten¨ªan este local como bar de cabecera hasta que un d¨ªa se enteraron del fallecimiento de Juan, due?o y descendiente directo de los fundadores, y decidieron quedarse con el negocio para que no desapareciera.

Desde entonces, en La Venencia cuentan con parroquianos fieles a diario a los que saludan por su nombre conservando ese aroma de taberna del Madrid m¨¢s castizo. Permanecen intactas sus paredes oscurecidas por el tiempo, el mobiliario de madera, la luz l¨²gubre, el techo desconchado, los carteles antiguos de las fiestas de la vendimia de Jerez desde la primera edici¨®n de 1948 y las viejas botellas colocadas en las estanter¨ªas detr¨¢s del mostrador.

Lo de que no les quitan el polvo aseguran que es una leyenda urbana. Gabriel Criado es uno de los socios de La Venencia, hijo de uno de los que cogieron las riendas de la taberna en los ochenta, y afirma que, durante el confinamiento, limpi¨® las botellas una a una. Barniz¨® las etiquetas para que no se estropearan y despu¨¦s las coloc¨® por orden alfab¨¦tico, seg¨²n el nombre de la bodega, para que los aficionados al Jerez como ¨¦l las pudieran localizar.

Con un local tan pintoresco, muchas veces les han pedido alquilarlo para rodajes y excepto en una ocasi¨®n siempre se han negado. Fue para la pel¨ªcula La carta esf¨¦rica de Imanol Uribe en 2006. Accedieron porque se lo rog¨® un cliente muy amigo y pusieron la condici¨®n de que no apareciera en ning¨²n lugar donde se hab¨ªa rodado. Lo hacen por mantenerse fieles a su filosof¨ªa, motivo por el que tambi¨¦n cuelgan carteles de prohibido tomar fotograf¨ªas: quieren que la experiencia en La Venencia solo quede registrada en la retina y el paladar de quien les visite.

Nada de ca?as. Para no llevarse decepciones, conviene saber que aqu¨ª solo se sirven vinos del Marco de Jerez: Fino, Amontillado, Oloroso o Palo Cortado de la bodega Emilio Hidalgo; Manzanilla fina de la bodega Delgado Zuleta y Manzanilla pasada La Gitana. Son vinos a granel que salen de los grifos de las botas que emergen detr¨¢s de la barra. Se piden por copa (a 2 euros y 2,50 euros), por media botella (a 8 y 9 euros) o por botella entera (a 14 euros y 16 euros). Y se pueden acompa?ar de tapas o raciones de mojama de Barbate, Huevas de Murcia, anchoas c¨¢ntabras y chacinas de Le¨®n como chorizo, salchich¨®n y cecina, a la que a?aden aceite por encima si se pide.

Vinos en alza

Desde hace unos a?os no es extra?o encontrar en las cartas de muchos restaurantes madrile?os un apartado espec¨ªfico para los vinos de Jerez. Por eso y por las restricciones de aforo de la pandemia, el a?o pasado en La Venencia abrieron al p¨²blico la parte de debajo que antes usaban como almac¨¦n o para alg¨²n evento privado de la familia. Ahora han puesto unas mesas, una barra y han intentado continuar con la est¨¦tica de la casa, aunque es otro ambiente m¨¢s actual.

Lo que s¨ª han logrado ha sido ganar espacio para albergar a m¨¢s clientela y han aprovechado para ofrecer una nueva carta de vinos creada por Gabriel. Este joven entusiasta de los vinos de Jerez que atiende la barra muchos d¨ªas se ha formado visitando bodegas jerezanas e investigando con en¨®logos. Se ha empe?ado en ofrecer en el piso de abajo vinos de mayor calidad, logrando con ello la mayor innovaci¨®n de los ¨²ltimos tiempos de la taberna. El resto sigue intacto.

Solo falta Lola, la gata que durante 23 a?os pase¨® entre las mesas del local y que falleci¨® hace cuatro. Mientras, en el mundo exterior, la calle Echegaray contin¨²a latiendo al ritmo de este siglo. En el local contigo, Chuka Ramen Bar sirve uno de los mejores ramen de Madrid. Unos n¨²meros m¨¢s adelante est¨¢ Salm¨®n Gur¨², la cocteler¨ªa en el puesto veinticuatro de la lista The World¡¯s 50 Best Bars y a escasos metros, la pr¨®xima semana abrir¨¢ su propio bar la cerveza artesana madrile?a Pen¨ªnsula. El mundo cambia, pero La Venencia permanece.

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