Una unidad especial del Mara?¨®n empieza a tratar a los primeros 15 pacientes adictos a las nuevas tecnolog¨ªas
El hospital madrile?o cuenta con el primer centro p¨²blico para la prevenci¨®n, tratamiento e investigaci¨®n de las dependencias ¡°sin sustancias¡±
No es lo mismo sacar el m¨®vil para deslizar de forma compulsiva entre una aplicaci¨®n y otra mientras se espera el metro que sufrir un ataque de ansiedad cuando se queda sin bater¨ªa o conexi¨®n a internet. Tampoco se puede comparar jugar hasta tarde a los videojuegos con pasar de comer y ducharse por la imposibilidad de dejar un partido sin terminar. En un caso, se trata de personas que han desarrollado un v¨ªnculo intenso a actividades que les dan placer y a las que no quieren renunciar. En el otro, hablamos de pura adicci¨®n: no es que no quieran dejarlo, es que no pueden.
¡°El problema es que a d¨ªa de hoy la gente llama ¡®adicci¨®n¡¯ a cualquier cosa, pero es mucho m¨¢s complejo. Si sacas el m¨®vil y te pones a mirar la pantalla mientras hablas con otra persona, no eres adicto, simplemente eres un maleducado¡±, sentencia Francisco Ferre Navarrete, director de la cl¨ªnica AdCom, el primer centro p¨²blico para la prevenci¨®n, tratamiento e investigaci¨®n en adicciones comportamentales en el instituto de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental del hospital Gregorio Mara?¨®n, que abri¨® sus puertas el pasado 26 de julio. Tras su primera semana de actividad, ya cuenta con 15 pacientes ¡ªel 75% de las personas que participaron en el primer cribado¡ª, que van a empezar un tratamiento contras adicciones al sexo y a las apuestas en l¨ªnea, y las compras compulsivas.
Entender la diferencia entre abuso y dependencia es fundamental para evitar minimizar un problema que afecta a entre un 3% y un 4% de los espa?oles. Por esta raz¨®n, el primer objetivo del equipo de Ferre ¨Dintegrado por una psiquiatra de adultos, uno de ni?os y adolescentes, un psic¨®logo cl¨ªnico, una enfermera especialista en salud mental y una trabajadora social¨D es aclarar si una conducta, que en algunos casos puede ser percibida como molesta o problem¨¢tica, representa un s¨ªntoma de una adicci¨®n. Desde la dependencia al juego en las casas de apuestas, hasta las compras compulsivas, pasando por la adicci¨®n al sexo y a las nuevas tecnolog¨ªas como las redes sociales. En definitiva, todas las adicciones que no incluyen el consumo de sustancias ¨Dcomo las drogas y el alcohol¨D y que, sin embargo, tienen exactamente las mismas consecuencias en la vida de quien las padece.
Adem¨¢s de ofrecer ayuda inmediata a los madrile?os que sufren una adicci¨®n, el centro AdCom aspira a convertirse en una referencia a nivel internacional en el campo de la investigaci¨®n. ¡°Una vez que empecemos a funcionar a pleno r¨¦gimen, hablamos de poder cribar unas 100 personas a la semana¡±, afirma Ferre. ¡°De aqu¨ª a un a?o vamos a tener datos de m¨¢s de 4.000 pacientes. Es una muestra excepcional para conseguir avanzar en un campo que sigue siendo dif¨ªcil de investigar¡±.
El primer paso es la detecci¨®n del problema. Los madrile?os que creen tener una adicci¨®n o un trastorno mental pueden pedir cita para acceder al cribado directamente desde la web o la aplicaci¨®n de la Tarjeta Sanitaria Virtual, sin pasar por el filtro del m¨¦dico de cabecera o el centro de salud. ¡°De esta forma no hay estigma, muchas veces da verg¨¹enza reconocer ante otra persona que se sufre una adicci¨®n. Desde un punto de vista psicol¨®gico, es muy importante que sea el mismo paciente quien decida dar un paso adelante. Reconocer que se necesita ayuda es fundamental para el tratamiento¡±, explica Mercedes Pe?a, la supervisora de enfermer¨ªa del centro.
Durante la primera semana de vida de AdCom, ya han pasado por la fase de cribado 20 potenciales pacientes. Se trata mayoritariamente de adultos: solamente uno de ellos era menor, una circunstancia que no sorprende a los especialistas. ¡°Los ni?os est¨¢n de vacaciones y viven mucho m¨¢s relajados. Seguramente despu¨¦s del verano vamos a tener muchos casos de adicciones a los videojuegos¡±, aclara Ricardo Miguel Hodann, el psic¨®logo cl¨ªnico.
Una vez citados, el proceso de cribado se realiza presencialmente en una sala del Instituto de Psiquiatr¨ªa del hospital. Los adultos rellenan los cuestionarios directamente desde su m¨®vil con la aplicaci¨®n del servicio madrile?o de salud, mientras a los ni?os se les proporciona una tablet. Las preguntas ¨Da las que se contesta con un ¡°s¨ª¡± o ¡°no¡±, o marcando unos valores que van de ¡°nunca¡± a ¡°muy a menudo¡±¨D identifican si el potencial paciente sufre no solamente alg¨²n tipo de adicci¨®n de comportamiento, sino tambi¨¦n a sustancias o trastornos de salud mental, como pueden ser ansiedad o depresi¨®n.
L¨ªneas rojas entre abuso y adicci¨®n
¡°Claramente, no todos los cribados van a acabar en un diagn¨®stico de adicci¨®n¡±, subraya Ferre, que insiste en que el porcentaje de poblaci¨®n que sufre una dependencia no suele superar el 4%, aunque sube hasta el 5% en el caso de las adicciones a los videojuegos entre los m¨¢s j¨®venes. ¡°Si el primer cribado ha resultado en un porcentaje tan elevado de adicciones, es probablemente porque la cl¨ªnica acaba de abrir y estos pacientes han visto en ella una esperanza¡±.
A nivel psicol¨®gico, hay cuatro se?ales que indican el paso a la adicci¨®n. Se empieza por una dedicaci¨®n excesiva a una conducta, hasta alcanzar la tolerancia ¨Des decir, es necesario aumentar cada vez m¨¢s el tiempo que se destina a la adicci¨®n para conseguir la estimulaci¨®n. Si por alguna raz¨®n al adicto se le priva de esa conducta, empieza a sufrir un gran malestar f¨ªsico y psicol¨®gico, que se conoce como abstinencia.
La ¨²ltima se?al son las consecuencias negativas que esta conducta tiene sobre la vida del paciente. ¡°Cargarse la familia, tener problemas en el trabajo o llegar a perderlo¡ no hace falta tener una dependencia al alcohol para llegar a tanto. Quien tiene un adicci¨®n a las compras puede acabar gastando el sueldo entero en objetos que acumula en casa sin estrenar, endeudarse hasta el cuello y caer en depresi¨®n¡±, explica la psiquiatra Marisol Roncero Rodr¨ªguez, que durante su carrera ha tratado muchos casos de compras compulsivas, una adicci¨®n que afecta sobre todo a las mujeres.
En caso de detectar un uso problem¨¢tico, ¡°la tarjeta amarilla de las adicciones¡±, las trabajadoras sociales del centro van a proporcionar informaci¨®n sobre grupos de apoyo para poder controlar el riesgo de dependencia. Si la tarjeta amarilla se convierte en roja, el paciente es citado en el centro para una evaluaci¨®n m¨¢s exhaustiva y empezar a tratar la adicci¨®n que padece. ¡°A partir de la primera evaluaci¨®n, se ofrece al paciente un plan terap¨¦utico que va desde las 12 hasta las 24 semanas, con tratamiento psiqui¨¢trico y psicoterapia individual o grupal¡±, explica Hodann.
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