Entre bambalinas y terapeutas: el estreno de una compa?¨ªa formada por actores con trastornos mentales graves
En Arriba el tel¨®n, que naci¨® hace 14 a?os, todos los actores son pacientes psiqui¨¢tricos de un hospital de d¨ªa en Madrid
Son nueve, en semic¨ªrculo, sobre la tarima del escenario y con carpetas negras bajo el brazo. Ya vestidos y maquillados, listos para la funci¨®n. ¡°?Lo hacemos una vez m¨¢s? Venga, a la vez: mi, mi, mi, mi, mi, mi...¡±, ordena uno de los entrenadores vocales. Un ¨²ltimo calentamiento antes de que llegue el p¨²blico, aunque ensayos llevan ya unos cuantos: desde febrero, dos o tres veces por semana, en el hospital de d¨ªa Lajman, un centro privado en el distrito de Tetu¨¢n de la capital para pacientes con trastornos mentales graves. Por fin ha llegado la semana del estreno. La compa?¨ªa de teatro Arriba el tel¨®n, la ¨²nica en Europa formada ¨ªntegramente por personas con alg¨²n diagn¨®stico de salud mental, presentaba este lunes su nueva obra, ?rase una vez la revoluci¨®n, en el centro cultural Casa de Vacas, en el parque del Retiro.
En el hospital, abierto en 1996, llevan m¨¢s de 20 a?os organizando talleres de teatro con sus pacientes, y desde hace seis tambi¨¦n cuentan con la ayuda de la asociaci¨®n de integraci¨®n social La Barandilla. ¡°Al principio era algo terap¨¦utico, parte de la rehabilitaci¨®n y para desarrollar capacidades cognitivas y sociales. Se sal¨ªa un poco de las actividades t¨ªpicas m¨¢s serias¡±, explica Mari Cruz ??igo, una de las terapeutas ocupacionales del centro de d¨ªa. Ella es una de las personas que ensaya con el elenco de Arriba el tel¨®n todas las semanas, y cuenta que desde el a?o pasado el grupo de actores y actrices se ha ¡°profesionalizado un poco m¨¢s¡±. Uno de los motivos es Javi Mart¨ªn, actor y presentador del famoso programa Caiga quien caiga junto al Gran Wyoming, que en 2021 se sum¨® al equipo como director y que hace unos a?os fue diagnosticado con un trastorno bipolar.
¡°El teatro me ha ayudado enormemente. En los peores momentos, lo ¨²nico que me libraba de mis pensamientos era estar encima de un escenario. Dejaba de ser Javi, me vest¨ªa de otra manera, hablaba de otra manera¡±, cuenta Mart¨ªn. Ahora transmite su experiencia a los nueve actores del grupo de teatro amateur. El a?o pasado dirigi¨®, junto con las terapeutas, la obra Lalolilolialo, la primera que se present¨® al p¨²blico general y que cosech¨® bastante ¨¦xito: la interpretaron en varios centros culturales y de d¨ªa de Madrid y Zaragoza. La idea es que ?rase una vez la revoluci¨®n siga el mismo camino, una suerte de mini gira por distintos escenarios. Si todo va bien, dice la terapeuta ??igo, el mes que viene llevar¨¢n el espect¨¢culo a Guadalajara.
El ensayo general ha empezado hora y media antes del estreno, y cuando quedan solo cinco minutos para que se levante el tel¨®n, el patio de butacas est¨¢ hasta los topes. Todav¨ªa se escuchan los ¨²ltimos murmullos entre bambalinas y las terapeutas reparten botellines de agua a los actores. Mart¨ªn se sienta en una esquina del escenario, con el guion sobre las rodillas y la luz del m¨®vil encendida para seguir las frases. Silencio, empieza la funci¨®n. Durante algo m¨¢s de 30 minutos ¨Dlas obras son cortas para facilitar el trabajo al elenco¨D, una sucesi¨®n de personajes, a cada cual m¨¢s gamberro, representan la historia del Luis XIV, un monarca que solo piensa en la diversi¨®n y que ser¨¢ derrocado por la burgues¨ªa francesa. Todo ello en clave de humor y plagado de anacronismos: en esta revoluci¨®n existen los tel¨¦fonos m¨®viles, suena Eye of the tiger, y los nobles bailan al estilo de Paquito el chocolatero. La pieza es una adaptaci¨®n de la obra de teatro infantil escrita por Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros en 1999 y tambi¨¦n titulada ?rase una vez la revoluci¨®n.
Antes de empezar, Fe S¨¢nchez est¨¢ nerviosa: ¡°Me cuesta un poco todo, soy t¨ªmida¡±. Pero esa verg¨¹enza desaparece en cuanto sube al escenario, con su chaqueta plateada y una corona de rosas, y se mete en el papel de madre burguesa preocupada por que su hijo se vaya a ¡°hacer la revoluci¨®n¡±. Tiene 51 a?os, vive con su padre, su hermano y su abuela, y lleva desde 2014 en el hospital de d¨ªa. El mismo tiempo que en el grupo de teatro. Con 18 a?os, despu¨¦s de una etapa que ella define como ¡°de muchos problemas y tristeza¡±, sus padres le aconsejaron que fuera a ver a un psiquiatra. ¡°No estaba muy segura de querer ir, pero acced¨ª. Fui unos a?os. Luego lo dej¨¦, reca¨ª y volv¨ª de nuevo. Ya con m¨¢s de 30¡±, recuerda.
El primer diagn¨®stico fue de neurosis esquizofr¨¦nica, y despu¨¦s un trastorno esquizoide de la personalidad. Mari Cruz ??igo, terapeuta en el centro, explica que el nombre del trastorno es una cosa, pero que los s¨ªntomas asociados pueden ser muy amplios y cambiar de un paciente a otro. En el caso de S¨¢nchez, destacaban el aislamiento social e interpersonal, la inseguridad, la falta de decisi¨®n y los rasgos depresivos, cuenta ??igo. La actriz lo describe as¨ª: ¡°Estuve muchos a?os sin salir, con mucha tristeza y angustia. Se me olvidaban cosas, hasta lo m¨¢s ordinario¡±. El teatro le ha ayudado. ¡°Cuando estoy ensayando es como si los problemas se fueran un poco de lado, como si no me acordara de ellos. Y luego la recompensa de ver que a la gente le ha gustado. Al terminar siempre me siento feliz¡±, dice.
Para ?ngel Antonio, el aplauso y la ovaci¨®n finales tambi¨¦n son lo m¨¢s gratificante. ?l lleva m¨¢s tiempo en el centro de d¨ªa, desde 2007, y ahora tiene 55 a?os. Empez¨® con el grupo de teatro al poco de llegar al hospital y a ¨¦l tambi¨¦n le diagnosticaron trastorno esquizoide de la personalidad. La primera vez fue cuando ten¨ªa unos 35 a?os y preparaba su proyecto final de carrera: ¡°Estaba obsesionado con terminar y me pasaba en casa estudiando 14 horas diarias. Me aislaba y no ten¨ªa relaciones sociales¡±. Actuar es una actividad terap¨¦utica que le ha ense?ado a relacionarse y expresar emociones. ¡°Hay que entrenar mucho, pero cuando ves el aplauso y que tus amigos y familia han venido a verte la sensaci¨®n inigualable. Muy grande¡±, relata. En la obra su papel es doble, la primera mitad es el conde Laperdi, un amigo noble del rey, y en la segunda es Napole¨®n. ¡°Un Napole¨®n pasota¡±, matiza, porque lleva el bicornio t¨ªpico, pero hecho de papel, y habla como lo har¨ªa un chaval en los ochenta.
¡°No os vay¨¢is, que esto no ha acabado¡±, advierte uno de los miembros del equipo en cuanto se cierra el tel¨®n. Falta la sorpresa final: van a cantar dos piezas de zarzuela, acompa?ados del coro Intermezzo, coro titular del Teatro Real de Madrid y la ?pera de Oviedo, y la soprano ciega Carmen Massanet. El tel¨®n se vuelve a abrir. Todos est¨¢n de nuevo en semic¨ªrculo, sobre la tarima y con las carpetas negras, ahora abiertas. Los chicos llevan gorra de chulapo y las chicas mant¨®n de manila.
Por ser la Virgen
de la Paloma,
un mant¨®n de la China-na-na,
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