La asignatura pendiente del agua del grifo en los restaurantes espa?oles: se da si se pide, pero no siempre se ofrece
La ley de reducci¨®n de pl¨¢sticos que entr¨® en vigor en abril se cumple parcialmente. Los locales sirven vasos de agua a los clientes que los reclaman, aunque no se les suele plantear como primera opci¨®n. En las cadenas de comida r¨¢pida la jarra ni siquiera existe
Cumplir estrictamente una ley aparentemente tan sencilla como la conocida ley del vaso de agua, que obliga a los establecimientos de hosteler¨ªa a ofrecer agua del grifo gratis como alternativa a las botellas de pl¨¢stico, est¨¢ siendo m¨¢s complicado de lo que parece. La medida que entr¨® en vigor en abril y est¨¢ destinada a reducir el consumo de envases de un solo uso se cumple parcialmente en los establecimientos de Madrid y Barcelona que ha visitado este peri¨®dico. La clave est¨¢ en la palabra ¡°ofrecer¡±, una acci¨®n que, seg¨²n la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) y los clientes consultados, rara vez sucede. En la Ciudad Condal, los hosteleros alegan que suelen recomendar no beber el agua del grifo porque su sabor no es muy bueno. En Andaluc¨ªa, en cambio, la medida lleva en vigor cuatro a?os gracias a una norma auton¨®mica y en los negocios visitados en la provincia de C¨¢diz la costumbre est¨¢ m¨¢s asentada.
En un recorrido por una decena de locales y terrazas por el centro de Madrid realizado por EL PA?S se pudo comprobar que aunque a nadie se le niega el vaso de agua, la primera opci¨®n es traer una botella cuyo precio var¨ªa de 1 a 3 euros en los lugares m¨¢s tur¨ªsticos. En algunos locales el paroxismo va m¨¢s all¨¢ debido a que, cuando el consumidor exige el agua, esta se entrega en un vaso de pl¨¢stico que segundos despu¨¦s termina en la basura. De esta forma se cumple con la ley, pero se traiciona el esp¨ªritu de la misma, destinada a reducir el uso de pl¨¢sticos. Esto es habitual en cadenas de comida r¨¢pida, donde el cristal es inexistente y la jarra de agua al centro, una pr¨¢ctica que har¨ªa enloquecer a cualquier gerente.
Gemma ha hecho una pausa en su visita al centro de Madrid mientras apura un bocadillo en la calle Postas. Tanto ella como su hijo beben ¨²nicamente dos vasos de agua. ¡°Nadie nos ha negado nunca el vaso, pero tampoco lo ofrecen. Lo primero es darte una botella y luego hay que decir al camarero ¡®no, no, del grifo¡±, explica con los calamares en la mano.
El art¨ªculo 18.3 de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Econom¨ªa Circular aprobada hace ocho meses recoge que ¡°en los establecimientos del sector de la hosteler¨ªa y restauraci¨®n se tendr¨¢ que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento¡±. La medida es una exigencia hist¨®rica de la OCU para que locales ofrecieran siempre una jarra o un vaso con agua del grifo de forma gratuita y respond¨ªa al tir¨®n de orejas que Bruselas le ha dado a Espa?a por el poco esfuerzo realizado para reducir los envases de un solo uso. En esta direcci¨®n, este a?o ha entrado en vigor la Ley de Prevenci¨®n de P¨¦rdidas y Desperdicio Alimentario conocida como ¡®ley del tupeware¡¯, que permite a los clientes llevar al local sus propios envases para comer en casa los alimentos no consumidos. La norma obliga tambi¨¦n a los restaurantes a facilitar envases sin ning¨²n costo en caso de requerirlo.
Dos amigas comen unas patatas bravas una cerveza y un vaso de agua en la terraza de un local de pinchos a unos metros de la Puerta del Sol. ¡°Estoy cansada de tanto beber en Navidad y hoy solo me apetec¨ªa agua. He pedido un vaso de agua y me lo han tra¨ªdo sin problema¡±, dice una de ellas. Ileana Izverniceanu, directora de comunicaci¨®n de la OCU, se?ala que su organizaci¨®n no ha recibido quejas sobre la obligaci¨®n de que los establecimientos de hosteler¨ªa ¡°entreguen agua del grifo gratuitamente¡±, sino ¡°todo lo contrario¡±. ¡°Observamos que esto se hace de forma global y generalizada, pero tambi¨¦n hemos detectado que cuando un cliente pide agua de forma voluntaria, le traen una botella. Es el consumidor el que tiene que especificar que quiere un vaso o una jarra de agua¡±, explica.
En una multinacional del caf¨¦ de la calle Montera, un cliente pide un caf¨¦ y un agua. El primer impulso del empleado es cobrar una botella de casi dos euros hasta que el cliente reclama un vaso de agua y el camarero entrega hasta dos sin rechistar. Entre otras paradojas del centro tur¨ªstico en la Plaza Mayor los restaurantes ofrecen men¨²s por 11 euros que incluyen vino, refresco o agua (embotellada) con la comida. En otros pa¨ªses como Francia o Inglaterra, solicitar agua de grifo es tambi¨¦n un derecho recogido en una ley y en Espa?a, hasta su aprobaci¨®n a nivel nacional, solo Navarra, Castilla y Le¨®n, Andaluc¨ªa o Baleares dispon¨ªan de leyes propias que garantizaban el acceso gratuito al agua del grifo a los clientes, incluso en los hoteles.
El ofrecimiento del agua puede ser, no obstante, un tiro en el pie para el buen recuerdo del local si esta est¨¢ entre las de peor calidad en Espa?a. Seg¨²n un estudio de la OCU en 62 municipios espa?oles, Burgos, San Sebasti¨¢n o Madrid est¨¢n entre las mejores aguas de Espa?a y Palma, Huelva o Barcelona entre las peores.
Elena G¨®mez y sus compa?eros de la universidad esperan su comida en un restaurante K?nig en el centro de Barcelona, una franquicia catalana con varios establecimientos en la ciudad frecuentados tanto por turistas como por locales. Los estudiantes de Comunicaci¨®n Audiovisual, a los que acaban de servir botellas de agua de cristal, admiten que solo hab¨ªan pedido al camarero ¡°agua¡± sin concretar nada m¨¢s, aun sabiendo que la nueva norma lleva ocho meses en vigor. ¡°Tendr¨ªamos que pedirla del grifo porque ahorras, pero es la costumbre: pedir agua y a ver lo que te traen. Te miran mal si pides agua del grifo¡±, comenta G¨®mez. ¡°Yo soy de Ripollet, un pueblo a las afueras, y all¨ª el agua est¨¢ mucho m¨¢s buena¡±, bromea la estudiante.
Ni G¨®mez ni su grupo recuerda que les hayan ofrecido un vaso de agua nada m¨¢s sentarse en la mesa de un local en el ¨²ltimo a?o. Un camarero del establecimiento explica que cuando los turistas piden un vaso de agua, ¨¦l les advierte de que el sabor del agua de Barcelona no es muy bueno: ¡°Al final la mayor¨ªa acaban pidiendo agua embotellada¡±. En la Boquer¨ªa, Mar¨ªa Jos¨¦ atiende a los clientes en la barra del Pinotxo, un local hist¨®rico de este mercado en La Rambla. Se?ala que, a pesar de la nueva normativa, no hay costumbre: ¡°Igual en un a?o me han pedido un vaso de agua cinco veces¡±.
Un par de calles m¨¢s arriba, Pere Fonts, due?o de l¡¯Antic Forn, destaca que suele pedirle agua del grifo la clientela francesa, acostumbrada en su pa¨ªs a encontrarse una jarra en la mesa del restaurante nada m¨¢s llegar. Pepe Cabot trabaja en Ca L¡¯Estevet, otro establecimiento cercano especializado en cocina catalana. Comenta que en el Raval la demanda de agua embotellada ¡°es alt¨ªsima¡±. ¡°No recomendamos beber agua del grifo en Barcelona a nadie, aunque sin duda es m¨¢s sostenible¡±, concluye el hostelero.
La avanzadilla andaluza
Eva Amor¨®s trabaja a la sombra de un castillo del siglo XIII y en una localidad tan tur¨ªstica como El Puerto de Santa Mar¨ªa, en C¨¢diz. Pero en su cafeter¨ªa de decoraci¨®n vintage y tartas caseras de su propio obrador, La Chicha Yey¨¦, nunca han escatimado con el agua de grifo: ¡°Tenemos una jarra de agua desde que abrimos [en 2015] y, especialmente, a la hora del desayuno. A t¨ªtulo personal, nunca le niego ni le negar¨¦ a nadie ni un vaso del agua, ni que use el ba?o¡±, justifica la empresaria. Su postura es generosa e incluso en su momento fue pionera. Pero hoy no es tan extra?a en Andaluc¨ªa, ya que una ley auton¨®mica obliga a los negocios de hosteler¨ªa a ofrecer agua gratis a sus clientes desde 2018.
Fue en enero de ese a?o cuando la Junta de Andaluc¨ªa (entonces, en manos del PSOE) aprob¨® su proyecto de Ley para la Promoci¨®n de una Vida Saludable y una Alimentaci¨®n Equilibrada en el que, entre otras medidas, impon¨ªa a los negocios de hosteler¨ªa ¡ªaunque no a los de ocio nocturno¡ª la exigencia de tener a disposici¨®n agua de grifo gratuita para sus clientes. Amor¨®s va m¨¢s all¨¢ e incluso la ofrece a personas que no consumen: ¡°A la salida del colegio, muchos ni?os entran a pedirme un vaso de agua y se lo pongo¡±.
Estos cuatro a?os de vigencia de la ley auton¨®mica han acostumbrado a clientes y hosteleros al uso de agua corriente. En C¨¢diz capital incluso se ha normalizado m¨¢s con campa?as como las de la empresa municipal Aguas de C¨¢diz, que lleva a?os regalando jarras de cristal a los negocios de hosteler¨ªa para valorizar el l¨ªquido procedente de la red. ¡°Lo normal es que la gente pida vaso de agua, botellas, poco. Quien las pide es porque no quieren tomar nada y por educaci¨®n pide eso por coger una mesa¡±, apunta Amor¨®s. Apenas media hora de observaci¨®n al mediod¨ªa en su terraza confirma sus palabras: los camareros traen todo tipo de bebidas alcoh¨®licas o no, vasos de agua, pero ninguna botella de agua.
Amor¨®s estaba al tanto de la aprobaci¨®n de la nueva ley estatal de econom¨ªa circular, al igual que Antonio de Mar¨ªa, presidente de la asociaci¨®n de los hosteleros gaditanos Horeca. ¡°La nueva ley no ha afectado mucho. Siempre la hosteler¨ªa facilitaba agua del grifo a los clientes que la ped¨ªan y sin costo¡±, explica el m¨¢ximo responsable de los empresarios gaditanos. La entidad incluso ha puesto a disposici¨®n de sus socios un dise?o de cartel para quien quiera dejar claro en su local que ofrece a su ¡°distinguida clientela la posibilidad de agua no envasada de manera gratuita¡±.
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