La hija de una mujer ingresada en una residencia, a Ayuso: ¡°?T¨² comes cinco comidas al d¨ªa por 4,60 euros?¡±
Julia Mart¨ªnez, cuya madre vive en la Francisco de Vitoria de Alcal¨¢, pide a la presidenta que rescinda el contrato de comida. ¡°Nadie ha hablado de rescindir nada¡±, responde


¡°Llegu¨¦ a base de empujones, porque no me dejaba la seguridad de ella, pero llegu¨¦¡±. La que habla es Julia Mart¨ªnez Rodr¨ªguez, la hija coraje de una residente de la Francisco de Vitoria de Alcal¨¢ de Henares (Madrid) que lleva meses y meses denunciado la mala situaci¨®n de esta residencia p¨²blica a la que se le acumulan los problemas y que investiga ya la Fiscal¨ªa, desde denuncias por la mala alimentaci¨®n de los mayores a la presencia de legionella pneumophila en el agua, y que no ha dudado en llevar su lucha hasta la mism¨ªsima Asamblea de Madrid. Con ese ella, se refiere a la presidenta de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, con quien logr¨® charlar brevemente el jueves pasado en los pasillos de la C¨¢mara regional.
Julia Mart¨ªnez, de 48 a?os, hab¨ªa acudido a la Asamblea invitada por Unidas Podemos, cuya coportavoz, Alejandra Jacinto, afe¨® a Ayuso la gesti¨®n de las residencias durante la sesi¨®n de control. Tras el pleno, Mart¨ªnez decidi¨® intentar hablar con la presidenta: ¡°No pod¨ªa dejar pasar la oportunidad¡±. Y lo consigui¨®. ¡°Estuve como cinco o siete minutos con ella¡±, explica la mujer. ¡°Me present¨¦, le dije que iba en representaci¨®n de los familiares y le pregunt¨¦ si ella com¨ªa cinco comidas al d¨ªa por 4,60 euros [5,06 con IVA, 152 al mes]. Ayuso me admiti¨® que no, claro. Le resum¨ª c¨®mo se encuentra la residencia en cuanto a falta de material y de personal, desorganizaci¨®n, con los abuelos abandonados, sin agua caliente muchos d¨ªas, con solo cuatro grifos de agua potable... Y ahora, con legionella¡±, contin¨²a Mart¨ªnez.
Por ¨²ltimo, record¨® a la presidenta que ¡°nuestros mayores se merecen lo mejor¡± y le pidi¨®, ¡°por favor, que rescindiera el contrato¡± de suministro de alimentos, que desde el pasado septiembre est¨¢ a cargo de la empresa sevillana Plataforma Femar. ¡°[Ayuso] Me coment¨® que la semana pasada lo hizo con un proveedor de otra residencia y que, si lo ten¨ªa que hacer con esta, lo iba a hacer tambi¨¦n, le rogu¨¦ que actuara ya por favor. Yo creo que est¨¢ muy mal informada y que los que tiene a su alrededor le dicen que todo est¨¢ bien¡±, cuenta Julia. ¡°Ayuso me cogi¨® los datos, el tel¨¦fono y dem¨¢s, y le dije que la invitaba un d¨ªa a venir a la residencia para que lo comprobara ella misma¡±, concluye.
¡°Nadie ha hablado de rescindir nada¡±
Para Mart¨ªnez, Ayuso se comprometi¨® a estudiar la rescisi¨®n del contrato. Sin embargo, del otro lado no opinan lo mismo. Una fuente gubernamental, que estaba al lado de la presidenta en el momento en el que esta mujer la abord¨®, confirma a EL PA?S que la conversaci¨®n se desarroll¨®, aunque niega tal compromiso: ¡°No comentamos conversaciones privadas, pero en ning¨²n caso se comprometi¨® a rescindir ning¨²n contrato, eso lleva su procedimiento administrativo y est¨¢n regladas las causas de rescisi¨®n¡±. ¡°Sali¨® el tema de la posibilidad de que se rescindiese el contrato, la familiar quer¨ªa saber si eso era viable y se le explic¨® que lo contemplan los pliegos, pero que hay unos tr¨¢mites, un cuerpo de inspectores...¡±, a?ade.
Es m¨¢s, la propia Ayuso ha negado este mi¨¦rcoles, en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, que se plantee cambiar de concesionaria. ¡°Creo que el contrato es nuevo, est¨¢ renovado, y que desde que esto se ha puesto en marcha ya no ha habido la misma situaci¨®n. Lo que vamos a hacer, cuando tenga la oportunidad, es visitar esta residencia y conocer de primera mano su situaci¨®n. Una vez que la veamos, y atendiendo los informes de inspecci¨®n, veremos qu¨¦ decisi¨®n podemos tomar. Por ahora, nadie ha hablado de rescindir nada¡±, ha dicho la presidenta en unas declaraciones que evidencian su desconocimiento, ya que lo que denuncian las familias es justo lo contrario, que la calidad ha empeorado con el nuevo contrato.

¡°Me gustar¨ªa acompa?ar a esta vecina y conocer de primera mano las instalaciones. Me gusta comprobar c¨®mo se prestan nuestros servicios. La siguiente legislatura me gustar¨ªa dedicar m¨¢s tiempo a ello¡±, ha se?alado la presidenta en clave electoral sobre su encuentro con Julia, al tiempo que ha dejado en al aire otra pregunta, qu¨¦ le parece que la Fiscal¨ªa del ?rea de Alcal¨¢ de Henares haya abierto dirigencias sobre el caso. La Fiscal¨ªa ha requerido documentaci¨®n a diferentes organismos para investigar las ¡°p¨¦simas condiciones¡± en las que se encuentran residentes y trabajadores tras admitir a tr¨¢mite una demanda presentada por Podemos y por familiares de residentes.
Despu¨¦s de publicar EL PA?S el martes una informaci¨®n en la que Fermar, el principal proveedor de las residencias de la Comunidad de Madrid, niega una merma en la cantidad o calidad de los men¨²s y denuncia un ¡°nivel de exigencia del cliente fuera de toda instituci¨®n p¨²blica¡±, con pedidos de bogavante, cordero lechal, salm¨®n ahumado y caviar, la consejera de Pol¨ªtica Social, Concepci¨®n Dancausa, asegura estar ¡°vigilante¡± para que se cumplan las condiciones de ¡°m¨¢xima calidad¡± en el servicio.
En unas declaraciones remitidas a este diario por su gabinete de prensa, Dancausa recuerda que impusieron a la contrata ¡°una serie de penalidades¡± por incumplimiento de las condiciones pactadas. Fueron seis sanciones entre septiembre y octubre, 43.000 euros en total, por ¡°incidencias en la cantidad y calidad de algunos productos¡±, seg¨²n detalla un portavoz de su departamento, que sostiene que ¡°desde noviembre ya no hay problemas de suministro y, si se detecta alg¨²n desajuste, se corrige de manera inmediata¡±. Sin embargo, el gerente de Femar, Ignacio Mu?iz, alega que fueron ¨²nicamente por una cuesti¨®n log¨ªstica, la falta de un almac¨¦n a menos de 40 kil¨®metros de Madrid durante las primeras cuatro semanas de vigencia del servicio.
¡°En un principio el contrato no lo cumpl¨ªan, ahora lo est¨¢n cumpliendo y, en funci¨®n de c¨®mo se desarrolle, tomaremos las medidas que consideremos oportunas, siempre teniendo en cuenta que nuestro objetivo es que la comida sea de la m¨¢xima calidad¡±, explica Dancausa, que asegura estar ¡°controlando la calidad de la alimentaci¨®n¡±, un servicio que para la Comunidad es ¡°fundamental¡±. ¡°Si por alguna raz¨®n se dan las circunstancias, entonces tomaremos las decisiones que nos competen¡±, zanja la consejera sobre un contrato que afecta a un total de 37 centros con capacidad para 5.235 personas: nueve residencias de mayores incluida la Francisco de Vitoria, 22 de menores y seis centros sociales. Pero todo apunta a que la licitaci¨®n, que es anual, se prorrogar¨¢. De hecho, seg¨²n la empresa, la Comunidad ya comunic¨® a la empresa su intenci¨®n de mantenerla ¡°con siete meses de antelaci¨®n¡± al vencimiento, por lo que ellos est¨¢n ya obligados a seguir, a pesar de que este contrato les ha ocasionado p¨¦rdidas de m¨¢s de 400.000 euros.
20 kilos menos en dos a?os y cuatro meses

Luisa describe a la Francisco de Vitoria, un edificio de 1973 con 526 plazas, como “la casa de los horrores”. Su madre, a la que se refiere siempre con un cariñoso “mamá”, se llama Luisa Clara Rodríguez, tiene 74 años y es una gran dependiente a causa del alzhéimer. “La cuidaba yo, pero tuve que pedir la plaza con todo mi dolor porque no podía seguir viviendo con la UVI móvil en la puerta”, lamenta la mujer, que ahora se dedica a sus “labores” y que está “desesperada buscando algo” tras tener que cerrar su negocio por la pandemia.
Luisa lleva dos años y medio en la residencia y su deterioro físico es palpable. “Mamá me ha perdido cerca de 20 kilos, entró con 68 y está en 47. La dirección lo niega y me da gráficas de pesos manipuladas, en las que dice que al llegar pesaba 55 y en las que figuran cosas imposibles como que engordó seis kilos en un mes. El otro día le hice una foto de las piernecitas, da pena de ver cómo está mamá″, sostiene, para señalar “tuvo neumonía en enero y ahora se ha sabido lo de la legionella, es mucha coincidencia”. En otro ingreso en julio, la doctora le preguntó si estaba segura de que su madre comía en la residencia, porque estaba desnutrida y deshidratada. Le tuvieron que hacer transfusiones para paliar la anemia. El 8 de enero también estuvo ingresada porque "se les olvidó darle la pastilla contra la epilepsia".
A causa de su enfermedad, Luisa sufre disfagia o dificultad para tragar, por lo que come todo triturado y a Julia se le cae el alma a los pies cuando ve el caldo, “agua con color”, que le dan y la papilla de fruta “color chocolate que da asco verla y que no hay cuerpo que se la tome”. La hija, que detalla que su madre paga 780 euros al mes por la plaza, su pensión íntegra salvo 60 euros, no pide lujos, solo que "se gasten 9/10 euros al día como antes”. “Hasta la cena de Nochebuena fue vergonzosa. La comida es más que normal y con un aspecto bastante malo”, critica otra familiar, Maite López, que tiene a ambos padres con alzhéimer en este centro desde diciembre. Su padre ha perdido entre seis y siete kilos desde que ingresó y su madre, cuatro.
Otra hija, Conchi Sansano, denunció en febrero en un pleno extraordinario en Alcalá que su padre “pasa hambre” y ha perdido 14 kilos. “Es completamente falso. Tenemos el caso de un residente que ha perdido 10”, le replicó el responsable de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), José Manuel Miranda, que aseguró que se trataba de un mayor con párkinson “que entró con sobrepeso y ahora está en su peso ideal”. Cuando los allegados denuncian las pérdidas de peso, “a todos” les dicen lo mismo, que “el alzhéimer consume mucho”, pero los trabajadores ratifican las denuncias sobre la comida. Manuela Soarece, auxiliar de enfermería en este centro desde hace tres años, sentencia que “escasez ha habido desde siempre y mala calidad, desde septiembre”.
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