El activismo de comprar un tomate en el barrio de Salamanca de Madrid
Una protesta octogenaria y silenciosa mantiene con vida el mercado de Torrijos, a unos pasos de la esquina m¨¢s cara de Espa?a


Hay una esquina de Madrid donde a los vecinos les cae tan mal Podemos como Mercadona. Un lugar donde repudian de la misma forma a Pablo Iglesias que a Juan Roig. Se trata del coraz¨®n del distrito de Salamanca, en el cruce de las calles Hermosilla con D¨ªaz Porlier, donde resisten los 10 ¨²ltimos comerciantes del mercado de Torrijos que se niegan a vender sus tiendas a un fondo de inversi¨®n dedicado a la explotaci¨®n de grandes superficies.
El pasado jueves, cientos de peque?os comercios, agrupados en asociaciones de mercados, fruter¨ªas o las tiendas del Metro, se sumaron a la causa con su firma y exigieron nuevamente la mediaci¨®n del Ayuntamiento de Madrid para intentar frenar el cierre de un mercado con casi 100 a?os de antig¨¹edad.
Pero, mientras los comerciantes luchan contra la puntilla final, los viejos clientes y vecinos de un barrio poco acostumbrado a protestar, sostienen con sus compras a quienes resisten. Clientes como Mar¨ªa, que se lleva 250 gramos de bacalao, reconoce que, aunque tiene que caminar m¨¢s, prefiere comprar en Torrijos. Andrea, que se lleva dos kilos de naranjas y una pi?a, pero en realidad ha venido a saludar al frutero, o Do?a Isabel, que se?ala el br¨®coli moviendo en el aire el bast¨®n como si fuera un mosquetero, que dice que el producto del mercado es m¨¢s fresco que el del supermercado.
¡°Todos los que venimos a Torrijos conocemos la situaci¨®n que est¨¢n viviendo, pero prefiero caminar unas calles m¨¢s y comprarles a ellos que dar dinero a una cadena de supermercados¡±, dice Mar¨ªa Arriaga, una ¡°vecina de toda la vida¡± del distrito de Salamanca.

Junto a ella, otra elegante se?ora que supera los 70 a?os apuesta por subir el tono de la revuelta vecinal. ¡°La pr¨®xima protesta debe hacerse en la calle¡±, dice agitando la mano, con tanta preocupaci¨®n por mantener las pulseras en su lugar como por recordarle al pollero que no se le olvide separar los huesos para un caldo y los muslos para un guiso. ¡°?Ah! Y me sacas tambi¨¦n un filete para comer ma?ana y el resto para congelar. Es que estoy sola estos d¨ªas porque la ni?a no viene hasta la semana que viene porque est¨¢ en Alicante y ayer me llam¨®¡¡±, detalla durante 10 minutos al hombre de mandil que solo dijo: ¡°?C¨®mo lo quiere?¡±.
Precisamente eso, que el pollero la mime es lo que m¨¢s le gusta de este lugar. ¡°La gente joven prefiere comprar bandejas de pollo en el Ahorram¨¢s¡±, lamenta. ¡°Ah¨ª en la calle Ayala con Montesa¡±, dice subiendo el ment¨®n, ¡°hay un Mercadona inmenso, que tiene de todo, pero yo ni lo piso¡±.
Antes de entrar, varios carteles advierten a los clientes que el mercado de Torrijos vive una situaci¨®n l¨ªmite y que est¨¢ al borde del cierre. Desde entonces, cada tomate vendido es un gesto de activismo con el que se sostienen las familias que siguen abiertas.
¡°Este barrio es militante de la nada y no es el m¨¢s adecuado para reivindicar¡±, lamenta Arriaga sobre sus vecinos. ¡°Bueno, como en todo el mundo, pero comprar aqu¨ª lo mantiene vivo. La gente que venimos lo hacemos con conciencia¡±, y pone el ejemplo de las Madres de la Plaza de Mayo de Buenos Aires, ¡°?Por qu¨¦ lograron visibilidad? Porque iban todos los d¨ªas¡±.
La ¨²ltima vez que los peri¨®dicos recogieron una protesta en el distrito de Salamanca fue en mayo de 2020. Durante siete d¨ªas, cientos de personas se reunieron en la calle N¨²?ez de Balboa para pedir ¡°libertad¡± y la dimisi¨®n de Pedro S¨¢nchez en lo m¨¢s duro de la pandemia. Despu¨¦s termin¨® el encierro y la gente volvi¨® a la libertad. Pero en su nueva normalidad, los vecinos de Hermosilla y D¨ªaz Porlier ahora vive a pocas calles de la esquina m¨¢s cara de Espa?a, Ayala 99, donde el metro cuadrado roza los 12.000 euros, y gran parte del mercado de Torrijos nunca volvi¨® a levantar la cortina met¨¢lica. 40 de los 50 comerciantes vendieron su parte durante el encierro a la empresa Numulae, propiedad de Fe Seguros, dedicada a explotar centros comerciales en el pa¨ªs.
Dos fruter¨ªas, dos carnicer¨ªas, un puesto de jam¨®n, un bar de men¨² del d¨ªa, un ultramarinos, una tienda de arreglos textiles y una peluquer¨ªa son la aldea de Ast¨¦rix que resiste antes de convertirse en un recinto de comidas finas, ropa de marca y tabernas de autor en manos de una compa?¨ªa de seguros.

La sorpresiva resistencia vecinal no airea banderas espa?olas, no grita libertad y no pide la dimisi¨®n de nadie, pero la octogenaria clientela utiliza frases que parecen salidas de un manual de la ultraizquierda: ¡°No queremos m¨¢s cadenas de supermercados¡±, ¡°hay que defender las tiendas de toda la vida¡±, ¡°no queremos nuevos pisos¡± o ¡°fuera Mercadona¡±. Carlos Gorozarri, un ingeniero de caminos jubilado, llega con una larga lista de la compra. ¡°Sabemos lo que sucede y, los que venimos, lo hacemos para apoyar la lucha¡±, dice con tono suave junto al puesto de frutas.
La protesta aqu¨ª son como casi todas las cosas en el distrito de Salamanca: sutiles. No llega la polic¨ªa, no hay grandes pancartas ni nadie anuncia el apocalipsis del capitalismo con un meg¨¢fono en la puerta, pero el activismo m¨¢s b¨¢sico ¡°est¨¢ salvando a quienes siguen aqu¨ª¡±, dice el carnicero David L¨®pez.
A donde s¨ª lleg¨® la polic¨ªa estos d¨ªas fue a unas calles m¨¢s arriba de Torrijos. Este viernes, por fin, los agentes lograron detener a los ladrones de tres elegantes vinater¨ªas asaltadas en pocos meses. Los ladrones se llevaron solo nueve botellas, pero escondieron entre la ropa tintos de 6.700 euros o un Petrus de 5.600 hasta llegar a los 25.000 euros. El activismo en el distrito Salamanca no est¨¢ re?ido con un buen vino.
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