El fuego pone en el punto de mira la decoraci¨®n de bares y restaurantes dise?ados para Instagram
Un recorrido por una treintena de locales de Madrid tras el incendio del Burro Canaglia de Manuel Becerra obliga a revisar los excesos con velas o vegetaci¨®n artificial para atraer clientes en redes sociales
Han pasado nueve d¨ªas desde el incendio en el restaurante italiano Burro Canaglia en Madrid, que dej¨® dos muertos, una clienta y un trabajador, y 12 heridos. La investigaci¨®n contin¨²a abierta, pero la principal hip¨®tesis apunta a que las llamas de un plato flameado rozaron las flores de pl¨¢stico que decoraban las paredes y el techo del establecimiento. En cuesti¨®n de segundos, cientos de ellas prendieron. El ¨²nico camino a la salida, tambi¨¦n rodeado de plantas, era el de la puerta principal. La normativa municipal vigente restringe el uso de material inflamable en los recorridos que llevan al exterior y todav¨ªa no se ha determinado si el restaurante cumpl¨ªa con los requisitos t¨¦cnicos. Aun as¨ª, la Asociaci¨®n de Hosteler¨ªa de Madrid, el Ayuntamiento y el Ejecutivo regional han creado un equipo para revisar la ordenanza. El siniestro ha provocado todo tipo de reacciones en la hosteler¨ªa madrile?a: desde el hermetismo o la preocupaci¨®n de algunos locales, a la retirada total del fuego en velas, sopletes o bengalas, en otros. Este peri¨®dico ha visitado durante esta semana una treintena de ellos.
La decoraci¨®n barroca, excesiva, repleta de motivos florales o bot¨¢nicos forma parte de una moda que tiene que ver con las redes sociales, donde se promocionan muchos restaurantes madrile?os y hacen de sus interiores, aparentemente fastuosos, sorprendentes, imaginativos o coloristas, un reclamo que a veces supera la propia calidad de los platos que sirven. De ah¨ª esa comuni¨®n que result¨® explosiva en Manuel Becerra entre el fuego y las flores, entre la pizza inferno y lo que nac¨ªa del techo, el punto en el que un soplete provoc¨® la tragedia. Burro Canaglia era uno de tantos restaurantes cuya fama se mueve en las redes, sobre todo en Instagram, uno de tantos restaurantes instagrameables, como se los denomina ahora.
En una callejuela a escasos 150 metros de la Puerta del Sol, entre escaparates anodinos y frente a una peluquer¨ªa de barrio, se esconde uno de los locales con las decoraciones m¨¢s exuberantes de la ciudad. Toldo de color rosa con flecos blancos, cartel de ne¨®n, jaula a modo de recibidor y una apabullante cantidad de flores de diferentes tama?os y tonos en paredes y techos. Tambi¨¦n en la entrada. Es Rosi la Loca, un bar-restaurante que abri¨® hace nueve a?os y donde el decorado se ha convertido en marca de la casa.
Dos d¨ªas despu¨¦s del incendio, los due?os ¨Dque tambi¨¦n regentan otros tres establecimientos con ornamentaciones llamativas en Madrid¨D prohibieron el uso de fuego en los platos y las bengalas. ¡°La direcci¨®n ha decidido suspender las presentaciones de platos que involucren fuego, prohibir el uso de bengalas en celebraciones y cualquier material de naturaleza pirot¨¦cnica que pueda suponer un m¨ªnimo de riesgo para la seguridad de todos¡±, anunciaron en redes sociales.
De hecho, uno de los platos estrella eran las zamburi?as calentadas con soplete en mesa. Pero desde hace una semana, los comensales reciben los moluscos ya cocinados. Alberto Mart¨ªn, uno de los jefes del local, explica que toda la decoraci¨®n es ign¨ªfuga y siempre lo ha sido: ¡°Las flores son de goma EVA [un tipo de material muy ligero y maleable si se calienta] y est¨¢n tratadas una a una con un espray¡±. Se refiere a una sustancia que se pulveriza peri¨®dicamente sobre las plantas, sean naturales o no, y las protege del fuego. Mientras lo explica, ense?a en su tel¨¦fono m¨®vil un v¨ªdeo donde un empleado intenta prender fuego a las flores, colocadas en fila en el suelo, para comprobar si queda alg¨²n hueco sin tratar. Ninguna arde.
¡°Es muy raro que alguien decida poner una decoraci¨®n tan vistosa y no encargar los bidones con la sustancia ign¨ªfuga casi a la vez¡±, comenta Bernardo Novinic, uno de los due?os de La Santor¨ªa, una cocteler¨ªa que juega a ser clandestina en pleno barrio de las Letras, abierta hace tres a?os. Lo dice porque en su local no hay un solo hueco que no est¨¦ cubierto de flores, fotograf¨ªas, cruces, marcos o espejos. Las plantas, algunas naturales y otras no, lo copan todo y, en las pocas mesas que hay, tienen velas encendidas. ¡°Hay dos salidas [una en la entrada y otra en la parte trasera] y dos extintores visibles. Desde que abrimos estamos concienciados con el tema del fuego¡±, explica. Los clientes, ajenos a la preocupaci¨®n del hostelero, beben sus c¨®cteles y una mujer se ofrece a leerles las cartas.
Jose Antonio Aparicio, presidente de la Asociaci¨®n de Hosteleros de Madrid ¨Dque aglutina al 48% de los restaurantes de la ciudad y el 9% de los bares¨D cuenta por tel¨¦fono que, desde el incendio, muchos locales est¨¢n inquietos y se han puesto en contacto con ellos. ¡°Algunos est¨¢n retirando las pr¨¢cticas de llama viva en sala paulatinamente. Otros llaman para pedirnos consejo sobre seguridad ante incendios y preguntan qu¨¦ medidas deben tomar¡±, cuenta. ¡°Ahora, por ejemplo, no especifica cu¨¢nto puede colgar desde el techo un elemento decorativo¡±, a?ade.
La ordenanza municipal de prevenci¨®n de incendios recoge que los materiales decorativos deben ser de tipo M2 como m¨ªnimo, es decir, de baja inflamabilidad. Algunos pl¨¢sticos s¨ª que cumplen esta condici¨®n, por ejemplo, porque est¨¢n mezclados con fibra de vidrio. Tambi¨¦n se pueden proteger los objetos con un aerosol ign¨ªfugo, como han hecho algunos de los locales visitados. El Ayuntamiento es el encargado de asegurar que todo est¨¢ en regla antes de dar la licencia de apertura, adem¨¢s de realizar las inspecciones contra incendios, unas 800 al a?o.
La fachada del n¨²mero 39 de la calle de Vel¨¢zquez deja entrever claramente que se ha llegado a Bel Mondo, uno de los restaurantes m¨¢s de moda. Una enredadera verde con flores rosas y rojas adorna la entrada y los balcones del restaurante. Dentro, el estallido de colores contin¨²a con moquetas con estampados de rosas, m¨¢s enredaderas y guirnaldas. El establecimiento forma parte del grupo Big Mamma, que cuenta con otro local en la ciudad, el Villa Capri. ¡°En nuestros restaurantes contamos con una serie de medidas de seguridad, que seguimos estrictamente¡±, recoge un texto firmado por los responsables del grupo en Espa?a.
Mattia Silvione, encargado del Villa Capri, se siente seguro trabajando en el restaurante. Explica que las flores son todas naturales, pero est¨¢n recubiertas con un aerosol ign¨ªfugo, como las de Rosi la Loca o La Santor¨ªa. Cada tres meses limpian el polvo que se va acumulando entre los p¨¦talos, que ¡°puede prender, aunque se utilice el espray¡±. ¡°Ah¨ª est¨¢ el ¨²nico peligro¡±, puntualiza.
Villa Capri tiene contratada una empresa que suple las inspecciones de prevenci¨®n de incendios: ¡°Acuden una vez al mes para comprobar que tenemos todo en orden¡±. Tambi¨¦n hacen un simulacro antiincendios dos veces al a?o: ¡°Tardamos cerca de un minuto en salir porque est¨¢ solo el personal, pero hace poco tuvimos un escape de gas y conseguimos evacuar todo el local con clientes en dos minutos¡±. Eso s¨ª, desde el incendio de Manuel Becerra, est¨¢n valorando si pasar a un simulacro al mes.
Extintores fuera del alcance
Dentro de la tienda de moda y accesorios de Salvador Bachiller, un grupo textil y de restauraci¨®n, hay otro de estos recargad¨ªsimos restaurantes. Ligeramente escondido entre paraguas y maletas, baja una escalera llena de flores rosas de pl¨¢stico hasta un local de luz tenue y decoraci¨®n buc¨®lica: Bloom. Seg¨²n la ordenanza municipal, si hubiera un incendio, la salida a una zona segura tendr¨ªa que estar en l¨ªnea recta con las escaleras, pero en el momento del reportaje est¨¢ bloqueada por una puerta de cristal y algunos muebles y vallas hasta llegar a la calle. Los comensales tendr¨ªan que subir las escaleras y serpentear por la tienda para salir.
Esta no es la ¨²nica aparente irregularidad. El extintor y la Boca de Incendio Equipada (BIE) est¨¢n bloqueados por un mueble y un adorno que dificultaban su alcance. Seg¨²n el portal de datos abiertos urban¨ªsticos del Ayuntamiento de Madrid, el grupo Salvador Bachiller solicit¨® una licencia para fusionar la tienda con el restaurante, pero la empresa que hizo el estudio les deneg¨® la declaraci¨®n responsable del local hasta en dos ocasiones, la primera en julio de 2021 y la segunda en octubre de 2022. Seg¨²n reza este ¨²ltimo documento, ¡°siguen sin estar visibles los extintores ni la BIE instalada en el acceso detr¨¢s de un rotulo publicitario¡±, por lo que la declaraci¨®n responsable del negocio, necesaria para funcionar, perdi¨® su efecto.
El grupo Salvador Bachiller lleva tambi¨¦n El jard¨ªn de Salvador Bachiller, Bistr¨®, El rinc¨®n secreto y El invernadero. Excepto Bloom, todos est¨¢n decorados con plantas reales ¡°protegidas con el aerosol ign¨ªfugo¡±, seg¨²n una portavoz del grupo. La portavoz ha afirmado que ¡°todos los restaurantes tienen los permisos en regla y cumplen la normativa¡±, pero guardan silencio ante las preguntas sobre la situaci¨®n del restaurante Bloom.
¡°No damos declaraciones¡±
Del Paseo de la Castellana hacia el distrito de Salamanca, hay un restaurante o bar con decoraciones colgantes cada pocos metros: Amaz¨®nico, Udaipur, Pap¨²a, El Hombre Pez, Purnima, Manolita Chen, Arrogante, Marieta, El Paraguas, La Parrilla de la M¨¢quina, Patio de Leones, Aarde, entre otros. La mayor¨ªa pertenecen a grandes grupos hosteleros y la respuesta de todos ellos es la misma: no hacen declaraciones.
¡°Cuidamos al cliente, somos un grupo grande y no vamos a jug¨¢rnosla con eso. El equipo de m¨¢rketing y dise?o se encarga de la decoraci¨®n. Todo cumple la normativa¡±, dice el encargado de un local. ¡°Siempre nos hemos tomado esto muy en serio. Estamos consternados, pero no hablamos con los medios sobre las medidas¡±, comenta otro. La tragedia no ha espantado a madrile?os y turistas. Las salas est¨¢n hasta los topes de comensales, los decorados vistosos siguen en su sitio y las llamas por ahora parecen haber desaparecido.
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