Antonio L¨®pez y su agosto en la Puerta del Sol: ¡°Trabajo como los pintores antiguos¡±
El veterano pintor ha pasado el verano en el centro de Madrid, dibujando frente a turistas y espont¨¢neos ¡°la luz de pleno verano¡± y aparca el cuadro hasta mayo de 2024

Un hombre de 87 a?os camina por la Puerta del Sol. Viste con bermudas, camisa de rayas, chanclas, calcetines blancos y una vieja gorra de un museo de Boston. Antonio L¨®pez aparece con el cuadro a cuestas, acompa?ado por Isidro Brunete, amigo y pintor, que le ayuda a transportar los b¨¢rtulos. Entonces despliega el caballete, coloca el lienzo y saca los pinceles de una caja de vino reciclada.
Durante todo el mes de agosto, madrile?os y turistas se han acercado a la Puerta del Sol para ver pintar a Antonio L¨®pez en el peque?o estudio que ha desplegado peri¨®dicamente frente al kil¨®metro cero. Se quedaba ah¨ª durante varias horas, rodeado de espont¨¢neos y m¨®viles, bajo un sol de justicia, en el centro de una plaza que sataniza las sombras y odia los ¨¢rboles. Concentrado en el lienzo, el pintor levantaba la cabeza de vez en cuando. Miraba al frente, mojaba los pinceles, tomaba mediciones y volv¨ªa al lienzo. Donde los dem¨¢s ve¨ªan una abarrotada plaza de cemento donde el sol ca¨ªa a plomo sobre edificios pastel, ¨¦l tiraba largas l¨ªneas de acuarela con mil tipos distintos de amarillo por donde no asomaba un solo ser humano. Otras veces no entend¨ªa nada y alzaba la vista distra¨ªdo por el grupo de tiktokers que se grababa con bailes y m¨²sica estruendosa a pocos metros de ¨¦l. ¡°Pero no me importa¡±, dice. ¡°Tengo una gran capacidad para abstraerme. Concibo el trabajo como un m¨¦dico que debe operar en la guerra¡±.
Antonio L¨®pez naci¨® en Tomelloso (Ciudad Real) en 1936. Estudi¨® en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y se inici¨® en la pintura retratando los paisajes de La Mancha junto a su t¨ªo Antonio L¨®pez Torres. Despu¨¦s de una primera etapa influida por el cubismo y el surrealismo, desarroll¨® un lenguaje personal m¨¢s pr¨®ximo a la objetividad que necesita la calle, ¡°como Sorolla o Van Gogh¡±, para plasmar lo que quiere. Figura clave de los realistas de Madrid, su obra forma parte de la colecci¨®n permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa y de Patrimonio Nacional, entre otras instituciones. En el a?o 2008 se convirti¨® en el pintor espa?ol vivo m¨¢s cotizado ¡ªen el 2011 fue superado por Miquel Barcel¨®, con su obra Faena de muleta (4,4 millones de euros)¡ª cuando su cuadro Madrid desde Torres Blancas, una impresionante vista urbana de la Avenida de Am¨¦rica, se subast¨® en Christie¡¯s por 1,74 millones de euros. El cuadro, que el artista pint¨® entre 1976 y 1982, era la ¨²nica de sus grandes obras que hasta entonces no hab¨ªa salido a subasta.
El improvisado estudio de Antonio L¨®pez en la Puerta del Sol han sido una silla de playa y dos marcas de tiza en el pavimento donde encajaba los pies para encontrar cada d¨ªa, siempre, la misma perspectiva del d¨ªptico de la plaza que comenz¨® este a?o. Para no olvidarse del lugar preciso, llevaba apuntada la piedra en la que deb¨ªa ubicarse: ¡°Entre la 9 y la 10¡å, se ha escrito en el antebrazo.

¡°Por fin van a quitar la tela que cubre la estatua de Carlos III¡±, dec¨ªa Antonio L¨®pez, que segu¨ªa al detalle la evoluci¨®n de las obras en la Puerta del Sol como un jubilado apoyado en las vallas. Esa tela le imped¨ªa ver algunos detalles, admit¨ªa quien se sabe al dedillo cada cambio urban¨ªstico porque las obras han interrumpido en dos ocasiones su cuadro. De hecho, volvi¨® a comenzar este verano y para el a?o que viene espera tener dos cuadros desde la Puerta del Sol. ¡°Uno antes de las obras y otro despu¨¦s¡±, admit¨ªa riendo. En la cuenta de Instagram que alguien le maneja aparece silbando una canci¨®n mexicana: ¡°Te lo juro por Dios que me mira / Te lo digo llorando de rabia / No volver¨¦...¡±.
Ha sido un mes agotador en el que ha combinado las sesiones en un peque?o estudio sobre El Corte Ingl¨¦s de Callao para pintar la Gran V¨ªa con largas jornadas desde el kil¨®metro cero. La sombra, el silencio y la concentraci¨®n de la ma?ana y las obras, los turistas y temperaturas de 40 grados por la tarde. Este viernes ha sido el ¨²ltimo d¨ªa que iba a salir a la calle, porque ¡°la luz ha cambiado mucho¡± desde que comenz¨® a pintar a primeros de agosto y ya no es posible recoger una Puerta del Sol ¡°con una luz de pleno verano¡± como pretend¨ªa. ¡°Y adem¨¢s ya me duele la espalda¡±, a?ad¨ªa antes de comenzar a trabajar.
Entre pincelada y pincelada, Antonio L¨®pez miraba la Real Casa de Correos o el ne¨®n de T¨ªo Pepe y sacaba una varilla. Un extremo lo apoyaba en la mejilla y en la otra punta abr¨ªa un comp¨¢s y un cartab¨®n formando una especie de sextante casero. L¨®pez ha sustituido el lapicero cl¨¢sico por uno de los objetos que caracterizan su estilo y afinan la perspectiva. Su dibujo se basa en la triangulaci¨®n visual, es decir, transformar las medidas angulares del ojo en medidas lineales. Un invento que tiene su origen en el Renacimiento y se inspira en el ¡°radioastron¨®mico¡± de Frisius y el b¨¢culo de Euclides. La mayor¨ªa de los aparatos manuales de perspectiva proceden de los instrumentos de medici¨®n terrestre y astron¨®mica. Todos ellos, salvo el de L¨®pez, carec¨ªan de un punto de apoyo y solo las manos sujetaban el instrumento cuyo extremo es empleado como mirilla. El radio, por tanto, no requer¨ªa de ning¨²n objeto adicional para medir, pues ten¨ªa incorporados los cent¨ªmetros a modo de regla. En el caso de L¨®pez, es necesario un punto de apoyo ¡ªla mejilla¡ª, puesto que combina dos elementos: la escuadra y el comp¨¢s.
¡°Es la forma que tengo de trabajar¡±, explicaba. ¡°Mi pintura fuera del estudio se hace de esta manera. Como los pintores antiguos¡±, describ¨ªa sobre una forma de entender el mundo en contacto con luces y sonidos que disfruta mucho, aunque estos d¨ªas de calor le han dejado muy cansado. Desde este s¨¢bado, primeros d¨ªas de septiembre, con la luz oto?al asomando por el cielo de Madrid, Antonio L¨®pez guardar¨¢ el lienzo hasta el pr¨®ximo mes de mayo, cuando regresar¨¢ a la Puerta del Sol hasta captar la ¨²nica luz que busca.

Entre los espont¨¢neos que lo han asediado estos d¨ªas, un hombre que camina veloz hacia una oficina cercana, de repente, se deten¨ªa sorprendido. Dej¨® de correr con el malet¨ªn en la mano y durante unos minutos observ¨® la calma con que el artista detallaba el ladrillo del edificio. L¨®pez a veces tardaba mucho tiempo en dibujar una diminuta l¨ªnea negra para perfilar un alfeizar. Otras, lanzaba decenas de pinceladas el¨¦ctricas sobre lo que ser¨¢ el suelo amarillo de la plaza. Entonces el espont¨¢neo cay¨® en la cuenta de que estaba ante algo in¨¦dito, sac¨® el m¨®vil y comenz¨® a grabar. ¡°Es una suerte poder ver a alguien como ¨¦l trabajar¡±, dec¨ªa el agente de seguros. A pocos pasos de ¨¦l, una madre explicaba a su hijo qui¨¦n era Antonio L¨®pez. ¡°Es el pintor de Madrid¡±, aseguraba, ¡°es tan importante como Vel¨¢zquez o Picasso¡±. En el mismo corrillo, un matrimonio de turistas brit¨¢nicos pasaba tambi¨¦n varios minutos viendo c¨®mo trabajaba, hasta que el sol pod¨ªa con ellos. ¡°Est¨¢ tan concentrado que me da verg¨¹enza agobiarle. Somos muchos por aqu¨ª¡±, reconoc¨ªa otro espectador. Aunque L¨®pez asegura que ni se entera de que est¨¢ rodeado porque ¡°la gente es muy correcta¡±, las redes sociales han recogido alguno de los surrealistas di¨¢logos a los que se ha enfrentado el pintor con los turistas:
¡ª?Usted es el pintor ese, G¨®mez?
¡ªL¨®pez.
¡ªEse. ?Me firma un aut¨®grafo?
¡ªAhora mismo estoy trabajando.
¡ªQu¨¦ t¨ªo m¨¢s borde...
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
