Se desploman desde la pandemia las multas a las residencias de la Comunidad de Madrid cedidas a empresas
El PSOE madrile?o denuncia la benevolencia del Gobierno de Ayuso con un grupo de centros que son un foco continuo de problemas
Un peque?o grupo de 18 residencias de mayores propiedad de la Comunidad de Madrid pero cedidas a empresas privadas son a menudo noticia por conflictos relacionados con su atenci¨®n como la mala alimentaci¨®n, la falta de cuidadoras o los impagos a los trabajadores. Sin embargo, las multas que reciben por las inspecciones auton¨®micas han ca¨ªdo precipitadamente desde la pandemia de coronavirus: la suma de las cuant¨ªas fue de 412.065 euros en 2019 por 16 infracciones, una cifra casi 10 veces mayor a los 42.626 euros de 2021, cuando solo se impusieron tres infracciones. Los datos oficiales, que llegan hasta septiembre de 2023, muestran que en ning¨²n caso las multas han llegado a la mitad del importe prepandemia.
Estos castigos contrastan con la conflictividad asociada a estos centros, lo que ha llevado al PSOE-M a denunciar una posible complicidad con esas compa?¨ªas ¡°para no arruinarles el negocio¡±. El grupo en cuesti¨®n lo forman las residencias propiedad del Gobierno regional que son cedidas a empresas privadas a cambio de un pago anual de dinero p¨²blico que voces del sector han criticado como demasiado bajo. Desde la pandemia, la Comunidad ha tenido problemas para encontrar compa?¨ªas interesadas en gestionar estos centros.
¡°La Comunidad de Madrid ha entregado estos 18 centros p¨²blicos al peor postor. Pero, adem¨¢s, lo hace sin el m¨ªnimo control para garantizar una vida digna a sus miles de residentes¡±, dice Lorena Morales, portavoz de Asuntos Sociales del grupo socialista en la Asamblea madrile?a. ¡°En 2021, mientras la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso reclamaba y abr¨ªa la hosteler¨ªa, apenas ejerci¨® el control de lo que ocurr¨ªa en sus centros residenciales para personas mayores¡±.
La Consejer¨ªa de Asuntos Sociales, capitaneada por Ana D¨¢vila, responde que la Comunidad de Madrid es la autonom¨ªa n¨²mero dos en cuanto a capacidad inspectora, seg¨²n un estudio que hizo este peri¨®dico en 2021 y que ha sido recogido en una publicaci¨®n independiente financiada por el Ministerio de Asuntos Sociales. El dato se refiere al n¨²mero de inspecciones que recibe al a?o cada centro, dos en el caso de Madrid, solo por detr¨¢s de Gipuzkoa, 2,1.
De hecho, lo llamativo es que durante la pandemia la Comunidad ha incrementado la vigilancia del sector, compuesto por unas 500 residencias de mayores. El n¨²mero de inspectores ha pasado de 21 en 2019 a 27 en 2021. Adem¨¢s, ha crecido la cifra de multas. Si tenemos solo en cuenta las sanciones (que es uno de los dos tipos de multas que puede imponer la Comunidad) en 2019 supon¨ªan 231.220 euros por 28 infracciones, mientras que en 2022 ascendieron a 1.082.084 euros por 153 infracciones.
Ese contraste chirr¨ªa, seg¨²n Morales, que dice que esa ¡°mayor laxitud con las residencias de gesti¨®n indirecta da que pensar¡±.
Precios ¡°insuficientes¡±
La Comunidad de Madrid ha estado pagando cuant¨ªas anuales que rondan los 4 millones de euros a las empresas que gestionan sus 18 residencias p¨²blicas. Fuentes empresariales del sector le dicen a este peri¨®dico que esos precios son insuficientes para gestionar con una calidad suficiente centros con m¨¢s de 150 plazas. Las familias denuncian que la consecuencia de un precio tan bajo es que las entidades gestoras tratan de ahorrar a toda costa, especialmente en personal porque supone el cap¨ªtulo m¨¢s costoso en el balance de estas empresas.
Tanto PSOE como M¨¢s Madrid llevan a?os reclamando a la Comunidad de Madrid que estas residencias p¨²blicas vuelvan al control de la administraci¨®n, una medida rechazada por el Gobierno auton¨®mico, que en su lugar ha anunciado este a?o una notable mejora de las condiciones econ¨®micas en los contratos de cesi¨®n. Por ejemplo, la Comunidad destinaba a la residencia Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa Alzh¨¦imer 4,8 millones hasta este a?o y seg¨²n ha anunciado el Gobierno de Ayuso, la inversi¨®n anual en la nueva licitaci¨®n es de siete millones.
En este grupo se encuentran residencias que no ha querido gestionar nadie en el sector. Por ejemplo, Pe?uelas, en el distrito de Arganzuela, donde en diciembre qued¨® desierto un nuevo contrato y la empresa gestora, Aralia, fue forzada por la Comunidad a seguir encargada del d¨ªa a d¨ªa del centro. Desde entonces, tres mayores han muerto en circunstancias sospechosas. Otro caso es el de la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa Alzh¨¦imer, en Vallecas, donde la asociaci¨®n del Padre ?ngel, Mensajeros de la Paz, quiso romper el contrato el a?o pasado. En otras dos residencias, Ensanche de Vallecas y Parque de los Frailes (Legan¨¦s), ha habido conflicto con los trabajadores por falta de pagos de los salarios. Y la de Moscatelares, en San Sebasti¨¢n de los Reyes, fue noticia cuando un mayor de 82 a?os denunci¨® en el pleno de ese municipio las ¡°condiciones lamentables¡± en las que viv¨ªan.
Las otras 13 residencias de este tipo son Getafe Alzh¨¦imer, Isabel La Cat¨®lica, Las Vegas, Madrid-Sur, Mirasierra, Orcasur, Parque Coimbra, Plata y Casta?ar, Usera, Villa del Prado, Villaverde Alzh¨¦imer, Nuestra Casa y El Berrueco.
Los datos de multas, obtenidos por Morales por medio de solicitudes parlamentarias, comprenden los dos tipos de inspecciones a las que est¨¢n sometidas las residencias de mayores: las sanciones por incumplir la ley (que afectan a residencias de cualquier tipo) y las penalidades por violar los contratos particulares con la Comunidad (que afectan a estas 18 residencias y a las que tengan plazas concertadas).
La inspecci¨®n es uno de los aspectos m¨¢s frustrantes para las asociaciones que defienden los derechos de los mayores en Madrid. Llevan a?os cuestionando esta tarea auton¨®mica y, a pesar del aumento global de las multas, advierten de que hay muchas m¨¢s irregularidades de las que se sancionan.
Miguel V¨¢zquez, presidente de la asociaci¨®n Pladigmare, critica que cuando denuncian a la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales alguna irregularidad, la empresa es avisada con antelaci¨®n de que va a recibir la visita de un inspector. ¡°Hay una complicidad absoluta¡±, dice V¨¢zquez. Carmen L¨®pez, portavoz de Marea de Residencias, dice que a simple vista cabr¨ªan dos posibles explicaciones a la ca¨ªda de multas en las residencias de gesti¨®n indirecta: ¡°Una posibilidad es que hayan mejorado y otra es que hay menos inspecciones porque son m¨¢s ben¨¦volas, pero sabiendo lo que sabemos estoy segura de que es lo segundo¡±.
?Tienes m¨¢s informaci¨®n? Contacta al autor en fpeinado@elpais.es o fernandopeinado@protonmail.com
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