Madrid tiene la mayor brecha salarial de g¨¦nero de Espa?a: ellas cobran al a?o 7.971 euros menos que ellos
El sindicato UGT denuncia que las mujeres duplican en n¨²mero a los hombres en los empleos peor remunerados, sobre todo por el sector de servicios sociales
En Madrid unos ganan m¨¢s que otras. Es la comunidad con mayor brecha salarial de g¨¦nero en Espa?a, con un salario medio anual de los hombres de 33.295 frente a los 25.324 que devengan las madrile?as. Las mujeres cobran casi 8.000 euros menos, seg¨²n un informe presentado este jueves por el sindicato UGT, que cifra en un 23,94% la diferencia salarial entre ambos g¨¦neros. Marina Prieto, secretaria general del sindicato, ha puesto en contexto estas cifras durante la presentaci¨®n del informe: ¡°En toda la vida laboral las mujeres dejamos de percibir hasta 300.000 euros. Es una brecha vergonzante¡±. El estudio muestra que este problema se ha incrementado 16 d¨¦cimas respecto al a?o anterior, lo que rompe la tendencia decreciente de mediciones anteriores. Mientras la mayor¨ªa de las mujeres se ha unido al mercado laboral principalmente en los empleos peor remunerados, las que han accedido a cargos de mayor importancia deben sufrir una inequidad salarial a¨²n m¨¢s acentuada, como el caso del sector de las entidades financieras y las aseguradoras, donde la brecha supera el 35%.
Siguen a Madrid en la lista de la brecha salarial Asturias, Arag¨®n, Cantabria, Andaluc¨ªa y Ceuta, todas por encima de la media nacional. Las comunidades m¨¢s equitativas son Extremadura, Baleares, Melilla y Canarias ¡ªdonde disminuye hasta el 10%¡ª.
Las causas de este fen¨®meno son m¨²ltiples. Las mujeres casi duplican en n¨²mero a los hombres a la hora de suplir las vacantes del sector de servicios sociales, que el sindicato denomina ¡°feminizados¡±. Son los empleos de peor remuneraci¨®n, como las labores de la limpieza, el cuidado de adultos mayores o la atenci¨®n a ni?os. En este ¨¢mbito, ellas suman 449.044 empleadas frente a 246.420 varones, siempre seg¨²n el an¨¢lisis de UGT, elaborado con los ¨²ltimos datos de la Agencia Tributaria en la estad¨ªstica Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, del a?o 2022.
Las mujeres no solo ocupan las vacantes de menor salario, sino que en los sectores mejor remunerados sufren una brecha salarial m¨¢s acentuada. Un ejemplo se da en las entidades financieras y aseguradoras ¡ªcon un salario medio que se aproxima a los 75.000 euros¡ª donde la brecha salarial de g¨¦nero aumenta hasta el 37%. En los empleos que ofrecen salarios m¨¢s altos ¨Dentre 7,5 y 10 veces el salario m¨ªnimo interprofesional (SMI)¨D, el n¨²mero de hombres duplica el de las mujeres y, en el tramo de m¨¢s de 10 veces el SMI, los hombres triplican a las mujeres, seg¨²n revela el sindicato.
Exigimos la creaci¨®n d un observatorio regional d #igualdadsalarial, con el objetivo d analizar y evaluar la informaci¨®n recopilada x las empresas en materia retributiva e identificar el alcance real d la #brechasalarial pic.twitter.com/E4psIe0NHC
— UGT Madrid (@UGTMadrid) February 15, 2024
Ana Usero, de 50 a?os, lleva m¨¢s de la mitad de su vida trabajando para un tit¨¢n de la banca. Con 26 a?os, fue nombrada directora. ¡°Ten¨ªa una carrera mete¨®rica¡±, se?ala por tel¨¦fono. A los 28, qued¨® embarazada de su primer hijo. ¡°No se lo tomaron muy bien porque hay mucha exigencia de hacer horas extras¡±. Pero ¡°el palo m¨¢s gordo¡± le cay¨® con su segundo embarazo. ¡°Mi jefa se lo tomo francamente mal¡±, narra la mujer, antes de detallar que, a partir de ese momento, le retiraron los bonos salariales, la intentaron mover de puesto, la sobrecargaron de trabajo y hasta llegaron a defender que lo hac¨ªan por su bien. ¡°Un acoso laboral de libro¡±, resume la mujer que, a causa de esa presi¨®n laboral, tuvo que iniciar un tratamiento ¡°con psic¨®logos, psiquiatras y antidepresivos¡±. Usero se convirti¨® en 2005 en la primera directora en pedir una reducci¨®n de jornada laboral, una tarea nada f¨¢cil que incluso tuvo que llevar a los juzgados. ¡°Decir p¨²blicamente que apuestas por una conciliaci¨®n y que no est¨¢s dedicando toda tu vida a la entidad, no les sienta nada bien. Fueron dos a?os de calvario que acabaron mal¡±.
Fuentes de UGT detallan a EL PA?S que ¡°los empleos de mayor responsabilidad se adjudican a hombres, porque existe una cultura empresarial de que ¨¦l siempre estar¨¢ all¨ª y nunca va a fallar. En cambio, las mujeres tienen que estar pendientes de sus hijos o de sus padres¡±. Esta hip¨®tesis se refleja en las solicitudes de excedencias laborales por el cuidado de los hijos, que han sido solicitadas en un 87% por mujeres frente al 13% de peticiones de los hombres. En las excedencias por cuidado de familiar, tres cuartos de lo mismo: un 80% de mujeres y un 20% de hombres.
Mar¨ªa Romero, de 41 a?os, es la cabeza de una familia monoparental que sostiene con su empleo en un CallCenter, ¡°uno de los sectores m¨¢s feminizados¡±, seg¨²n relata. Considera que los temas de conciliaci¨®n son la principal raz¨®n que perpet¨²a la brecha salarial en su campo laboral. ¡°Para nosotras los hijos son una carga¡±, se?ala esta madre de dos, que ha trabajado 14 a?os en el mismo cargo de teleoperadora. Lejos ha quedado el sue?o de ascender a coordinadora o jefa de servicio. ¡°En los puestos que promocionan no nos tienen en cuenta a las trabajadoras, porque las que cuidan a los ni?os somos las mujeres. Los jefes de servicio son ellos y nosotras solo podemos ser teleoperadoras¡±. Incluso, prosigue la trabajadora, ¡°a algunas compa?eras que han podido optar a ser supervisoras les han preguntado si ten¨ªan intenci¨®n de quedarse embarazadas¡±.
Romero, al igual que Usero, ha tirado la toalla. ¡°Al final te cansas de intentarlo, es como si tienes asumido que vas a ser la teleoperadora de siempre¡±. Antes de m¨¢s desilusiones, prefiere suponer que se jubilar¨¢ en el cargo que desempe?a desde 2010. ¡°Estamos muy cualificadas, pero no nos tiene en cuenta¡±.
Inactividad y precariedad laboral
La parcialidad y la temporalidad contribuyen a ensanchar la brecha salarial entre hombres y mujeres, entendiendo la primera como la reducci¨®n de la jornada laboral y la segunda como la modalidad de contrataci¨®n con una duraci¨®n determinada, una condici¨®n que afecta al 13,3% de las asalariadas en Madrid, frente al 11% de los hombres, aunque el sindicato ha destacado la influencia de la reforma laboral en la reduccio?n de m¨¢s de ocho puntos porcentuales tanto en hombres como mujeres.
Entre tanto, el porcentaje de mujeres que trabajan a tiempo parcial en la Comunidad de Madrid es del 17% frente a tan solo un 6% de los hombres. El sindicato evidencia ¡°una relacio?n directa entre la temporalidad y la parcialidad y la brecha salarial¡±, ya que el hecho de no trabajar una jornada completa reduce el ingreso salarial y las prestaciones contributivas ¡ªque en el futuro se reflejar¨¢n en la pensi¨®n percibida¡ª. A esta situaci¨®n tambi¨¦n contribuye la temporalidad, que adem¨¢s impide generar retribuciones por antigu?edad e imposibilita la promocio?n a mejores cargos.
Otro hallazgo del informe detalla que la inequidad salarial se acent¨²an con la edad. En los m¨¢s j¨®venes es pr¨¢cticamente inexistente hasta los 35 a?os, cuando se incrementa progresivamente hasta alcanzar su mayor nivel entre los mayores de 65 a?os. ¡°La desigualdad salarial soportada a lo largo de la vida laboral se traslada a las pensiones¡±, resalta UGT. Mientras ellas recibieron, en promedio, 17.691 de pensi¨®n, los hombres cobraron 24.197, es decir, 6.506 m¨¢s.
Cuando acab¨® la dictadura en Espa?a, las mujeres abrazaron la promesa de la igualdad con la derogaci¨®n de leyes como la licencia marital o el art¨ªculo 57 del C¨®digo Civil que ordenaba que ¡°el marido debe proteger a la mujer y esta, obedecer al marido¡±. Usero se siente ¡°de una generaci¨®n que cre¨ªa que lo ten¨ªa todo conseguido¡± y habla en pasado porque hoy ve con frustraci¨®n la situaci¨®n de mujeres como ella, privadas de aspirar a un alto cargo solo por el hecho de ser madres o con menos salario devengado. ¡°Esperanzas, ninguna¡±, sentencia esta mujer que en su juventud goz¨® de una carrera mete¨®rica que, no obstante, se desintegr¨® con la llegada los hijos.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.