El PP de Ayuso veta un pleno monogr¨¢fico sobre las residencias en la Asamblea de Madrid
Los conservadores usan su mayor¨ªa mientras los portavoces chocan por el respeto en los plenos, tras tildar una diputada de ¡°crimen organizado¡± a M¨¢s Madrid
El PP ha impuesto este viernes el rodillo de su mayor¨ªa absoluta para tumbar la propuesta lanzada por M¨¢s Madrid para celebrar un pleno dedicado ¨²nica y exclusivamente a las residencias de mayores. La decisi¨®n, consecuente con el veto a una comisi¨®n de estudio sobre el mismo tema en la legislatura pasada, cuando los conservadores tambi¨¦n rechazaron reactivar la investigaci¨®n parlamentaria que se hab¨ªa abierto entre 2020 y 2021 por las muertes de ancianos en estas instituciones, muestra hasta que punto este tema se le atraganta al Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso. Porque no hay pol¨¦mica mayor alrededor de los a?os en el poder de la baronesa que la del fallecimiento de miles de residentes que no pudieron acceder a los hospitales por los protocolos de triaje desarrollados por la Administraci¨®n.
¡°No vamos a entrar en el juego de la izquierda, el revisionismo, plantear una sombra de dudas sobre las residencias, unos recursos que funcionan bien¡±, ha intentado justificar Carlos D¨ªaz-Pache, el portavoz parlamentario del PP. ¡°No vamos a ser part¨ªcipes de rescatar una vez m¨¢s el dolor de la pandemia, para seguir extendi¨¦ndolo y que con ese dolor la izquierda madrile?a intente hacer pol¨ªtica¡±.
El veto al traslado de los ancianos a los hospitales fue m¨¢s intenso entre el 9 de marzo y el 5 de abril de 2020 y especialmente significativo entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situaci¨®n vari¨® de un hospital a otro. Seg¨²n un an¨¢lisis que public¨® EL PA?S, en toda la primera ola (de marzo a junio de 2020) murieron 11.389 mayores que viv¨ªan en residencias, de los cuales 8.338 (el 73%) no fueron trasladados a un hospital.
Esas cifras espeluznantes cobran un nuevo significado el lunes, cuando Carmen Miquel Acosta, especialista de Amnist¨ªa Internacional, interviene en la Asamblea y las convierte en consecuencias de decisiones pol¨ªticas: los recortes previos a la pandemia que dejaron a la sanidad p¨²blica en los huesos y tiritando; los protocolos que decidieron las derivaciones; los geriatras, dice, que actuaron como ¡°guardianes de puerta del hospital¡±.
Y dice: ¡°Documentamos violaciones de derechos humanos [...] La supuesta medicalizaci¨®n de las residencias nunca sucedi¨®, dejando a las personas mayores en una situaci¨®n muy delicada, abandonadas a su suerte. En nuestra investigaci¨®n tambi¨¦n documentamos cuidados paliativos deficientes. Tambi¨¦n, un encierro de facto, la escasa informaci¨®n a familias, dificultades de comunicaci¨®n, y muerte en soledad¡±.
Esas palabras resuenan como un trueno en la Asamblea, donde la oposici¨®n no est¨¢ dispuesta a que las miles de muertes de los residentes caigan en el olvido. Menos a¨²n cuando D¨ªaz Ayuso ha entrado al trapo en estas dos semanas, y primero ha justificado no trasladar a los ancianos a los hospitales porque ¡°no se salvaban en ning¨²n sitio¡±; y luego se ha quejado de que ¡°est¨¢n a punto de acusarnos de genocidio¡±. Dos frases que demuestran que esta tampoco es una herida cerrada en el gobierno, que por ella supura constantemente, consciente como son D¨ªaz Ayuso y sus asesores de que este es su flanco d¨¦bil, el gran borr¨®n de su gesti¨®n, la tr¨¢gica mancha que no se quita y siempre le acompa?a, por mucho que las circunstancias de aquellos d¨ªas de 2020 fueran terribles, con los hospitales al borde del colapso, los sanitarios sin medios de protecci¨®n, y las cifras de infectados multiplic¨¢ndose cada minuto.
¡°No quieren que se hable en sede parlamentaria de un modelo con grietas que ponen en peligro la vida de personas mayores en la Comunidad de Madrid¡±, ha lamentado Manuela Bergerot, de M¨¢s Madrid. ¡°Ya tumbaron con la ayuda de Vox la comisi¨®n de investigaci¨®n, ocultan las actas y ahora bloquean este pleno¡±, ha recordado. ¡°Se ponen del lado de la ocultaci¨®n y la oscuridad, lo niegan por cuestiones ideol¨®gicas¡±, ha a?adido. Y ha denunciado: ¡°La se?ora Ayuso responde con chistes o frivolidades a lo que ocurri¨®, y el PP impide cualquier iniciativa para el debate o la investigaci¨®n para protegerla como responsable pol¨ªtica de lo que ocurri¨®¡±.
¡°Ser¨ªa bueno una comisi¨®n de investigaci¨®n, pero nos la han tumbado ya 40 veces¡±, ha coincidido el l¨ªder del PSOE, Juan Lobato, para justificar que su grupo haya registrado una comisi¨®n de estudio sobre las residencias.
Manos manchadas de sangre
Pero el de las residencias no es la ¨²nica pol¨¦mica de la jornada en la Asamblea. Primero, porque el PP convoca a una comparecencia al delegado del Gobierno, Fran Mart¨ªn, para que explique el dispositivo policial que acompa?¨® a las tractoradas de esta semana, y que los conservadores juzgan excesivamente duro.
Y segundo, porque hasta la junta de portavoces del Parlamento llegan los representantes de M¨¢s Madrid escandalizados porque una diputada del PP, Elisa Vigil, les describiera como ¡°crimen organizado¡± en el pleno de la v¨ªspera, defendiendo luego la procedencia de la expresi¨®n con el argumento de que Carla Antonelli, diputada de este partido de izquierdas, acus¨® a los conservadores de tener ¡°las manos manchadas de sangre¡± por reformar las leyes LGTBI de la regi¨®n.
Bergerot se queja de ¡°la parcialidad¡± del presidente de la C¨¢mara, Enrique Ossorio, a la hora de ordenar los debates, a su juicio siempre a favor de su partido, el PP. El exvicepresidente regional, por su parte, advierte de que empezar¨¢ a aplicar el reglamento con m¨¢s dureza para intentar que los grupos mantengan el decoro, se escuchen, y no se interrumpan con insultos y expresiones inaceptables.
Pero no es la primera vez que los portavoces afrontan este tema, ni que son reprendidos por que haya tantos diputados lenguaraces. Y nunca ha cambiado nada. As¨ª que lo previsible es que la Asamblea de Madrid siga como est¨¢: llena de gritos, chillidos y expresiones fuera de tono que apagan cualquier argumento.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.