Una profesora renuncia a los pagos de una incapacidad total para volver a dar clase por ¡°vocaci¨®n¡±
Laura Mart¨ªn se rompi¨® los dos codos, pidi¨® una incapacidad parcial compatible con trabajar, y recurri¨® cuando le reconocieron el derecho a no hacerlo con 49 a?os
Le dijeron que era ¡°absurdo¡±, que nadie luchar¨ªa por eso, y que no se recordaban casos similares, pero Laura Mart¨ªn, funcionaria de carrera del Cuerpo de Profesores de Ense?anza Secundaria, ten¨ªa un empe?o: volver a dar clases en un centro de Formaci¨®n Profesional, pese a que la Seguridad Social le hab¨ªa reconocido una incapacidad laboral permanente total que le garantizaba una prestaci¨®n mensual por la que acabar¨ªa ingresando 200.000 euros en total a lo largo de casi dos d¨¦cadas. Y lo consigui¨®.
¡°Resuelve estimar la solicitud de rehabilitaci¨®n formulada, por desaparici¨®n de la incapacidad que motiv¨® su jubilaci¨®n por incapacidad permanente¡±, recog¨ªa el mi¨¦rcoles el bolet¨ªn oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM). Una frase desapasionadamente burocr¨¢tica que esconde una historia en la que se mezclan el dolor por dos codos rotos, la pasi¨®n por la ense?anza, el v¨¦rtigo por el dr¨¢stico recorte de ingresos al pasar del salario a la prestaci¨®n, y el rechazo abisal, hondo, y nacido de las mismas entra?as, a pasar a la reserva con 49 a?os. ¡°Un infierno¡±, resume Mart¨ªn al tel¨¦fono. ¡°Una pesadilla¡±.
Es 2018. Mart¨ªn est¨¢ de paseo, y se cae igual que si se hubiera ca¨ªdo de un helic¨®ptero, seg¨²n cuenta. Consecuencia: se rompe el codo izquierdo. Meses despu¨¦s, ya en 2019, vuelve a caerse. Y se rompe el codo derecho. El resultado de los dos accidentes es que acaba con pr¨®tesis en la cabeza del radio de las dos articulaciones. Son lesiones que reducen su movilidad, pero sigue trabajando, e incluso se enfrenta a la pandemia del coronavirus como jefa de estudios de FP del centro en el que trabaja.
En septiembre de 2022, solicita la incapacidad permanente parcial. En junio de 2023, la Seguridad Social le reconoce la total para la profesi¨®n habitual, pues se determina que est¨¢ ¡°limitada para tareas que requieran fuerza y destreza y movilidad completa de ambos miembros¡±.
La diferencia entre lo solicitado y lo recibido es radical: si la incapacidad permanente parcial es compatible con que Mart¨ªn mantenga su trabajo, y tiene la ventaja de que recibe una indemnizaci¨®n, la incapacidad permanente total para su profesi¨®n habitual impide que siga dando clases ¨Daunque pueda trabajar en otras ¨¢reas¨D, y le reconoce el derecho a recibir cada mes una prestaci¨®n. Y entonces, sorpresa: esta profesora recurre para poder volver a trabajar en su profesi¨®n. Acaban de arrancar siete meses de angustias.
¡°Todo el valor que me dan mis alumnos a diario me lo quit¨® un papel el junio de 2023¡å, lamenta Mart¨ªn sobre el d¨ªa en el que se le notific¨® la incapacidad total. ¡°Estuve conforme con el informe m¨¦dico del INSS, pero en mi opini¨®n puedo seguir contribuyendo a mi trabajo unos a?os m¨¢s, quiero, debo y tengo que hacerlo porque mis principios no me permiten estar orgullosa de cobrar una prestaci¨®n por incapacidad y que la Comunidad pague una n¨®mina a quien cubra una plaza que debo cubrir yo¡±, argumenta.
¡°No tengo miedo a poder ganarme la vida pero, ?por qu¨¦ renunciar tan pronto a algo que gan¨¦ con tanto esfuerzo?¡±, se pregunta, pues la incapacidad permanente que le concedieron era compatible con otro trabajo. ¡°Yo ya sab¨ªa que mi trabajo me aportaba felicidad, dignidad, satisfacci¨®n, sentirme ¨²til, pero ahora, despu¨¦s de estos siete meses, lo valoro a¨²n m¨¢s y me reafirmo en ello¡±, sigue. Y remata: ¡°No quiero sentir que enga?o a mi pa¨ªs o que abuso, mis lesiones son compatibles con mi profesi¨®n y adem¨¢s quiero desarrollar todo el potencial profesional adquirido a mis 50 a?os y darle a mis alumnos todo lo que s¨¦ hacer¡±.
Todo queda resumido en la respuesta de la profesora al parte m¨¦dico de la Seguridad Social que reconoce sus problemas de movilidad. Es una declaraci¨®n de amor al trabajo, y el resumen de una vocaci¨®n que no se quiere dejar escapar antes de tiempo, el primer paso para recuperar un tesoro perdido y muy querido.
¡°Aun estando de acuerdo con su informe m¨¦dico¡±, se lee en el escrito de reclamaci¨®n, ¡°creo en mi humilde opini¨®n que puedo seguir trabajando en mi profesi¨®n habitual, como vengo haciendo m¨¢s de tres a?os desde mi alta, con mi limitaci¨®n de rango articular del codo izquierdo que dificulta algunas tareas pr¨¢cticas, pero no muchas, y mucho menos todas¡±, argumenta. ¡°Adem¨¢s, tengo la posibilidad de pedir carga lectiva horaria¡±.
Mart¨ªn no responsabiliza a nadie de lo ocurrido. Si acaso, dice, todo se debe a un error suyo. Reconoce que nunca pens¨® que se le pudiera conceder la incapacidad permanente total al pedir la parcial, que es compatible con el trabajo. Explica que el cambio de situaci¨®n fue dif¨ªcil de digerir, pues desat¨® una tormenta de emociones, al abandonar su ocupaci¨®n habitual y reducir dr¨¢sticamente sus ingresos, que quedaron recortados al 55% de la base reguladora de su salario. Y agradece a la Comunidad de Madrid que haya resuelto el procedimiento de su rehabilitaci¨®n en diez d¨ªas laborables, cuando es un proceso administrativo, dice, que dura hasta seis meses.
Un portavoz del Gobierno central explica que este tipo de casos se dan ¡°a veces¡±. Por su parte, la Comunidad de Madrid se limita a informar de que tramit¨® la reincorporaci¨®n cuando se le solicit¨®. Para Mart¨ªn, quedan dos puertas que a¨²n no parece decidida a abrir: la de solicitar la incapacidad permanente parcial en los tribunales, y la de reclamar la incapacidad permanente total en unos a?os, si es que ya no se siente capaz de realizar su trabajo. Pero detr¨¢s de esas consideraciones administrativas hay una persona que parece dispuesta a todo por seguir dando clases: Mart¨ªn se reincorpora al trabajo sabiendo que le separan 70 kil¨®metros del nuevo destino al que tendr¨¢ que acudir a partir de ahora.
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