Protejamos la piscina Stella, un lugar ¨²nico por su arquitectura, su paisajismo y su historia
No queremos que esta joya del racionalismo tard¨ªo de nuestra ciudad y reducto de libertad durante las largas d¨¦cadas del franquismo sufra la misma suerte que La Pagoda
Las ciudades necesitan hitos, lugares que cuenten su historia, con los que sus habitantes nos identifiquemos y nos hagan sentir parte de ellas. Madrid, por fortuna, est¨¢ llena de esos lugares, pero tambi¨¦n ha perdido muchos y otros est¨¢n en riesgo de perderse. Esto afecta en especial a parte de nuestro patrimonio arquitect¨®nico y urban¨ªstico del siglo XX, como si lo m¨¢s pr¨®ximo requiriera menos cuidado y atenci¨®n.
La presi¨®n de la especulaci¨®n inmobiliaria tan salvaje en Espa?a se ha cebado bien con Madrid, y el Ayuntamiento baja los brazos demasiado a menudo. En 1999 presenciamos entre at¨®nitos e incr¨¦dulos la demolici¨®n de La Pagoda, emblem¨¢tico edificio de Miguel Fisac que daba la bienvenida a todo aquel que llegase a Madrid por la A-2. Entonces, el alcalde ?lvarez del Manzano, haciendo alarde de una absoluta falta de sensibilidad y dejadez, solo adujo, preguntado por c¨®mo era posible que eso ocurriera, que el edificio no se encontraba inscrito en ninguna lista de protecci¨®n.
M¨¢s recientemente, la llamada operaci¨®n Canalejas permiti¨® que se rebajase de manera inaceptable la protecci¨®n de los edificios que hoy albergan un famoso hotel de lujo y el centro comercial anexo, destruyendo por completo todos los elementos patrimoniales del antiguo Banco Hispano Americano y La Equitativa, salvando ¨²nicamente las fachadas.
El front¨®n Beti-Jai ha corrido m¨¢s suerte y se consigui¨® rescatarlo gracias a la lucha de vecinos, defensores del patrimonio y amantes de la pelota vasca que no se rindieron y que siempre contaron con el apoyo del Grupo Municipal Socialista. Sin la movilizaci¨®n de la sociedad civil, hoy, el Beti-Jai probablemente no existir¨ªa.
No queremos que la piscina Stella en Arturo Soria, 231 ¨Duna joya del racionalismo tard¨ªo de nuestra ciudad y reducto de libertad durante las largas d¨¦cadas del franquismo¨D sufra la misma suerte que La Pagoda. Por ello hemos llevado a la Comisi¨®n de Cultura del Ayuntamiento de Madrid un ruego para que se pida a la Comunidad de Madrid que se le reconozca Bien de Inter¨¦s Patrimonial.
Y lo hemos hecho por tres motivos principales. El primero, por su alto valor arquitect¨®nico y paisaj¨ªstico. No solo el edificio, sino tambi¨¦n sus jardines y su ubicaci¨®n ¨Dcolgada sobre la M-30¨D merecen la m¨¢xima protecci¨®n. El segundo, por la historia que alberga. Porque no solo sirvi¨® de refugio al mundo art¨ªstico e intelectual durante el franquismo, sino que tambi¨¦n nos conecta con la historia de la Ciudad Lineal, con quien, por cierto, el Ayuntamiento tiene otra deuda de reconocimiento.
Entre aquellos visionarios que a partir del cambio de siglo y con Arturo Soria a la cabeza, creyeron que otra ciudad era posible: m¨¢s salubre, m¨¢s sostenible, m¨¢s verde, m¨¢s igualitaria, se encontraban los fundadores de la Piscina Stella. El tercero, porque Madrid es una de las ciudades con menos piscinas de Espa?a por habitante y necesita a gritos m¨¢s dotaciones deportivas. Recuperar Stella como piscina para los vecinos y vecinas implicar¨ªa recuperar tambi¨¦n parte de nuestro patrimonio y de nuestra historia. Par¨ªs lo ha hecho con sus piscinas hist¨®ricas, ?por qu¨¦ no Madrid?
Y, por ¨²ltimo, creemos que la familia propietaria de la Piscina Stella merece un reconocimiento. Ellos solos se ocupan hoy en d¨ªa de su mantenimiento y conservaci¨®n. Desde el Grupo Socialista queremos buscar soluciones de su mano para entre todos dar una nueva vida a la Piscina Stella y que nos siga deslumbrando con su belleza y su historia, por muchas d¨¦cadas m¨¢s.
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