El ¡°milagro¡± de Lavapi¨¦s: el barrio recupera su colegio p¨²blico tras seis largos a?os de reformas
Los alumnos y profesores del Antonio Moreno Rosales estaban reubicados en un colegio de Carabanchel, a cuatro kil¨®metros
Un grupo de turistas baja la acera arrastrando sus maletas y, en la esquina de la calle del Olmo de Madrid, se cruzan con una fila de ni?os y padres que caminan en direcci¨®n contraria, hacia un colegio p¨²blico de Lavapi¨¦s, el Antonio Moreno Rosales, cerrado durante seis cursos a causa de una reforma que, en principio, debi¨® durar menos de un a?o. Este lunes, tras la culminaci¨®n de la reforma integral de la vieja casona, 150 alumnos de entre tres y 12 a?os han regresado a este cole. Para muchos es una especie de ¡°milagro¡±. Seis largos a?os de esperas, protestas y negociaciones para no perder un lugar neur¨¢lgico de la ciudad en el que convergen alumnos de varias nacionalidades. El cambio de gobierno en el Ayuntamiento, el reemplazo de la constructora encargada, la pandemia y las constantes modificaciones en los planos y en los presupuestos han ido retrasando la entrega, pero los profesores, los estudiantes y muchos de los padres nunca dejaron de luchar por volver a su barrio.
El edificio ha abierto sus puertas entre alg¨²n aplauso y con olor a pintura fresca, con todos los espacios necesarios para desarrollar el curso sin contratiempos ¨Dincluso se ha ampliado hacia una zona de la terraza¨D y con la plantilla de profesores cubierta al completo. Han sido ellos quienes han recibido a los estudiantes con camisetas en las que se lee Yo salv¨¦ el cole p¨²blico de Lavapi¨¦s. Desde los balcones, docentes y equipo directivo han agradecido a todos los que los han acompa?ado durante esos seis a?os con el objetivo claro de recuperar el edificio. La secretaria de educaci¨®n del sindicato Comisiones Obreras de Madrid, Isabel Galv¨ªn, incide en la idea de que la reapertura del Antonio Moreno es ¡°un aut¨¦ntico milagro¡± porque todo estaba previsto para su desaparici¨®n.
Lavapi¨¦s es un icono en Madrid, ya no por su multiculturalidad, sino por la turistificaci¨®n y la gentrificaci¨®n que cada d¨ªa van convirti¨¦ndolo menos en barrio y m¨¢s en parque de atracciones. La hist¨®rica casona de casi 200 a?os en la que se ubica el Antonio Moreno Rosales se ca¨ªa a pedazos, a pesar de los parches que se le hac¨ªan regularmente, por lo que en 2018 el Ayuntamiento tom¨® la decisi¨®n que ven¨ªan poniendo sobre la mesa desde hac¨ªa algunos a?os: la de cerrar el edificio, con la promesa de que el siguiente curso estar¨ªan de regreso. En ese tiempo, cambi¨® el gobierno. De Manuela Carmena, a Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida. Y despu¨¦s de mucho luchar para que los miembros del colegio, tanto profesores como alumnos, no quedaran disgregados por diferentes centros educativos de la ciudad, lograron que en el colegio p¨²blico Per¨², ubicado en el distrito de Carabanchel, les cedieran el espacio necesario para que las clases continuaran en un mismo sitio. Juntos. Sin disgregarse. Para evitar el principio de un fin que no quer¨ªan que llegara. Y en cierto sentido, dicen ahora, gracias a la unidad que mantuvieron a lo largo de este per¨ªodo de exilio, hoy han podido recuperar su espacio original.
Lo cierto es que el v¨ªnculo entre el colegio y el barrio nunca se perdi¨®. Los profesores buscaron espacios en la zona para que los alumnos se apuntaran a las extraescolares, invitaban a los padres a reuniones en diferentes puntos para informarles de los avances de la reforma y se apoyaron en organizaciones y grupos vecinales para dejar claro que, aunque no estaban all¨ª, pertenec¨ªan a Lavapi¨¦s. El presidente de la asociaci¨®n de vecinos La Corrala, Manuel Osuna, asegura que la reapertura del Antonio Moreno Rosales significa rescatar una parte importante de la identidad del barrio. A sus 61 a?os, recuerda sus a?os de estudio en esas mismas aulas y entiende que, tanto para los ni?os como para los vecinos de Lavapi¨¦s, es ¡°fundamental¡± recuperar y ¡°hacer crecer¡± el colegio. Galv¨ªn reconoce el compromiso, la preparaci¨®n y el buen proyecto educativo que tiene el claustro: ¡°Si les dan margen este a?o, este centro se va a potenciar, aun cuando siguen teniendo limitaciones de espacio¡±.
El volver al barrio en ning¨²n caso fue un capricho. Mientras estuvieron en el colegio Per¨², la Comunidad de Madrid ofreci¨® transporte escolar gratuito para que los alumnos recorrieran los cuatro kil¨®metros entre el centro y Carabanchel, pero regresar a este edificio supone un gran ahorro de tiempo y de dolores de cabeza, ya que la mayor¨ªa de sus estudiantes viven a pocas calles del centro. Patricia Pineda, cuyo hijo inici¨® su segundo curso de Primaria en el Antonio Moreno Rosales, recuerda c¨®mo el pasado a?o ten¨ªa que acompa?arlo 10 minutos andando hasta la Ronda de Toledo, desde donde part¨ªan los autobuses que luego tardaban otros 15 en llegar al cole Per¨². Si se retrasaban unos minutos y perd¨ªan el autob¨²s, deb¨ªan llevarlos en coche o en transporte p¨²blico. Por ello, para algunos llegar tarde a clase se volvi¨® algo com¨²n.
La distancia f¨ªsica tambi¨¦n tuvo otra consecuencia: el contacto presencial entre profesores y familiares se vio afectado. A los docentes se les complicaba comunicarse a trav¨¦s de correo electr¨®nico con padres y madres, m¨¢s a¨²n cuando el 85% de los estudiantes es de origen extranjero y muchas de las familias tienen dificultades con el idioma. Entre otras razones, este colegio tiene un papel fundamental en el barrio debido a la gran cantidad de hogares vulnerables a los que da servicio. En sus aulas se ense?an las materias reglamentarias, pero tambi¨¦n se ayuda a que los reci¨¦n llegados se integren en a su nuevo contexto y a que todos tengan oportunidades. La secretaria de educaci¨®n de CC OO destaca que, hist¨®ricamente, el Antonio Moreno ha funcionado como un centro de acogida para los hijos de las familias migrantes, pero, asegura, la Comunidad de Madrid no le ha prestado la debida atenci¨®n.
Dentro del gran logro que significa rescatar el colegio, existen otros motivos de alegr¨ªa, como el servicio de desayunos que se brindar¨¢ en el propio centro a los menores que lo necesiten, antes de comenzar las clases cada d¨ªa. Tambi¨¦n el servicio del comedor que, aunque de momento funcionar¨¢ mediante catering, se espera que en poco tiempo pueda ofrecer los alimentos cocinados en su propia cocina.
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