La codiciada perla de Lavapi¨¦s se vende por edificios
A pocas calles de las zonas m¨¢s cotizadas de la capital, el hist¨®rico barrio madrile?o sucumbe a la presi¨®n de los fondos inmobiliarios


La abuela de Mar¨ªa Jes¨²s lleg¨® de Plasencia para vender alpargatas despu¨¦s de la Guerra Civil. Comparti¨® habitaci¨®n con otras familias llegadas de las zonas rurales de Espa?a, abri¨® una peque?a tienda de zapatos, durmi¨® junto al mostrador y a?os despu¨¦s logr¨® mudarse a un apartamento en Lavapi¨¦s. Sigui¨® con el negocio su hermana, su hija y su nieta hasta que hace unas semanas colg¨® del escaparate un cartel en el que se lee ¡°liquidaci¨®n¡±. Y a?ade: ¡°cierro y ya¡±. ¡°Ya he llorado mucho, pero no puedo aguantar m¨¢s¡±. Ni siquiera le echa la culpa a los fondos buitre, las socimis, la gentrificaci¨®n o un poco de todo. El caso es que la llegada de Elix Rental Housing, el fondo inmobiliario propiedad de AltamarCAM Partners, del que es presidente Claudio Aguirre, primo de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido el ¨²ltimo clavo en el ata¨²d.

A pocas calles de la Puerta del Sol, Canalejas, la Plaza de Santa Ana o Atocha, era cuesti¨®n de tiempo que la voracidad inmobiliaria recayera sobre el barrio de Lavapi¨¦s. El ¨²ltimo caso conocido ha sido el n¨²mero 7 de la calle Tribulete, cuyos 54 vecinos conocieron el s¨¢bado que el fondo de inversi¨®n Elix Rental Housing hab¨ªa comprado el bloque. Pero antes que en Tribulete, fueron los edificios de Buenavista, 25, Zurita, 22 o Argumosa, 11. Uno tras otro se ha impuesto la tendencia de comprar edificios completos con vecinos dentro.
¡°Poco a poco, hasta los migrantes que un d¨ªa volvieron a levantar las persianas de negocios decadentes se est¨¢n marchando¡±, dice Mar¨ªa Jes¨²s Gonz¨¢lez, due?a de una zapater¨ªa que un d¨ªa tuvo un eslogan en la puerta: ¡°Ya lo dijo Salom¨®n: ¡®para los pies delicados, lo mejor son zapatos Vinig¨®n¡±. El turismo est¨¢ muy bien y deja dinero, pero los barrios los construyen los vecinos y las familias. ¡°El siguiente paso cu¨¢l ser¨¢, ?cerrar la escuela hasta ir asfixi¨¢ndonos?¡±, dice. ¡°Piensas que no te va a tocar a ti, y cuando te toca, te sobrecoge¡±, dice emocionada.
M¨¢s de cinco vecinos dejan cada d¨ªa Lavapi¨¦s ante el aumento del precio de los alquileres. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Federaci¨®n Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, el barrio ha perdido 10.000 en los ¨²ltimos cinco a?os, una situaci¨®n que altera por completo el ecosistema del barrio. ¡°Est¨¢n echando del barrio a gente que siempre ha pagado puntualmente el alquiler, que son inquilinos ejemplares, que crean familias y que llevan muchas d¨¦cadas viviendo aqu¨ª¡±, dice Nacho Salvador, inquilino de Tribulete, que se ha unido al resto de vecinos para hacer frente a un inminente desalojo.
¡ª¡±?Ves ese restaurante de ah¨ª?¡± ¡ªdice se?alando un local a pocos metros de su casa, donde esperan m¨¢s de 20 personas para poder entrar a tomar caf¨¦s a 3 euros.
¡ªAntes era una fruter¨ªa, pero ahora ofrece un brunch cada domingo a casi 20 euros.?Qui¨¦n de aqu¨ª puede pagar eso? ¡ªse pregunta.
Elix Rental Housing, el fondo inmobiliario de AltamarCAM Partners del primo de Aguirre, que se ha hecho con su casa, no cotiza en la Bolsa espa?ola sino en el Euronext de Par¨ªs. Seg¨²n los documentos de incorporaci¨®n al Euronext que la empresa proporciona, solo tiene un edificio en la calle Galileo y vive de los ingresos que obtiene de estos alquileres.








Seg¨²n estos documentos, el objetivo de Elix es seguir creciendo en la Comunidad de Madrid, por lo que en caso de modificaciones urban¨ªsticas, ¡°la compa?¨ªa podr¨ªa verse afectada negativamente¡±, dice el texto sobre su incorporaci¨®n a Par¨ªs. Entre otros riesgos, una vez comprado y remodelado el edificio, ¡°los inquilinos podr¨ªan experimentar circunstancias desfavorables, financieras o de otro tipo, que les impidieran cumplir con sus compromisos de pago¡±. Para impedir todo ello, la empresa relevar¨¢ a los inquilinos existentes por otros nuevos, teniendo en cuenta ¡°el salario, la duraci¨®n del contrato laboral, el impuesto sobre la renta, la vida laboral de la seguridad social y un seguro de impago¡±. Solo quienes cumplan estos requisitos podr¨¢n seguir viviendo en su casa, confirma el documento. Ajena al conflicto, la empresa entreg¨® en octubre las arras para comprar otro edificio en Canillejas.
Desde el Sindicato de Inquilinas defienden: ¡°Est¨¢bamos sobre aviso sobre la intenci¨®n de comprar el edificio porque la estrategia es siempre la misma. Compran los edificios, echan a la gente, los reforman y los vuelven a poner en el mercado. En el caso de Lavapi¨¦s la preocupaci¨®n es que terminar¨¢n siendo pisos tur¨ªsticos, explica un portavoz de sindicato que asesora a los vecinos de Tribulete. El colectivo, que comparte experiencias por toda Espa?a, se?ala que hay un cambio en la tendencia. Antes divid¨ªan, enga?aban o trataban de negociar de forma individual, pero cada vez m¨¢s los vecinos se unen para resistir. En Madrid los alquileres han subido un 60% en los ¨²ltimos 10 a?os frente a los salarios que solo han subido el 3%. La gente se est¨¢ hartando¡±, a?aden.
Alfonso Becerra vive frente a un edificio en la calle Buenavista en el que pr¨¢cticamente ya no quedan vecinos desde que la productora argentina Gloriamundi adquiri¨® el edificio entero. Solo un vecino resiste a marcharse con una pancarta colgada en el balc¨®n. ¡°El deterioro del barrio que conocimos es total. Despu¨¦s de la pandemia se rompieron muchas redes vecinales que est¨¢n aprovechando para penetrar sin obst¨¢culos¡±, explica. ¡°Ah¨ª se fund¨® Podemos¡±, dice se?alando un local de la esquina.
Javier Herranz, miembro de la redacci¨®n del peri¨®dico Naci¨®n Humana Universal, que se publica en Lavapi¨¦s, reconoce que el tejido asociativo se ha degradado y que la vida cultural nada tiene que ver con ¨¦pocas antiguas. ¡°La pandemia y el confinamiento hizo un da?o terrible que rompi¨® las redes de resistencia¡±, explica. La izquierda ahora tampoco est¨¢ en la calle y hemos perdido vitalidad para hacer frente a fen¨®menos de este tipo como la turistificaci¨®n y la llegada de fondos buitre¡±, a?ade. No obstante, para Herranz, el problema es m¨¢s complejo y tiene muchos puntos de vista seg¨²n se hable con vecinos, migrantes, comerciantes o turistas, explica.
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