Juana Canal: c¨®mo desentra?ar un crimen sepultado por dos d¨¦cadas
El polic¨ªa y el guardia civil encargados de la investigaci¨®n de la muerte de esta vecina de Madrid desgranan en el juicio las pesquisas, desde rastrear un papel perdido en un s¨®tano a localizar testigos
Esta es la historia de un crimen a punto de no existir, en el que intervinieron unos excursionistas, un guardia civil reci¨¦n incorporado a su puesto, una denuncia de hace dos d¨¦cadas y dos equipos policiales que se pusieron manos a la obra para resolver un caso condenado al olvido. Es el relato de c¨®mo ha llegado Jes¨²s Pradales a estar sentado frente al juez desde este lunes, acusado del homicidio en 2003 de su pareja, Juana Canal. Una historia en la que los agentes bucearon en busca de un papel en un s¨®tano inundado, desplegaron drones en un paraje perdido de ?vila y localizaron restos abandonados durante demasiado tiempo.
En el argot lo llama cold case, en espa?ol, caso helado, aquellos que se han quedado detenidos en el tiempo porque los investigadores han dado con callejones sin salida una y otra vez o porque no existe la tecnolog¨ªa suficiente para recopilar m¨¢s pruebas, por ejemplo. En el asunto Juana Canal influy¨® el protocolo de investigaci¨®n que en 2003 exist¨ªa para las desapariciones y la violencia de g¨¦nero. O, mejor dicho, la falta de ¨¦l. ¡°Se hicieron pocas gestiones por el protocolo que exist¨ªa en esa ¨¦poca. Hoy no habr¨ªa sido as¨ª. Hoy la desaparici¨®n de Juana Canal se habr¨ªa considerado inquietante o de alto riesgo¡±, se?ala el jefe de grupo de la Polic¨ªa Nacional que instruy¨® la investigaci¨®n que ha llevado a este acusado a ser juzgado por homicidio.
A principios de 2022, un nuevo capit¨¢n de la Guardia Civil se incorpor¨® a la Polic¨ªa Judicial de ?vila y solicit¨® a su equipo que hiciera un repaso de qu¨¦ casos estaban pendientes. Fue entonces cuando descubrieron el expediente de unos restos hallados por dos excursionistas por casualidad en 2019 en un paraje natural. Los huesos estaban identificados, pero la coincidencia no se hab¨ªa notificado a la familia. Correspond¨ªan a una mujer cuya desaparici¨®n hab¨ªa denunciado su hijo en febrero de 2003 en Madrid. Dec¨ªrselo hab¨ªa sido imposible en su d¨ªa porque el chico muri¨® unos a?os despu¨¦s. Un fallo de coordinaci¨®n en ese momento y la llegada de la pandemia impidi¨® localizar a m¨¢s familiares.
Todo eso cambi¨® en 2022, cuando se puso en marcha la investigaci¨®n conjunta entre la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil para dar respuesta a qu¨¦ le hab¨ªa pasado a Juana Canal. En el exiguo expediente sobre el caso, los agentes hallaron la denuncia del hijo por su desaparici¨®n, en la que ya hablaba de la entonces pareja de su madre, un hombre llamado Jes¨²s Pradales con el que apenas llevaba unos meses de relaci¨®n. Cuando los investigadores estudiaron a este individuo, descubrieron que hab¨ªa sido acusado y absuelto de malos tratos a su pareja actual. Tambi¨¦n analizaron sus redes sociales y se toparon con decenas de publicaciones sobre el pueblo en el que hab¨ªan encontrado el cuerpo de Juana. ¡°Sus padres tienen tres propiedades ah¨ª, es un pintor famoso en la zona y Juana no ten¨ªa ning¨²n tipo de relaci¨®n con el pueblo ni era una amante del senderismo¡±, ha recalcado en el juicio el instructor del caso de la Polic¨ªa Nacional.
Tambi¨¦n encontraron el registro de una llamada que hab¨ªa realizado Juana al 091 la madrugada de su desaparici¨®n, en la que alertaba de la agresividad de su pareja. Una patrulla lleg¨® a acudir al domicilio, pero se marcharon tras hablar con ambos. ¡°Se solucion¨® con lo que se conoce como presencia policial. Tampoco entonces cont¨¢bamos con la ley contra la violencia de g¨¦nero¡±, ha recordado el agente. Los polic¨ªas bucearon, casi literalmente, en un s¨®tano de una comisar¨ªa de distrito que hab¨ªa sufrido una inundaci¨®n, en busca del parte de intervenci¨®n para obtener m¨¢s detalles de la que, probablemente, fue la ¨²ltima vez que alguien vio a la mujer con vida, a las 2.26 del 22 de febrero de 2003. Pero fue imposible encontrar el documento.
Lo que s¨ª encontraron fue la denuncia que interpuso el acusado el 23 de febrero a las seis de la ma?ana por unas supuestas lesiones causadas por Juana. En ese momento, ella ya estaba muerta y su cuerpo yac¨ªa enterrado en un terreno cercano a la finca familiar de Jes¨²s. Junto con la denuncia presentaba un parte de lesiones del 12 de octubre firmado a las cinco de la ma?ana. ¡°Lo que contaba en su relato no se correspond¨ªa con lo que pon¨ªa en el parte, ¨¦l hablaba de un cuchillo, pero no ten¨ªa ninguna herida cortante¡±, ha recordado el instructor policial. Los agentes tambi¨¦n dieron con un vecino del bloque en el momento en el que presuntamente se cometi¨® el crimen, quien recordaba que lleg¨® a escuchar discusiones provenientes del piso que compart¨ªan Juana y Jes¨²s.
Los investigadores decidieron intervenir el tel¨¦fono del acusado. De esas conversaciones, dedujeron que, ante la insistencia de su mujer para que le dijera si hab¨ªa hecho algo a esa mujer, Jes¨²s contestaba con evasivas o bromas. Como ha recordado el abogado defensor del hombre, s¨ª que lleg¨® a haber alguna conversaci¨®n en la que ¨¦l niega los hechos a su esposa, que le insiste en que jure por sus hijos que no es culpable.
Los agentes avanzaron en sus pesquisas y descartaron la posibilidad de una muerte accidental o una desaparici¨®n voluntaria, bas¨¢ndose en la l¨®gica de los hechos. Alguien hab¨ªa ocultado ese cad¨¢ver durante 20 a?os y el lugar escogido guardaba estrecha relaci¨®n con la entonces pareja de la v¨ªctima. De este modo, detuvieron al principal sospechoso que, aunque en un principio neg¨® tajantemente tener nada que ver, acab¨® dando en las sucesivas declaraciones que ofreci¨® diferentes versiones de lo sucedido. Primero asegur¨® que estaba cargando bolsas en su coche y cuando subi¨® al piso Juana estaba muerta, despu¨¦s afirm¨® que en un forcejeo la mujer se hab¨ªa ca¨ªdo y se hab¨ªa dado en el cuello y, en el relato que hizo este martes ante el tribunal del jurado, se?al¨® que se hab¨ªa hecho da?o con una mesilla. Para el instructor policial, con 11 a?os de experiencia en homicidios, estos cambios en la declaraci¨®n suelen esconder una o varias mentiras.
Pero adem¨¢s, la sucesi¨®n de los hechos que narra el acusado, es inveros¨ªmil, a juicio de los investigadores. Ni creen que le pudiera dar tiempo a descuartizar a la v¨ªctima en el piso, llevarla a ?vila y volver a Madrid antes del amanecer, como ¨¦l sostiene, ni consideran que sea factible desmembrar un cuerpo en un ba?o sin dejar ni un solo rastro, m¨¢s a¨²n cuando el acusado afirma que limpi¨® la sangre pasando por encima la alcachofa de la ducha.
La Guardia Civil y la Polic¨ªa Nacional desplegaron tambi¨¦n un importante dispositivo en la zona con drones y excavadoras en la que fueron hallados los huesos para hallar m¨¢s piezas que pudieran hablar de c¨®mo falleci¨® Juana. Llegaron a dar con 11 fragmentos m¨¢s, pero fue imposible precisar la causa de la muerte. El acusado particip¨® en una reconstrucci¨®n con los agentes para recordar c¨®mo fue la fr¨ªa noche de febrero de 2003 en la que ese lugar apartado de todo se convirti¨® en la tumba de Juana Canal.
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