Ayuso afea a Vox su discurso migratorio por ¡°poco cat¨®lico¡± y por ¡°imposibilitar el cambio en Espa?a¡±: ¡°Eternizar¨¢n a S¨¢nchez¡±
La presidenta regional choca con Monasterio por la gesti¨®n de la migraci¨®n, y la acusa de ¡°ofender¡±, ¡°mentir¡± e ¡°incendiar el debate¡±
Es una denuncia de las supuestas alianzas contra natura que fomenta el poder. Igual que si fuera Felipe Gonz¨¢lez en 1994, cuando se quejaba de ¡°la pinza¡± del PP e IU contra el PSOE, Isabel D¨ªaz Ayuso arranca el jueves en la Asamblea de Madrid teorizando que el PSOE y Vox se retroalimentan y as¨ª dificultan que los conservadores lleguen a la Moncloa. Es una intervenci¨®n ¨¢spera y dura, sin diplomacia alguna, a quemarropa, que nace con los ataques de Roc¨ªo Monasterio contra los menores migrantes no acompa?ados que hay en la regi¨®n (¡±As¨ª de ancho es el filo de los machetes que compran los menores con las paguitas que les dan¡±) y acaba con D¨ªaz Ayuso afe¨¢ndola su discurso migratorio por ¡°poco cat¨®lico¡± y por ¡°imposibilitar el cambio en Espa?a¡±. ¡°Eternizar¨¢n a S¨¢nchez en la Moncloa¡±, lanza la presidenta de la Comunidad de Madrid.
El encontronazo sirve para un doble retrato: el de c¨®mo la l¨ªder conservadora est¨¢ logrando absorber a Vox en Madrid, para consolidar su mayor¨ªa absoluta con una mezcla de conservadurismo, catolicismo y beligerancia contra Pedro S¨¢nchez, y el de las dificultades que est¨¢ teniendo su contraparte en el partido ultra, Monasterio, para encontrar una salida a una encerrona que en muchos casos mimetiza sus planteamientos y por ello la deja sin argumentos.
¡°La invasi¨®n de inmigrantes ilegales que todos ustedes han provocado con su efecto llamada, ya es la primera preocupaci¨®n de los espa?oles¡±, arranca Monasterio, en referencia al ¨²ltimo CIS. ¡°Cuando Vox rompe los gobiernos auton¨®micos por la traici¨®n del PP a la hora de cumplir el compromiso en materia de migraci¨®n, se lanzaron a demonizarnos¡±, sigue. ¡°Ahora que la magnitud de la invasi¨®n migratoria es descomunal, d¨ªgame: ?Qu¨¦ planes tiene este gobierno para atender a la demanda de acogida de menores ilegales en Madrid?¡±, lanza.
Sin embargo, el asunto no queda ah¨ª. Porque cuando Ayuso se limita a decir que cumplir¨¢ la ley, Monasterio vuelve a intervenir, acusa a los menores de ¡°provocar p¨¢nico¡± por las noches; critica el gasto p¨²blico en atenderles; y lanza: ¡°As¨ª de ancho es el filo de los machetes que compran los menores con las paguitas que les dan, y que generan tanta inseguridad. Exigimos el cierre de los centros de menas [menores migrantes no acompa?ados] ya¡±.
Esto le contesta D¨ªaz Ayuso. ¡°Estoy muy ocupada para atender su ego¡±, afirma. ¡°?Por qu¨¦ mienten?¡±, le pregunta a Monasterio. ¡°Lo que buscan con el problema migratorio es m¨¢s y m¨¢s foco, incendiando siempre el debate migratorio, siempre ofendiendo, siempre mintiendo de una manera atroz e imposibilitando el cambio en Espa?a, que es lo que S¨¢nchez sabe, vaya si lo sabe, lo importante que son ustedes¡±, opina. ¡°?No se dan cuenta de c¨®mo trabajan para meternos en el mismo saco y demonizarles a ustedes que son presos de sus discursos incendiarios?¡±, inquiere. Y remata: ¡°Le van a eternizar ustedes en la Moncloa haciendo estas cosas. Por eso S¨¢nchez est¨¢ dejando que se multiplique esta crisis migratoria, para tenerles a ustedes bien arriba en el CIS. No es casualidad¡±.
Pero el choque no acaba ah¨ª. Ayuso, que siempre ha hecho gui?os a la iglesia cat¨®lica, hace en esta ocasi¨®n referencias religiosas nunca vistas en su carrera. El r¨¦dito pol¨ªtico, buscado o no, es doble.
Por un lado, le permite confrontar con el gobierno central de S¨¢nchez, que en su plan de regeneraci¨®n democr¨¢tica plantea modificar el delito de ofensa a los sentimientos religiosos.
¡°?Son ustedes conscientes de lo que est¨¢ pasando en Espa?a?, ?c¨®mo pueden ser tan ego¨ªstas?¡±, le pregunta D¨ªaz Ayuso a Monasterio. ¡°No s¨¦ c¨®mo no se dan cuenta de la situaci¨®n que tenemos sobre nosotros, el bochorno de saber que nuestro gobierno es el principal colaborador de la dictadura venezolana, la censura que se va a cernir sobre los medios de comunicaci¨®n, contra los jueces, la libertad para ofender a los cat¨®licos, la libertad para injuriar al Rey de todos (...).¡±, se queja.
Por otro lado, esas alusiones le ayudan a desgastar a Monasterio, que es como desgastar a Vox, un partido con el que el PP compite a la hora de atraer al mismo electorado.
¡°Me parece muy poco cat¨®lico su discurso¡±, le espeta D¨ªaz Ayuso a Monasterio por sus palabras sobre los emigrantes. ¡°?D¨®nde va el vulnerable o el emigrante que no tiene recursos? A la obra social de la Iglesia, siempre a una Iglesia. La Iglesia es universal y mestizaje¡±.
Lobato y Bergerot
A todo ello asisten el resto de portavoces de la oposici¨®n esperando su turno. Juan Lobato reclama que se reconozca el ¨¦xito del ascenso europeo de Teresa Ribera, y pide a Ayuso que detalle cu¨¢l es su propuesta para la financiaci¨®n de Madrid.
¡°Cuando usted lleg¨® a la presidencia, hab¨ªa una deuda de 16.000 millones¡±, recuerda Lobato en referencia a 2019. ¡°Hoy es de 36.000¡å, subraya. ¡°El problema es que ya ha doblado la deuda, y aun as¨ª sigue pagando mal a los m¨¦dicos, a los sanitarios, la universidad p¨²blica no tiene financiaci¨®n...¡±, sigue. ¡°?Cu¨¢l es el modelo, la propuesta de financiaci¨®n, que hace la regi¨®n m¨¢s rica de Espa?a? Ninguna¡±, a?ade. Y reclama: ¡°Supere ya su obsesi¨®n con Pedro S¨¢nchez, ded¨ªquese a tener lealtad institucional, a trabajar por Madrid¡±.
Por su parte, la portavoz de M¨¢s Madrid en la C¨¢mara, Manuela Bergerot, recrimina a la presidenta que aplicar una ¡°pol¨ªtica integral contra las violencias machistas y sexuales es incompatible con su obsesi¨®n por conseguir los pocos votos que le quedan a Vox¡±. Sigue as¨ª viva la pol¨¦mica por crear un centro de atenci¨®n a hombres v¨ªctimas de violencia sexual. Otra m¨¢s. Una forma de que Ayuso se asegure una relevancia que trascienda las fronteras de Madrid.
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