El hurac¨¢n del caso del novio de Ayuso engulle al l¨ªder del PSOE en Madrid, Juan Lobato
A las puertas del congreso federal, y antes de que se abra el pulso por su continuidad, el secretario general regional declarar¨¢ en el Supremo como testigo
El domingo, Juan Lobato, secretario general del PSOE de Madrid, intenta localizar a Santos Cerd¨¢n, secretario de organizaci¨®n del partido. Sabe que acaba de ser engullido por el hurac¨¢n del caso que afecta a Alberto Gonz¨¢lez Amador, novio de la presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso, y que eso pone en peligro su carrera. El diario Abc publica que Lobato recibi¨® de Pilar S¨¢nchez Acera, con cargo en La Moncloa, un email que ninguno de los dos tendr¨ªa que tener: el que refleja que fue el abogado de Gonz¨¢lez Amador, investigado por la presunta comisi¨®n de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad en documento mercantil, quien ofreci¨® un pacto a la Fiscal¨ªa para evitar una hipot¨¦tica pena de c¨¢rcel. El portavoz en la Asamblea dice en su comunicado que accedieron al documento por los medios de comunicaci¨®n. No a trav¨¦s del gobierno. Y admite que registr¨® ante notario su conversaci¨®n por WhatsApp con S¨¢nchez-Acera. Por si acaso. Un d¨ªa despu¨¦s, el lunes, Lobato defiende en seis medios esa versi¨®n, y acaba convocado como testigo ante el Supremo, que investiga la filtraci¨®n del email.
Como dijo un diputado socialista: ¡°Un desastre¡±.
El trauma interno es total. De los que dejan cicatrices para toda la vida. As¨ª lo describe un cargo con los m¨¢ximos galones en el PSOE: ¡°Es un momento muy complicado, tambi¨¦n en lo personal¡±.
Un simple vistazo al calendario da medida del impacto de la convocatoria en el Supremo. Lobato debe acudir este viernes 29 a declarar como testigo. Dado que el congreso federal del PSOE comienza ese mismo d¨ªa en Sevilla, a rengl¨®n seguido deber¨ªa desplazarse hasta Andaluc¨ªa encabezando la delegaci¨®n madrile?a, si es que finalmente acude. El verdadero examen para ¨¦l, sin embargo, comienza pasado ese c¨®nclave: los socialistas de Madrid est¨¢n convocados inmediatamente despu¨¦s a decidir qui¨¦n es su l¨ªder, con el 7 de diciembre como fecha l¨ªmite para presentar candidaturas. Si Lobato ya estaba en la diana de la direcci¨®n Federal de Ferraz por haber mostrado dudas en p¨²blico sobre apuestas pol¨ªticas clave del gobierno, o por haberse aventurado a hablar de un futuro sin S¨¢nchez al apostar porque una mujer le sustituya cuando deje la secretar¨ªa general, el registro ante notario de su conversaci¨®n con una compa?era de partido es interpretado como una muestra de desconfianza sin precedentes hacia las siglas a las que representa.
¡°Estamos perplejos¡±, reconoce una fuente que cuenta con la confianza de Lobato. ¡°Juan va a estar delante de un juez antes que el novio de Ayuso¡±, se queja. ¡°Pol¨ªticamente, esta situaci¨®n tiene sus implicaciones¡±, reconoce. ¡°Pero hay que apechugar, e ir d¨ªa a d¨ªa, pese a que evidentemente este es un asunto disruptivo y no menor¡±, prosigue. ¡°Hay que ver c¨®mo cuaja todo, porque esto es un hurac¨¢n permanente¡±.
As¨ª lo ve otro socialistas conocedor del laberinto de Madrid. ¡°Esto debe de aclararse totalmente¡±, reclama. ¡°?Porqu¨¦ lleva esto a un notario?¡±, se pregunta. ¡°?l dice que para protegerse de bulos, pero si no hay nada... En el partido hay desconcierto. Evidentemente¡±, subraya. ¡°?l puede haber actuado de forma preventiva, pensando que le van a hacer la cama, que parece que en parte era as¨ª, y hab¨ªa esa intenci¨®n. Pero lo que ha pasado no se entiende muy bien. No lo comprendo. Y le mina a ¨¦l la confianza en el propio entorno¡±.
De esta manera se llega hasta el martes. Lobato, pese a las presiones que recibe, no dimite. El grupo parlamentario con el que trabaja asiste al paso de las horas noqueado. Mientras ¨¦l reclama a la notar¨ªa el documento que da fe del registro de los mensajes de WhatsApp, para entregarlo en el Supremo, desfilan distintos cargos por su despacho, y aleda?os.
A la salida, uno se despide del resto del equipo: ¡°?Me voy!¡±. El ambiente, sin embargo, hace necesaria una precisi¨®n: ¡°Pero vuelvo¡±.
El resumen del viaje que ha emprendido Lobato, que intentar¨¢ llegar al congreso de febrero del partido en Madrid, para que los militantes decidan su futuro. Si no contin¨²a en el cargo, ser¨¢ una v¨ªctima m¨¢s de la trituradora en la que se ha convertido la pol¨ªtica madrile?a desde que Isabel D¨ªaz Ayuso accedi¨® por primera vez al poder (agosto de 2019): hasta aqu¨ª llegaron y se fueron primeros espadas (Pablo Iglesias, ??igo Errej¨®n, o ?ngel Gabilondo); aspirantes que apuntaron a volar alto (Ignacio Aguado, Roc¨ªo Monasterio); y una ristra de pol¨ªticos achicharrados por el d¨ªa a d¨ªa de una regi¨®n que el PP gobierna por algo desde hace un cuarto de siglo (Alejandra Jacinto, Clara Serra, Isabel Serra, Hana Jalloul...). Lobato se arriesga a ser el pr¨®ximo en la lista.
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