El pulso soberanista
La consulta que puso a prueba las costuras del Estado
Las consecuencias del "proceso participativo" del 9 de noviembre mantienen en vilo al Gobierno central y a la Generalitat y empujan a Catalu?a a unas elecciones anticipadas
Primero ten赤a que ser un refer谷ndum, despu谷s se convirti車 en consulta y acab車 siendo un proceso participativo sin validez jur赤dica. Sin embargo, la votaci車n sobre la independencia de Catalu?a organizada por la Generalitat el 9 de noviembre no solo ha dejado patas arriba el sistema pol赤tico catal芍n, sino que sus consecuencias amenazan con perpetuarse por mucho tiempo en los primeros puestos de la agenda pol赤tica espa?ola.
※Confiad en mi plan: habr芍 urnas y calculo que alcanzaremos los dos millones de votantes§. Con tono grave y dirigi谷ndose a los responsables de los partidos que a lo largo de 2014 han apoyado el reto soberanista catal芍n, Artur Mas, asegur車 el pasado 13 de octubre que los catalanes podr赤an votar sobre la independencia ni que fuera de forma simb車lica. Y ello a pesar de que el Tribunal Constitucional hab赤a suspendido d赤as antes la consulta formal prevista inicialmente.
Efectivamente, hubo votaci車n. No estuvo amparada ni por la ley electoral ni tampoco por la ley catalana de consultas que, a d赤a de hoy, sigue suspendida por el Tribunal Constitucional a petici車n del Gobierno. La consulta de Mas, que la Generalitat rebautiz車 como ※proceso de participaci車n ciudadana§ para esquivar precisamente una nueva suspensi車n, se sustent車 en los recovecos de hasta media docena de leyes catalanas. Sin embargo, no cont車 ni con un censo preestablecido ni con una autoridad electoral.
Todo ello no fue impedimento para que 2,35 millones de catalanes acabaran depositando su voto en los m芍s de 1.300 puntos de votaci車n repartidos por Catalu?a. La Generalitat calific車 la operaci車n de ※谷xito total§ dadas las precarias circunstancias en las que se celebr車 la consulta. El Gobierno se limit車 a se?alar en un principio que solo un tercio de los catalanes se hab赤an interesado por la operaci車n de Artur Mas. Mariano Rajoy ha evitado desde entonces cualquier gesto que pudiera ser interpretado como una concesi車n a Catalu?a.
Aunque el Gobierno parec赤a querer pasar p芍gina lo m芍s r芍pido posible al asunto, finalmente la Fiscal赤a General del Estado abri車 la v赤a penal. Lo hizo en contra de la opinion de los fiscales catalanes, que no ve赤an indicios de delito en la actuaci車n del Gobierno catal芍n. Al final, la fiscal赤a se querell車 contra Artur Mas y contra dos de sus consejeras por hasta cuatro delitos: desobediencia grave, prevaricaci車n, malversaci車n y surupaci車n de funciones. El aspecto com迆n de las condenas para los cuatro delitos es que conllevan penas de inhabilitaci車n. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a admiti車 a tr芍mite la querella el 22 de diciembre.
※Confiad en mi plan: habr芍 urnas y calculo que alcanzaremos los dos millones de votantes§
Mas afronta el proceso judicial convertido casi en un h谷roe por su partido, Converg豕ncia Democr角tica, y por una parte de los sectores independentistas. La querella y la gesti車n de la consulta incluso le han ayudado a volver a encabezar las encuestas que, durante meses, hab赤an vaticinado la victoria de Esquerra Republicana en unas elecciones catalanas.
Sin embargo los partidos n赤tidamente independentistas siguen sin contar con la ※amplia mayor赤a§ que Mas siempre ha pedido para el proceso que en su opini車n debe llevar Catalu?a a la independencia. A Esquerra y a Converg豕ncia incluso se les podr赤a resistir la mayor赤a absoluta seg迆n algunos sondeos. Tanto si se presentan juntos como si lo hacen por separado. La consulta, sin embargo, ha servido para clarificar la posici車n de Converg豕ncia Democr角tica, que ha abandonado las zonas grises para abogar abiertamente por la creaci車n del Estado catal芍n. Sin embargo, el precio que ha pagado es elevado. Nunca como hasta ahora hab赤a peligrado tanto la continuidad de la f車rmula de 谷xito que ha sido Converg豕ncia i Uni車 los 迆ltimos treinta a?os. Y no solo esto. La consulta del 9-N parece haber agotado la actual legislatura dos a?os antes de lo establecido. Mas debe decidir ahora si su partido, asediado por los casos de corrupci車n, est芍 a punto para las elecciones que 谷l mismo califica de ※consulta definitiva§.