La importancia de los lazos d¨¦biles o por qu¨¦ deber¨ªas empezar a charlar con tus desconocidos habituales
Occidente vive una epidemia de soledad y, aunque tendemos a pensar que nuestros amigos y familiares son nuestras conexiones m¨¢s importantes, vivimos vidas mejores y m¨¢s largas cuando combinamos v¨ªnculos profundos con los, en apariencia, m¨¢s superficiales
En el a?o 2019, una cadena de supermercados neerlandesa llamada Jumbo present¨® su primera kletskassa. La kletskassa, cuya traducci¨®n ser¨ªa ¡°caja para charlar¡±, es una caja lenta, pensada para aquellas personas que no tengan prisa por terminar sus compras y que quieran disfrutar de una peque?a conversaci¨®n. La iniciativa, que se prob¨® en la peque?a localidad en Vlijmen, de apenas 14.000 habitantes, fue todo un ¨¦xito entre la clientela, especialmente entre personas mayores, para quienes una charla amable con su cajero habitual pod¨ªa ser la conversaci¨®n m¨¢s significativa del d¨ªa. Cuatro a?os despu¨¦s, las cajas lentas se encuentran disponibles en m¨¢s de 200 tiendas de la cadena: ¡°Mucha gente se siente sola de vez en cuando, sobre todo las personas mayores¡±, afirm¨® Colette Cloosterman-van Eerd, directora ejecutiva de Jumbo, al presentar la iniciativa. ¡°Como negocio familiar y cadena de supermercados, representamos el coraz¨®n de la sociedad y, por eso, estamos concienciados en la tarea de identificar y combatir la soledad¡±.
Los beneficios de las kletskassa no solo han repercutido en la clientela, tambi¨¦n en los trabajadores de la empresa: ¡°Estamos orgullosos de que muchos de nuestros cajeros quieran trabajar en las kletskassa. Les ha gustado mucho la iniciativa y tienen un inter¨¦s genuino por ayudar y conectar con otras personas¡±, a?adi¨® la directora ejecutiva, ¡°es tan solo un peque?o gesto, pero muy valioso, particularmente en un mundo que se est¨¢ acelerando a gran velocidad¡±. En los Pa¨ªses Bajos, la soledad es un problema en aumento: m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n mayor de 15 a?os reconoce sentirse sola con frecuencia, seg¨²n un estudio de los Servicios Municipales de Salud del pa¨ªs. Este problema no solo se da en los Pa¨ªses Bajos, sino a nivel global, tanto es as¨ª que, para muchos expertos, la soledad tambi¨¦n es ¡°una epidemia¡±.
Varios estudios internacionales indican que m¨¢s de una de cada tres personas en los pa¨ªses occidentales se siente sola habitualmente o con frecuencia. A menudo tendemos a pensar que son nuestras conexiones m¨¢s fuertes ¡ªfamiliares y amigos ¨ªntimos¡ª los que nos hacen sentir acompa?ados, pero charlar de buena ma?ana con el camarero de la cafeter¨ªa de siempre, saludar a esa persona que pasea al perro a la misma hora a la que vas a trabajar o volver a casa y tener una breve conversaci¨®n con un vecino tambi¨¦n puede ayudar a sentirnos m¨¢s conectados con el mundo que nos rodea, menos solos y, por tanto, m¨¢s felices.
El t¨¦rmino ¡°lazos d¨¦biles¡± fue acu?ado en 1973 por el soci¨®logo y profesor estadounidense Mark Granovetter en un influyente ensayo titulado La fuerza de los lazos d¨¦biles. Granovetter dividi¨® nuestra vida social en dos grupos: el primero ser¨ªa el del c¨ªrculo interno de personas con las que hablamos a menudo y con quienes nos sentimos m¨¢s cercanos (nuestros lazos fuertes), mientras que el otro ser¨ªa un c¨ªrculo externo de conocidos a los que se ve con menos frecuencia o de manera fugaz (los lazos d¨¦biles). Granovetter descubri¨® que, para recibir informaci¨®n y tener acceso a nuevas oportunidades, los segundos lazos eran m¨¢s importantes que los primeros. Por ejemplo, tal y como demostr¨® el soci¨®logo, a la hora de conseguir un nuevo trabajo, tan solo una minor¨ªa lo encontr¨® a trav¨¦s de un amigo cercano, y la gran mayor¨ªa lo consigui¨® mediante un conocido.
En el a?o 2009, la doctora en psicolog¨ªa Karen L. Fingerman y la escritora y periodista Melinda Blau publicaron un ensayo titulado Consequential Strangers: Turning Everyday Encounters Into Life-Changing Moments donde desarrollaban la teor¨ªa de Granovetter incidiendo en la importancia que nuestros personajes secundarios tienen en nuestra vida: ¡°Nuestros desconocidos habituales a menudo tienen recursos o informaci¨®n que nuestros lazos cercanos no tienen. Proporcionan est¨ªmulos a trav¨¦s de nuevas actividades e ideas. Y vivimos vidas mucho mejores y mucho m¨¢s largas cuando tenemos v¨ªnculos profundos y v¨ªnculos, en apariencia, m¨¢s superficiales¡±, explica a EL PA?S Karen L. Fingerman.
Gillian Sandstrom es profesora titular de psicolog¨ªa en la Universidad de Essex y lleva 20 a?os estudiando los beneficios de las interacciones sociales m¨ªnimas con los llamados lazos d¨¦biles, as¨ª como las barreras que impiden que las personas conecten entre s¨ª. Todo comenz¨® cuando cambi¨® el rumbo de su carrera profesional: ¡°Decid¨ª estudiar Psicolog¨ªa despu¨¦s de haber estudiado Programaci¨®n Inform¨¢tica y haber trabajado 10 a?os de programadora, as¨ª que cuando volv¨ª a la universidad me sent¨ªa completamente fuera de lugar: era la alumna m¨¢s mayor y no dejaba de preguntarme cosas como ¡®?Estoy segura de que encajo aqu¨ª? ?Es esto una buena idea?¡±, relata Sandstrom a EL PA?S. ¡°Cada d¨ªa, al dirigirme al campus, cruzaba delante de un puesto de perritos calientes donde trabajaba una mujer. Y no s¨¦ c¨®mo sucedi¨®, pero empezamos a saludarnos cada d¨ªa, y cada d¨ªa me sent¨ªa un poco mejor. Me di cuenta de que esa desconocida con la que no hab¨ªa cruzado m¨¢s que saludos y sonrisas significaba algo para m¨ª. Me ayud¨® a sentirme conectada¡±.
Sandstrom se percat¨® de que hab¨ªa mucha m¨¢s gente alrededor con la que no ten¨ªa una relaci¨®n profunda, pero cuyas breves interacciones cotidianas le ayudaban a diario: desde el personal de limpieza del campus al camarero, pasando por el dependiente de la tienda donde compraba comida para sus gatos y conoc¨ªa sus nombres: ¡°Me di cuenta de que me sent¨ªa mejor teniendo a esas personas en mi vida, entonces me pregunt¨¦: ¡®?Soy solo yo o esto es importante para m¨¢s gente?¡±.
Durante su doctorado condujo un experimento para probar la importancia de las relaciones: a lo largo de seis d¨ªas le dio a un grupo de personas dos contadores para registrar sus interacciones diarias. El primero serv¨ªa para que contasen todas las interacciones que hab¨ªan tenido con sus lazos m¨¢s estrechos. El segundo, con sus lazos d¨¦biles. Al final del d¨ªa, deb¨ªan responder a una serie de preguntas sobre cada tipo de interacci¨®n y desarrollar su estado de ¨¢nimo. ¡°Llegamos a dos conclusiones¡±, explica Sandstrom, ¡°que las personas que ten¨ªan m¨¢s interacciones con lazos d¨¦biles tend¨ªan a ser un poco m¨¢s felices y que quienes aumentaban el n¨²mero de interacciones ¡ªpor ejemplo, de hablar con siete personas a hablar con 11¡ª tend¨ªan a estar de mejor humor¡±.
La escritora Olivia Laing argumentaba en el ensayo La ciudad solitaria (Capit¨¢n Swing, 2017) que ¡°uno puede sentirse solo en cualquier parte, pero la soledad que produce la vida en la ciudad, entre millones de personas, tiene un sabor especial¡±, argumentando que el sentimiento de soledad no es un problema individual, sino colectivo. Los lazos d¨¦biles tambi¨¦n permiten que nos sintamos parte de algo: un grupo, un vecindario, una comunidad. En una entrevista concedida a S Moda, Laing fue preguntada sobre c¨®mo gestionar la soledad, a lo que respondi¨® que el ¨²nico remedio era ¡°ser amable y solidario¡± a?adiendo: ¡°Tenemos que cuidarnos unos a otros, ser amables con nuestros vecinos, tanto como podamos, e intentar salir adelante en comunidad individualmente¡±.
?C¨®mo hacerlo? ¡°Es posible generar muchos de los beneficios de los lazos d¨¦biles saliendo al mundo y haciendo algunas actividades regularmente¡±, aconseja Karen L. Fingerman; ¡°Con el tiempo, es probable que te encuentres con las mismas personas en esos lugares. Del mismo modo, unirse a grupos, clases o actividades puede mejorar las conexiones con una gama m¨¢s amplia de personas¡±. ¡°Debemos recordar dos cosas¡±, a?ade Gillian Sandstrom ¡°la primera, que hablar con desconocidos es tambi¨¦n un acto de bondad hacia nuestros semejantes¡±. Porque nunca sabes cu¨¢n sola o triste puede sentirse otra persona y, como sucede con las kletskassa, una charla aparentemente banal puede ser muy significativa para otros. Y la segunda, que hay que perder el miedo a hablar con otras personas y recuperar formas de relacionarnos con nuestro entorno pr¨®ximo que, con el auge de las nuevas tecnolog¨ªas y la resaca de la pandemia, hemos olvidado. Como recuerda Sandstrom: ¡°Por introvertidos que podamos ser, todos los seres humanos buscamos lo mismo: una conexi¨®n¡±.
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