Frustraci¨®n sexual: qu¨¦ hacer y c¨®mo gestionar la insatisfacci¨®n er¨®tica, la peor de todas las insatisfacciones
Ahora existe mayor descontento en materia de sexo que en la ¨¦poca de nuestros padres y abuelos, seg¨²n los expertos. Tenemos m¨¢s libertad, pero tambi¨¦n m¨¢s informaci¨®n desde etapas muy tempranas y no siempre bien gestionada, lo que crea unas expectativas muy altas
Conozco pocas personas contentas con su sexualidad, y no solo la actual, sino en general. Sus informes de vidas laborales, perd¨®n, sexuales, son desfavorables. Casi todos hubieran deseado tener m¨¢s sexo, con m¨¢s personas, ser m¨¢s desinhibidos, no haber tenido tantos complejos respecto a sus cuerpos, que ahora, repasando fotos de su juventud, ven espectaculares. Una peque?a minor¨ªa, que ha apurado su sexualidad al m¨¢ximo, entona el ¡°que me quiten lo bailao¡±, aunque en su interior a?oran algo m¨¢s de peso y profundidad en sus relaciones, porque copular es un ejercicio que tambi¨¦n cansa.
Veo a personas en sus 50 y 60 a?os, sin pareja y con pocas esperanzas de encontrarla. Muchos piensan que ya es demasiado tarde para Tinder y ahogan sus noches de deseo con Netflix o Pornhub. Aun as¨ª, es dif¨ªcil acallar a su Pepito Grillo er¨®tico que les recuerda lo poco que hacen por su frustrada vida sexual mientras los d¨ªas pasan. Cada vez hay m¨¢s parejas de mediana edad, y hasta j¨®venes, sin sexo. Se llevan bien, se quieren, pero la cama es solo para dormir. Siguen juntos, conscientes de que cada noche es otra oportunidad perdida, hasta que, tal vez, un d¨ªa acudan a terapia para desentra?ar las causas de este misterioso fen¨®meno.
Frustraci¨®n. Seg¨²n el diccionario, ¡°imposibilidad de satisfacer una necesidad o deseo. Sentimiento de tristeza, decepci¨®n y desilusi¨®n que esta imposibilidad provoca¡±. Podemos sentirnos frustrados en muchas ¨¢reas de nuestras vidas (laboral, econ¨®mica, familiar, relacional), pero la insatisfacci¨®n sexual pesa m¨¢s, porque en el patio de recreo de la vida es donde m¨¢s duele no poder correr y tener que contentarse con mirar. ¡°Yo dir¨ªa que ahora hay m¨¢s frustraci¨®n sexual que en la ¨¦poca de nuestros padres o abuelos¡±, se?ala Xud Zubieta, psic¨®logo cl¨ªnico, sex¨®logo y director del Centro Psicol¨®gico y Sexol¨®gico Zubieta, en Valencia. ¡°Evidentemente, tenemos m¨¢s libertad, pero tambi¨¦n hay m¨¢s informaci¨®n, desde etapas muy tempranas y no siempre bien gestionada, y eso crea unas expectativas muy altas. Al no poder cumplirlas, si la insatisfacci¨®n se mantiene en el tiempo, viene la frustraci¨®n¡±.
Muy pocas personas acuden al sex¨®logo porque sienten frustraci¨®n sexual, pero, como sostiene Miren Larrazabal, psic¨®loga cl¨ªnica, sex¨®loga y presidenta de S?SEX (Sociedad Internacional de Especialistas en Sexolog¨ªa), ¡±tanto la insatisfacci¨®n como la frustraci¨®n son dos emociones que suelen ir acompa?adas y son dif¨ªciles de tratar en consulta porque, adem¨¢s, modifican y alteran la disfunci¨®n¡±. En estos casos, prosigue, ¡°la ansiedad est¨¢ tambi¨¦n presente y hace que el abordaje no sea solo sexual, sino tambi¨¦n psicol¨®gico. A menudo, esto es lo m¨¢s complejo, trabajar la parte emocional que acompa?a a la disfunci¨®n y que tiene mucho que ver con la falta de autoestima o que hunde sus ra¨ªces en una serie de inseguridades¡±.
Pero, adem¨¢s, la insatisfacci¨®n sexual acaba, con el tiempo, materializ¨¢ndose y encarn¨¢ndose para engrosar el mundo de los vivos. Seg¨²n Francisca Molero, ginec¨®loga, sex¨®loga, directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa y presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa, acaba afectando a la respuesta sexual. ¡°Uno empieza a controlarlo todo de manera cognitiva y lo que menos necesitamos durante una relaci¨®n sexual es control, porque entonces, dejaremos de sentir¡±, argumenta. ¡°Al bloquear la respuesta sexual tendemos a efectuar maniobras compensatorias, que no har¨¢n sino empeorar la situaci¨®n. Se adelantan problemas para no repetir escenarios indeseados y se instaura la atenci¨®n precoz, que es la enemiga n¨²mero uno del placer¡±.
Ya lo dijeron los budistas: ¡°El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional¡±. En materia sexual, como en tantas otras, lo m¨¢s dif¨ªcil no es tratar un problema, sino desmontar el drama teatral en actos que hemos construido, a lo largo del tiempo, con sus decorados, personajes y mon¨®logos. Una insatisfacci¨®n muy repetida, en los tiempos que corren, y que desemboca a menudo en la frustraci¨®n, es la de no poder encontrar pareja, angustia que se acrecienta con los a?os. Tras intentos fallidos de apareamiento, cada vez m¨¢s cortos y surrealistas, la persona puede, incluso, acabar desarrollando una cierta aversi¨®n al sexo que es objeto de sus deseos. Al mismo tiempo, la sociedad brinda un sinf¨ªn de t¨®picos, insultos y prejuicios, sin ¨¢nimo de lucro, para aplicar a la pareja que nunca existi¨®, desde la ¡°loca menop¨¢usica¡± al ¡°machirulo heteropatriarcal¡±. ?Cu¨¢ntos asesinos en serie tuvieron vidas solitarias y cero ¨¦xito en materia er¨®tica! No se r¨ªan, no faltan estudios serios que relacionan la frustraci¨®n sexual con la violencia, la agresi¨®n y el crimen, como uno publicado en el Journal of Criminal Justice en 2021.
¡°La falta de posibilidades de estar con otra persona o las relaciones fallidas provocan lo que yo llamo las tres erres malditas: rabia, resentimiento y rencor. Pero aqu¨ª, m¨¢s que proyectar todo esto en el otro, lo m¨¢s inteligente es la introspecci¨®n¡±, apunta Larrazabal. ¡°Es fundamental tener una buena relaci¨®n consigo mismo, trabajar el yo personal y no llenar el vac¨ªo existencial con una relaci¨®n que, por nuestras carencias, tender¨¢ a no funcionar¡±, se?ala Zubieta.
Molero reconoce que a su consulta llegan cada vez m¨¢s n¨¢ufragos en el universo de las aplicaciones de citas. ¡°S¨ª, porque, adem¨¢s, existe la idea de que funcionan, de que te permiten conocer a mucha gente y de que muchos han encontrado pareja all¨ª. As¨ª que la torpeza en este ¨¢mbito parece ya inexcusable. Incluso, aunque el sexo sea algo relativamente f¨¢cil, tambi¨¦n frustra porque no es un sexo que les llene, sino que, m¨¢s bien, deja un vac¨ªo. Yo les aconsejo siempre lo mismo: que vuelvan al mundo anal¨®gico, que utilicen su red social, los amigos, que son los que te pueden presentar gente nueva; o que se apunten a grupos de actividades placenteras compartidas con desconocidos (senderismo, baile, deportes)¡±.
Hay una receta infalible para dejar de preocuparse por algo: quitarle el prefijo ¡°pre¡±, pasar a la acci¨®n y ocuparse. Aunque no consigamos resultados inmediatos, el hecho de saber que estamos abordando el problema nos borrar¨¢ de inmediato del club de los frustrados. El mutismo, el esperar que el otro d¨¦ el primer paso, la abnegaci¨®n o el mirar para otro lado no har¨¢ m¨¢s que engordar el monstruo de la insatisfacci¨®n. Esto es bien patente en las parejas en las que algunos de los miembros, o ambos, est¨¢n insatisfechos con su vida sexual. No queda otra que hablarlo, llegar a acuerdos y, si no se es capaz de encontrar soluciones, buscar ayuda.
En el top ten de los problemas que pueden llegar a frustrarnos sexualmente, ?hay sesgo de g¨¦nero? Larrazabal y Zubieta sostienen que llegar a ese estado depende, sobre todo, de la personalidad del individuo. Y las personas r¨ªgidas, autoexigentes y con tendencia a ver la botella medio vac¨ªa tienen muchas papeletas para atormentarse si no cumplen sus expectativas. Sin descartar la tesis anterior, Molero cree que ¡°los estereotipos de g¨¦nero siguen todav¨ªa muy vigentes¡±. ¡°Por eso el hombre est¨¢ muy obsesionado con dar la talla, en la funcionalidad del ¨®rgano, porque seguimos con la idea de que la erecci¨®n est¨¢ relacionada directamente con la masculinidad. Y esto le pasa tanto a heteros como a homosexuales por igual. El papel de la mujer, sin embargo, es menos evidente. Si tiene poca excitaci¨®n o no llega al orgasmo, puede disimularlo. La funci¨®n sexual en la mujer no est¨¢ tan directamente relacionada con la feminidad, como en el hombre¡±, asegura.
Claro que lo anterior no implica un ant¨ªdoto contra la frustraci¨®n sexual femenina, ya que la igualdad entre sexos mal entendida trae tambi¨¦n los deberes y traumas del sexo opuesto. Seg¨²n Zubieta, ¡°la mujer se ha empoderado, pero tambi¨¦n ha adoptado responsabilidades masculinas. El hecho de ser perfecta, de dar el 100%, de no poder fallar, de estar siempre dispuesta, son nuevas tareas a realizar¡±.
¡°El modelo de respuesta sexual en la sociedad neoliberal¡±, subraya Larrazabal, ¡°es que el hombre tiene que tener siempre ganas y rendir al m¨¢ximo. Mientras tanto, ellas tienen que disfrutar y ser multiorg¨¢smicas. El fantasma femenino de la frustraci¨®n es no gozar del sexo como se deber¨ªa. Esto choca con la realidad para muchas mujeres, que no acaban de entender su respuesta sexual, o para algunas parejas masculinas, que desconocen que va por otro camino y que requiere m¨¢s juego er¨®tico. ?Por qu¨¦ si estoy con alguien que me gusta no tengo la excitaci¨®n que deber¨ªa tener? Esta es la pregunta que atormenta a gran parte de las mujeres y que le puede llevar a la frustraci¨®n. En este decorado, muchas personas se aventuran a probar nuevas relaciones (poliamor, parejas abiertas), pero no tanto por la curiosidad o el deseo de experimentar cosas nuevas, sino como una tentativa de que la cosa funcione y no deber¨ªa ser as¨ª. ¡°A estos modelos no se deber¨ªa llegar por frustraci¨®n de la monogamia, sino por la oportunidad de visitar otros territorios del placer¡±, sentencia esta experta.
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