Los aires retro de Miami Beach llegan a la playa de Alicante

A pesar de las amenazas de lluvia, los turistas y residentes en la playa de San Juan (Alicante) que tienen las ma?anas libres no perdonan un paseo. En su camino, se encuentran con un equipo de carpinteros que levanta una construcci¨®n de madera y vivos colores justo al borde de la arena. ¡°Est¨¦ticamente, es bastante bonita y original¡±, comentan Luis Santos y Raquel Escolano, vecinos de la zona. ¡°Los colores llaman la atenci¨®n y la estructura recuerda a la serie de Los vigilantes de la playa¡±, contin¨²an. Virginia, otra residente que aprovecha para ejercitarse, coincide en la apreciaci¨®n. ¡°Me gusta, parece Miami Beach¡±. No van desencaminados. Se trata del segundo de los puestos de salvamento que el artista pl¨¢stico alicantino Antonyo Marest instala en el kilom¨¦trico arenal que durante d¨¦cadas se ha consolidado como referencia para el turismo nacional.

El proyecto naci¨® en septiembre de 2020, en una reuni¨®n con el Ayuntamiento de Alicante. Marest buscaba una colaboraci¨®n distinta a su trabajo habitual, el muralismo con el que ha dejado huella en cuatro continentes, desde Burgos hasta Rabat, de Se¨²l a Miami, donde tiene una residencia en el P¨¦rez Art Museum de Arte Contempor¨¢neo (PAMM). ¡°Un mural habr¨ªa sido otro m¨¢s para la colecci¨®n¡±, se?ala, ¡°prefer¨ªa hacer algo distinto para la ciudad y para el Mediterr¨¢neo¡±. La idea de los puestos de socorrista cuaj¨® y en 2021 present¨® su proyecto, para el que asegura disponer de ¡°una colecci¨®n de 16 dise?os distintos¡±. De momento, San Juan es el destino de dos de ellos.

El primero qued¨® instalado sobre la arena a mediados del pasado mes de mayo, a punto para la inauguraci¨®n oficial. Despu¨¦s, Marest se desplaz¨® hasta Ibiza, donde llev¨® a cabo una obra de gran formato para el restaurante Sublimotion, la propuesta gastron¨®mica del chef Paco Roncero en el Hard Rock Hotel de la isla balear. El segundo, erigido en ¡°jornadas de 14 horas diarias de todo el equipo¡±, ten¨ªa cuatro d¨ªas para quedar acabado, calendario que ha complicado la climatolog¨ªa. ¡°La lluvia no importa tanto¡±, explica el artista, ¡°pero estamos esperando a que amaine el viento para poder trasladar la estructura con una gr¨²a hasta su ubicaci¨®n final en la arena¡±. Cada caseta pesa unos 3.500 kilos.

Sobre el gris de la ma?ana de la visita al proyecto de EL PA?S, destaca a¨²n m¨¢s la paleta de colores que utiliza Marest en todos sus trabajos. Los enumera como quien recita la tabla del uno. ¡°Verde turquesa, rosa, amarillo, rojo coral, azul marino, violeta, blanco y negro¡±. La misma gama de sus fuentes de inspiraci¨®n, el art d¨¦co y los trabajos de los artistas que fundaron en el Mil¨¢n de los a?os ochenta del pasado siglo el Grupo Memphis. ¡°Es mi sello personal, que me hace ultra reconocible¡±, asevera. Tambi¨¦n son los colores que recubren la estructura de madera de abeto y pino de 25 metros cuadrados de planta y cinco metros de altura de las casetas. ¡°Salvo las ventanas, que son de aluminio, todo es de madera tratada contra la carcoma y con imprimaciones naturales resistentes a los cambios de temperatura y al efecto del mar¡±, subraya.

¡°Me gusta mucho, llamar¨¢ mucho la atenci¨®n de los j¨®venes¡±, augura Hugo, quien junto a Miguel pasea a un labrador color caf¨¦ llamado Milo. Y explotar¨¢ tambi¨¦n en las redes sociales, como en Instagram, donde Marest tiene casi 40.000 seguidores. ¡°Puede ser un gran reclamo tur¨ªstico¡±, certifica Raquel Escolano. Sin embargo, fue el mal tiempo que suele frustrar las vacaciones el que alent¨® la idea. Una tormenta de nieve en Nueva York oblig¨® a Marest a postergar un vuelo a la Gran Manzana y quedarse en Miami, en 2015, seg¨²n recuerda el artista. All¨ª, durante un paseo con su mujer, visit¨® los c¨¦lebres puestos de salvamento que aparec¨ªan en la serie protagonizada por David Hasselhoff que lanz¨® al estrellato a Pamela Anderson a principios de los noventa. Investig¨® y descubri¨® que constitu¨ªan un icono del movimiento arquitect¨®nico neomediterr¨¢neo, c¨¦lebre en los Estados Unidos de hace un siglo. ¡°Las estudi¨¦ y me pareci¨® f¨¢cil replicarlas¡±, sentencia Marest, ¡°y devolverlas a su lugar natural, el Mediterr¨¢neo, para revivir lo que es nuestro¡±.