Hierbas sanjuaneras, las plantas con superpoderes que florecen por San Juan
El hip¨¦rico es la m¨¢s c¨¦lebre de estas especies, utilizadas habitualmente en los pueblos como aceites y ung¨¹entos caseros para tratar peque?as dolencias. Los mayores y el boca a boca son sus principales custodios, aunque tambi¨¦n hay una ley que protege este patrimonio natural
Las caminatas de los vecinos de Herv¨¢s por la V¨ªa Verde de la localidad cacere?a tienen estos d¨ªas de junio un prop¨®sito especial. Esta senda natural ¡ªque atraviesa parajes de casta?os, cerezos y robles sobre el antiguo trazado de la l¨ªnea de ferrocarril que conectaba Plasencia con Astorga por la V¨ªa de la Plata¡ª es la apoteosis del recreo para los ciclistas y andarines del pueblo. Y, para el que sepa leer entre tallos y p¨¦talos, es tambi¨¦n un fascinante libro de bot¨¢nica.
La atenci¨®n de quienes recorren la V¨ªa Verde en torno a los d¨ªas m¨¢s largos del a?o se concentra m¨¢s que en ning¨²n otro momento en las cunetas, en los reverdecidos taludes, en los arbustos y matorrales que en las zonas m¨¢s asilvestradas del sendero acarician el paso a trav¨¦s del vallado de madera. El horizonte serrano, los atardeceres que ti?en el cielo de fucsia, naranja y lila, los suaves valles que sorprenden tras algunos escorzos del camino y el cinematogr¨¢fico punto de fuga pasan estos d¨ªas a un segundo plano. Hace 11 meses que muchos esperan un tesoro que justo ahora brota al alcance de sus manos.
¡°No hay d¨ªas m¨¢s m¨¢gicos que los del solsticio de invierno ¡ªcuando celebramos la Navidad, la fiesta del sol creciente¡ª y de verano, que marca el d¨ªa m¨¢s largo y la noche m¨¢s corta del a?o en el Hemisferio Norte¡±, cuenta el bi¨®logo y catedr¨¢tico Manuel Peinado Lorca, director del jard¨ªn bot¨¢nico de la Universidad de Alcal¨¢. Y si diciembre invita al recogimiento, junio anima a sumergirse en la generosidad de la naturaleza. ¡°El clima es c¨¢lido, la tierra est¨¢ h¨²meda por las lluvias primaverales, los p¨¢jaros entonan sus trinos nupciales y las plantas est¨¢n en plena floraci¨®n. La luz m¨¢s duradera y la mejor inclinaci¨®n de los rayos solares aumentan la eficiencia de la fotos¨ªntesis¡±, a?ade.
En casi todas las culturas, el solsticio de verano es momento de buscar protecci¨®n, purificar espacios y conectar con los esp¨ªritus. ¡°Aunque muchas tradiciones se han perdido, el regreso de la luz sigue siendo un hecho relevante para celebrar el renacer, la abundancia y el fuego espiritual. En muchas culturas paganas se cosechaban en estas fechas hierbas medicinales con la convicci¨®n de que est¨¢n en el cenit de su potencial terap¨¦utico. Curanderos, druidas y sacerdotes las recog¨ªan en torno a la noche de San Juan para secarlas y tenerlas disponibles el resto del a?o¡±, explica Peinado. Incluso al margen de cualquier base cient¨ªfica, siempre se ha cre¨ªdo que los componentes qu¨ªmicos de muchas plantas est¨¢n estos d¨ªas en su apogeo. Estas supersticiones en torno a la m¨¢gica noche de San Juan explican por qu¨¦ a las hierbas o plantas que florecen por esta fecha se las llama sanjuaneras.
Hip¨¦rico, la explosi¨®n amarilla
No puede hablarse de una ¨²nica planta sanjuanera. Hay muchas que reciben este nombre coloquial dependiendo de su distribuci¨®n geogr¨¢fica y de las costumbres populares. En cada regi¨®n se eligen las que m¨¢s abundan, la mayor¨ªa especies arom¨¢ticas. Pero sean las que sean, en las listas de las sanjuaneras nunca falta el Hypericum perforatum.
Conocida regionalmente por nombres muy variopintos (hiperic¨®n, hierba de San Juan, hip¨¦rico, le?a de brujas, corazoncillo, flor de las cruces, yerba de Sant Ioan¡), es una herb¨¢cea de tallo largo que a finales de la primavera se corona con flores amarillas. ¡°La forma radiada de sus p¨¦talos y su color deslumbrante tienen connotaciones solares que remiten a la representaci¨®n iconogr¨¢fica del Astro Rey¡±, dice Peinado. ¡°De hecho, el nombre gen¨¦rico Hypericum que Linneo eligi¨® para denominar a esta familia bot¨¢nica procede de Hiperi¨®n, el dios del sol¡±, matiza.
Las propiedades curativas del hip¨¦rico se deben a su contenido qu¨ªmico en hipericina, un pigmento rojizo capaz de hacer que el organismo aumente la producci¨®n de serotonina, neurotransmisor imprescindible para que el cerebro y las c¨¦lulas nerviosas funcionen. En Herv¨¢s, el ung¨¹ento casero que se hace macerando en aceite flores de hip¨¦rico no falta en ninguna alacena, cocina ni botiqu¨ªn. Se elabora en estas fechas y dura hasta el pr¨®ximo San Juan, dentro de un a?o. ¡°Aqu¨ª la gente mayor lo llama peric¨®n¡±, explica Luis Torres, vecino del pueblo cacere?o. Sobre la preparaci¨®n del aceite, indica que los m¨¢s puristas recogen las flores la misma noche de San Juan. ¡°Luego se meten en un tarro, cuantas m¨¢s mejor, y se llena hasta arriba de aceite de oliva¡±, explica. Normalmente, las plantas se secan y maceran bajo techo, pero esta no: ¡°Hay que poner el tarro al sol y dejarlo macerando durante un mes, d¨¢ndole la vuelta todos los d¨ªas¡±, detalla Torres. Pasado este tiempo, se cuela con un pa?o y se embotella en un frasco. ¡°Queda un aceite completamente rojo¡±, resume el cacere?o. ¡°Ya tienes para repartir. Para dar y regalar. Sirve para tratar quemaduras, rozaduras y dem¨¢s. Incluso a los animales cuando tienen rozaduras se les suele aplicar el aceite de hip¨¦rico¡±, dice. Algunos vecinos hacen otra receta a la que llaman Siete flores que, adem¨¢s del hip¨¦rico, lleva tomillo, or¨¦gano, romero y otras arom¨¢ticas.
¡°En la Edad Media al Hypericum se lo llamaba espantadaemonum porque, ingerido en maceraci¨®n aceitosa, mejoraba el ¨¢nimo de las personas con trastornos del comportamiento, a quienes se consideraba endemoniados¡±, explica Peinado. Adem¨¢s del b¨¢lsamo casero como el que hace Luis Torres en Herv¨¢s, el hip¨¦rico se comercializa en jugos, extractos, infusiones, ¨®leos, polvos y gr¨¢nulos para aplicaci¨®n oral o t¨®pica. La Agencia Europea del Medicamento aprueba el uso del Hypericum perforatum para mitigar episodios depresivos leves, aliviar la ansiedad, tratar quemaduras, contusiones y rasgu?os, mejorar trastornos digestivos, ayudar a conciliar el sue?o y curar heridas menores.
El herbario de curanderos y druidas
La manzanilla, la cal¨¦ndula, la lavanda, el hinojo, el c¨¢?amo, el romero, el tomillo, la reina de los prados, la verbena, la salvia, la menta, el sa¨²co¡ Todas estas plantas que florecen en estos d¨ªas de junio eran utilizadas por los druidas en las hogueras del solsticio y otros ritos esot¨¦ricos. Todas componen los ramilletes silvestres que en muchos pueblos se colocan sobre los quicios de las puertas buscando protecci¨®n. Todas se han empleado para hacer aguas arom¨¢ticas, infusiones, emplastos, maceraciones o cocciones sanadoras.
En Andaluc¨ªa, la enram¨¢ que se arroja a la hoguera de San Juan es un manojo de plantas arom¨¢ticas que puede incluir salvia, milenrama, camomila, rusco, artemisia, tomillo, or¨¦gano e hip¨¦rico. En Galicia, el rito at¨¢vico consiste en elaborar un agua de colonia con hierbas de temporada: malva, romero, hip¨¦rico, sa¨²co, hierbaluisa, xesta o escoba rubia, cuajaleches, helecho ¨¢guila¡ Se recogen el 23 de junio, se meten en una cuba con agua y se dejan expuestas al roc¨ªo de la noche de San Juan. Al d¨ªa siguiente hay que lavarse la cara con ese agua aromatizada que, seg¨²n la creencia popular, ahuyenta a las meigas y el mal de ojo.
El poder etnogr¨¢fico del boca a boca
La ley del Patrimonio Natural y Biodiversidad, publicada en 2007, establece que las Administraciones P¨²blicas deben hacer inventarios de los conocimientos tradicionales relevantes con el fin de mantenerlos y de velar para que se haga un uso sostenible del patrimonio natural y la biodiversidad de nuestros ecosistemas. Esto significa que el aceite de hip¨¦rico que estos d¨ªas se macera en cada cocina de Herv¨¢s ha de protegerse por su valor cultural.
¡°Las tradiciones etnobot¨¢nicas deben conservarse porque son parte de nuestra biodiversidad natural y porque consolidan las se?as de identidad de los pueblos¡±, asegura el bi¨®logo Manuel Peinado. ¡°Son un valioso patrimonio intangible que surge de la interacci¨®n de las gentes con su entorno m¨¢s cercano¡±, a?ade. Es un conocimiento que aprendemos de los mayores y se transmite de boca a boca. En Herv¨¢s, la receta del aceite de hip¨¦rico congrega en peque?os frascos experiencias acumuladas durante generaciones y se nutre de aquel truco o aquel otro que un vecino de dos pueblos m¨¢s al sur o tres m¨¢s al norte han podido aportar en alg¨²n momento de la historia. ¡°Esto ha venido sucediendo a lo largo de siglos y cabe pensar que seguir¨¢ siendo as¨ª¡±, pronostica el tambi¨¦n catedr¨¢tico.
Las caminatas cada junio por la V¨ªa Verde de Herv¨¢s para recoger hip¨¦rico, el ritual de macerado, el embotellado dom¨¦stico en viejos frascos de mermelada, el masaje cuidadoso sobre la rodilla de un ni?o ¡ªo sobre una mano quemada o en un dedo magullado¡ª, el favor entre vecinos que se prestan el remedio, el sabio mimo de las abuelas y el obsequio con un frasco de aceite a los forasteros seguir¨¢n por muchos siglos. El Hypericum perforatum florecer¨¢ cada verano por San Juan. Y el poder de esta receta como ung¨¹ento de comuni¨®n local e intergeneracional se renovar¨¢ eternamente en la noche m¨¢s m¨¢gica del a?o.
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