Ba?os de bosque o sentir la naturaleza frente al estr¨¦s: ¡°Estaba de baja y quer¨ªa dejarlo todo. Lo cambi¨® algo tan sencillo como mirar las estrellas¡±
El Escorial, la Selva Negra en Alemania o Sierra Nevada son algunos de los focos para vivir esta pr¨¢ctica importada de Jap¨®n que consiste en conectar con lo natural para mejorar la salud de cuerpo y mente y, sobre todo, divertirse
Amenaza lluvia, pero la ma?ana en el bosque milenario a¨²n es preciosa. El sol del oto?o tinta las hojas de robles y endrinos, y el verdor del musgo es intenso. La humedad revuelve el aire, los aromas ¡ªtomillos, lavanda, hojas, resinas¡ª achican el estr¨¦s y unen al bosque. Esta, al menos, es la tesis que defiende el Ministerio de Salud de Jap¨®n, pero tambi¨¦n publicaciones de universidades como Oxford, Harvard y nuestro gu¨ªa. ¡°Pero lo m¨¢s importante es que nos divirtamos, que sea un placer¡±, dice animoso Txema Ventura, creador de la empresa Ba?os de Bosque Madrid, mientras avanzamos hasta el grupo que hoy es excepcional. Siete adultos y otros tantos adolescentes, ataviados con paraguas, playeros y ropa para caminar, esbozan sonrisas en unos rostros que, a juzgar por la expresi¨®n, creen estar a punto de atravesar una frontera sin vuelta atr¨¢s. As¨ª va a ser. ¡°Lo primero es contaros qu¨¦ es un ba?o de bosque¡±, prosigue Ventura tras invitar a los asistentes a recoger unos cuadernitos de tama?o min¨²sculo hechos con papel reciclado en los que, sugiere, apuntar los detalles de la aventura.
La ciudad de Madrid est¨¢ a nuestra espalda, el bosque milenario de La Herrer¨ªa frente a nosotros, la fuente con agua cristalina pero no potable a nuestros pies. ¡°El ba?o de bosque naci¨® en Jap¨®n cuando el ministerio forestal y el de salud se pusieron de acuerdo para investigar. ?Qui¨¦n ha visto que dos ministerios se unan para hacer algo?¡±, bromea el gu¨ªa antes de seguir. ¡°All¨ª comenzaron a recetar, como muchos recetan pastillas, ba?os de bosque¡±, introduce mientras se coloca de espaldas a ¨¢rboles de s¨®lidos troncos que se enroscan sobre s¨ª mismos con majestuosidad. Ventura ¡ªmediana edad, barba y pelo gris¡ª era consultor de grandes firmas, pero tras viajar con su familia por el mundo prefiri¨® regresar al bosque de su infancia y compartir sus beneficios. Hoy, Txema y su pareja son responsables de que un par de miles de personas hayan descubierto la faceta curativa del bosque.
Esta ma?ana es excepcional por varios motivos. Para empezar, hay muchos adolescentes y eso no es normal porque la actividad suele dirigirse solo a adultos. Adem¨¢s, el leitmotiv es conectar con el bosque a trav¨¦s de los sentidos. En las pr¨®ximas cuatro horas recorreremos cinco kil¨®metros. Es decir: nada exigente. Pero lo importante en el ba?o de bosque no es caminar, sino usar la naturaleza para poder conectar con uno mismo.
Ventura propone primero catar el agua cristalina que bulle del grifo de un abrevadero. Despu¨¦s, buscar, probar y renombrar bayas salvajes comestibles. Pronto, a juzgar por las expresiones de j¨²bilo de los m¨¢s mayores, es obvio que la naturaleza es el medio para lograr sentirse bien, recuperar las fuerza, conectarse. Y se consigue. La mayor¨ªa repite.
Eliminar el estr¨¦s
¡°Yo vine la primera vez con la empresa. Estaba muy estresada, y lo not¨¦¡±, afirma convencida Cristina, una mujer que hoy cumple 34 a?os, trabaja como consultora de calidad y ha querido vivir la experiencia con su pareja. Al igual que ella, muchas otras personas vienen al ba?o del bosque para minimizar su estr¨¦s. Otros, para cambiar de vida.
Aunque parece imposible que algo tan sencillo como estar en la naturaleza con atenci¨®n plena durante unas pocas horas pueda cambiar tanto en el organismo, la investigaci¨®n lo ha corroborado una y otra vez. ¡°Los efectos en el organismo se miden f¨¢cilmente. La saliva sirve para ver c¨®mo se reduce el cortisol, que se asocia al estr¨¦s, con una jornada de ba?o de bosque¡±, afirma Ventura.
En Jap¨®n, la pr¨¢ctica del ba?o de bosque (denominada Shirnin Yoku), en efecto, naci¨® hace ya unos 40 a?os por prescripci¨®n estatal. Por un lado, se pretendi¨® usar los bosques que ocupan el 65% de su superficie y, por otro lado, para remediar el estr¨¦s que se convirti¨® en una plaga, cuyos efectos en el pa¨ªs nip¨®n en ese tiempo llegaban hasta la muerte por colapso.
La pr¨¢ctica del ba?o de bosque hoy se receta, sus efectos sobre el organismo se investigaron en Jap¨®n y se investigan en el resto del mundo, tambi¨¦n en Espa?a. Por ejemplo, el doctor Quing Li, presidente de la asociaci¨®n de medicina forestal, m¨¢ximo experto en el tema y autor del libro El poder del bosque (Roca Editorial), afirma que un ba?o de bosque durante dos d¨ªas seguidos tiene efectos antidepresivos y ayuda al sistema inmunitario.
En el Reino Unido, la doctora Kirsten McEwan, profesora asociada de la universidad de Derby, descubri¨® que las personas que hacen Shirnin Yoku en bosques viejos reducen su ansiedad el 29% en dos horas de pr¨¢ctica. Pero no hay que ir tan lejos para ver investigaci¨®n al respecto. Secundino L¨®pez, m¨¦dico neur¨®logo, comprob¨® los efectos positivos del ba?o de bosque para combatir la fibromialgia en Girona. En Catalu?a, de hecho, se han implementado varios recorridos en el bosque con este fin. Otros lugares como Pontevedra, por ejemplo, recomiendan la pr¨¢ctica desde la Diputaci¨®n.
El uso del bosque como terapia crece de forma exponencial en toda Europa. En Alemania, por ejemplo, muchas personas combaten su estr¨¦s con ba?os de bosque. Para algunas, incluso, la pr¨¢ctica es un detonante para hacer un cambio de vida. ¡°No se trata de caminar o solo de estar en el bosque, sino de usar a la naturaleza para fortalecerte¡±, afirma Jutta Richter, responsable de contabilidad de la empresa Waldbadem Akademie. Ella conoce a la perfecci¨®n el efecto de la pr¨¢ctica. Por algo el ba?o de bosque cambi¨® su vida de forma rotunda. ¡°Yo estaba de baja, quer¨ªa dejarlo todo. Me sent¨ªa muy mal. Tras sufrir un bloqueo s¨²bito por estr¨¦s, la empresa donde trabajaba me envi¨® a un ba?o de bosque. Lo que cambi¨® todo fue algo tan sencillo como mirar las estrellas. Al volver propuse a la directora de Waldbadem Akademie trabajar con ella¡±, dice la mujer que ha experimentado un cambio radical en su d¨ªa a d¨ªa.
Waldbadem Akademe, la firma para la que trabaja, especializada en formaci¨®n de expertos en el uso de la naturaleza de forma terap¨¦utica, ha crecido exponencialmente. La empresa opera en distintas regiones de Alemania, pero tambi¨¦n tiene formaciones en Espa?a y otros pa¨ªses como Holanda y T¨²nez. Por sus m¨¢s de 200 cursos pasan profesores, terapeutas, pero tambi¨¦n muchas personas que afrontan un cambio profesional y saben que ya no quieren ¡ªy tal vez, no pueden¡ª vivir como lo han hecho hasta ahora, pero s¨ª estar en la naturaleza. ¡°No tenemos gente para responder a la demanda. El sue?o ahora es que el Estado alem¨¢n financie la formaci¨®n de expertos en Waldbadem al igual que hace el Gobierno japon¨¦s¡±, afirma Jasmine Schillim, experta en salud y socia creadora de la empresa, que poco despu¨¦s de la entrevista se dispone a emprender un viaje de formaci¨®n a T¨²nez.
Para Thomas, ingeniero de telecomunicaciones, el detonante para comenzar a formarse como acompa?ante en ba?os de bosque ha sido sufrir un despido en la empresa tecnol¨®gica con la que ha trabajado durante casi dos d¨¦cadas. ?l acaba de terminar su primera formaci¨®n de Shirnin Yoku en la Selva Negra que, si todo va bien, durar¨¢ cerca de un a?o. Sentir el bosque, buscar bayas o reconocer plantas han sido algunos de los aprendizajes de la inmersi¨®n. ¡°No quiero seguir trabajando solo en casa delante de un ordenador. Me siento bien en la naturaleza¡±, afirma Thomas, quien vive su nueva etapa como una gran oportunidad; como un detonante para abismarse en la vida con sentido.
Es curioso que las historias de vida en torno a la pr¨¢ctica de ba?o de bosque, Shirnin Yoku, en Jap¨®n, Alemania o Espa?a recuerden tanto las unas a las otras. Al encuentro de algo que se hab¨ªa perdido.
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