Arranca la pasarela madrile?a: las mil y una formas de rentabilizar un desfile de moda

Diez euros cuesta desde esta temporada entrar al Cibelespacio, es decir, al pabell¨®n n¨²mero 14 de Ifema, que desde este jueves hasta el domingo estar¨¢ repleto de estands de electrodom¨¦sticos, aerol¨ªneas, marcas de cosm¨¦tica y albergar¨¢ una peque?a zona para que los dise?adores emergentes expongan sus creaciones. Y 60 euros cuesta vivir lo que la organizaci¨®n llama ¡°la experiencia¡±: ir a un ¨²nico desfile y despu¨¦s acceder a la zona VIP, en la que durante media hora, tras el show, se congregan algunas de las celebridades nacionales invitadas copa en mano. Y, a juzgar por esta primera jornada de Mercedes-Benz Madrid Fashion Week, la organizaci¨®n le est¨¢ sacando partido al asunto: hab¨ªa colas en los accesos, en el ba?o y una concentraci¨®n en las gradas nunca vista en a?os anteriores. Lo cierto es que en el ¨²ltimo a?o, dos de las marcas de culto del momento, Diesel y Marine Serre, lo han hecho en Mil¨¢n y Par¨ªs, respectivamente, aunque a precios m¨¢s bajos. Balmain llev¨® la moda a la cima del entretenimiento en 2021 con un festival de m¨²sica en el que varios artistas internaciones daban conciertos durante todo un d¨ªa antes y despu¨¦s del desfile. Si hacemos caso al discurso que asocia a la moda como una expresi¨®n cultural, esta deber¨ªa ser accesible al p¨²blico, como el cine o los conciertos. Pero los ejemplos anteriores aluden a tres marcas, es decir, a tres empresas independientes que quieren acercar el elitismo del desfile a su clientela real y potencial, que no suele acudir a este tipo de eventos, no de una entidad participada por el Ayuntamiento de Madrid.

La cuesti¨®n quiz¨¢ est¨¦ en si desde Ifema ven o no la pasarela como una de las ferias para profesionales que suelen celebrarse all¨ª, con la salvedad de que aqu¨ª las ganancias no se pueden cuantificar en estands de marcas interesadas en exponer su producto. La ¡°experiencia¡± no se cuantifica en espacio: 7.000 euros m¨¢s IVA pagan las marcas por desfilar, a lo que se sumar¨ªa el desembolso de cada patrocinador (este a?o se suma Turismo de Marruecos, con algunos de sus creadores desfilando el pr¨®ximo s¨¢bado). De ah¨ª que la venta de entradas sea quiz¨¢ una forma de sacar mayor rendimiento a un espacio que no beneficia tanto como otras ferias.

En cualquier caso, y como es obvio, para muchos, pisar la pasarela de Ifema, es decir, desfilar dentro de esta semana de la moda, todav¨ªa es necesario. ¡°No se me ocurre otro modo de hacernos m¨¢s visibles¡±, comenta a EL PA?S Nuria Sard¨¢, directora creativa de Andr¨¦s Sard¨¢, la firma de lencer¨ªa que su padre cre¨® en 1962. Gracias a sus desfiles, que mezclan muy sabiamente su producto comercial con la exuberancia y el entretenimiento llegaron, cuenta, a ser contactados por Law Roach, el estilista de Zendaya y uno de los m¨¢s importantes del mundo. Andr¨¦s Sard¨¢ sabe vender (el grupo al que pertenece desde 2008, Van de Velde, ha facturado 97,6 millones de euros en 2021) y sabe dar espect¨¢culo. En esta ocasi¨®n se trataba de lencer¨ªa en la nieve, ¡°de un d¨ªa entero, desde que una mujer se levanta, se va a esquiar hasta que va a una fiesta en la nieve¡±, explica Nuria. Entre Dulceida, que abr¨ªa y cerraba el desfile, las modelos luc¨ªan las piezas de ropa interior y corseter¨ªa junto a plum¨ªferos o largos abrigos de pelo.

Sard¨¢ era la segunda en desfilar en la jornada de apertura; la primera, desde hace tiempo, es Agatha Ruiz de la Prada, un puesto de honor porque es el que consigue acaparar titulares y minutos televisivos, por si ella misma no lo hiciera ya sin tener cuenta el horario. En la salida de su show hab¨ªa un puesto en el que vend¨ªan su reci¨¦n publicada autobiograf¨ªa. Dentro, su pareja se colaba en la pasarela para recoger la plantilla que se le hab¨ªa desprendido a una de las modelos ante la mirada incr¨¦dula de Antonio Banderas, uno de los invitados. Si lo que buscaba el p¨²blico eran ¡°experiencias¡±, estos son hasta el momento, los sesenta euros mejor invertidos.

Jorge V¨¢zquez, el tercero de la jornada, presentaba una colecci¨®n que hablaba del cruce entre el imaginario visual espa?ol y el marroqu¨ª (uno de los patrocinadores de esta edici¨®n) con atrevidas combinaciones de color y juegos de vol¨²menes entre caftanes y encajes. Un atrevimiento que tambi¨¦n se percib¨ªa en Pedro del Hierro, eso s¨ª, osificado, al tratarse de la ense?a m¨¢s solvente y comercial del calendario: Nacho Aguayo, director creativo femenino, y ?lex Miralles, masculino, imaginaban los distintos perfiles que acuden al estreno de una ¨®pera ¡°porque no todo el mundo va con el mismo estilo a este tipo de eventos, aunque sea un evento al que hay que acudir de gala¡±, comentaba el primero.

Una estrategia inteligente, porque no solo les permite posicionarse en las alfombras rojas por venir o darle a su cliente habitual ese aura de lujo y aspiraci¨®n, tambi¨¦n porque les permite experimentar y romper estereotipos sin salirse del relato, mezclando texturas, colores y prendas, sobre todo en su colecci¨®n masculina, donde el terciopelo se combinaba con punto o los abrigos de alpaca con camisas de lazada. A su desfile acud¨ªan Tamara Falc¨® e I?igo Onieva en una de sus primeras apariciones p¨²blicas tras su reconciliaci¨®n. La marca de moda de esta, TFP, tambi¨¦n es propiedad del grupo Tendam, due?o de Pedro del Hierro. De hecho, algunas de sus prendas han aparecido en el desfile, aunque desde la firma no han apuntado cu¨¢les para hacer ver que sus respectivos estilos casan de manera natural.

Aunque si alguien sabe c¨®mo unir moda y entretenimeinto es Eduardo Navarrete, de un tiempo a esta parte, convertido en una celebridad local que trasciende con mucho su producci¨®n en moda. La noche del mi¨¦rcoles trasladaba a un p¨²blico variopinto a la pista de patinaje de Chamartin para disfrutar de un show en el que varios amigos famosos del dise?ador patinaban, algunos con m¨¢s talento que otros, luciendo calzoncillos, batas, paraguas o flotadores.

Navarrete present¨® su colecci¨®n en la jornada llamada Off, es decir, fuera de Ifema pero presente en el calendario oficial. Aqu¨ª no hay entradas a la venta, pero s¨ª, en algunos casos, patrocinadores privados que costean distintos espacios de la capital. En el caso de ?ngel Schlesser el esp¨®nsor principal era su propia fragancia, Femme. Un caso curioso pero no ¨²nico, aunque tradicionalmente la moda serv¨ªa o m¨¢s bien sirvi¨® para aumentar la venta de perfumes y peque?os accesorios, ha habido casos, quiz¨¢ Mugler y Viktor & Rolf los m¨¢s famosos, en el que el pez peque?o se ha comido al grande. Ruiz de la Prada, sin ir m¨¢s lejos, pon¨ªa sus fracos a modo de tocado hoy. Schlesser, sin embargo, lo hac¨ªa sin ambages. La marca propiedad de ?scar Areces, tras el vaiv¨¦n de directores creativos que sucedieron a la marcha de su fundador en 2016, ha colocado al gallego Alfonso P¨¦rez como director creativo y, aunque el discurso de partida, una prenda basada en una colonia, puede sonar demasiado et¨¦reo (o demasiado expl¨ªcito en t¨¦rminos econ¨®micos), lo cierto es que su colecci¨®n, sobre todo la primera parte, con abrigos de corte arquitect¨®nico y vestidos con bloques de color, fue m¨¢s que solvente.

Pero, sin ninguna duda, la mejor colecci¨®n de estas dos jornadas de desfiles sucedi¨® fuera del calendario oficial e incluso del foco medi¨¢tico. La presentaba ayer el artista Ernesto Artillo en la galer¨ªa We Collect bajo el t¨ªtulo La colecci¨®n de costura m¨¢s cara de la historia. Lo era. Estaba confeccionada a base de las prendas que Artillo iba encontrando en las playas de Cabo de Gata. Prendas de personas que hab¨ªan logrado cruzar a Espa?a y que Artillo hab¨ªa intervenido: chaquetas de ch¨¢ndal con la frase ¡°Viva Espa?a¡± bordada en ¨¢rabe, cazadoras que fusionaban el rostro del Cristo malague?o de Mena con las de un menor extranjero no acompa?ado (mena, en su acr¨®nimo), joyas hechas con piezas de los mecheros que los supervivientes utilizan para encender hogueras a su llegada... S¨ª, la moda puede y en ocasiones debe ser una expresi¨®n cultural y social. La de Artillo lo es de verdad. Adem¨¢s, la entrada era abierta al p¨²blico y gratuita.