Persiguiendo los sue?os de Kenzo, la retrospectiva del modista japon¨¦s que trascendi¨® fronteras, culturas y g¨¦neros
La Tokyo Opera City Art Gallery estrena una exposici¨®n con 83 trajes originales, pinturas, fotograf¨ªas y muchos bocetos que reconstruyen una biograf¨ªa marcada por el lema personal del eternamente sonriente dise?ador que residi¨® m¨¢s de medio siglo en Francia: ¡°El mundo es bello¡±
Una nueva exposici¨®n retrospectiva de Kenzo Takada, el modista japon¨¦s que residi¨® m¨¢s de medio siglo en Francia, donde falleci¨® por coronavirus en octubre de 2020 a los 81 a?os, ha abierto sus puertas este fin de semana en la Tokyo Opera City Art Gallery. Titulada Takada Kenzo, Chasing Dreams (Persiguiendo sue?os), se trata de un recorrido por la biograf¨ªa de un innovador que poco despu¨¦s de llegar a Par¨ªs, el 1 de enero de 1965, lanz¨® una revolucionaria propuesta de siluetas holgadas y motivos florales vibrantes, presentes tanto en el quimono japon¨¦s como en las indumentarias africanas.
¡°Sus sue?os trascendieron fronteras, culturas y g¨¦neros¡±, explica la comisaria de la exposici¨®n, Sunao Fukushima. ¡°Kenzo sugiri¨® un nuevo estilo de ropa fuera de la tradici¨®n cultural euroc¨¦ntrica¡±, a?ade, y cita el periplo de seis semanas de Kenzo en un buque de carga hasta Francia, cuyas paradas en puertos de Hong Kong, Vietnam, Singapur, Sri Lanka, India, Yibuti, Egipto y Espa?a le ayudaron a consolidar su concepto ecl¨¦ctico de la moda.
Un total de 83 trajes originales, pinturas, fotograf¨ªas y una pel¨ªcula, adem¨¢s de muchos bocetos de vestidos, reconstruyen una biograf¨ªa marcada por su lema personal: el mundo es bello. El dise?ador japon¨¦s apropiaba formas y estampados propias de una minor¨ªa, muy alejada de la Europa de entonces, postrada ante la rigurosa elegancia de cinturas ce?idas y colores planos de Yves Saint Laurent y Dior. ¡°Buscaba puntos en com¨²n entre los trajes ¨¦tnicos de todo el mundo y, por supuesto, tambi¨¦n incorpor¨® las tradiciones europeas¡±, a?ade la comisaria. Fukushima se?ala la pieza emblem¨¢tica de la exposici¨®n: un vestido de novia hecho con cientos de cintas multicolores compradas por el dise?ador a lo largo de 20 a?os, a menudo en el Mercado de las Pulgas de Par¨ªs.
Al ser preguntada por su aspecto favorito de la moda de Kenzo, una de las primeras visitantes a la exposici¨®n, Sae Suzuki, se?ala su manera de combinar colores vistosos. ¡°Juntaba colores estridentes y los hac¨ªa compatibles gracias a la proporci¨®n y la forma en que los distribu¨ªa en un vestido¡±, afirma.
Kenzo naci¨® en 1939 en Himeji, una ciudad a 90 kil¨®metros al oeste de Osaka, famosa por tener uno de los castillos medievales mejor conservados de Jap¨®n. Desde peque?o estuvo en contacto directo con la exuberancia floral de los quimonos y sus texturas exquisitas gracias a que su familia ten¨ªa una casa de t¨¦, una especie de tasca exclusiva donde se ofrec¨ªan espect¨¢culos de m¨²sica y baile con geishas ataviadas con fastuosas versiones del traje nacional nip¨®n. Empez¨® estudios de Literatura en la vecina ciudad de Kobe y los abandon¨® motivado por la inauguraci¨®n de cursos de moda abiertos a los varones en el Bunka College of Fashion de Tokio. En 1961, a¨²n como estudiante, gan¨® el prestigioso premio de moda So-En con un traje de dos piezas color marfil de inspiraci¨®n parisina, acentuado con una blusa y un sombrero florido en tonos turquesa.
M¨¢s tarde, fue contratado por los grandes almacenes Sanai y estuvo dise?ando ropa infantil hasta que le anunciaron que el apartamento donde viv¨ªa ser¨ªa demolido para dar paso a las instalaciones de los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio 1964. Los inquilinos recibir¨ªan como indemnizaci¨®n 11 meses de alquiler que ¨¦l decidi¨® usar para viajar a Par¨ªs, y eligi¨® la ruta mar¨ªtima por recomendaci¨®n de uno de sus maestros, que le dijo: ¡°Ver¨¢s muchas m¨¢s cosas¡±.
Sus inicios no fueron f¨¢ciles pues, pese a llegar a Europa en medio del auge de la cultura hippie, con sus ideales de vida comunitaria, paz y amor, se enfrentaba al reto de ser un extranjero venido de Asia que intentaba conquistar el coraz¨®n de la moda francesa. Ech¨® mano de su experiencia con trabajos comerciales y empez¨® a vender bocetos de ropa en tiendas y grandes marcas como Louis F¨¦raud.
De forma paralela trabajaba en sus dise?os personales y en 1970 abri¨® una tienda en un diminuto local en la Galer¨ªa Vivienne que decor¨® ¨¦l mismo con motivos selv¨¢ticos en el estilo primitivista de Henri Rousseau, conocido como El aduanero (1844-1910). A la popularidad de la tienda contribuy¨® la aparici¨®n en la portada de Elle de uno de sus vestidos cosido con telas de motivos tradicionales japoneses. Tambi¨¦n ayud¨® el montaje, inusual para la ¨¦poca, de un desfile de moda con muchos modelos saltando y bailando para dar realce al volumen de la ropa.
El nombre de la tienda, Jungle Jap, (Jungla Japonesa), hac¨ªa referencia a la uni¨®n de sus conceptos favoritos. Tambi¨¦n fue un intento fallido de despojar el diminutivo Jap de la connotaci¨®n peyorativa que hab¨ªa adquirido en ingl¨¦s norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. Grupos c¨ªvicos japoneses en Estados Unidos protestaron por su uso y en 1976, Kenzo recurri¨® a su nombre de pila como la marca con la que desarrollar¨ªa una fecunda y lucrativa carrera, reconocida adem¨¢s en su patria adoptiva con repetidos premios institucionales, entre ellos el de caballero de la Orden de las Artes y las Letras en 1984.
Regresaba a Jap¨®n regularmente para comprar telas y cuando ya era un profesional consagrado hac¨ªa de jurado en concursos de moda como el So-En. Pero su patria siempre fue Francia, tierra natal de su compa?ero sentimental de toda la vida, Xavier de Castella, fallecido en 1990.
En 1993, Kenzo vendi¨® su marca al gigante de la moda francesa LVMH y se centr¨® en la perfumer¨ªa y la decoraci¨®n. A lo largo de su vida, tambi¨¦n tuvo estrecha amistad con otros grandes dise?adores japoneses como Junko Koshino, compa?era de curso en el Bunka College of Fashion, e Issey Miyake (1938-2022).
Fukushima, la comisaria de la exposici¨®n, destaca la personalidad de un hombre afable que siempre transmiti¨® alegr¨ªa. Se?ala la fotograf¨ªa en blanco y negro de Kenzo en su primera tienda, encaramado en una escalera pintando un mural con la expresi¨®n triunfal de un ni?o travieso que se ha salido con la suya. ¡°La mitad de su rostro siempre estuvo ocupada por esa sonrisa¡±, recuerda.
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