Transg¨¦nicos en la cuna de la biodiversidad
Per¨² es un extraordinario banco gen¨¦tico, un granero de variedades. En un mundo que pierde su patrimonio agr¨ªcola a velocidad de v¨¦rtigo, la estructura agraria peruana asegura y estimula la diversidad
El mensaje preferido de la cocina peruana es el de la biodiversidad. Lo escucho o lo leo cada d¨ªa desde hace catorce a?os y es una historia real. El pa¨ªs disfruta 84 de las 117 zonas de vida y 28 de los 32 climas registrados en el planeta, lo que se traducen en m¨¢s de 20.000 especies bot¨¢nicas, 7.590 de ellas end¨¦micas, y una fauna todav¨ªa mayor. Per¨² es un extraordinario banco gen¨¦tico, un granero de variedades. En un mundo que pierde su patrimonio agr¨ªcola a velocidad de v¨¦rtigo, la estructura agraria peruana, basada en el minifundio y la agricultura familiar -re¨²ne unos 2,2 millones de familias-, asegura y estimula la diversidad. Los datos son apabullantes: alrededor de 3.500 variedades de papa, m¨¢s de 50 de ma¨ªz, y as¨ª sucesivamente hasta trazar un mapa del que todos hablan, aunque muchos peruanos no lo conocen. No son pocos los productos que se transforman y se exportan antes de ser consumidos en el pa¨ªs. La inmensa mayor¨ªa no aparecen en los mercados o los restaurantes; hay buena parte de autoconsumo y de menudeo local en la agricultura peruana. La invisibilidad y la marginalidad lastran el desarrollo del medio agrario y en consecuencia el de la despensa.
En marzo de 2011, el Congreso peruano estableci¨® una moratoria de diez a?os para el ingreso de productos transg¨¦nicos -organismos vivos modificados-, en respuesta a la autorizaci¨®n firmada meses antes por el presidente de Alan Garc¨ªa. Fue uno de sus ¨²ltimos actos de Gobierno, respondiendo m¨¢s a los intereses de algunos de sus socios que a las necesidades del pa¨ªs. Si los productores de pollos -el principal era entonces el ministro de Agricultura- ped¨ªan ma¨ªz y soya transg¨¦nicos para redondear el negocio, otra parte del Gobierno andaba enredada en un plan de agrupaci¨®n de terrenos en el departamento selv¨¢tico de Madre de Dios, con la presumible intenci¨®n de sustituir el bosque por cultivos intensivos de soja. Las nuevas elecciones trajeron la moratoria y abrieron un periodo en el que deber¨ªa investigarse al respecto, mientras se fortalec¨ªan lo que llamaron ¡°capacidades nacionales¡±.
La moratoria se extingue en abril de 2021, las ¨²nicas capacidades fortalecidas han sido las de los grandes exportadores agrarios y cada quien ha hecho una parte de su tarea. El Ministerio de Medio Ambiente estudi¨® de la distribuci¨®n de variedades y razas nativas, el Instituto Nacional de Innovaci¨®n Agraria, siempre al lado del lobby de los transg¨¦nicos, dise?¨® el reglamento que regular¨¢ su presencia en el mercado, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa inform¨® que no encuentra motivos para determinar que los transg¨¦nicos sean nocivos para la salud, y as¨ª sucesivamente. Nadie esperaba la pandemia y lo que viene con ella, empezando por un consumidor que asocia su salud con los cambios en el medio natural y pasa a poner en valor los productos locales y los cultivos responsables. La mesa del Congreso registr¨® en agosto tres proyectos de ley que establecer¨ªan nuevas moratorias de entre 10 y 15 a?os. Si sus promotores se ponen de acuerdo, Per¨² seguir¨¢ cerrando la puerta a los transg¨¦nicos.
El debate empieza en la oportunidad de otra moratoria para trasladarse al modelo agrario del pa¨ªs. El latifundio proporciona los ingresos, pero la diversidad agraria es el argumento que posiciona a Per¨² en los mercados de alto nivel. Los tub¨¦rculos, el ma¨ªz en todas sus formas, los aj¨ªes, los granos andinos, o frutas como la chirimoya, el cacao o el camu camu, son el sustento de la Marca Per¨², el sello distintivo que tira del comercio peruano en el mundo. La agricultura familiar cultiva el 82% de las tierras dedicadas a leguminosas, el 76% a tub¨¦rculos, el 74% a cereales, el 72% a hortalizas y el 63% a frutas. Tambi¨¦n contribuyen al mantenimiento de los recursos naturales. Lo dejaba claro el ¨²ltimo informe del Banco Mundial, presentado en marzo de 2018, cifrando en un 7.4 % el crecimiento de la producci¨®n agraria en la costa, donde est¨¢n los grandes latifundios dedicados a uva de mesa, esp¨¢rragos y otros productos destinados a la exportaci¨®n. Por el contrario, apenas hab¨ªa aumentado en la sierra, mientras retroced¨ªa ligeramente en la selva. En esos datos est¨¢n las claves del debate.
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