Aulas que se adaptan a las necesidades del aprendizaje
La reconfiguraci¨®n del espacio impulsa t¨¦cnicas que rompen con el sistema tradicional de ense?anza
El concepto tradicional de aula es cosa del pasado. Las necesidades educativas han evolucionado y, con ello, tambi¨¦n los espacios de aprendizaje. Las clases magistrales en las que el profesor transmite conocimientos y los estudiantes se sit¨²an en un rol pasivo se han convertido en un m¨¦todo anticuado. En su lugar, las metodolog¨ªas educativas cada vez se centran m¨¢s en el aprendizaje activo y participativo del estudiante, lo que requiere un redise?o del aula tradicional tal y como la conocemos.
De la necesidad de repensar los espacios de aprendizaje nace en 2016 el grupo de investigaci¨®n interuniversitario Smart Classroom Project, un proyecto liderado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que analiza la relaci¨®n entre los espacios escolares innovadores y las pr¨¢cticas docentes. Para ello, han llevado a cabo proyectos de renovaci¨®n de aulas en m¨¢s de 20 centros en los ¨²ltimos cuatro a?os y que sirven como ¡°laboratorio en vivo¡± para este proyecto.
Un mobiliario movible y plegable permite un espacio flexible donde se puede cambiar de actividad durante la clase. Del mismo modo, la disposici¨®n de mesas en c¨ªrculo fomenta la comunicaci¨®n e interacci¨®n colaborativa entre grupos peque?os. Asimismo, dada la importancia que ha cobrado la tecnolog¨ªa en la educaci¨®n, es imprescindible un dise?o que incorpore herramientas y recursos digitales. El conjunto de esta serie de elementos, entre otros, genera lo que se denomina ¡®aulas inteligentes¡¯ o smart classrooms.
¡°Fomentan el aprendizaje activo, participativo y colaborativo al proporcionar espacios flexibles y adaptables que facilitan la interacci¨®n y el trabajo en equipo. Se adaptan a la variedad metodol¨®gica (aprendizaje por proyectos, indagativo, gamificaci¨®n, experimental¡) y, adem¨¢s, la incorporaci¨®n de tecnolog¨ªas interactivas promueve el compromiso y la participaci¨®n de los estudiantes en el proceso de aprendizaje¡±, se?ala Guillermo Bautista, miembro del equipo de investigaci¨®n de Smart Classroom Project.
La escuela Lola Anglada, situada en Esplugues de Llobregat, es uno de los centros que ha participado en este proyecto, que vieron una oportunidad para dar uso a un aula vac¨ªa y, finalmente, se acab¨® extendiendo a todo el centro. ¡°Ten¨ªamos un espacio de 140 metros cuadrados reci¨¦n construido y nos pareci¨® interesante participar en este proyecto. El hecho de que el equipo de Smart Classroom nos acompa?ara hizo que pudi¨¦ramos dise?ar este espacio con una intencionalidad pedag¨®gica¡±, explica Sonia Gim¨¦nez, directora de la Escuela Lola Anglada. ¡°Fue un antes y un despu¨¦s para nosotros porque adoptamos una mirada sobre el dise?o del espacio en relaci¨®n a las pr¨¢cticas educativas. Poco a poco esa mirada fue transfiri¨¦ndose a todas las aulas de la escuela, y cada curso hemos ido codise?ando las aulas junto a maestros, alumnos y familias¡±, se?ala.
Los resultados se ven reflejados no solo en el rendimiento acad¨¦mico, sino tambi¨¦n en el bienestar de los alumnos, al desempe?ar sus clases en un ambiente confortable y amable que mejora las relaciones entre compa?eros, as¨ª como entre el profesor y el alumno. ¡°Los alumnos no est¨¢n deseando salir corriendo a la hora del recreo porque est¨¢n trabajando en un ambiente que invita a aprender¡±, opina Raquel Valle, directora de la Escuela Miquel Mart¨ª i Pol de Viladecans, otro de los centros que ha redise?ado varios espacios junto al equipo de Smart Classroom Project. ¡°El maestro ya no representa una figura autoritaria que solo ordena y manda, sino que es la persona que acompa?a al alumno para que aprenda. Su lugar no est¨¢ atrincherado detr¨¢s de una mesa, sino al lado de los alumnos¡±, a?ade.
V¨ªa de inclusi¨®n
Adem¨¢s, este tipo de aulas favorece la inclusi¨®n del alumnado con necesidades educativas especiales, tales como el trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad (TDAH), quienes sufren ante los m¨¦todos tradicionales de ense?anza, dado que impone un ritmo de trabajo que no todos los alumnos pueden seguir. Sin embargo, las Smart Classrooms permiten que los alumnos se desenvuelvan libremente, as¨ª como una atenci¨®n m¨¢s personalizada. ¡°El aula tradicional hace que todos los alumnos tengan que hacer lo mismo en el mismo momento, pero este espacio permite que cualquier alumno tenga su posibilidad de aprendizaje al no tener que estar sentado todo el rato en una silla y un pupitre¡±, defiende Sonia Gim¨¦nez, directora de la Escuela Lola Anglada.
A pesar de los m¨²ltiples beneficios de las aulas inteligentes, las tradicionales son las que predominan en la mayor¨ªa de los centros escolares debido a la falta de apoyo institucional que se requiere para la transformaci¨®n de estos espacios de aprendizaje del sistema educativo. ¡°Aunque las aulas inteligentes est¨¢n ganando reconocimiento y adopci¨®n en muchos lugares, a¨²n queda trabajo por hacer para que se conviertan en el est¨¢ndar educativo en Espa?a. Es necesario seguir promoviendo sus beneficios, proporcionar formaci¨®n y apoyo a los educadores, y asegurar la financiaci¨®n y el respaldo pol¨ªtico necesarios para hacer estos cambios en todo el pa¨ªs¡±, apunta Marta L¨®pez, miembro del equipo de investigaci¨®n de Smart Classroom Project.
Clave en todos los niveles educativos
Es importante destacar que las ‘aulas inteligentes’ no solo son beneficiosas para los estudiantes de infantil y primaria, sino también para todos los niveles educativos. El diseño de los espacios ofrece un infinito abanico de posibilidades para mejorar la experiencia educativa de cualquier disciplina o rango de edad, ya que se adaptan a las necesidades específicas de cada grupo.
“Lo óptimo sería que cada etapa educativa y cada contenido se desarrollase en espacios acordes a lo que el alumno está aprendiendo. Las guarderías y escuelas infantiles, en general, son espacios adaptados a la experiencia educativa. Sin embargo, a partir de primaria las aulas se convierten en un espacio estándar invariable hasta la etapa universitaria”, lamenta Maitane Martín Crego, entrenadora del laboratorio de Bilbao del Grado LEINN en la Universidad de Mondragón.
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