Construir a largo plazo en un presente incierto
En un tiempo de inseguridad, el sector de la construcci¨®n apuesta por actualizar las viejas infraestructuras con tecnolog¨ªa de vanguardia como el big data, la inteligencia artificial o el machine learning; al tiempo que impulsa la construcci¨®n industrializada, los nuevos materiales y la inversi¨®n en centros de datos o fibra
La materia con la que est¨¢ fabricado este tiempo es la incertidumbre y los contrasentidos. Rusia quiere cambiar el orden mundial a su medida; los populismos surgen unos tras otros al igual que orugas procesionarias; la emergencia clim¨¢tica, seg¨²n la temporada, abrasa o inunda; aumentan las brechas en las cadenas de suministro, y el envejecimiento de Occidente desaf¨ªa la factura del Estado de bienestar.
La sociedad cambia. Nunca volver¨¢ a ser la del pasado. Surgen algunas ideas geoecon¨®micas claras, pero a partir de ah¨ª se extiende la niebla sobre el puente. ¡°Turqu¨ªa, Rusia, Hungr¨ªa, China e India se han beneficiado de la abundancia de cr¨¦dito barato¡±, analiza, por correo electr¨®nico, Daron Acemoglu, uno de los economistas m¨¢s influyentes del mundo. ¡°De hecho, la disponibilidad ilimitada de cr¨¦dito ha sido el motor de su crecimiento. Pero, si observamos con detalle, se aprecia que en la mayor¨ªa de los casos no se trat¨® de un desarrollo de alta calidad. No fue impulsado por la eficiencia de la productividad, las innovaciones o la participaci¨®n de una base amplia¡±. Tambi¨¦n fue muy desigual. Imaginen las econom¨ªas rusa y turca.
Todos estos muros de carga acent¨²an la fragilidad de las infraestructuras. ?Estamos construyendo hoy las que, de verdad, har¨¢n falta en 10 o 20 a?os? El mundo levanta contradicciones. China ¡ªhoy el principal contaminador del planeta y, a la vez, el mayor mercado de energ¨ªa e¨®lica instalada¡ª invertir¨¢ 11.500 millones de d¨®lares (similar cantidad en euros) para construir dos nuevas centrales nucleares. Cada vez son m¨¢s baratas. El coste ¡ª?de acuerdo con el think tank conservador estadounidense Cato¡ª de una planta de producci¨®n de nivel bajo es de 6.700 d¨®lares por kilovatio. Un 65% menos que el proyecto m¨¢s reciente en el pa¨ªs: la instalaci¨®n de Vogtle en Georgia (EE UU). Al tiempo, en 2030, el 40% de la totalidad de los coches ¡ªdentro de un espacio de 1.000 millones de habitantes¡ª que venda la segunda econom¨ªa del mundo ser¨¢n el¨¦ctricos. Estados Unidos responde. La Administraci¨®n de Biden invertir¨¢ 7.500 millones de d¨®lares en colocar cargadores a lo largo de sus 12.070 kil¨®metros de autopistas.
Una buena mezcla
En este paisaje contradictorio, una forma de acertar con el futuro propone mezclar lo reciente y lo viejo. ¡°Conforme con el esp¨ªritu de la Nueva Bauhaus europea, nuestro gran reto no es solo construir infraestructuras innovadoras, sino actualizar las viejas con tecnolog¨ªas de vanguardia¡±, narra Carlos Naya, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra. Aprovechar el espacio y los minutos. Los edificios p¨²blicos parisienses, por ejemplo, est¨¢n abiertos solo la mitad del d¨ªa. Lo que queda de las horas podr¨ªan usarse como centros culturales, c¨ªvicos, sociales.
Si uno abre los libros de econom¨ªa, leer¨¢ que las infraestructuras son activos que consumen mucha inversi¨®n y deben durar, en ocasiones, 50 o 100 a?os. Ahora la relaci¨®n con el tiempo ha cambiado y planificar estas construcciones ¡ªincide Ovidio Turrado, socio responsable de infraestructuras de KPMG en Espa?a¡ª tiene dos grandes desaf¨ªos, en un futuro que acumula capas ingentes de incertidumbre: ¡°Elegir cu¨¢les son las prioritarias y de qu¨¦ manera se dise?ar¨¢n para que sean realmente ¨²tiles y eficientes durante su vida¡±. En este momento regresa la narrativa (lo hemos visto) de la importancia del dise?o flexible. Acciona aventura parte del relato. ¡°En edificaci¨®n residencial¡±, detallan fuentes de la firma, ¡°nuestra estrategia pasa por la construcci¨®n circular, cero residuos y cero emisiones, que permitan disfrutar de unas viviendas con una huella positiva en el medio ambiente que las alberga. Y, al final de su vida ¨²til, recuperar los materiales utilizados¡±. Es un viaje complejo y el peaje es caro. El banco Citigroup calcu?la que en el mundo resulta necesario invertir 2,1 billones de d¨®lares al a?o en infraestructuras, viviendas, educaci¨®n, sanidad, ocio y edificios para que 4.000 millones de personas habiten comunidades y ciudades sostenibles. La mitad de la poblaci¨®n del planeta vive en zonas urbanas (genera el 80% del PIB mundo) y son responsables de emitir el 70% de los gases de efecto invernadero. Hace falta movilidad inteligente, electricidad.
Tiempos dif¨ªciles
M¨¢s que nunca recuerda al famoso discurso del presidente Kennedy en los a?os sesenta del siglo pasado. ¡°Elegimos ir a la Luna en esta d¨¦cada no porque sea f¨¢cil, sino porque es dif¨ªcil¡±. El ser humano moderno jam¨¢s se hab¨ªa enfrentado a un reto similar. Se expande al igual que una l¨¢mina de agua en una piscina infinita. Estas dos mol¨¦culas de hidr¨®geno y una de ox¨ªgeno ponen a prueba al hombre y sus infraestructuras presentes y futuras. Primero, desaf¨ªan las fronteras. Los llamados ¡°l¨ªmites planetarios¡± ¡ª?medidos por el Stockholm Resilience Center¡ª indican que podemos consumir 4.000 millones de metros c¨²bicos de agua dulce al a?o sin da?ar el planeta. M¨¢s o menos donde estamos ahora. ¡°Sin embargo, durante 2030 se prev¨¦ que la demanda mundial alcance los 6.900 millones, superando con creces las posibilidades de abastecimiento accesible y seguro¡±, advierte C¨¦dric Lecamp, cogestor del fondo Pictet Water. Una quinta parte del agua es consumida por las industrias. Aunque no deber¨ªan usar m¨¢s de 52.915 metros c¨²bicos por mill¨®n de d¨®lares que generan. Pocos hacen caso de las lindes. Producir una tonelada de carbonato de litio ¡ª?un componente esencial de las bater¨ªas el¨¦ctricas¡ª exige 30.000 litros de agua dulce. ¡°En conjunto, las infraestructuras, ya sea directa o indirectamente, influyen en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por las Naciones Unidas y en el 72% de las metas asociadas¡±, enlaza Ricardo Pedraz, experto de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Urgen infraestructuras que no malgasten agua, procesos de extracci¨®n sostenibles, desaladoras que trabajen solo con energ¨ªas verdes y aprovechar el potencial del agua subterr¨¢nea.
T¨¢cticas disruptivas
Hace falta una nueva gram¨¢tica para escribir el libro de las infraestructuras presentes y futuras. La consultora McKinsey y su socio, Antonio de Gregorio, utilizan una palabra que recorre nuestros d¨ªas: disrupci¨®n. En todo. Construir se asemeja cada vez m¨¢s a fabricar un coche. Las viviendas ser¨¢n industrializadas. Creadas en una planta y montadas en el lugar de destino. Los nuevos materiales (acero de calibre liviano o la madera contralaminada) reducen la huella de carbono y llegan ¡ªen opini¨®n del experto¡ª ¡°jugadores¡± distintos que efect¨²an apuestas innovadoras: fondos de capital riesgo e inversores privados.
Sobre las infraestructuras ¡ªcualquiera que sea¡ª orvalla una lluvia tecnol¨®gica. Edificios inteligentes, toma de decisiones basadas en el an¨¢lisis masivo de datos o la utilizaci¨®n de programas avanzados ¡ªpensemos en el sistema digital de dise?o BIM¡ª dan luz verde a esta transformaci¨®n. Combinar lo tangible con el ma?ana. Renovar ¡ª¡±la tecnolog¨ªa ha avanzado mucho en los ¨²ltimos a?os¡±, concede De Gregorio¡ª las infraestructuras antiguas. Darles una segunda vida. Sacar m¨¢s partido a las que existen (ah¨ª encontramos el parking virtual y su capacidad de reservar plazas a trav¨¦s de una aplicaci¨®n) y reducir el precio de la construcci¨®n utilizando inteligencia artificial o machine learning. ¡°En el caso de un aeropuerto, m¨¢s all¨¢ de las pistas y las terminales, tenemos tecnolog¨ªa en transformaci¨®n, que influye en la seguridad y mejora de los vuelos, la cual habr¨¢ que incorporar y adaptar a la infraestructura primaria¡±, resume Fernando Garc¨ªa Canales, director de financial advisory de Deloitte.
Y todo el mundo sabe que las gr¨²as son animales migratorios y su principal destino les lleva a las ciudades. Por eso, regresan cada a?o a la tecnolog¨ªa. El big data o la inteligencia artificial ¡ªhemos visto¡ª son esenciales en la nueva concepci¨®n de ciudad que ensayan Par¨ªs, Barcelona o Copenhague. Instrumentos que tambi¨¦n mejoran la planificaci¨®n urbana y la vida en ellas. Bastantes veces puesta en duda. ¡°A medida que las empresas y las personas reflexionan sobre si merece la pena vivir y trabajar en una ciudad, existe un nuevo imperativo para que el liderazgo [pol¨ªtico] local aliente a los habitantes a quedarse ofreci¨¦ndoles una buena calidad de existencia¡±, subraya Antonio de Gregorio. Por ah¨ª mismo circulan las ideas de Carlos Moreno, profesor de la Sorbona y creador del famoso concepto de la ciudad de los 15 minutos. La idea es sencilla. Una urbe donde todos los servicios p¨²blicos est¨¦n a esa distancia andando, en bicicleta o en transporte colectivo. ¡°No estamos hablando de la transformaci¨®n de la ciudad, sino de la transformaci¨®n de la vida en la ciudad¡±, aclara el docente. De facilitar las seis funciones sociales y urbanas que considera que hacen feliz a cualquier ciudadano o ciudadana: ¡°Habitar, trabajar, comprar, acceder a la salud, la educaci¨®n y la cultura¡±. En equilibrio, desde luego, con el descanso y la naturaleza.
Fondos disponibles
Esas promesas son, entre otras palabras, infraestructuras. Este ejercicio han llegado de Europa unos 26.900 millones de euros de los fondos Next Generation. El 11% (2.620 millones) dirigido ¡ªrecuerda Francisco Estevan, consejero delegado de Insomnia Consulting¡ª al cap¨ªtulo de Infraestructuras y sistemas resilientes. El texto reflexiona sobre econom¨ªa circular, agua, transporte, log¨ªstica o construcciones sostenibles. ¡°Toda infraestructura ligada al transporte y la movilidad ser¨¢ clave¡±, avanza un portavoz de FCC. ¡°Metros, estaciones multimodales, obras ferroviarias, carreteras, alta velocidad, puertos, espacios deportivos o sanitarios son ejes del desarrollo de las ciudades y sus ciudadanos¡±, desgrana. Nadie duda de que un pa¨ªs que no invierte en infraestructuras se empobrece. Hay que aplicar mortero verde, ladrillos verdes. Quiz¨¢ sobran otras cosas. ¡°Es inconcebible que en Espa?a se siga contratando de igual forma una obra de 5 o 500 millones de euros¡±, critica Juli¨¢n N¨²?ez, presidente de la Asociaci¨®n de Empresas Constructoras y Concesionarias de Autopistas (Seopan). ¡°Cuando en el resto del mundo existen m¨²ltiples alternativas de modelos de contrataci¨®n y gesti¨®n donde el objetivo principal es efectuar las obras en precio y plazo. Supone una manera de maximizar su contribuci¨®n al desarrollo econ¨®mico y social¡±.
Quiz¨¢ el futuro sea opaco. Lo que est¨¢ claro es que no se parecer¨¢ en nada al pasado. Emergen nuevas ideas, nuevos modelos, nuevas propuestas para resolver los problemas de construir, de vivir. Llegan con rapidez y a veces por sorpresa. Llegan de escuchar y repensar las necesidades de la sociedad. Utilizar la tecnolog¨ªa de manera positiva. Social. Planificar las ciudades para las personas no para los coches. Porque si no ¡ªdir¨ªa Rafael S¨¢nchez Ferlosio¡ª vendr¨¢n a?os m¨¢s malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos.
Un encofrado de juventud y negocio
Durante mucho tiempo, invertir en infraestructuras ha tenido lo mejor de los dos mundos: una inversión a largo plazo con un riesgo predecible y fuertes ganancias, incluso, a través de periodos caóticos. Estos últimos meses están siendo de duras tormentas. Elevada inflación, aumento de los tipos de interés y un cielo oscurecido por el riesgo de recesión. Son pilotos parpadeando que anuncian un cambio. Los analistas de Schroders recomiendan situar esa cartera de inversión en activos inmobiliarios impulsados por “tendencias estructurales”. Envejecimiento de los habitantes, propensión a viviendas más pequeñas, subida de la demanda de oficinas sostenibles y el final de una inercia dirigida al hacinamiento que comenzó hace dos décadas. “En los próximos cinco a 10 años crecerá el espacio por trabajador en ciudades de Francia, España y Reino Unido, donde era más reducido”, prevén los expertos de la gestora. Al llegar 2027, la petición de oficinas en Europa será un 10% inferior a la de 2019, aunque con una tendencia alcista. Sin embargo, discurre un viento de fondo. Los jóvenes necesitan viviendas, espacios de trabajo asequibles, movilidad social y reciclar estructuras abandonadas para nuevos usos. Debería existir un cruce de caminos entre las necesidades de la sociedad y el capital. El banco UBS, bajo la voz de Borja de Luis, responsable de infraestructuras (UBS AM), defiende los “activos en operación frente a los activos en construcción”. La rima se justifica porque estos últimos “sufren más” en periodos de bajo crecimiento. Ellos buscan y recomiendan invertir en infraestructuras de fibra, centros de datos o propuestas con “componente” de transición energética. Todos recomendamos construir un mundo
mejor.
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