La muerte del minibar, tal y como lo conoc¨ªamos
Esta peque?a nevera evoluciona con los tiempos para no desaparecer, incorpora productos locales cargados de identidad, nuevas tendencias y visibiliza negocios independientes fundados por la comunidad LGTBI
El minibar se vac¨ªa. Se vac¨ªa porque hay hoteles que prescinden de ¨¦l por los costes de gesti¨®n que acarrea y por lo sencillo que resulta pedir comida o bebida a domicilio. Y tambi¨¦n se vac¨ªa para llenarse de cosas nuevas que le den sentido a esa nevera tan escondida e inaccesible como la caja fuerte. Se llena con productos locales que representan la gastronom¨ªa de la ciudad en la que se ubican, bebidas sin alcohol apetecibles y c¨®cteles preparados, porque siempre habr¨¢ clientes que no quieran ver a nadie y otros que quieran tomar la ¨²ltima con su acompa?ante en la habitaci¨®n sin tener que abrir el champ¨¢n o una miniatura de vodka cualquiera.
Este mueble frigor¨ªfico surgido en los sesenta desaparece o cambia y, si persiste, ya hay un encargado d¨¢ndole vueltas a c¨®mo hacerlo m¨¢s atractivo o menos gravoso. Existen cadenas de bajo coste, como las brit¨¢nicas Travelodge o Premier Inn, que han sustituido el minibar por m¨¢quinas vending en la recepci¨®n. Algunos incluso los mantienen vac¨ªos para que el cliente enfr¨ªe el agua que ha comprado en el supermercado. Los hoteles Radisson, con ocho establecimientos entre la Pen¨ªnsula y las islas Canarias, los conservan porque la normativa en Espa?a obliga y aprovechan para hacer un gui?o al lugar donde se ubican. En Madrid, por ejemplo, ofrecen caramelos de violetas. Casa Bonay, en Barcelona, llena la nevera con combinados como Moscow mules listos en una lata con un dise?o bonito. Y hay casos m¨¢s novedosos, como Ace Hotel, que ofrece productos locales de empresas independientes fundadas por mujeres o por miembros de la comunidad LGTBI en la decena de establecimientos con los que cuenta entre Estados Unidos, Jap¨®n y Australia.
A pesar de las distintas opciones de reformar este servicio, aqu¨ª un detractor del minibar: Sam Bath, gerente del Radisson Hotel Group. ¡°Poco a poco tiene que desaparecer. Tiene muy poco valor¡±, afirma este franc¨¦s con 28 a?os de experiencia en el sector. Bath se?ala no obstante que al cliente hay que ofrecerle una alternativa y aboga por seguir las tendencias. En la gama Red de Radisson han incorporado el servicio grab and go, que consiste en realizar un pedido de comida o bebida desde la habitaci¨®n y pasar a recogerlo. Tambi¨¦n cuentan con una peque?a tienda en las zonas comunes.
Bath aporta otras dos razones por las que desea que el minibar ya no est¨¦ m¨¢s: ¡°Ha disminuido su producci¨®n un 60%. Se caducan productos como el zumo de tomate para el bloody mary. Adem¨¢s, la forma de tomar un gin tonic hoy no tiene nada que ver con la manera en la que se tomaba cuando se invent¨® el minibar. Es un pecado prepararlo en la habitaci¨®n¡±, a?ade Bath, partidario de vaciar la nevera para llenar el bar de clientes, de fuera y de dentro.
Un espacio para peque?os negocios independientes
El gestor franc¨¦s del Radisson Hotel Group es consciente de que otros establecimientos est¨¢n renovando el minibar y lo est¨¢n sacando del lugar escondido donde se encontraba. El Ace Hotel, que abri¨® su primer alojamiento en Seattle en 1999 y est¨¢ considerado uno de los pioneros en el concepto boutique, lo promocionan como curated minibar, es decir, seleccionan los productos con arreglo a criterios de sostenibilidad e inclusi¨®n en lugar de llenar la nevera con snacks o bebidas de multinacionales. Susan Buckley, vicepresidenta de Food & Beverage (comida y bebida) en Ace Hotel, es la ide¨®loga. ¡°Ofrecemos productos locales o regionales, una forma de que los clientes se sumerjan en la ciudad que est¨¢n visitando¡±, explica por email desde Estados Unidos.
Buckley asegura que sus precios son similares a los de las tiendas de barrio en las que se venden estos productos: ¡°Est¨¢s en tu habitaci¨®n, tranquilo, te apetece beber algo o comer un snack. No est¨¢ bien que inflen el precio. Es muy molesto¡±, afirma. El equipo de Buckley se pone en contacto con panaderos, granjeros, cerveceros y otros artesanos de la zona. ¡°Intentamos buscar negocios regentados por mujeres, por la comunidad LGTBI o por minor¨ªas¡±, asegura. En su hotel de Brooklyn ofrecen unos snacks salados de un peque?o obrador local y en otros tienen palomitas recubiertas de caramelo, chocolatinas con frutos secos o kombucha (bebida fermentada a base de t¨¦) producida en el barrio. Cada minibar es diferente en la decena de hoteles con los que cuentan porque cada ciudad tiene sus ideas.
Aly Russo vive en Portland y trabaja para un showroom de moda con sede en Los ?ngeles. Viaja mucho por trabajo. Se ha hospedado en el Ace Hotel de Seattle y en otros boutique de Nueva York y California. ¡°?El minibar no puede morir!¡±, se revela. ¡°Entiendo que en Europa puedan desaparecer, pero en Estados Unidos somos vagos y necesitamos que las cosas est¨¦n disponibles de forma inmediata y f¨¢cil¡±, bromea. Russo cuenta que en un hotel de Brooklyn ofrec¨ªan jerky (peque?os trozos de carne de res seca similar a la cecina que se vende como snack) de Three Jerks, un negocio independiente regentado por unos amigos suyos y que presumen de utilizar solo el solomillo de la vaca para su aperitivo ¡ªsi va a ser caro que sea rico¡ª. Valora mucho que haya opciones disponibles sin alcohol como las bebidas Seedlip, que simulan los espirituosos cl¨¢sicos. ¡°Suelo comprar agua en las tiendas cerca del hotel, pero cuando llego tarde despu¨¦s de trabajar me gusta que haya opciones en el minibar¡±, asegura. Si la oferta es buena, no hace falta llamar a Just Eat.
Carlos Izquierdo, responsable de Food & Beverage de Meli¨¢ Hotels International en Europa, es partidario de personalizar la oferta. Asegura que del mismo modo que se puede hacer el check in de forma digital, se podr¨¢ seleccionar el tipo de productos que el cliente quiere que haya disponible en su habitaci¨®n, tanto en la nevera como fuera. ¡°El tipo de caf¨¦, si quiere agua con gas o unas infusiones concretas¡±, explica. En sus hoteles m¨¢s exclusivos ofrecen bebidas probi¨®ticas como la kombucha, aperitivos salados y galletas en un envoltorio que remite a un producto m¨¢s artesanal, c¨®cteles listos para consumir y¡ champ¨¢n. El champ¨¢n siempre est¨¢ en todos los planes de renovaci¨®n.
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