Cosas que nunca debes hacer en un restaurante
Comerte lo que te echen
Si alg¨²n plato tiene una falta grave, debemos tragarnos las verg¨¹enzas y devolverlo a la cocina explic¨¢ndole por qu¨¦ al camarero con mucha educaci¨®n. En el fondo, le estamos haciendo un favor al restaurante, que as¨ª podr¨¢ corregir el error, mejorar y a la larga ganar m¨¢s dinero. Desde luego que la reclamaci¨®n ha de estar acorde con el establecimiento: no se puede exigir igual en una casa de men¨² a 9 euros que en un restaurante gastron¨®mico de a m¨¢s de 100. Pero es precisamente en los sitios finos donde nos reprimimos m¨¢s a la hora de quejarnos quiz¨¢ por el miedo a pasar por ignorantes, cuando deber¨ªa ser justo lo contrario.
Pedir la carne muy hecha
El cocinero neoyorquino Anthony Bourdain lo cuenta en sus 'Confesiones de un chef': los restaurantes destinan los peores trozos de carne a los clientes que la piden muy hecha. Es mucho m¨¢s f¨¢cil de camuflar una mala pieza si se sirve requetepasada, mientras que en las carnes al punto o sangrantes el enga?o es m¨¢s complicado.
Ignorar las temporadas
Todos lo hemos hecho alguna vez, pero no existe v¨ªa m¨¢s directa al fracaso que elegir un plato con ingredientes (sobre todo verduras y frutas) que no est¨¦n en temporada. ?Ensalada de tomate en invierno? Tomar¨¢s poliesp¨¢n te?ido de rojo. ?Alcachofas con jam¨®n en verano? Ser¨¢n de bote y habr¨¢n fallecido v¨ªctimas del ¨¢cido c¨ªtrico. ?Fresas en oto?o? De la Conchimbamba y a precio de oro. Si se desconoce el calendario, lo mejor es preguntar si el ingrediente principal del plato es fresco y local, o guiarse por un principio b¨¢sico que casi siempre se cumple en las verduras: hojas, oto?o-invierno; frutos, primavera-verano.
Ser tiquismiquis con los ingredientes
Cuando te pones plasta con los ingredientes de los platos -¡±?puede ser sin aguacate, sin cebolla y sin comino, que no me gustan?¡±- no s¨®lo est¨¢s irritando a los dem¨¢s comensales al alargar las peticiones con tus dudas. Si el cocinero accede a quitarlos, es m¨¢s que posible que destruyas el equilibrio que ¨¦l buscaba al preparar la receta. Cuando no te gusta algo de lo que lleva un plato, mejor pedir otra cosa. Y si no te gustan muchas cosas, qu¨¦date en tu casa, pide cuentas a tus padres por no haberte ense?ado a comer como Dios manda o espabila de una vez, que ya no tienes 10 a?os.
Ir a fumar o al ba?o cuando no toca
Las saliditas a fumar o al ba?o deben hacerse siempre en momentos en los que no interrumpan el ritmo de la comanda o del servicio. Si vas antes de empezar a comer, hazlo despu¨¦s de haber pedido para que no se retrase el proceso por tu culpa. Durante la comida es de p¨¦sima educaci¨®n largarte a echar un cigarro y obligar al resto de la mesa a esperar tu vuelta para el segundo o el postre. No es una cuesti¨®n de intolerancia, sino de respeto al pr¨®jimo.
Confundir al camarero con un amigo (o con un enemigo)
Gracias a sus indicaciones, consejos y amabilidad, los buenos camareros logran que la experiencia de comer fuera sea mucho m¨¢s placentera. Lamentablemente, son una especie profesional en peligro de extinci¨®n, puesto que muchos hosteleros piensan que no se necesita ning¨²n tipo de talento o cualificaci¨®n para desempe?ar dicha tarea. En este contexto, conviene mantener una relaci¨®n cordial con los que te est¨¢n sirviendo -mostrarse maleducado acaba jugando en tu contra-, pero sin ceder a la presi¨®n de sus recomendaciones -pueden ir encaminadas a endilgarte cosas que deben salir de la cocina o a clavarte en la cuenta. Ten en cuenta lo que digan... pero pide lo que te apetezca.
Pedir pescado un lunes
En los tiempos en los que la mayor¨ªa de la gente compraba en los mercados, esto no hac¨ªa falta ni explicarlo. Pero con la implantaci¨®n de los s¨²per y su obsesi¨®n por darlo todo todos los d¨ªas, se nos ha olvidado que los lunes no hay pescado fresco. Consecuencia: si ese d¨ªa de la semana comes algo en un restaurante que haya salido del mar, ser¨¢ congelado o de hace d¨ªas.
Usar el m¨®vil
Poco tengo que a?adir a lo dicho por la escritora Elvira Lindo en un art¨ªculo reciente. Estar con el m¨®vil adelante y atr¨¢s durante una comida no s¨®lo es de mala educaci¨®n, sino tambi¨¦n una soberana horterada. Adem¨¢s de llenar el buche, cuando comemos estamos disfrutando de un placer y comunic¨¢ndonos con nuestros compa?eros de mesa. Y las llamadas, los mensajitos, los whatsapp y los tweets interrumpen ambas cosas. Al 99,9% de tus comunicaciones no les pasa absolutamente nada por esperar hora y media, as¨ª que silencia tu iPhone y deja de molestar.
No mirar la cuenta
Algunas personas consideran una vulgaridad comprobar que la cuenta est¨¢ bien; otras pasan por simple descuido. Todas ellas se arriesgan a pagar platos o bebidas que no han consumido. Los restaurantes no tratan de met¨¦rtela doblada -bueno, unos pocos s¨ª-, pero un camarero demasiado ajetreado puede cometer errores en el recuento. No se trata de ponerte a sumar como si fueras un contable o un descendiente de Mr. Scrooge: basta con asegurarte r¨¢pidamente de que la lista es correcta.
?Hay algo que creas que no se debe hacer en un restaurante? ?Comp¨¢rtelo en los comentarios!
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