Conejo moruno

Me cuesta entender a la gente que no come conejo pero s¨ª otras carnes. Yo tambi¨¦n quer¨ªa mucho a Bugs Bunny, pero soy igual de fans de Porky o de Babe el cerdito valiente y no le hago ascos a un buen jam¨®n. Recuerdo que mi hermano Pablo odiaba el conejo hasta que se lo colaron en trocitos peque?os en un arroz dici¨¦ndole que era pollo: ese d¨ªa se le quitaron todos los remilgos. Creo que hay mucho prejuicio injustificado contra este animal, siendo un alimento san¨ªsimo por su poca grasa, asequible, exquisito y muy propio de nuestra cultura gastron¨®mica.

El plato de hoy viene de alg¨²n punto indeterminado del mundo ¨¢rabe v¨ªa la casa de mi hermano y mi cu?ada en Carranza (Vizcaya). Supongo que fue aqu¨ª donde se alcoholiz¨® un poco con el co?ac, que no lo veo yo muy del gusto de Al¨¢. Pero en fin, su gracia estriba en el punto dulce y especiado de la miel, las ciruelas y la canela, y sobre todo en el inteligente majado del ajo con el higadito que da vigor a la salsa. Es un guiso largo pero sencillo, que se prepara en dos patadas y luego s¨®lo hay que dejarlo al fuego muy suave un buen rato.