Se vende agua de mar
Cuando vi por primera vez el paquete de Mediterranea, pens¨¦ que nos hab¨ªamos vuelto definitivamente locos. ?Una marca que vende agua de mar envasada para cocinar? ?No es el colmo del pijer¨ªo gourmet m¨¢s delirante? ?Ha llegado la hora de que la raza humana desaparezca exterminada por un meteorito a causa de sus excesos gastron¨®micos?
Superado el primer momento de sorpresa, proced¨ª a informarme de las ventajas del producto. El pescado y, sobre todo, el marisco se ha conservado y cocido en agua de mar toda la vida con buenos resultados, y el art¨ªculo en cuesti¨®n permite hacerlo sin estar al lado de la costa. Tambi¨¦n sirve para cocer patatas, verduras, carnes, pastas y arroces potenciando su sabor e impregn¨¢ndolos de aroma a mar. Y lo m¨¢s sorprendente, funciona como limpiador de ensaladas a las que no habr¨¢ que a?adir sal posteriormente. Todo por 2,5 euros si compras el envase de litro y medio, o por 4,35 euros con el de tres litros.
Las explicaciones no sirvieron para aplacar mi curiosidad: ten¨ªa que hablar con las personas que estaban detr¨¢s de esta genialidad (?o chaladura?) para que me explicaran las motivaciones e intenciones del invento. As¨ª que contact¨¦ con sus impulsores: Francesc Carillo, ingeniero industrial de 34, y Albert Fern¨¢ndez, de 28 a?os y licenciado en empresariales. Me explicaron que ambos provienen de dos sectores en crisis, como la construcci¨®n y la banca, y hace tres a?os decidieron "pasar p¨¢gina, coger las indemnizaciones y los ahorros y apostarlo todo al proyecto de Mediterranea". "Coincidimos en un m¨¢ster de administraci¨®n de empresas en la Universidad de Barcelona y nos dimos cuenta de que no se explotaba un fen¨®meno que hab¨ªamos visto en los pueblos costeros: limpiar, conservar y cocinar el pescado en el agua de su propio medio, el mar. De ese recuerdo de infancia naci¨® el proceso", cuenta Fern¨¢ndez.
A primera vista, Agua de Mar puede parecer una frivolidad, pero quiz¨¢ no lo sea tanto despu¨¦s de probar un marisco, un pescado o una pasta cocidos en ella. "Saben diferente. Nos atrevemos a afirmar que mucho mejor. Quien prueba, repite. Esa es nuestra mejor arma para convencer. Cuando est¨¢bamos a medio proyecto vimos un reportaje sobre El Bulli en el que aparec¨ªa el mism¨ªsimo Ferran Adri¨¤ recogiendo agua de la Cala Montjoi, cerca de donde estaba el restaurante, para subirla, cocinar con ella y conservar pescado y marisco. Descubrimos que lo que ve¨ªamos en nuestra infancia en los pueblos pesqueros tambi¨¦n lo aplicaba la alta cocina, y no s¨®lo por parte de Adri¨¢: muchos chefs la obten¨ªan con m¨¦todos rudimentarios. Por algo ser¨¢".
No s¨¦ si hace falta contar con un paladar educado para diferenciar un producto cocinado con agua de mar respecto a otro hecho con agua con sal. Lo que s¨ª puedo asegurar que los mariscos y pescados trabajados con ella est¨¢n buen¨ªsimos. Ahora bien, ?no es un poco loco comercializar un bien tan abundante y al alcance de cualquiera? "El agua de mar es gratis, es de todos", responde Fern¨¢ndez. "Nosotros pagamos todas las tasas legales por extraerla [de la Costa Brava, cerca de la frontera con Francia] y comercializarla, que no son pocas. Lo que hacemos es cobrar por el servicio de recoger el agua, analizarla y garantizar su pureza y llevarla hasta casa en un c¨®modo pack. Eso es lo que facilitamos a quien nos compra, y por ello, paga.
Mediterranea no es la primera marca en el mundo que vende agua de mar. Seg¨²n relata Fern¨¢ndez, en Escocia es donde hay m¨¢s tradici¨®n, en Italia hubo alguna compa?¨ªa "pero no lleg¨® a cuajar", y en Francia el producto se vende a granel "sin darle mayor valor a?adido ya que su cocina difiere bastante de la espa?ola". Adem¨¢s de vender al p¨²blico, por ahora s¨®lo en El Corte Ingl¨¦s, Mediterranea espera proveer de su agua a restaurantes en envases de 22 litros y cubas, a precio variable "seg¨²n las cantidades que se compren".
Tras escuchar a estos emprendedores, vender agua de mar no suena tan disparatado. ?Pero comprarla puede ser un lujo fr¨ªvolo en los tiempos de megacrisis que vivimos? "Eso nos preguntan a menudo. Pero si hacemos n¨²meros, ir a comer una paella en un restaurante tiene un coste mayor que hacerla en casa. Puestos a ahorrar, por 2,5 euros de a?adido se puede dar un toque de calidad y excelencia a muchas comidas. Existe un segmento de la poblaci¨®n dispuesta a ahorrar y recortar en muchos gastos dom¨¦sticos pero que toma conciencia de la importancia de la alimentaci¨®n saludable y de calidad. Por no hablar de los miles y miles de amantes de la cocina y las buenas recetas por encima de todo. Por eso estamos convencidos que vamos a una amplia capa de la poblaci¨®n".
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