Calabacines asados con salsa de pimiento y almendras

?Asado, plancha o frito? Este es el tipo de duda que me suele asaltar cuando me enfrento a un calabac¨ªn en la soledad de mi cocina. Fritos est¨¢n buen¨ªsimos: como ya expres¨¦ el martes pasado en mi colaboraci¨®n semanal con el Hoy por Hoy de la SER, reivindico esta t¨¦cnica tan satanizada por algunos nutricionistas, siempre que se haga bien y en dosis razonables. Ahora bien, tampoco puedo negar algunos de los argumentos que esgrimi¨® el cocinero Isma Prados en el debate fritanga s¨ª-fritanga no que mantuvimos en la radio. Los fritos tienen muchas calor¨ªas, y si te pasas con la temperatura, digamos que su aceite no es lo m¨¢s sano que te puedes meter en el cuerpo.

La opci¨®n plancha no me acaba de convencer mucho para tratar una hortaliza tan esencialmente sosonga como el calabac¨ªn. Cortados por la mitad y asados funcionan bien si llevan un relleno sustancioso. Pero como el otro d¨ªa no me apetec¨ªa complicarme mucho la existencia, decid¨ª probar a hornearlos cortados en rodajas y aderezados con unas hierbecillas y una pizca de ajo. Para vestir un poco el asunto, prepar¨¦ una salsa ultrarr¨¢pida de pimiento rojo, un poco al estilo del muhammara pero con almendras en lugar de nueces.

La combinaci¨®n me gust¨®: una manera simple, r¨¢pida y sabrosa de sacar partido a una verdura omnipresente en estos meses. El plato, como siempre, admite algunas variantes seg¨²n la contundencia que se le quiera dar. Imagino que con el calabac¨ªn rebozado y frito, y la salsa para untar, estar¨¢ mortal... pero aqu¨ª apostamos por lo ligero, que aunque ya no tengamos que ense?ar las lorzas en la playa, tampoco es cuesti¨®n de enfrentarse al invierno convertido en ballena azul.