C¨®mo conseguir que las etiquetas del vino no te suenen a chino
?Perdido en el espacio cada vez que entras en una tienda de vinos? Si quieres descubrir detalles que te ayuden a elegir, dale la vuelta a la botella y aprende a interpretar lo que lees.
Si eres de los que tienen un vino fetiche y llevas bebiendo desde el principio de los tiempos la misma marca, encantado de saludarte, pero nos vemos en el pr¨®ximo art¨ªculo. Si no, si te gusta experimentar un pel¨ªn y dar alegr¨ªas y sorpresas al paladar, quiz¨¢ este texto te ayude algo.
Entrar en una tienda de vinos a ver qu¨¦ vino me llevo es hoy en d¨ªa como entrar en La Biblioteca de Babel del cuento de Borges a ver qu¨¦ libro me leo esta semana. Tarea ardua y dif¨ªcil por la variedad, colores y festival de nombres, etiquetas, autores¡ Todos intentan captar tu atenci¨®n de una u otra forma.
Nombres con inspiraci¨®n genital animal (Coj¨®n de Gato), recuerdos al Rocket Man de Elton John (El Hombre Bala), expresiones de asombro (Madrem¨ªa), o apellidos de familias del Venetto que en castellano suenan a promiscuidad (Follador). ?Y esas etiquetas!: cerdos con alas (El Gran Cerdo), hipsters vetustos tocando guitarras el¨¦ctricas de dos m¨¢stiles (4 Kilos), osos intentado alcanzar una parra (Venta La Ossa) y hasta el sombrero de Clint Eastwood (Predicador).
Y ya no todo se limita a la botella o etiqueta: los hay que vienen con una cresta sobre el tap¨®n (Les Crestes) o incluso dentro de una camisa de fuerza (Loco). Lo que sea con tal de destacar entre los dem¨¢s.
Y podr¨ªa estar citando casos y ejemplos hasta que no quede m¨¢s espacio en internet. ¡°Hasta hace unos a?os era f¨¢cil destacar en un lineal de vinos, ahora son todo flashes que te llaman¡±, comentaba durante una cata un en¨®logo que fue pionero en eso de poner nombres que se salieran de marquesados y dibujos de castillos. ¡°Igual ahora hay que volver a poner un castillo en la etiqueta para que se fijen en ti¡±, bromeaba.
"Y, entonces, ?qu¨¦ hago?", dir¨¢s. "?Me llevo el vino que m¨¢s me llame la atenci¨®n?". Pues es una opci¨®n como cualquier otra, pero corres el riesgo de ser un amante del canto gregoriano y acabar escuchando el Sticky Fingers de los Rolling Stones porque te ha puesto tont¨ªn el paquete de Mick Jagger. En el vino, como en los libros, lo que a fin de cuentas debe mandar a la hora de tomar una decisi¨®n de compra es la literatura, no los dibujitos. As¨ª que a leer toca, amiguitos.
Primero quit¨¦monos de encima las perogrulladas: en la etiqueta habitualmente encontramos el nombre del vino, el de la bodega, la zona, la uva con la que se ha elaborado, la crianza (reserva, crianza, etc), el grado alcoh¨®lico. Y poco m¨¢s, siendo ya esto mucho. Parte de esta informaci¨®n viene por imperativo de la denominaci¨®n a la que est¨¦ adscrito cada vino (si es que lo est¨¢), pero cada una es un mundo y meternos en ese tema es m¨¢s aburrido que escuchar el Bolet¨ªn del BOE le¨ªdo en verso por un pol¨ªtico en campa?a.
Y eso que ahora hay casos en los que en la etiqueta apenas aparece informaci¨®n y manda la imagen. El resto est¨¢ en la contraetiqueta. ?Ah! La subestimada contraetiqueta. ?T¨² te comprar¨ªas un libro que no conoces por la portada o por la contraportada? Por la contraportada, ?no? (Si es por la portada igual acabas en casa con toda la colecci¨®n de Cor¨ªn Tellado e igual no era tu idea).
Pues en el vino ocurre exactamente lo mismo. ¡°Las etiquetas han pasado a ser obras de arte¡±, nos dice Ricardo Arambarri, de Vintae, grupo de bodegas que siempre ha llamado la atenci¨®n por sus dise?os. Y aqu¨ª es donde entra en juego nuestra querida contraetiqueta, que cada vez adquiere m¨¢s protagonismo.
A continuaci¨®n desglosamos cinco conceptos mucho menos populares que 'reserva' o 'no reserva' que se pueden leer en un vino (a veces, ya que no es obligatorio ponerlos) y que pueden ayudar ¨Cy mucho¨C a saber si merece la pena:
La edad de las cepas: Si pone que las uvas con las que se ha elaborado ese vino son de un vi?edo de 50 a?os, por ejemplo, es que lo son. Es un dato fiable, nadie te va a mentir en eso. Y, cuanto m¨¢s viejo, mejor. Algunos hablan de la edad de la vi?a, otros de la edad de la cepa. Es lo mismo. Y cuanto m¨¢s vieja es la cepa, mejor.
La altura del vi?edo: Cuanto m¨¢s alto, mejor. Se habla de vi?as a 600, 800 y hasta m¨¢s de 1.000 metros sobre el nivel de mar. Cuanta m¨¢s altura, mayor contraste t¨¦rmico, y mejor uva. M¨¢s calidad.
El tipo de terreno: Que si arcilloso-calc¨¢reo, que si mineral, que si pedregoso. Cuanto menos atractivo es para andar descalzo por ¨¦l, mejor. Si el terreno merma la capacidad de producir uvas a la cepa, mejor, porque tiene que estresarse (s¨ª, las cepas se estresan) para producir, y lo poco que produce tiene m¨¢s calidad porque est¨¢ m¨¢s concentrado.
La selecci¨®n de la uva y la distancia del vi?a: Informaci¨®n sobre si la uva se selecciona en vi?edo, si es as¨ª es bueno. Es decir, que no toda la uva que se recoge va para adentro, sino solo aquella que cumple unos m¨ªnimos. Aunque luego al entrar en bodega siempre hay las llamadas mesas de selecci¨®n. Y a veces aparece informaci¨®n sobre Si la vi?a est¨¢ cerca de la bodega. Cuanto m¨¢s cerca, mejor, ya que la uva sufre menos en el trayecto.
La gravedad: La uva, cuanto menos se zarandee y se presione, mejor vino produce. Si en la contra etiqueta pone algo similar a ¡°uva conducida por gravedad¡± o algo similar, es perfecto. La gravedad saca lo mejor de la uva. Hay bodegas que est¨¢n dise?adas para minimizar el uso de bombas o motores en el proceso de elaboraci¨®n.
As¨ª que ya lo sabes, la pr¨®xima vez que vayas a enfrentarte a una nutrida vinoteca no te olvides de llevarte las gafas de cerca.
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