O Loxe Mareiro: h¨¢blame del mar, cocinero

Este t¨ªtulo¡­ Hoy te ha dado por la canci¨®n ligera.

Pues s¨ª. Y aviso que O Loxe Mareiro es uno de los pocos restaurantes en los que se me ha puesto la piel de gallina.

?No ser¨¢ que ten¨ªas fr¨ªo porque fuiste un d¨ªa de lluvia y mucho viento?

En efecto, el d¨ªa que fui a Carril ca¨ªan chuzos de punta. Pero este restaurante, situado en un antiguo almac¨¦n de aparejo pesquero ¨Cel nombre significa "almac¨¦n marinero" en gallego¨C frente a la R¨ªa de Arousa, est¨¢ muy bien acondicionado. Adem¨¢s, com¨ª en la espl¨¦ndida mesa habilitada en la cocina. Vamos, que de fr¨ªo, nada. Lo que me puso la piel de gallina, y es literal, fue la sensaci¨®n de encontrarme en un restaurante ¨²nico, que adopta t¨¦cnicas de cocina contempor¨¢nea para elaborar una carta centrada en los productos locales y su entorno. Aunque, a decir verdad, mi vello lo eriz¨® un salmonete.

Suena un poco raro, ?tienes relaciones con animales?

Rotundamente, no. El salmonete es el ingrediente del pen¨²ltimo plato del men¨² de la casa, 19 pases que van presentando productos locales: marisco, pescado, algas, algo de la huerta y muy poca carne.

Cuenta, cuenta¡­

Primero llega un plato al que llaman moluscada; precioso, por cierto; que re¨²ne mejillones, berberechos y percebes. El sabor a mar de cada una de las piezas se realza con toques de alga codium y un jugo fr¨ªo, ¨¢cido y muy sabroso. Producto perfecto en estado (casi) puro, un despliegue de fresqu¨ªsimo marisco de las R¨ªas.

Siguen las enormes navajas con gelatina de verm¨², tan ricas como bellas, y la versi¨®n de las zamburi?as, envueltas en paquetitos de obulato -una especie de papel de arroz transparente y comestible-.

Uno de los bocados m¨¢s espectaculares es el tartar de jurel con helado de queso de San Sim¨®n y jugo de pimientos del Padr¨®n. Es un plato admirable por muchos motivos: el uso de un pescado humilde, la muy bien resuelta combinaci¨®n del mismo con un l¨¢cteo y el jugo de los pimientos. Y otro: la mezcla de tres productos muy gallegos. Este plato se me hizo corto, hubiera comido dos o tres raciones. El sabor dulce y ahumado del helado se mezcla con un jurel de carne mantequillosa y el amargo del jugo de pimiento. Por una vez, se puede decir aquello de "redondo en boca" sin ser rid¨ªculo.

Muy buenas las almejas marinera, en las que los moluscos se presentan como crema y el toque marinero lo aporta una tempura de alga codium.

Fue muy resultona la versi¨®n de la empanada gallega como bocadillo de merluza entre masa de gyoza frita. Espectacular el plato de tomates, sobre todo el tomate en rama marinado en soja y cocido al horno, una forma de tratar esta solan¨¢cea que concentra el sabor dulce y el umami. Muy bueno el rabo de vaca vieja con 120 d¨ªas de curaci¨®n, que se deshac¨ªa y sab¨ªa a la madre de todas las carnes.

?Y el salmonete? ?No te hab¨ªa gustado tanto?

Mucho. Much¨ªsimo. El salmonete se sirve sobre trocitos de oreja de cerdo en su jugo y se acompa?a de ajo negro, tofu de pepino y crema de nuez. Suena pretencioso, pero es uno de los platos m¨¢s brillantes y sorprendentes que he comido en mucho tiempo. Una bomba de sabor. Estoy gimiendo.

Nadie se cree estas cr¨ªticas en las que el autor gime¡­

Hubo platos menos interesantes. Aunque el nivel es tan alto que en cualquier otro restaurante ser¨ªan buenos. La leche de tigre del tiradito de sargo estuvo muy sosa, aunque el pescado ten¨ªa una textura excepcional. No me convenci¨® del todo el airbag de queso San Sim¨®n ni el brioche de crema de erizo, el juego de masas que proponen estos dos bocaditos es una exhibici¨®n t¨¦cnica vistosa, pero que no aporta mucho al men¨². El bonito de Burela era espectacular pero iba acompa?ado de una ensalada de jud¨ªas en texturas con la que no congeniaba: ser¨ªan m¨¢s felices divorciados. Los postres flojean un poquit¨ªn, ech¨¦ de menos el gui?o galego que tiene el resto del men¨², y algunos pecan de excesiva complejidad. Pero, insisto, siempre en comparaci¨®n con el alt¨ªsimo nivel de la mayor¨ªa de platos.

?Vamos acabando?

S¨ª. Pero antes quiero a?adir que la carta de vinos es bien curiosa. Destacan las denominaciones gallegas ¨CR¨ªas Baixas, Ribeiro, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei¨C, lo que permite descubrir una zona vitivin¨ªcola que deber¨ªamos conocer mejor. Otra grata sorpresa fue el pan, elaborado con pan de centeno y agua de mar. Y ser¨ªa muy injusto si no alabara el trabajo del personal de sala.

Parece que vale la pena. ?A cu¨¢nto sale por barba?

El men¨² de la casa sale a 60€, sin bebida. Aunque hay uno mas corto por 35€, que, creo, ser¨ªa el precio medio (de nuevo sin bebida).

O Loxe Mareiro: R¨²a Aduana, 56, Carril. De lunes a domingo de 13:30 a 15:30 y de 20:30 a 23:00 (cierran los mi¨¦rcoles). Tel. 698 155 280. Mapa.