De la 'litrocer¨¢mica' al 'manolans': diccionario abuel¨ªstico de comida
Un homenaje ling¨¹¨ªstico-gastron¨®mico a todas las abuelas que nos han pelado 'mondarinas'y 'wikis', hecho 'mondonguillas' y pedido 'picsa' invent¨¢ndose alguna que otra palabra por el camino.
Nadie cocina mejor que nuestras abuelas. Ni nuestras madres, ni nosotros, ni los hermanos Roca subidos uno encima del otro coronados por Massimo Bottura en un d¨ªa inspirad¨ªsimo. Pero ni de lejos, vamos. Porque la comida de abuela no solo es comida: son recuerdos, sensaciones, cocina a fuego lento, ofertas de un huevo frito ¡°por si te has quedado con hambre¡±, sobremesas largas, amor y familia. Todo en uno. Y si encima llaman ¡®mondarinas¡¯ a las mandarinas, ¡®nuguetes¡¯ a los nuggets o ¡®cach¨²s¡¯ al ketchup, adem¨¢s generan sonrisas de las buenas y an¨¦cdotas que pueden pasar de generaci¨®n en generaci¨®n.
El post de hoy es un rendido homenaje a todas y cada una de las abuelas del mundo. A las que todav¨ªa viven (afortunados los que las disfrut¨¢is), a las que ya se fueron ¨Ciaia Ant¨°nia, un petonet!¨C y especialmente a las bisabuelas, que son el cum laude del abuelismo. Y a las que a lo mejor alg¨²n d¨ªa lo seremos, claro. Sin hacerles un feo a los abuelos, a las t¨ªas abuelas o a cualquier ascendente que alguna vez nos haya preguntado con todo el amor del mundo si queremos un poco de ¡®susi¡¯ o una ¡®picsa¡¯ de esas que le gustan a la juventud.
Para conseguir las m¨¢ximas voces posibles y darle forma a este diccionario hemos hecho un llamamiento a trav¨¦s de nuestro perfil de Facebook, preguntado a amigos y conocidos y a?adido algunas perlas de cosecha familiar. Muchas gracias a todos los que particip¨¢steis, seguro que vuestras abuelas est¨¢n muy contentas de salir en ¡®la internete¡¯. Los que no, todav¨ªa pod¨¦is hacer crecer este tomo ¨Chasta convertirlo en un Mar¨ªa Moliner, si quer¨¦is¨C en la secci¨®n de comentarios.
P¨®ngame cuarto y mitad
Nos cuenta nuestra repostera dicharachera Biscayenne que su madre ¨Cque ya es abuela¨C, ¡°llama ¡®jam¨®n natural¡¯ al serrano, para distinguirlo del ¡®monyork¡¯, que debe pensar que es artificial". "Toda la vida diciendo jam¨®n natural hasta que una vez lo ped¨ª en la charcuter¨ªa y me miraron como si me faltaran hervores¡±, nos cuenta (y nos tememos que no era la primera vez que le pasaba).
La abuela de unos simp¨¢ticos lectores ped¨ªa ¡°chorizo de aviaci¨®n¡± en lugar de ib¨¦rico ¨Casociando brillantemente Iberia con los aviones¨C y traduc¨ªa el pernil dol? (jam¨®n en dulce) al castellano como ¡®jam¨®n dos¡¯. Con la versi¨®n ¡®natural¡¯ podr¨ªamos hacer unas ¡®cocletas¡¯, ¡®concretas¡¯, y de paso hacernos con un poco de lomo ¨Ctambi¨¦n conocido como ¡®llumillu¡¯ o ¡®yumillu¡¯¨C para un ¡®mondadito¡¯.
Algunas abuelas aprovechar¨ªan su paso por la carnicer¨ªa para comprar carne picada y hacer ¡®pilotillas¡¯, como les llamaba la m¨ªa, ¡®bolillas¡¯, ¡®arm¨®ndigas¡¯, ¡®alm¨®ndegas¡¯ o incluso ¡®mondonguillah¡¯ en versi¨®n mamma andaluza definitiva. Y seguro que otras se llevar¨ªan algo de ¡®mogambo¡¯ para hacer una buena fabada y cebarte un poco, que hay que ver, parece mentira lo flaco que te est¨¢s quedando.
Donde la fruta
Muchas de vuestras abuelas comen ¡®mondarinas¡¯ de postre, porque, como bien apunta alguna de nuestras protagonistas de hoy, se tienen que llamar as¨ª porque ¡°si las mondas, son mondarinas¡±. A las nectarinas se les puede llamar ¡®injertos¡¯ ¨Cque es lo que son, un injerto de melocot¨®n y ciruela¨C, o ¡®engendros¡¯ si son un poco feas y nos ponemos faltones. Tambi¨¦n hay abuelas con esp¨ªritu libre, que directamente llaman ¡®aguacates¡¯ a los n¨ªsperos, y otras que aplican la traducci¨®n directa del catal¨¢n o el valenciano para llamar ¡®ajos porros¡¯ a los puerros.
Tambi¨¦n pueden ofrecerte una crema de ¡®azenhorias¡¯, un revuelto de ¡®sampi?ones¡¯, una deliciosa ¡®cobiflor¡¯ gratinada con bechamel o unas ¡®altachofas¡¯ al horno. De postre, ahora que est¨¢n en temporada, seguramente os digan si quer¨¦is un ¡®kuki¡¯. No les hag¨¢is un desprecio, o sacar¨¢n la lata de galletas surtidas y os las ofrecer¨¢n una tras otra, como si fuera un desfile en un club de alterne, hasta que os zamp¨¦is el sempiterno barquillo ba?ado en chocolate.
La leche
El mundo del l¨¢cteo ha dado bastante juego en este diccionario abuel¨ªstico definitivo. Algunas toman cada noche ¡®gogures¡¯, ¡®yobur¡¯, ¡®yugures¡¯, ¡®buyuses¡¯. La abuela de Acha Asensio toma ¡®yogures adulcerados¡¯ (edulcorados) y a veces le pone al caf¨¦ un poco de ¡®leche codesada¡¯. Algunos nietos prefieren tomarse la leche con ¡®Nescu¨ªs¡¯ ¨Ctambi¨¦n conocido como ¡®Cu¨ªcu¨ª¡¯¨C y a otros les gusta m¨¢s con ¡®Colacado¡¯ o ¡®Cocalao¡¯.
Si los Petit Suisse que tom¨¢bamos cuando ¨¦ramos peque?os se hubieran llamado Danonino nunca hubi¨¦ramos tenido ¡®pitusinos¡¯, ¡®pitus¨ªs¡¯ ¡®pitisun¨ª¡¯, ¡®petis¨²s¡¯ o, como los llamaba mi t¨ªa abuela, ¡®patachuses¡¯. Aprovecho para decir que, aparte de que el cambio de nombre tiene que ver con un cambio en su elaboraci¨®n ¨Chan pasado de ser un queso a un mejunje l¨¢cteo dudoso¨C, cuando desapareci¨® la versi¨®n sin endulzar se fue con ella la gracia del producto: el crujidito del az¨²car a medio revolver era lo que le daba calidad a la pel¨ªcula.
La bella Italia
No s¨¦ si he comentado alguna vez aqu¨ª ya que la abuela de mi chico llamaba a los espaguetis ¡®espatl¨¦ticos¡¯, pero es buen momento para hacerlo. Otros les llaman ¡®esparraguinos¡¯, en casa de Paloma Abad se llaman ¡®espabetis¡¯, algunos han evolucionado de ¡®cabetis¡¯ a ¡®escabetis¡¯ y en la misma l¨ªnea tenemos los ¡®espatequis¡¯ de la abuela de un amigo de Raquel Bern¨¢cer. Como sugerencia de preparaci¨®n os ofrecemos los ¡°espaguetis a la carbonatada¡± (pero sin nata, que ya sabemos que no llevan).
Aunque seguramente no les gusten mucho, los abuelos saben que las ¡®pinsas¡¯, ¡®pizas¡¯, ¡®piczas¡¯ "son moda" y el alimento favorito de la juventud, as¨ª que es probable que se resignen a comerse una contigo. Algunos, como el de Patricia Mill¨¢n ¨Cque hab¨ªa sido panadero en la posguerra¨C les hac¨ªa a sus nietos ¡®pisas¡¯ en molde de tarta que llegaban a los 4 dedos de grosor de la cantidad de ingredientes que les pon¨ªa, con queso manchego en lugar de mozzarella. Patricia dice que no se le pod¨ªa llamar a eso pizza, pero ¡°le sal¨ªan la mar de ricas¡±.
Revuelto de trastos
A la abuela de Ruth ?lvarez, un d¨ªa le instalaron la ¡®litrocer¨¢mica¡¯. Ella, que es muy curiosa, le puso un pa?ito de ganchillo y un florerito encima, y empez¨® a hacer la comida en una cocina de butano, que instal¨® en pleno pasillo como quien no quiere la cosa. Otra voz abuel¨ªstica muy extendida en el medio del menaje del hogar es el que pasa a llamar ¡®el coso¡¯ o ¡®el cosito¡¯ a cualquier cosa que necesiten, sin m¨¢s especificaci¨®n. Da igual que sea una espumadera o la olla expr¨¦s: 'el coso' lo abarca todo.
Frases como ¡°p¨¢same el coso ese, ni?a. ?Pero ese no, mujer!?El otro!?El cosito!?El cosito ese!¡± han creado una brecha generacional m¨¢s grande que internet, los Beatles y el ingl¨¦s juntos. Y en el nomenclator de trastos, mi favorito es el que rebautiza como ¡®morena pical¨¦s¡¯ y ¡®1,2,3¡¯ a la picadora Moulinex, tambi¨¦n conocida como ¡®pica pica¡¯ en otros hogares.
Bares, qu¨¦ lugares
Si vas a un bar fino, lo suyo es empezar pidi¨¦ndote un "c¨®tel", aunque si vas con la abuela de mi amiga Olga Sala es posible que te ofrezca ¡°un Coca Cola¡±, en masculino, y un ¡®Cocolat¡¯. La bebida con la f¨®rmula m¨¢s secreta del mundo tambi¨¦n es conocida como ¡®Cola Loca¡¯ o 'Caca Cola', el co?ac como ¡®caldito¡¯ y si te portas bien y no das la turra a lo mejor el camarero te da unas ¡®golominas¡¯ como premio. Si te duele la barriga me s¨¦ de una abuelita que te dir¨¢ que eso se arregla con unas "defunciones de pomelo de menta", y no podr¨¢s evitar hacerte fan instant¨¢neamente.
?Os recibimos, americanos con alegr¨ªa!
Cuando la comida con nombre anglosaj¨®n empez¨® a popularizarse en nuestro pa¨ªs, el gremio abuelil al completo enloqueci¨®. Y con todo el motivo del mundo: de repente, en lugar de encargar morcillo para estofar, manzanas, col y cosas normales, algunas abuelas ¨Cque encima hac¨ªan la compra por tel¨¦fono¨C empezaron a verse en la tesitura de tener que pedir ¡®conflotes¡¯ (Corn Flakes) para sus nietas.
En lo que a la parte dulce se refiere hay abuelas que comen ¡®bruni¡¯, otras a las que han introducido en el hiperdulz¨¢ngano mundo de los ¡®cucai¡¯ (cupcakes) y algunas aficionadas al ¡®punket¡¯ (plum cake), como la de nuestra coctelera Mar Calpena. Tambi¨¦n hay alguna a la que ning¨²n nieto amable le ha contado que en lugar de llamar ¡®chiquei¡¯ al cheescake pueden hacerlo usando su nombre en castellano: tarta de queso.
Los bocadillos en pan de molde se llaman ¡®sanwis¡¯, ¡®sang¨¹is¡¯ o ¡®¡®sang¨¹ichi¡¯, y ese atentado contra la nutrici¨®n que son los nuggets de pollo son conocidos como ¡®nuguetes¡¯, ¡®nuyis¡¯, ¡®nubes¡¯ o incluso ¡®yonkis¡¯, seg¨²n me cuenta Piticl¨ªn Camisetas en Facebook. Si quer¨¦is mojarlos en alguna salsa pod¨¦is hacerlo con ¡®querch¨²¡¯, ¡®el cas¨² de ese¡¯ (dicho con extra de desprecio por la abuela de Mercedes Cebri¨¢n) ¡®cats¨²¡¯, ¡®cach¨²a¡¯ o ¡®kach¨²h¡¯, que tambi¨¦n va muy bien para las ¡®alburquercas¡¯ o 'burguesas'. Todo esto os lo pod¨¦is llevar c¨®modamente al trabajo metido en un ¡®perturbare¡¯ (Tupperware) que posiblemente compraron en alguna reuni¨®n.
Pero es la aportaci¨®n de Toni Blanco la que se lleva la palma en esta secci¨®n, haci¨¦ndose un completo en apartado ¡°restaurantes¡±. Su abuela llama ¡®Manolans¡¯ a McDonalds ¨Ctambi¨¦n conocido como ¡®Manolas¡¯ o ¡®Mardona¡¯ en el gremio abuela, sirviendo el ¨²ltimo tambi¨¦n para Mercadona¨C ¡®Kantursi¡¯ al Kentucky Fried Chicken y, su favorito, ¡®Wosper Viking¡¯ al Burguer King. No os enamor¨¦is si pod¨¦is: yo he ca¨ªdo rendida ante su grandeza.
Con las manos en la masa
Las recetas de la abuela de Tareixa Cereixa le llegaron con los tiempos medidos en rezos, con lo que la pobre no se enteraba de lo que era ¡°freir-cocer durante 2 padrenuestros¡±, dejar reposa una masa o marinas una ¡°durante un rosario, o dos¡± o levar una rosca ¡°lo que dura una misa¡±. Algo que, como apunta sabiamente otra lectora, es muy de novela de Garc¨ªa M¨¢rquez. Su t¨ªa abuela tambi¨¦n les hac¨ªa para cenar "g¨¹ilif¨®s" , que eran tiras de filete fritas con un nombre sacado del prota de la serie La vuelta al mundo en 80 d¨ªas, que lo petaba por aquel entonces.
En casa de otra de nuestras lectoras llamaban ¡®torpedos¡¯ a las croquetas de su abuela. ?Por qu¨¦? Porque ¡°las dos primeras le sal¨ªan perfectas, pero a partir de la tercera se cansaba de formarlas e iban aumentando de calibre hasta alcanzar proporciones de arma de destrucci¨®n masiva¡±. A eso se le llama practicidad, ?para qu¨¦ vas a estar haciendo croquetas a chol¨®n si con una sola puedes solucionar toda la comida?
La hija de Reme Feij¨®o se plant¨® frente a su abuela, decidida a saber c¨®mo hac¨ªa su maravillosa sopa. ?La respuesta? ¡°Un hueso de jam¨®n, si tienes. Si no, no. Una chispa de carne... Y as¨ª todo¡±. El cocido de la abuela de Lilye Rou tambi¨¦n tiene tela: la buena mujer lo ¡®jierve t¨®¡¯ varias veces para quitarle la grasa y luego ya le echa ¡°el hueso de jam¨®n, el tocino ib¨¦rico, los garbanzos, las papas y las habichuelas¡±. Pero de grasa, lo que es grasa, no le pone nada de nada, seg¨²n ella. Angelito.
El kiwigate
Por petici¨®n popular, dedicamos un apartado diferenciado a la que parece ser la fruta m¨¢s dif¨ªcil de pronunciar para la gente de cierta edad. Supongo que el hecho de que hasta los a?os 90 no se encontraran con facilidad en Espa?a ¨Cantes eran caros y raros, como ahora el mango ¡®de avi¨®n¡¯¨C tiene algo que ver con el tema, pero sus versiones son tantas y tan buen¨¦rrimas que merece un apartado propio. Todo empez¨® cuando Inma Medina coment¨® que su santa abuela los llamaba ¡®tuinguis¡¯, la gente enloqueci¨® y empezaron a llegar menciones a esta fruta por tierra, mar y aire.
Los llaman: g¨¹ig¨¹is, kig¨¹ig¨¹is, g¨¹ikis, kuig¨¹i, kuinguis, kivis, cuivis, quibis, cu¨ªs ¨Cmi favorita, como los animalitos¨C, kibis, kimbos, cuibis, cuiguis, wikis, twinkis (esta tambi¨¦n me gusta bastante) o kewins. Dos abuelos enriquecieron nuestra particular enciclopedia del kiwi con ¡®ching¨¹i¡¯ y ¡®kive¡¯. Un tercero dej¨® a un m¨¦dico ojipl¨¢tico llam¨¢ndoles ¡®g¨¹isquis¡¯ y dici¨¦ndole al m¨¦dico que se tomaba un par en ayunas ¡°para ir bien¡±.
Algunas abuelas utilizan nomenclaturas m¨²ltiples: ¡®wikis¡¯, ¡®kawis¡¯, ¡®waskis¡¯ o ¡®whiskys¡¯ indistintamente y seg¨²n les venga. Lo importante, como bien apunta su nieta, es no acertar ni por casualidad. Otras se ponen creativas para evitar las cacofon¨ªas y les llaman ¡®ratoncitos¡¯, ¡®peludos¡¯ o ¡®ping¨¹inos¡¯, mientras una de mis favoritas apela a la morfolog¨ªa para rebautizarlos con un incontestable y rotundo ¡®huevos de mono¡¯.
?Vuestra abuela tambi¨¦n tiene gastropalabros de cosecha propia? ?Compartidlos en los comentarios! ?Vivan las abuelas!
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