Muerte al pantumaka, viva el pan con tomate
Espa?a trata muy mal a una de las mejores aportaciones culinarias de Catalu?a: el ¡®pa amb tom¨¤quet'. Te damos siete consejos a seguir si quieres mostrar algo de respeto por este delicioso y sencillo bocado.
Pantumaka, pantumaca, patumaca¡ Los ap¨®copes en los que suele transformarse el 'pa amb tom¨¤quet' en boca de castellanoparlantes hacen sangrar los ojos y o¨ªdos de cualquier catal¨¢n de bien. Luego Espa?a se quejar¨¢ del creciente independentismo catal¨¢n pero, ?tan dif¨ªcil es escribir ¡®pan con tomate¡¯? Ya no digo la versi¨®n original, en catal¨¢n, que si el pa¨ªs no est¨¢ para considerar las lenguas cooficiales en temas administrativos, fiscales o judiciales no lo har¨¢ con la gastonom¨ªa, tema mucho m¨¢s banal.
En fin, al catal¨¢n que escribe esto, tales translaciones fon¨¦ticas le parecen inadmisibles, motivo de justificada rebeli¨®n y f¨¢brica de separatistas. Luego no dig¨¢is que no avis¨¦.
La cosa no se queda aqu¨ª. Lo de escribir mal el nombre del celestial pan con tomate se queda en an¨¦cdota en comparaci¨®n con los ultrajantes sucesos ocurridos en un restaurante de Madrid ¨Cno dir¨¦ nombres¨C hace un par de semanas.
Los hechos: un camarero se acerca a la mesa con unas rebanadas de pan, varios tomates, aceite y sal y en un alarde de show cooking propone a la decena de comensales revelarles los secretos de la elaboraci¨®n de un ¡®pan a la mallorquina¡¯. El camarero restriega el tomate en la superf¨ªcie del pan, le echa sal, a?ade el aceite y cuando los catalanes sentados a esa mesa esperan la aparici¨®n de unas rodajas de sobrasada que justifiquen la balearizaci¨®n de su pa amb tom¨¤quet el camarero suelta: ¡°voil¨¤, aqu¨ª tienen su pan a la mallorquina¡±.
?C¨®mo que voil¨¤? ?C¨®mo que a la mallorquina? ?Se acerca el 26J y Catalu?a ser¨¢ clave en el resultado de estas elecciones! ?Estimados espa?oles, cre¨¦is que es buena idea seguir afrentando una de nuestras se?eras culinarias?
Yo creo que no, igual que no es buena idea la torpeza de emplear tomate rallado para mojar el pan, o aceite rancio o¡ ?pan de molde!
Con intenci¨®n de tender puentes de pan restregado en solan¨¢cea entre Catalu?a y Espa?a, y tambi¨¦n como homenaje a la reedici¨®n de ¡®Teor¨ªa y pr¨¢ctica del pan con tomate¡¯ de Leopoldo Pom¨¦s (Tusquets), propongo estos siete puntos a seguir para elaborar un pan con tomate 'com D¨¦u mana'.
1. Ll¨¢malo pan con tomate, o 'pa amb tom¨¤quet' en la intimidad.
En un mundo ideal no har¨ªa falta que insistiera en esto pero, ah, qu¨¦ lejos queda ese mundo.
Son inadmisibles los ap¨®copes fon¨¦ticos de pa amb tom¨¤quet. Y no s¨®lo son inadmisibles, son tambi¨¦n innecesarios: en castellano existe la traducci¨®n correcta.
?Qu¨¦ me la cojo con papel de fumar? No, no fumo. Leer pantumaka duele tanto como leer paeya. Y punto.
2. Reconoce su catalanidad.
Igual que en Catalu?a se reconoce la superioridad madrile?a del bocadillo de calamares, o que la paella es una bendici¨®n valenciana, o que el gazpacho es un regalo de los andaluces para el mundo, o que nadie como los gallegos para el pulpo ni los vascos para el pilpil. No tengo nada en contra de los mallorquines pero el pan con tomate es m¨¢s catal¨¢n que Gerard Piqu¨¦.
3. Usa un pan de calidad y que tenga un par de d¨ªas.
Si quieres preparar un pan con tomate ortodoxo necesitas un pa de pag¨¨s, una hogaza redonda, de trigo, sin gre?a y por lo menos de un kilo de peso que en tiempos del cachip¨² sol¨ªa elaborarse en las casas de campo de Catalu?a. Por supuesto, puedes usar cualquier buen pan de la geograf¨ªa espa?ola: un buen pan da moa gallego es un gran sustituto y creo que un candeal apretadito podr¨ªa funcionar.
Tan importante como la calidad del pan es que ¨¦ste tenga un par de d¨ªas, es decir, que haya perdido un poco de humedad y as¨ª pueda absorber la del tomate. De hecho, dicen que el pan con tomate nace para aprovechar los restos de pan duro.
4. El ¨²nico tomate aprobado por la Generalitat es el 'tom¨¤quet de sucar'.
Como tengo mis dudas de que fuera de Catalu?a se encuentre correctamente identificado, procedo a describir el tom¨¤quet de sucar o tomate de untar o tomate de mojar (de mojar pan, se entiende).
Se trata de un fruto peque?o, de tres a cinco cent¨ªmetros de di¨¢metro, extremadamente rojo. Su interior es denso y, a pesar de su tama?o, una mitad deber¨ªa ser suficiente para untar bien una de las caras de una rebanada.
No intentes hacer pan con tomate con otras variedades: aunque sean frutos maduros, no es lo mismo. Como dice Pom¨¦s en su Teor¨ªa i pr¨¢ctica del pan con tomate el de colgar es porque "apenas contiene agua y su pulpa es blanda y se aprovecha mucho a pesar de su peque?o tama?o".
5. El preparado de tomate rallado con aceite y sal es una falta grave.
Primero porque se aprovecha toda la humedad del tomate, cuando no deber¨ªa ser as¨ª, y en segundo lugar, porque el tomate empieza a oxidarse bastante r¨¢pido y lo ¨²nico que se consigue rall¨¢ndolo es acelerar el proceso. Preparar esta mezclurria es un atentado al buen gusto y quien no lo quiera entender tiene problemas cognitivos.
6. La sal, antes que el aceite.
Despu¨¦s de mojar el pan con el tomate, es el momento de salar la rebanada. Si sufres de hipertensi¨®n, no lo hagas o hazlo con mesura. Pero no lo hagas despu¨¦s, sufras de hipertensi¨®n o no.
7. El aceite, de calidad y abundante.
Nada de un chorrito t¨ªmido de aceite rancio. Echa una buena cantidad de aceite de oliva virgen extra, encharca los alveolos de la rebanada, pract¨ªcale una aceitosa lluvia dorada a tu pan. Elige el aceite que m¨¢s te guste, yo para este menester soy muy de arbequina tarragonense, pero no le har¨ªa ascos a una picual cordobesa ¨Cde acuerdo, ni a las jienenses¨C.
?A que no era tan dif¨ªcil? Lo dicho, amigos castellanohablantes, aparcad las rebanadas de pantumaka y empezad a restregar vuestro pan con tomate.
Nota del editor: si crees que Jordi Luque es un talib¨¢n del pan con tomate, descarga tu furia en los comentarios. No lo hagas a tomatazos, porque en realidad se los estar¨¢s tirando a tu tel¨¦fono o tu ordenador. Un l¨ªo, vamos.
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