Pekopeko: asi¨¢tico, casero y barato
En Pekopeko comer¨¢s cocina asi¨¢tica sin piruetas creativas. Pero todo lo hacen en el restaurante, los sabores son enormes y la cuenta, diminuta.
Paco, Paco, Paco, que mi Paco¡
No nos hemos entendido. Pekopeko no es una deformaci¨®n del t¨ªtulo de la canci¨®n de Encarnita Polo, sino la onomatopeya que usan en Jap¨®n para referirse al ruido que hacen las tripas cuando tienes hambre.
Vaya, yo que pensaba que te pon¨ªas retro.
Pues no. El tema es m¨¢s de corte asi¨¢tico. Roc¨ªo Persson, propietaria y cocinera de Pekopeko, es una apasionada de las cocinas orientales, ha vivido en Jap¨®n en distintas ocasiones y aprovech¨® su ¨²ltima estancia para sacarse el t¨ªtulo de chef de sushi.
Caramba, ?y qu¨¦ tal el pescado?
Pues te vas a re¨ªr, pero no sirven sushi. Ella est¨¢ un poquito saturada de prepararlo en talleres que ofrece al p¨²blico y aqu¨ª propone otra oferta. La carta de Pekopeko es corta y sencilla: cuatro baos, dos tipos de dumpling, cinco platos principales y dos postres.
Pel¨ªn simpl¨®n, ?no?
Para nada. Una carta corta, si est¨¢ bien ejecutada ¨Ccomo es el caso¨C, denota que en la cocina tienen las cosas claras y facilita la vida a quienes van a comer.
Bueno, va¡ ya veo que te gust¨®. ?Qu¨¦ comiste?
Empezamos con los dos tipos de dumpling. Los Puros de Fu Manch¨² son unos wonton fritos rellenos de verduras salteadas con jengibre y servidos con salsa agridulce y cebolla frita. Las Gyozilla son, eso: empanadillas de carne con la misma carne. Ambos platillos est¨¢n m¨¢s que bien, son muy sabrosos y te los puedes comer como si fueran pipas. Si eres aprensivo con los fritos, mant¨¦n la calma: el resultado es nada oleoso y en Pekopeko est¨¢n desarrollando dumplings cocinados al vapor.
Suerte, porque a m¨ª los fritos¡
Se nota que eres ese tipo de persona. Sigo: ped¨ª dos baos: el Angry Bird y el Piggy. El primero consiste en pollo con salsa de chili ¨Cmuy suave¨C zanahoria encurtida, daikon, pepinillo y una mayonesa raruna. Estuvo magno.
El segundo bao era el cl¨¢sico: panceta a baja temperatura, pero con un giro: pera china. El resultado es un contraste dulce - salado muy interesante.
?Judas! ?T¨² no echabas pestes de los baos?
Y las sigo echando, pero los baos de Pekopeko tienen una virtud que s¨®lo he encontrado en el Baobar de Paco P¨¦rez (Barcelona): la masa hecha en el establecimiento, no tiene nada que ver con el panecillo pegajoso, dulz¨®n y precocinado que suele servirse.
Ya, vale, lo que digas¡ ?Y qu¨¦ m¨¢s comiste, tragaldabas?
Estoy describiendo una comida para dos: iba acompa?ado de Marta Miranda, defensora del cocinero y de cada vez m¨¢s gente, que fue qui¨¦n me descubri¨® el asunto.
Casi acabamos con un Picanthai, un picant¨®n marinado con salsa de pescado, ajo, jengibre, coriandro y otras especias y cocinado a baja temperatura. Iba acompa?ado de ensalada y pan crujiente de gambas. Y terminamos lo salado con un ramen tremendo, sin caldo pero con una melosidad parecida a la de un arroz cremoso, probablemente por efecto de una yema de huevo. Si el Picanthai me gust¨®, el ramen me pareci¨® magistral, uno de los mejores ¨Cy menos convencionales¨C que yo haya comido.
?No hubo postre?
Lo hubo. Nos zampamos un helado de t¨¦ verde con galletas Oreo. No s¨¦ si las Oreo son muy orientales o no, pero le iban de muerte al helado, de sabor muy pronunciado y agradable. La textura no era ideal, pero mejorar¨¢ en cuanto se hagan con una mantecadora.
Bueno, pagar¨ªas un dineral.
La factura, con una Goose Amber Ale y varias aguas con gas y sin gas, ascendi¨® a la nada astron¨®mica cifra de cuarenta y seis euretes. No saques la calculadora, son veintitr¨¦s euros por persona.
?Caramba! ?Es un chollo!
Lo es, y adem¨¢s sirven comida para llevarla a tu casa.
Pues iremos y ¡®pekaremos¡¯
Llevo todo el texto intentando evitar esa broma. Gracias por fastidiarla.
Pekopeko. Calle Colmenares, 13. Madrid. Tel. 912 775 803. Mapa.
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