La ciguatera no es el nuevo anisakis
Las noticias refiri¨¦ndose a la ciguatera como ¡°el nuevo anisakis¡± est¨¢n a la orden del d¨ªa, pero, ?tiene alg¨²n fundamento esa comparaci¨®n? ?Sabemos realmente qu¨¦ es la ciguatera? ?Hay que preocuparse al respecto?
Hablemos claro: lo ¨²nico que tienen en com¨²n el anisakis y la ciguatera es que son dos problemas de seguridad alimentaria relacionados con el pescado, cada vez m¨¢s frecuentes en ciertas zonas geogr¨¢ficas. Bueno, eso y que tienen nombres raros. Porque el anisakis es un par¨¢sito con forma de gusano que puede encontrarse en el tracto digestivo o en el tejido muscular de numerosas especies de pescado. La ciguatera, a su vez, ni siquiera es un ser vivo: es el nombre que recibe la intoxicaci¨®n causada por la ingesta de pescado contaminado por una serie de toxinas.
?En qu¨¦ consiste la ciguatera?
Las ciguatoxinas son neurotoxinas que afectan a las conexiones interneuronales y neuromusculares, alterando la conductancia nerviosa y da?ando la estructura de las neuronas. La gravedad de la intoxicaci¨®n que provocan -el tiempo y el alcance- depende de muchos factores, como el tipo de toxina, la cantidad presente en el pescado, las partes anat¨®micas que hayamos consumido, la cantidad de pescado ingerida, la sensibilidad de cada persona, etc.
Los s¨ªntomas que se generan como consecuencia son muy variados:
- Gastrointestinales: nauseas, v¨®mitos, diarrea o dolor abdominal, que se presentan durante las primeras 48 horas (frecuentemente entre las 2-8 horas siguientes a la ingesta).
- Neurol¨®gicos, que aparecen a las 24-48 horas de la ingesta y que suelen consistir en entumecimiento y hormigueo en lengua, labios, manos, brazos y piernas. Tambi¨¦n se produce un s¨ªntoma muy caracter¨ªstico: la inversi¨®n de la sensaci¨®n t¨¦rmica, bajo la que los objetos calientes se perciben como fr¨ªos y los fr¨ªos como si estuvieran calientes.
- Card¨ªacos, como bajada de tensi¨®n, reducci¨®n de la frecuencia card¨ªaca, arritmia o vasodilataci¨®n perif¨¦rica.
- Otros s¨ªntomas que pueden presentarse son: debilidad generalizada, dolor de dientes, m¨²sculos y articulaciones, dolor de cabeza, mareos, temblores y sudoraci¨®n excesiva, picores intensos en la piel -que empeoran con el consumo de alcohol-, sabor met¨¢lico o sensaci¨®n ardiente en la boca, visi¨®n borrosa, depresi¨®n y dificultad para respirar.
Los s¨ªntomas gastrointestinales remiten al cabo de 24-48 horas, y las alteraciones neurol¨®gicas se resuelven en semanas. Pero otros s¨ªntomas como el prurito, el dolor articular, el dolor de cabeza, la depresi¨®n y la fatiga pueden persistir durante meses o incluso a?os, de modo que en algunos casos llegar¨ªa a convertirse en una enfermedad cr¨®nica.
En la actualidad no existe ninguna prueba anal¨ªtica para confirmar el diagn¨®stico de ciguatera: el protocolo pasa por estudiar los s¨ªntomas de la persona afectada y realizar un an¨¢lisis del pescado que consumi¨®. Del mismo modo, tampoco existe un tratamiento espec¨ªfico, as¨ª que la mejor soluci¨®n est¨¢ en la prevenci¨®n.
?Es nueva la ciguatera?
A juzgar por la reciente avalancha de noticias sobre este tema quiz¨¢ pienses que la ciguatera no exist¨ªa hasta antes de ayer, pero no es as¨ª. Incluso se cree que hay una referencia a esta intoxicaci¨®n en La Odisea de Homero, as¨ª que posiblemente ya se conoc¨ªa hace unos 2.800 a?os. Lo que s¨ª es m¨¢s reciente es el descubrimiento del agente que la causa. A principios del siglo XIX se lleg¨® a pensar que era producida por la ingesti¨®n de un caracol de mar llamado cigua, lo que le dio el nombre con el que se conoce hoy en d¨ªa.
No fue hasta 1967 cuando se consigui¨® identificar y aislar el agente que realmente est¨¢ detr¨¢s de esta intoxicaci¨®n: un grupo de toxinas pertenecientes al grupo de las ciguatoxinas. Se trata de compuestos qu¨ªmicos producidos por algunas especies de algas marinas microsc¨®picas (mejor dicho, dinoflagelados), concretamente del g¨¦nero Gambierdiscus, que crecen sobre algas y sedimentos de arrecifes de coral en zonas tropicales y subtropicales.
Esas microalgas (y las toxinas que producen) son ingeridas por peces herb¨ªvoros y estos a su vez por otros peces carn¨ªvoros, de manera que se van acumulando a lo largo de la cadena tr¨®fica. Las mayores concentraciones pueden encontrarse en especies de gran tama?o, que son las que suelen estar implicadas en los casos que afectan a humanos cuando se consume directamente alg¨²n pescado contaminado. Pero, ?de qu¨¦ pescados estamos hablando? Bastantes: han encontrado ciguatoxinas en m¨¢s de 425 especies de pescado de aguas tropicales y subtropicales, principalmente en el mar Caribe y los oc¨¦anos ?ndico y Pac¨ªfico. Entre las afectadas con m¨¢s frecuencia se encuentran meros, pargos, cunas, barracudas, jureles, morenas, medregales, abades o estorninos.
?Por qu¨¦ se habla tanto de ella ahora en Espa?a, si nos pilla tan lejos?
Hasta hace relativamente poco tiempo en Europa la ciguatera se ve¨ªa como un problema lejano o anecd¨®tico, ya que los brotes se produc¨ªan de forma muy ocasional y eran debidos al consumo de pescado importado desde zonas tropicales. Pero desde hace unos a?os despierta cierta preocupaci¨®n porque, seg¨²n parece, la distribuci¨®n de las microalgas productoras de ciguatoxinas se ha expandido desde regiones tropicales y subtropicales hacia regiones templadas, como el Mediterr¨¢neo y el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, posiblemente debido al cambio clim¨¢tico. Se han registrado brotes en Madeira y, sobre todo en Canarias, donde se notificaron unos 100 casos entre los a?os 2008 y 2015.
?Eso es mucho o poco? Depende: por una parte hay que tener en cuenta que estamos hablando de la intoxicaci¨®n alimentaria no bacteriana causada por pescado m¨¢s extendida en el mundo -se registran unos 50.000 casos al a?o en todo el planeta, aunque se cree que est¨¢ infradiagnosticada y la cifra real se acercar¨ªa m¨¢s a 500.000-, as¨ª que desde ese punto de vista quiz¨¢ parece poco (si hablamos de todo el continente europeo). Pero hay que considerar que ha sido calificado por las agencias de seguridad alimentaria como un problema emergente en Europa, lo que significa que en el futuro podr¨ªa llegar a ser m¨¢s frecuente.
?Quiere decir eso que debemos preocuparnos? A pesar de lo que acabamos de ver, se trata de una intoxicaci¨®n poco com¨²n y de bajo riesgo (para que te hagas una idea, el ¨ªndice de mortalidad es inferior al 0,1%). A su vez, se trata de una toxina muy potente (produce efectos adversos incluso a bajas dosis) que puede provocar infinidad de s¨ªntomas, algunos de ellos de cierta envergadura y que pueden dilatarse mucho en el tiempo.
?Qu¨¦ medidas podemos tomar para evitarla?
La ciguatoxina no provoca alteraciones en el pescado: no cambia su aspecto, ni su olor, ni su sabor, ni su textura, as¨ª que no la podemos detectar utilizando nuestros sentidos. Otra cuesti¨®n muy importante es que resiste la congelaci¨®n y el calentamiento as¨ª que -a diferencia de lo que ocurre con el anisakis-, no se destruye introduciendo el pescado en el congelador ni cocin¨¢ndolo. Tampoco con tratamientos de ahumado, salaz¨®n, escabechado o enlatado ni por ¨¢cidos como vinagre, lim¨®n o el jugo g¨¢strico de nuestro est¨®mago: si el pescado est¨¢ contaminado, no tenemos forma de saberlo ni de evitar la intoxicaci¨®n. Lo ¨²nico que podemos hacer es tomar ciertas medidas para tratar de disminuir el riesgo. Por ejemplo:
- Evitar consumir pescados de gran tama?o, ya que la toxina se acumula a lo largo de la cadena tr¨®fica.
- Evitar cocinar y comer v¨ªsceras, ya que es donde m¨¢s cantidad de toxinas se acumulan (intestinos, h¨ªgado, g¨®nadas, piel, cabeza, huevos, etc).
- Tener especial precauci¨®n con las especies de m¨¢s riesgo: las de zonas tropicales y subtropicales -especialmente barracuda, morena y estornino- y medregal y mero en Canarias
- Evitar pescar en zonas desconocidas o en zonas sospechosas de estar contaminadas con microalgas.
- Mantener la precauci¨®n durante todo el a?o, ya que el problema no es estacional.
- Si se presentan s¨ªntomas tras consumir pescado, no seguir consumi¨¦ndolo y recoger una muestra para su posterior an¨¢lisis.
- Si se ha sufrido ciguatera, evitar consumir pescado, alcohol, cafe¨ªna y alimentos grasos durante al menos seis meses, porque podr¨ªan causar una reaparici¨®n de los s¨ªntomas.
- Hacer caso omiso de los innumerables mitos que supuestamente indican c¨®mo detectar la contaminaci¨®n de pescado por ciguatoxinas.
?Existen controles para evitar la contaminaci¨®n del pescado por ciguatoxinas?
En la actualidad la legislaci¨®n europea indica que no se pueden comercializar productos de la pesca contaminados con ciguatoxina, pero no establece ning¨²n m¨¦todo espec¨ªfico de an¨¢lisis ni valores de referencia. Eso es debido a que no se dispone de suficiente informaci¨®n ni materiales de referencia para poder armonizar m¨¦todos de an¨¢lisis y establecer l¨ªmites legales (ya que hasta hace bien poco se trataba de una intoxicaci¨®n end¨¦mica de zonas tropicales).
Para tratar de poner soluci¨®n a estas cuestiones existen en la actualidad diferentes iniciativas. Una de ellas es el proyecto Eurocigua, cofinanciado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) junto con 14 organizaciones europeas y coordinado por la Agencia Espa?ola de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n (AECOSAN) que se centra en la caracterizaci¨®n del riesgo de intoxicaci¨®n alimentaria por ciguatera.
Debido al n¨²mero y la frecuencia de los brotes registrados en Canarias, es all¨ª donde, desde hace varios a?os, se est¨¢n llevando a cabo m¨¢s acciones respecto a esta intoxicaci¨®n. Podemos destacar el Proyecto CICAN del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, que se centra sobre todo en el estudio y la distribuci¨®n de las distintas especies del g¨¦nero Garmbierdiscus en esa zona. Los investigadores han identificado por el momento cinco especies diferentes, lo que sugiere que su presencia en las islas no se debe a una invasi¨®n reciente sino que se remontar¨ªa mucho tiempo atr¨¢s.
El Gobierno de Canarias tambi¨¦n ha tomado importantes medidas: tras la aparici¨®n de varios brotes durante los a?os 2008-2009 se puso en marcha un sistema de vigilancia epidemiol¨®gica (SVEICC) y se incluy¨® la ciguatera como enfermedad de declaraci¨®n obligatoria. Adem¨¢s se implant¨® un protocolo de actuaci¨®n para la determinaci¨®n de la ciguatoxina en el archipi¨¦lago canario en el que se establecen unos pesos por encima de los cuales las especies susceptibles de estar contaminadas deben someterse al an¨¢lisis de ciguatera en su carne (por ejemplo, medregales de m¨¢s de 15 kg o meros de m¨¢s de 22).
Conclusi¨®n
Como ves la ciguatera s¨®lo se ha registrado con cierta frecuencia en Canarias, asociada sobre todo a dos especies de pescado (medregal y mero) y no est¨¢ tan extendida como algunos medios nos han dado a entender. Aunque no hay que olvidar que ha sido calificada como ¡°un problema emergente en Europa¡±, as¨ª que quiz¨¢ en un futuro tengamos m¨¢s noticias sobre ella. En cualquier caso, lo que es seguro es que tiene poco en com¨²n con el anisakis.
Miguel A. Lurue?a es Doctor por la Universidad de Salamanca, Licenciado en Ciencia y Tecnolog¨ªa de los Alimentos por la Universidad de Le¨®n e Ingeniero T¨¦cnico Agr¨ªcola (Especialidad Industrias Agrarias y Alimentarias) por la Universidad de Salamanca. Trabaja como consultor independiente para empresas alimentarias. Adem¨¢s es autor del blog Gominolas de petr¨®leo, colaborador del programa La Buena Tarde de la Radio del Principado de Asturias y miembro fundador de la Asociaci¨®n de Divulgaci¨®n Cient¨ªfica de Asturias.
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