?Es saludable tomar caf¨¦?
Demonizado por unos y alabado por otros, el caf¨¦ es una bebida especialmente compleja, tanto por la infinidad de compuestos que contiene como por el modo en que les influyen las diferentes formas de prepararlo.
El caf¨¦ es, despu¨¦s del agua, la bebida m¨¢s consumida en el mundo. Aunque hay un cierto baile de cifras entre las diferentes fuentes, se calcula que diariamente se toman entre 1.600 millones a 2.000 millones largos de tazas al d¨ªa. Que se dice pronto. Quiz¨¢ es el motivo por el que el caf¨¦ y sus posibles efectos sobre la salud -tanto positivos como negativos-, son constantemente fruto de investigaciones y estudios.
Como suele pasar en estos casos, lo peor para los consumidores de a pie es lo cambiante del mensaje, el hecho de que -tal y como dir¨ªa Doc Emmet Brown-, en la misma l¨ªnea espacio-temporal coexistan dos realidades opuestas; la primera animando al consumo de caf¨¦ por ser saludable y la otra criminaliz¨¢ndolo. Veamos qu¨¦ sabe la ciencia sobre el caf¨¦, su compleja composici¨®n y la infinidad de variables en su obtenci¨®n y procesado que, a la larga, van a condicionar sus efectos.
Caf¨¦, salud y ciencia
Desde los a?os setenta el caf¨¦ ha sido claramente penalizado respecto a su relaci¨®n con la salud, sobre todo cuando su consumo se relacion¨® a partir de la d¨¦cada de los setenta con los accidentes cardiovasculares, concretamente por su capacidad para la elevar la presi¨®n arterial. Sin embargo, esta perspectiva -adem¨¢s de limitada en relaci¨®n con la cafe¨ªna-, es injusta al no tomar considerar el efecto total de su consumo de forma habitual en base a otras sustancias que pueden tener efecto sobre la salud. Hablamos de compuestos fen¨®licos, diterpenos, y as¨ª hasta sumar m¨¢s de 1.000 componentes.
En el sentido positivo, sobre la cafe¨ªna se han difundido diversas propiedades variables en funci¨®n de su cantidad: es decir, de la dosis. Su efecto m¨¢s destacado y contrastado es el de estimular el sistema nervioso central, aumentando el estado de alerta y la agitaci¨®n. Pero al mismo tiempo tambi¨¦n relaja el m¨²sculo liso, estimula el m¨²sculo card¨ªaco, la diuresis y parece ser ¨²til en el tratamiento de algunos tipos de dolor de cabeza. Tambi¨¦n se han observado algunos efectos intracelulares, como por ejemplo su capacidad para inhibir ciertas enzimas y modular el metabolismo del calcio de la c¨¦lula.
M¨¢s all¨¢ de la cafe¨ªna, el caf¨¦ tambi¨¦n destaca por aportar numerosas sustancias de car¨¢cter fen¨®lico. Entre ellas los ¨¢cidos cafeilqu¨ªnicos cuyo miembro m¨¢s conocido es el ¨¢cido clorog¨¦nico, relacionado en algunos estudios con una cierta capacidad para inhibir el c¨¢ncer. Pero al igual que con la cafe¨ªna, su presencia tambi¨¦n va a depender de los numerosos factores que hemos comentado antes: origen del caf¨¦, procesado y preparaci¨®n.
De este modo, ya sea por la cafe¨ªna o por la presencia de otras sustancias, el consumo de caf¨¦ se ha relacionado con una probable disminuci¨®n del riesgo de diversas patolog¨ªas, entre ellas: diabetes tipo 2, cirrosis, c¨¢ncer de h¨ªgado, piedras en la ves¨ªcula, enfermedad cardiaca y enfermedad de P¨¢rkinson.
Pero el caf¨¦ tambi¨¦n se ha relacionado negativamente con la salud ¨²ltimamente por otros motivos. Principalmente, porque se suele acompa?ar con el consumo del az¨²car a?adido -que no nos hace precisamente falta- presente en la boller¨ªa y la confiter¨ªa. Tampoco acaba de estar claro si, en el caso de las mujeres embarazadas, la cafe¨ªna puede alterar el peso de los reci¨¦n nacidos.
Buen rollo, pero no tanto
Recientemente numerosos medios se han hecho eco un estudio cient¨ªfico con titulares relativamente exagerados. En ellos se sugiere o se afirma sin contemplaciones que el consumo de al menos tres tazas de caf¨¦ al d¨ªa reducir¨ªa el riesgo de muerte prematura. M¨¢s all¨¢ de las posibles lecturas descontextualizadas, hay que tener en cuenta que el estudio que las podr¨ªa justificar es de naturaleza observacional, por lo que es dif¨ªcil establecer relaciones indubitables de causa y efecto entre variables diversas (en este caso el consumo de caf¨¦ y la mortalidad), tal y como reconocen los propios autores del estudio.
Otro dato importante sobre este trabajo es que la evaluaci¨®n del consumo de caf¨¦ de los participantes se realiz¨® en una sola ocasi¨®n, frente a los 16 a?os de duraci¨®n del estudio. ?Es razonable pensar que el patr¨®n de consumo de caf¨¦ de una persona permanece inalterado a lo largo de 16 a?os? Todo ello sin olvidar que el estudio en cuesti¨®n es incapaz de atribuir la causa del beneficio observado a ning¨²n elemento concreto del caf¨¦: podr¨ªa ser la cafe¨ªna, los ¨¢cidos cafeilqu¨ªnicos, los antioxidantes, o ya puestos, que el caf¨¦ sea de color negro.
Un resumen (en lo que tardas en tomarte un caf¨¦
- Con las evidencias que tenemos actualmente, no es necesario observar una especial precauci¨®n con el caf¨¦ respecto a la salud: al contrario, su consumo podr¨ªa entrar incluso dentro de lo beneficioso. En condicional.
- Tampoco hay que trasladar al caf¨¦ un efecto talism¨¢n o protector con el que alguien pudiera llegar a pensar que puede cometer cualquier tropel¨ªa nutricional mientras bebe caf¨¦ para estar a salvo.
- La idoneidad sobre el consumo de caf¨¦ deber¨ªa personalizarse, sobre todo teniendo en cuenta las distintas susceptibilidades gen¨¦ticas, que implican distintos comportamientos fisiol¨®gicos, por ejemplo, en la metabolizaci¨®n de la cafe¨ªna. Para que se entienda r¨¢pidamente, no todas las personas reaccionan por un igual ante cantidades similares de cafe¨ªna: a unos les afecta m¨¢s y a otros menos; depende en gran medida de sus polimorfismos, de sus genes.
- El consumo de caf¨¦, como el de cualquier otro alimento, ha de ser observado en su conjunto y teniendo en cuenta otras posibles asociaciones relativas al consumo de ciertos alimentos, as¨ª como otros factores relacionados con su uso. Por ejemplo, cuando la OMS public¨® un posicionamiento sobre el incremento del riesgo de c¨¢ncer con el consumo de bebidas muy calientes.
- Polemizar sobre si es m¨¢s saludable tomar caf¨¦ o t¨¦ solo porque ambas bebidas tienen cafe¨ªna es como comparar un Renault 5 con un Airbus A 380 por el hecho de que ambos tienen ruedas. Para empezar, un t¨¦ tiene una d¨¦cima parte de la cafe¨ªna de un caf¨¦ (aunque ya hemos visto que esto puede ser muy relativo). A partir de aqu¨ª, poco hay de comparable, sobre todo cuando de ambas bebidas hay infinidad de variantes, cada una de ellas con decenas de compuestos diferentes y en diversas proporciones. Compuestos de los que se intuye que pueden tener un efecto fisiol¨®gico, pero no se conocen a ciencia cierta, ni tampoco se sabe si afectan a todo el mundo por igual.
- Si te preguntas cuanto caf¨¦ tomamos los espa?oles dentro del panorama mundial, lo cierto es que no destacamos por estar entre los primeros puestos: unos 3 kg al a?o per c¨¢pita, lo que nos deja en el puesto 25, en una clasificaci¨®n en la que dominan los pa¨ªses n¨®rdicos. Ganan Finlandia y sus contundentes 9,6 kg al a?o por habitante y a?o.
- Aunque hemos visto que no es f¨¢cil saber cu¨¢nta cafe¨ªna hay en un caf¨¦ y otras bebidas, hay diversas p¨¢ginas web que se atreven con el reto. A modo de aproximaci¨®n, aqu¨ª tienes lo que proponen la International Coffee Organization, la FDA norteamericana, el Center for Science in the Public Interest o en nuestro pa¨ªs, la OCU.
Juan Revenga es dietista-nutricionista, bi¨®logo, consultor, profesor en la Universidad San Jorge, miembro de la Fundaci¨®n Espa?ola de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) y un mont¨®n de cosas sesudas m¨¢s que puedes leer aqu¨ª. Ha escrito los libros ¡°Con las manos en la mesa. Un repaso a los crecientes casos de infoxicaci¨®n alimentaria¡± y ¡°Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme. Toda la verdad sobre la historia de la obesidad y la industria del adelgazamiento¡± y -muy importante- es fan de los ri?ones al jerez de su madre.
No existe ¡®un caf¨¦¡¯, existen decenas
Cualquier caf¨¦ -g¨¦nero bot¨¢nico Coffea- con independencia de su origen geogr¨¢fico y variedad, puede provenir de dos especies: Coffea robusta y Coffea arabica. Aqu¨ª empiezan algunas de las diferencias m¨¢s destacadas: la primera especie, m¨¢s corriente y econ¨®mica, tiene cerca de tres veces m¨¢s cafe¨ªna que la segunda, m¨¢s selecta y en general m¨¢s cara. De hecho, cuando compramos caf¨¦ en el s¨²per o cuando lo pedimos en la barra de un bar sin mayores pretensiones, en el 95% de las ocasiones se tratar¨¢ de un caf¨¦ de la especie robusta y no vendr¨¢ destacado su origen. Si es arabica, lo m¨¢s probable es que est¨¦ indicado.
Al mismo tiempo, que el caf¨¦ sea tostado, torrefactado o natural tambi¨¦n afectar¨¢ ya no solo a su contenido en cafe¨ªna, si no al de otras sustancias de car¨¢cter polifen¨®lico a tener en cuenta. Sin olvidar otro de los elementos que m¨¢s va a influir: la forma de elaborarlo. Y es que las distintas preparaciones de un caf¨¦, ya sea con una cafetera italiana, de filtro, de ¨¦mbolo, de vac¨ªo, o caf¨¦ turco, expreso, instant¨¢neo, etc¨¦tera, van a condicionar de forma destacada el contenido de sustancias con actividad fisiol¨®gica.
Todos estos factores se han puesto de relieve en diversas publicaciones, que podemos resumir diciendo que concretar la cantidad de cafe¨ªna y otros compuestos en una ¡®simple¡¯ taza de caf¨¦ es tan dif¨ªcil como acertar en el juego del trile. En el estudio incluso se concluye, entre otras cosas, que los caf¨¦s que le pueden servir a uno en diversas cafeter¨ªas de las tres ciudades europeas participantes en el estudio pueden tener una variabilidad de cafe¨ªna que oscila entre los 48 y los 317 mg (m¨¢s de seis veces) y de 6 a 188 mg (m¨¢s de 31 veces) en el caso de las sustancias polifen¨®licas.
No es de extra?ar que los autores acaben afirmando que la variabilidad de sustancias presentes en una ¡°taza de caf¨¦¡± es excepcionalmente alta en base a su origen, procesado, volumen servido y forma de preparaci¨®n, razones por las que se deber¨ªa mantener mejor informados a los consumidores respecto al caf¨¦ que en cada momento tienen delante y su composici¨®n, al menos en base a su contenido en cafe¨ªna y compuestos fen¨®licos (hay un resumen detallado de dicha investigaci¨®n en este enlace).
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