Los falsos perjuicios de la fruta
No engorda a ninguna hora del d¨ªa, no es veneno para los diab¨¦ticos y te ayudar¨¢ a estar m¨¢s sano y tener menos antojo de dulce: la fruta es el ingrediente perfecto para una dieta saludable.
El desprestigio de la fruta es tan antiguo como La Biblia. Es dif¨ªcil encontrar el origen y los motivos por los que una inocente manzana se convirti¨® en el medio para relacionar a la mujer que la mordi¨® con la causa de la mortalidad del ser humano. La manzana aparece en el G¨¦nesis como la fruta prohibida, como el v¨ªnculo entre el ser humano y su mortalidad, pero no siempre fue as¨ª: inicialmente solo aparec¨ªa la palabra ¡°fruta¡±. Decimos ¡°m¨¢s sana que una manzana¡±, pero esta fruta arrastra siglos de desprestigio. En lat¨ªn, la misma palabra nombraba el mal y las manzana (malus).
El mensaje de Blancanieves es especialmente peligroso y a¨²n llega a los ni?os: ?c¨®mo convencerlos de que la fruta es saludable si presentamos la manzana como veneno en una de las historias m¨¢s conocidas que tienen a su alcance? Los t¨®picos de hoy son menos sofisticados, m¨¢s pedestres. Nos dicen que la fruta engorda, que debemos evitarla de noche, que es enemiga de los diab¨¦ticos, que es nociva como postre y que mejor ser¨ªa ingerirla antes de la comida principal y no como postre. Sabemos que lo recomendable es comer cinco piezas diarias, pero algunas de ellas se quedan en el camino porque no se nos ha educado para comer fruta con la frecuencia debida. Pero la nutrici¨®n tiene varias cosas que decir al respecto.
En defensa de la comida real
Carlos R¨ªos es el impulsor de Real Fooding, un movimiento que defiende el consumo de alimentos naturales y, de manera excepcional, alg¨²n producto poco procesado. En resumen, ser realfooder no significa m¨¢s que comer como lo hac¨ªan nuestras abuelas; concretamente, como Rosario, la abuela de R¨ªos. Ella inspir¨® un movimiento que ha cambiado los h¨¢bitos alimenticios y ha creado conciencia sobre el pl¨¢stico, los paquetes coloridos y los listados de ingredientes que parecen el cap¨ªtulo de un libro de ciencia ficci¨®n. El objetivo de Carlos R¨ªos es visibilizar los alimentos naturales y ayudar a sus seguidores a desengancharse de los ultraprocesados, que crean dependencia y minan la salud de sus consumidores habituales.
Para R¨ªos, esta confusi¨®n tiene mucho que ver con una interpretaci¨®n err¨®nea de ¡°los efectos que tiene el az¨²car de manera aislada¡±, en contraposici¨®n a la fruta, que es ¡°mucho m¨¢s¡± que az¨²car aislada. El experto lo aclara: ¡°El az¨²car de la fruta se encuentra integrado dentro de lo que conocemos como la matriz alimentaria del alimento, es decir, junto a otros muchos componentes de la propia fruta que hacen que este az¨²car no tenga los mismos efectos que cuando va a?adido a los productos ultraprocesados¡±.
Si confundimos el az¨²car de la fruta con el refinado es porque, seg¨²n ¨¦l, ¡°la ciencia de la nutrici¨®n ha evolucionado centr¨¢ndose en nutrientes, en lugar de alimentos¡±. Para explicarlo, acude a uno de los alimentos que, junto con la fruta, m¨¢s estigmas carga: el huevo, asociado al colesterol y la grasa saturada. ¡°Hacemos asociaciones que parecen l¨®gicas pero resultan ser falsas cuando lo llevamos a estudio cient¨ªfico. Hoy sabemos que los alimentos en su estado natural y m¨ªnimamente procesados son saludables, tengan m¨¢s o menos az¨²car, grasa o prote¨ªna¡±. Eso hace que creamos que ciertos alimentos anunciados como bajos en grasa o sin az¨²car son mejores. ¡°Si filtramos los alimentos por su contenido en nutrientes, puedes creer que unas galletas bajas en grasa y az¨²cares son saludables y una fruta o frutos secos son ¡®peores¡¯ por su contenido alto en estos nutrientes¡±, a?ade.
El ejemplo al que acude es uno de los h¨¢bitos m¨¢s extendidos: ?qui¨¦n no ha escuchado a alguien decir que no cena fruta por su cantidad de az¨²car pero toma leche con cacao en polvo y galletas antes de dormir? ¡°Este planteamiento lleva a error. Sin embargo, si nos fijamos en el contenido de ingredientes en lugar de nutrientes, es probable que acertemos con nuestras decisiones, porque priorizamos alimentos enteros, que conllevan efectos saludables por su matriz alimentaria sin alterar¡±.
La confusi¨®n entre el az¨²car natural de los alimentos el el az¨²car refinado podr¨ªa ser la clave de esta desinformaci¨®n. Una equivocaci¨®n que, seg¨²n la nutricionista Gabriela Uriarte, va m¨¢s all¨¢ de lo que se cuenta o publica sin contrastar con profesionales de la nutrici¨®n: ¡°Lo hemos cre¨ªdo porque ha habido gente que lo ha dicho y lo sigue diciendo. Estos bulos no solo son de revistas o de prensa no especializada: lo he escuchado incluso de personal sanitario¡±. Para Uriarte, esto genera desconcierto en la poblaci¨®n, que recibe dos mensajes contradictorios y se queda con el primero, o se decanta por el alarmista. ¡°Normalmente la gente suele dejarse llevar m¨¢s por el alarmismo que por el no alarmismo¡±, matiza.
Cuando hablamos de fruta, qu¨ªmicamente seguimos hablando de az¨²car, porque la fruta contiene fructosa. Es ah¨ª donde Uriarte cree que se encuentra el origen de la confusi¨®n. ¡°Tambi¨¦n es importante que lo diferenciemos del az¨²car de mesa, la sacarosa¡±, matiza nuestra experta. Seg¨²n explica la OMS, el az¨²car libre es el que a?adimos nosotros o el que a?ade la industria en los ultraprocesados, as¨ª como el de la fruta exprimida o el que contienen la miel y los jarabes. Este ¨²ltimo es el que recomienda que limitemos, y no el que contiene la fruta entera. ¡°Tiene un efecto muy diferente en el organismo al del az¨²car contenido dentro de la fruta. Cuando comes esa fruta tomas tambi¨¦n agua, fibra y una serie de compuestos que hace que afecte de manera diferente en el cuerpo. Impacta, de hecho, positivamente¡±, explica Uriarte.
Los nutricionistas coinciden en que, en general, la fruta es saludable a cualquier hora (no, de noche tampoco engorda). No obstante, aclaran, siempre existen algunas excepciones personales. ¡°Exceptuando ciertas patolog¨ªas, la fruta es buena siempre. Se ha demostrado que ayuda a mantener un peso saludable, controla enfermedades cardiovasculares e incluso la diabetes¡±, aclara Gabriela Uriarte.
La tambi¨¦n nutricionista Tamara Lloret asegura que este alimento es especialmente importante en la actualidad, ya que ¡°aporta muchos nutrientes necesarios cuando cada d¨ªa hay m¨¢s contaminaci¨®n y exigencias a nivel f¨ªsico e intelectual¡±. Aunque considera que la fruta -que define como ¡°nuestro tentempi¨¦ saludable¡±-, es siempre buena, tambi¨¦n matiza que alimentarse solo a base de fruta ¡°ser¨ªa carencial¡±. Del mismo modo, asegura que tampoco recomendar¨ªa a nadie comerse un mel¨®n entero en la cena.
La fruta no es enemiga de los diab¨¦ticos
Existen unas pautas del Ministerio de Sanidad entre las cuales se recomienda a los diab¨¦ticos consumir fruta, mientras la creencia popular asegura que es como veneno para ellos por su contenido en az¨²car. Tamara Lloret apunta que primero es preciso tener en cuenta si se trata de tipo uno -se inyectan- o de tipo dos (se medican por v¨ªa oral). ¡°El az¨²car de la fruta es un az¨²car de muy f¨¢cil asimilaci¨®n que hace que necesitemos insulina en sangre. Por eso, a un diab¨¦tico le sube muy r¨¢pido el az¨²car con un zumo de naranja natural, pero no con una naranja entera, ya que la fibra propia de la fruta hace que ese az¨²car vaya m¨¢s lento¡±.
Consumir fruta no solo es saludable en cualquier momento del d¨ªa, sino que es preciso respetar la cantidad recomendada por la OMS. Ni m¨¢s, ni menos; porque, como asegura Lloret, ¡°el equilibrio en nutrici¨®n es la base de todo¡±. Ella lo compara con el funcionamiento de un coche: ¡°Igual que no le pondr¨ªas m¨¢s gasolina de la que le cabe al tanque, no voy a darle al cuerpo m¨¢s fruta -ni cualquier otro alimento- de la que necesita. De ah¨ª debi¨® salir el bulo de que la fruta engorda, porque antes para la p¨¦rdida de peso se eliminaba el az¨²car y la grasa: otra gran machacada sin base cient¨ªfica¡±.
Aunque intentemos creer que no hay una campa?a de desprestigio premeditada contra la fruta, si se informara correctamente sobre este alimento, se extendieran sus beneficios y se combatieran ciertos t¨®picos por todos los medios, habr¨ªa afectados. Por ejemplo, esas chucher¨ªas gelatinosas disfrazadas de mora no tendr¨ªan raz¨®n de ser ante las moras reales. Quien las fabrica, tampoco. Si todos sigui¨¦semos a rajatabla la indicaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud de comer cinco piezas de fruta cada d¨ªa, ?tendr¨ªamos antojos de golosinas o chocolatinas? ?Beber¨ªamos refrescos azucarados si asumi¨¦ramos que lo que el cuerpo necesita en ese momento es una manzana o un pl¨¢tano? Probablemente, no, porque nuestro cuerpo ya habr¨ªa ingerido el az¨²car que necesita (acompa?ado de fibra y nutrientes). Gabriela Uriarte nos manda un mensaje muy claro al respecto: ¡°Ojal¨¢ le perdamos el miedo a la fruta y empecemos a ser conscientes de los verdaderos enemigos de la salud: los ultraprocesados y el sedentarismo¡±.
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