El dilema de los l¨¢cteos: ni necesarios ni insanos
Es una de las guerras nutricionales del momento: l¨¢cteos s¨ª o l¨¢cteos no. ?Resultan imprescindibles en nuestra alimentaci¨®n o son el demonio? Analizamos esta disyuntiva con expertos.
En 1993, la industria l¨¢ctea de EE UU no atravesaba su mejor momento. El consumo de leche llevaba 20 a?os cayendo en picado y eso, en un pa¨ªs con m¨¢s de 8 millones de vacas, era algo m¨¢s que un contratiempo. Hab¨ªa que reactivar el consumo y al sector se le ocurri¨® recurrir a la publicidad, con un eslogan pegadizo -Got milk? (?tienes leche?)- repetido en numerosos anuncios a cada cual m¨¢s ingenioso. El golpe de efecto funcion¨®. Y decenas de famosos se sumaron a la causa dej¨¢ndose ver con un bigote de leche; desde Britney Spears o Whoopi Goldberg, hasta Salma Hayek o, incluso, David Beckham. Solo hubo un problema: que aquello no fren¨® la ca¨ªda.
En la d¨¦cada de los setenta, un estadounidense medio beb¨ªa 113 litros de leche anuales. En 2018, la media estaba ya en los 68 litros, seg¨²n el Departamento de Agricultura de ese pa¨ªs. Curiosamente, a partir de 1993 nuestro censo de vacas de leche tambi¨¦n fue cayendo hasta las 848.609 actuales. Con ellas, produjimos, aproximadamente, el a?o pasado m¨¢s de ocho mil millones de litros de leche de vaca, oveja y cabra; muchos m¨¢s de los seis mil millones de 2010, se congratulan desde la Federaci¨®n Nacional de Industrias L¨¢cteas (Fenil). Pero desde ese a?o y hasta el 2017 nuestro consumo ha bajado un 21%, concretan.
"A principios de siglo, en Espa?a se consum¨ªan m¨¢s de cuatro millones de toneladas de leche l¨ªquida al a?o y 17 a?os m¨¢s tarde ese consumo se ha ido reduciendo de forma lenta pero constante", reconocen con preocupaci¨®n. En 2017, y seg¨²n el Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, nos bebimos en torno a 3.187 millones de litros de leche l¨ªquida; es decir, algo m¨¢s de 69 litros por persona. Y eso en un pa¨ªs en el que se calcula que hay un 34% de intolerantes a la lactosa, a tenor de un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, y donde entre un 0,5% y un 2% de los ni?os padece una alergia a la prote¨ªna de la leche de la vaca en sus primeros a?os de vida.
A nadie se le escapa, sin embargo, que ese descenso es consecuencia tambi¨¦n de un desprestigio -no solo de la leche sino de los l¨¢cteos en general-, que lleva goteando 25 a?os. A decir verdad, la agencia Goodby Silverstein & Partners -la encargada de la campa?a de Got Milk- solo retras¨® lo inevitable y hasta se podr¨ªa decir que anticip¨®, de alguna manera, el debate que hoy nos ocupa: ?es necesario, realmente, tener leche y otros l¨¢cteos en la nevera?
No, los l¨¢cteos no son imprescindibles
Es posible que al leer esta ¨²ltima afirmaci¨®n muchos de ustedes se hayan retrotra¨ªdo tambi¨¦n hasta principios de la d¨¦cada de los noventa, porque, sin saberlo, nuestras madres estaban colaborando con esa misma campa?a. Pero entonces era lo que se dec¨ªa, ?no? Hab¨ªa que beber leche, mucha leche, y tomar l¨¢cteos, muchos l¨¢cteos, para crecer sano y fuerte y llegar a compadrear con nuestros ¨ªdolos de la infancia. Aunque aqu¨ª, desde luego, no tuvimos tanto glamur con la elecci¨®n de famosos. Pero ni los l¨¢cteos eran imprescindibles entonces ni lo son ahora.
"No hay alimentos imprescindibles", me aclara?Beatriz Robles, tecn¨®loga de los alimentos, "los que son necesarios e insustituibles son los nutrientes, y estos los podemos obtener de diferentes fuentes. Ojo, que siempre estamos hablando de sustituir unos alimentos saludables por otros. Pero el ¨²nico alimento imprescindible es la leche materna en los lactantes y el ¨²nico nutriente que debe suplementarse es la vitamina B12 en veganos y vegetarianos".
Col, coliflor, br¨®coli o almendras como fuente de calcio
Su colega Luc¨ªa Mart¨ªnez, dietista y nutricionista y autora del recomendable blog Dime qu¨¦ comes, coincide. Y ampl¨ªa: "Se puede estar saludable sin tomar l¨¢cteos y, de hecho, hay sociedades en el planeta que no los consumen, o que no han consumido l¨¢cteos de manera tradicional, y no tienen mayor problema, como son los japoneses. O gente que es al¨¦rgica a la prote¨ªna vacuna y no los toma y sigue vivita y coleando". Y esto sucede porque los l¨¢cteos no son la ¨²nica fuente proteica o de calcio, aunque esto ¨²ltimo se desconozca m¨¢s.
"La alimentaci¨®n espa?ola llega a niveles sobrados de prote¨ªnas, y los pasa tambi¨¦n sobradamente: las tenemos en el huevo, carnes, pescados naturales y en las legumbres, que siempre se nos olvidan", reivindica Mart¨ªnez. "As¨ª que tenemos para cubrir requerimientos proteicos de sobra y sin tener que recurrir a l¨¢cteos". Y el calcio, ?en qu¨¦ otros alimentos lo podemos encontrar? "Lo importante no es la cantidad de calcio que podamos encontrar, sino su biodisponibilidad", me aclara. Es decir, la cantidad que podemos absorber.
As¨ª, tenemos fuentes de calcio con muy buena biodisponibilidad en las?cruc¨ªferas como la col, la coliflor o el br¨®coli; en las hojas verdes oscuras ¨C"a excepci¨®n de las espinacas que son ricas en calcio, pero tienen muchos oxalatos que hacen que se absorba muy mal", puntualiza nuestra experta-; tambi¨¦n en los frutos secos como las almendras; algunas semillas como las de s¨¦samo y en las alubias y los garbanzos "o en el tofu y la cuajada de bebida de soja, sobre todo si est¨¢ cuajada con sulfato de calcio", a?ade.
?Pero esto depender¨¢ de las raciones que se tomen, no?
Efectivamente. Seg¨²n explica en este art¨ªculo la tecn¨®loga Beatriz Robles, para igualar a la cantidad de calcio que se consume con 100 ml de leche hay que tener en cuenta tres factores: esa biodisponibilidad, la cantidad de calcio por cada 100 gramos de alimento y el tama?o de las raciones. Y aqu¨ª, naturalmente, hay bastantes diferencias, pero tambi¨¦n alguna sorpresa.
La cantidad de calcio que hay en la leche es de 120 mg por cada 100 ml y eso con una biodisponibilidad del 32,1%. En su post, Robles hace el c¨¢lculo:?en una raci¨®n de un vaso (250 ml) el calcio que finalmente se absorbe son 96,3 mg. Si lo comparamos con el salm¨®n, por ejemplo, la leche gana de calle, salvo que est¨¦n ustedes dispuestos a comerse m¨¢s de medio kilo -todo es posible- para obtener el mismo calcio que el que absorbemos con 100 ml de leche. Pero si hablamos del repollo, la cosa cambia: tiene 57 mg de calcio por cada 100 gramos, pero una biodisponibilidad del 95%. Lo cual hace que el calcio absorbido sea 54,15 mg por cada 100 gramos (el de la leche son, en este caso, 38,52) y eso comiendo, al cambio, 71 gramos de esta verdura.
De modo que la leche no es la ¨²nica fuente de calcio, como se ha comentado, pero adem¨¢s tampoco la que m¨¢s biodisponibilidad tiene. Aunque nadie discute que es mucho m¨¢s c¨®modo abrir el?tetrabrik con unas tijeras o desenrosc¨¢ndolo -porque de abre-f¨¢cil nada- y beberse esos 250 ml, que tener que cocinar esos 71 gramos o tragarse, por otro lado, 73 gramos de almendras. Pero he aqu¨ª otra sorpresa: puede que estemos tomando m¨¢s calcio del que necesitamos.
?C¨®mo? ?Hemos sido enga?ados?
No exactamente, pero, desde luego, sobre esto existe otro debate creciente. De nuevo, la tecn¨®loga Robles: "Las ingestas diet¨¦ticas de referencia de la?Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Nutrici¨®n, Alimentaci¨®n y Diet¨¦tica para la poblaci¨®n espa?ola establecen las siguientes cantidades diarias: para ni?os, entre 525-800 mg, seg¨²n la edad; adolescentes, entre 1000-1100 mg, seg¨²n la edad y el sexo; adultos, entre 900-1000 mg, seg¨²n tambi¨¦n edad y sexo; mayores de 60 a?os, 1000 mg; embarazadas, 1000 mg; y mujeres lactantes, 1200 mg".
Esto, en teor¨ªa, porque es probable que esas recomendaciones sean superiores a los requerimientos reales, como indica la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard, especifica nuestra especialista, que remata: "En pa¨ªses de nuestro entorno, como Reino Unido, las Gu¨ªas de Pr¨¢ctica Cl¨ªnica consideran que una ingesta entre 700-1200 mg en mayores de 60 a?os es suficiente para prevenir la osteoporosis, y las recomendaciones para los pa¨ªses n¨®rdicos est¨¢n en 800 mg para todos los adultos".
Leche, c¨¢ncer y probi¨®ticos
Otro tema que genera encendidos debates es la relaci¨®n de los l¨¢cteos con el c¨¢ncer. Y aqu¨ª tambi¨¦n conviene puntualizar varias cuestiones. Se dice que los l¨¢cteos y la leche desnatada ayudan a prevenir riesgo de c¨¢ncer colorrectal y previenen tambi¨¦n la hipertensi¨®n o disminuyen el riesgo de padecer s¨ªndrome metab¨®lico y diabetes tipo 2. De nuevo, recurro al doctor Miguel ?ngel Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez: "Lo del c¨¢ncer colorrectal no est¨¢ claro, habr¨ªa que ponerlo entre interrogaciones. Y respecto a que previenen la hipertensi¨®n o disminuyen el riesgo de padecer s¨ªndrome metab¨®lico, creo que hay evidencias ya para decir que un consumo moderado de l¨¢cteos desnatados pueden reducir el riesgo de hipertensi¨®n y de diabetes tipo 2, pero esto se centrar¨ªa solo en el yogur bajo en az¨²car".
Por otro lado, en el informe PURE se afirma que tomar tres raciones o m¨¢s de leche y productos l¨¢cteos al d¨ªa est¨¢ relacionado con menos problemas cardiovasculares y una menor mortalidad. El efecto parece m¨¢s acusado entre los que toman la leche o el yogur sin desgrasar, ?esto es cierto? "Esto es algo peculiar, porque ese estudio no se ha replicado en otros. El estudio PURE es admirable, ha sido un esfuerzo inmenso con 136.000 personas de 21 pa¨ªses, pero hay un problema metodol¨®gico por la heterogeneidad en la valoraci¨®n de la dieta entre los distintos pa¨ªses, que no es f¨¢cil unificarla, y despu¨¦s porque no tiene en cuenta el reemplazo. Cuando se tiene en cuanta, los resultados cambian sustancialmente: muchos de esos pa¨ªses son pa¨ªses del tercer mundo y su dieta base es arroz blanco o mucho ma¨ªz, entonces tiene mucho almid¨®n y la gente que consume m¨¢s l¨¢cteos consume, as¨ª, menos cereal refinado y menos almid¨®n, que r¨¢pidamente se transforma en az¨²car, y por eso puede ser que el l¨¢cteo aparezca como protector", puntualiza este especialista.
?Y qu¨¦ hay de lo que tambi¨¦n se ha publicado de que un consumo de l¨¢cteos y de leche entera aumenta el riesgo de padecer c¨¢ncer de pr¨®stata? ?Es un mito? "No, eso est¨¢ recogido por el Fondo Mundial de Investigaci¨®n del C¨¢ncer. No es una cosa definitiva, pero hay bastantes hallazgos que apuntan en esa direcci¨®n; no se sabe bien el mecanismo, pero, efectivamente, parece que el consumo excesivo de l¨¢cteos aumenta el riesgo de c¨¢ncer de pr¨®stata y de ovarios", razona Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez.
Y, por ¨²ltimo, los probi¨®ticos. Hay estudios que aseguran que no conllevan ning¨²n beneficio para la microbiota intestinal de personas sanas. "Esto tiene que ser un consumo continuado; si se deja o se hace de forma intermitente no aportan ning¨²n beneficio. Pero estamos en la ¨¦poca inicial del estudio de la microbiota; nos queda mucho por aprender y es prematuro lanzar conclusiones definitivas a este respecto", apostilla.
Toda esta informaci¨®n no la ten¨ªamos de cr¨ªos, aunque algo me dice que ni por esas nuestras madres hubiesen guardado el brick en la nevera. De todos los mitos con los que crecimos los ni?os de los ochenta -y principios de los noventa-, el de tomar l¨¢cteos so pena de quedarse bajito, en caso de no hacerlo, es, de largo, el que m¨¢s ha trascendido. Pero toda esta omnipresencia de la leche y los l¨¢cteos, ?de d¨®nde viene? La respuesta nos lleva, de nuevo, a EE UU y, m¨¢s concretamente, a sus llanuras.
?chenle la culpa a John Wayne
Miguel ?ngel Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez es m¨¦dico y catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad de Navarra, y catedr¨¢tico visitante de Harvard, y cuando le pregunto por esto mismo ni carraspea al otro lado del tel¨¦fono: "En EE UU han sido siempre cowboys y han tenido siempre much¨ªsimo ganado y excedentes de l¨¢cteos. De modo que han hecho todo tipo de piruetas para vend¨¦rnoslos como paradigma de salud, porque ten¨ªan ese excedente y no sab¨ªan qu¨¦ hacer con tanta leche y tanto queso. As¨ª que convirtieron, por ejemplo, las pizzas en un elemento r¨¢pido de liberaci¨®n de queso o inventaron el cheesecake y pusieron a todos los famosos con un bigote blanco de que consum¨ªan leche, pero es una maniobra comercial que no est¨¢ basada en una ciencia rigurosa".
Actualmente, en ese pa¨ªs pastan m¨¢s de nueve millones de vacas de leche para un consumo similar al nuestro (68 litros, dec¨ªamos). Lo cual demuestra que la teor¨ªa de Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez no va desencaminada: tienen un problema de excedentes y si el marketing no les ayud¨® entonces, con todos esos bigotes empapados, parece menos probable que vaya a hacerlo ahora que la pir¨¢mide de alimentos tradicional se ha dado la vuelta con la aparici¨®n de El plato para comer saludable, creado, precisamente, por expertos en nutrici¨®n de la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard.
Limitar la leche y los l¨¢cteos a 1 o 2 porciones al d¨ªa
En esa gu¨ªa se especifica que deben limitarse la leche y los productos l¨¢cteos a una o dos porciones al d¨ªa, en lugar de lo que dice, por ejemplo, nuestra pir¨¢mide de la alimentaci¨®n saludable -de la Sociedad Espa?ola de Nutrici¨®n Comunitaria- que recomienda el consumo de entre dos y tres raciones al d¨ªa. Y aqu¨ª hay algo que chirr¨ªa: mientras en el pa¨ªs de los cowboys se aconseja limitar el consumo de l¨¢cteos, en el de la dieta mediterr¨¢nea se aboga por consumirlos en mayor cantidad. As¨ª que recurro a uno de los expertos que m¨¢s ha escrito sobre este tema: Juan Revenga, nuestro nutricionista de cabecera.
Antes de nada, ?a qu¨¦ cantidad equivalen las raciones de las que habla la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard? "En el caso de la leche, una raci¨®n equivaldr¨ªa a 200-250 ml; o bien tomar dos yogures -cada yogur equivale a media raci¨®n- o entre 20-30 gramos de queso curado o 60-80 gramos de queso fresco". ?Y por qu¨¦ aqu¨ª recomendamos tomar m¨¢s cantidad? "Nuestra pir¨¢mide fue un calco casi perfecto de la pir¨¢mide alimenticia que public¨®, en 1992, el Departamento de Agricultura de EE UU. Y aunque posteriormente se ha ido actualizando, en lo referido al consumo de l¨¢cteos apenas ha variado y se insiste en su indispensabilidad: se sigue recomendando tomar entre dos y tres porciones al d¨ªa, algo que no est¨¢ justificado".
"Los l¨¢cteos", incide Revenga, "pueden estar presentes en patrones de alimentaci¨®n equilibrados y pueden no estar presentes; su presencia -o no- no da las caracter¨ªsticas de calidad a la dieta". Y, sobre esto, cita una frase demoledora del Libro Blanco de la Nutrici¨®n en Espa?a: "No debemos olvidar que el plato [en referencia a la actual gu¨ªa alimentaria de EEUU], y anteriormente la pir¨¢mide [tambi¨¦n en referencia a la de EEUU], son instrumentos pol¨ªticos, cuyo fin frecuentemente no es solamente promover la salud de los consumidores, sino las ventas de ciertas industrias".
Un sector que factura 13.000 millones de euros al a?o
Desde Fenil, la patronal del sector -compuesta por 60 empresas que transforman el 95% de la leche producida en Espa?a- reconocen la posici¨®n que tienen. "La cadena de producci¨®n, transformaci¨®n y comercializaci¨®n del sector l¨¢cteo (vacuno, ovino y caprino) es de gran relevancia en el marco del panorama agroalimentario espa?ol: factura del orden de 13.000 millones de euros al a?o. Y el total de la cadena del sector l¨¢cteo proporciona 60.000 empleos directos entre ganader¨ªa e industria".
Si tenemos en cuenta esos m¨¢s de ocho mil millones de litros de leche de vaca, oveja y cabra que produjimos en 2017, que no se desaprovecha ni un gramo de la grasa l¨¢ctea, como asegura el propio sector, y que para elaborar un kilo de queso, por ejemplo, son necesarios unos 8 litros de leche -o 0,97 para hacer 1 kilo de yogur-, eso nos da muchas, muchas toneladas de productos l¨¢cteos -adem¨¢s de esos 3.187 millones de litros de leche l¨ªquida que nos bebimos en 2017, consumimos 660.000 toneladas de yogures y leches fermentadas y 350.000 de quesos- en un contexto, sin embargo, de bajada. Como reconoce la propia patronal y como se observa, tambi¨¦n, en los distintos gr¨¢ficos que muestran, donde los ¨²nicos productos l¨¢cteos que suben son los batidos y postres. Lo m¨¢s insano de toda la cadena.
Una bajada generalizada en la UE
"La tendencia a la baja del consumo de leche l¨ªquida y productos l¨¢cteos ocurre de manera generalizada en la mayor¨ªa de pa¨ªses de la UE. Aqu¨ª nos encontramos en un contexto de incremento de la producci¨®n de leche espa?ola y, pese a ello, una bajada del consumo, algo contradictorio ya que m¨¢s del 60% del calcio de la dieta de los espa?oles procede de los l¨¢cteos. Y no deja de sorprender tambi¨¦n los ¨²ltimos estudios que evidencian que 6 millones de hogares est¨¢n reduciendo su compra de leche y productos l¨¢cteos en torno a un 20%", se lamentan desde Fenil.
?Acaso esa bajada generalizada tiene relaci¨®n con que en nuestra pir¨¢mide se abogue por un mayor consumo de l¨¢cteos o que proliferen campa?as como Di que s¨ª, de origen europeo, y donde se insiste en la necesidad de tomar, al menos, tres l¨¢cteos al d¨ªa? Fuentes de la patronal del sector l¨¢cteo explican que conocen El Plato para Comer Saludable de la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard, pero que esa gu¨ªa todav¨ªa no ha llegado a Espa?a y que aqu¨ª seguimos con la pir¨¢mide de la Sociedad Espa?ola de Nutrici¨®n Comunitaria, que aconseja tomar esos tres l¨¢cteos diarios. "La reducci¨®n es inconsciente: se ha perdido la esencia que ten¨ªamos de peque?os de tomar un vaso de leche, pero la penetraci¨®n en los hogares de los l¨¢cteos es casi del 100%".
Desde Fenil aportan, asimismo, hasta 24 estudios diferentes sobre su beneficio, como por ejemplo: "La leche, el yogur, el queso y el resto de productos l¨¢cteos son naturalmente ricos en muchos nutrientes esenciales, como prote¨ªnas de alta calidad, calcio, f¨®sforo, potasio, yodo y vitaminas del grupo B (en particular B2 y B12) y, adem¨¢s, contienen cantidades m¨¢s peque?as de vitamina A, niacina, ¨¢cido f¨®lico, vitamina B6, vitamina D, magnesio, selenio y zinc".
Los l¨¢cteos no son imprescindibles, pero tampoco son el demonio
?No? No. O, al menos, no todos los l¨¢cteos. Y no son malos tampoco porque haya al¨¦rgicos; tambi¨¦n hay personas al¨¦rgicas a los frutos secos y eso no los transforma en cicuta tostada. Hablamos, ¨²nicamente, de que no son imprescindibles, aunque cabe preguntarse tambi¨¦n c¨®mo hemos pasado de glorificarlos, sin raz¨®n, a demonizarlos, sin motivo. Y la respuesta me la da, de nuevo, el m¨¦dico y catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad de Navarra Miguel ?ngel Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez: "Hemos pasado de una ciencia basada en an¨¢lisis qu¨ªmicos de alimentos (los l¨¢cteos tienen mucho calcio y tienen a?adido vitamina D), a una ciencia donde lo relevante es ver qu¨¦ le pasa a la gente despu¨¦s de 20 a?os seg¨²n tomen m¨¢s o menos l¨¢cteos".
Y para ver esos resultados tienes que seguir a decenas de miles de personas durante a?os y eso trae consigo, muchas veces, m¨¢s de una sorpresa. "Por ejemplo, los de una cohorte sueca [grupo de voluntarios que son seguidos a largo plazo] donde se ve que los que toman m¨¢s l¨¢cteos tienen m¨¢s fracturas, aunque tengan m¨¢s calcio", apostilla Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez. O el ensayo que ¨¦l mismo ha capitaneado, el ensayo Predimed, el trabajo m¨¢s amplio realizado hasta ahora sobre los efectos de la dieta mediterr¨¢nea, y publicado en The New England Journal of Medicine.
Entonces, ?qu¨¦ papel tienen los l¨¢cteos?
Este especialista y sus colegas le cambiaron todo el patr¨®n diet¨¦tico a 7.447 participantes reclutados, en toda Espa?a, durante una d¨¦cada. Y demostraron que una dieta rica en aceite de oliva virgen extra, frutos secos, fruta, verdura, legumbres, sofritos y m¨¢s pescado que carne era capaz de prevenir las enfermedades cardiovasculares. Parte de esas conclusiones pueden leerse en su libro Salud a ciencia cierta. Pero, ?y los l¨¢cteos? ?Qu¨¦ papel tienen entonces?
En su libro, este doctor coincide con lo ya dicho: "Se puede tener una dieta perfectamente sana sin tomar, en absoluto, ning¨²n l¨¢cteo". ?Significa eso que debemos prescindir de ellos? Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez: "El papel de los l¨¢cteos en la dieta mediterr¨¢nea ha de ser que se consuman en peque?as cantidades y, fundamentalmente, l¨¢cteos fermentados como el yogur. Pero con este hay que tener mucho cuidado de que no reemplace al postre habitual que son las frutas frescas, tanto en la comida como en la cena, porque nosotros tambi¨¦n hemos demostrado emp¨ªricamente que al sumar yogur, se elimina fruta y si se reduce fruta, esto no tiene efectos beneficiosos. En cambio, con el yogur a?adido hemos visto que tiene efectos beneficiosos con respecto a la prevenci¨®n de la diabetes, el s¨ªndrome metab¨®lico y la obesidad. Siempre y cuando tenga el nivel m¨¢s bajo de az¨²car a?adido y se tome 3 o 4 veces a la semana".
Y las grasas saturadas, ?qu¨¦?
?Y qu¨¦ tipo de leche hay que tomar? "Desde luego, la promoci¨®n de tres vasos al d¨ªa se basa en una elucubraci¨®n. El punto medio ser¨ªa tomar leche solo si te gusta, no te sienta mal y no abusar. Con 1 o 2 vasos al d¨ªa de leche desnatada est¨¢ bien". ?Desnatada y no entera, como afirman otros especialistas? "La leche entera tiene grasas saturadas. S¨¦ que ha habido alg¨²n art¨ªculo reciente aislado, como el de la cohorte PURE, que dice que la grasa saturada no tiene efectos adversos, pero en ese ensayo no tuvieron en cuenta el reemplazo, que es algo fundamental en nutrici¨®n; es decir, comparado con qu¨¦. ?Consumir pasta es bueno? Pues si lo comparas con comer salchichas y hamburguesas pues la pasta es mejor. Ahora, si la comparas con las legumbres es peor".
"Cuando se tiene en cuenta el reemplazo", prosigue este catedr¨¢tico, "la grasa saturada tiene un papel adverso, claramente, con respecto a los l¨ªpidos en sangre y al riesgo cardiovascular. Los l¨¢cteos desnatados son los que se asocian, preferentemente, a una reducci¨®n de la tensi¨®n arterial". ?Pero, entonces, no pierden la vitamina D? "En ocasiones, a los l¨¢cteos se les a?ade vitamina D, pero hay otras fuentes naturales de ese nutriente, aunque no se tomen l¨¢cteos, como son las setas o los pescados grasos".
Sobre el queso, apuntala: "El problema de este l¨¢cteo es que tiene mucha sal. Y lo que hay que evitar es que el queso sea un plato principal; mejor que sea en peque?as porciones y que est¨¦ en combinaci¨®n con otra cosa. Y hay que tener en cuenta tambi¨¦n que, cuanto m¨¢s curado sea, m¨¢s sal y tambi¨¦n m¨¢s grasa tendr¨¢. Lo ideal es el queso feta o de Burgos".
?Y qu¨¦ l¨¢cteos hay que evitar?
Pues, precisamente, los que han subido su consumo: batidos y postres l¨¢cteos, aunque desde la patronal del sector matizan, eso s¨ª, que en valores absolutos su consumo es muy inferior al de la leche y los yogures: "No son productos de consumo habitual, son lo que llamamos productos de indulgencia". Pero, vaya, que conviene evitarlos, aunque para ello haya que pedirse, casi, un d¨ªa libre para estar al d¨ªa, ironiza Luc¨ªa Mart¨ªnez, nuestra nutricionista del principio. "Tenemos una oferta de l¨¢cteos bestial, sacan novedades continuamente y no todos los l¨¢cteos son buenos. T¨² te vas a un lineal de yogures, por ejemplo, y no se salva ninguno pr¨¢cticamente. Como opci¨®n saludable, habr¨ªa que coger los naturales, sin m¨¢s. Es decir, los que no llevan az¨²car a?adido o un yogur griego, pero tambi¨¦n sin az¨²car a?adido. Lo dem¨¢s son l¨¢cteos azucarados, que no entrar¨ªan dentro de una alimentaci¨®n saludable. Y lo mismo con el queso: hay que huir del tipo tranchete".
Esas ser¨ªan las opciones saludables. Pero si estableci¨¦ramos una clasificaci¨®n de los l¨¢cteos m¨¢s insalubres a los menos, quedar¨ªa as¨ª. "Los m¨¢s insanos ser¨ªan muchos de los helados que vemos. Llevan cantidades ingentes de az¨²car y grasas de mala calidad. Luego ir¨ªan los llamados postres l¨¢cteos, que es donde est¨¢n las natillas o copas de chocolate y nata; lo mismo: llevan az¨²car y grasas a?adidas de mala calidad. Y luego, ya bajando un poco, tenemos el t¨ªpico yogur desnatado con edulcorante, que es todo light, que parece que es agua, pero no ser¨ªa lo m¨¢s recomendable, porque sigue con un sabor muy dulce, que nos acostumbra a un falso sabor dulce", concluye Mart¨ªnez.
Rodrigo Casteleiro es periodista, redactor y productor de El Comidista. Antes fue colaborador de ICON y trabaj¨® en las secciones de Sociedad y Madrid, de EL PA?S, la Cadena SER y ADN.
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