Contra la publicidad de productos insanos en las cabalgatas

Ver a muchos ni?os -y algunos mayores- pele¨¢ndose por los pu?ados de caramelos que lanzan desde los camiones se ha convertido en una imagen habitual de las cabalgatas de los Reyes Magos. Tirar caramelos desde las carrozas es una tradici¨®n instaurada desde hace much¨ªsimos a?os, pero entre coger un pu?adito y que los padres los vayan regulando -o haciendo desaparecer- y presentarse en la cabalgata con bolsas gigantes y paraguas para pescarlos por kilos sin prestar atenci¨®n a las carrozas, los reyes o el espect¨¢culo, va todo un mundo.

Pero hay algo que me parece mucho m¨¢s preocupante que las chucher¨ªas de las cabalgatas: la cantidad creciente de publicidad de comida basura que podemos encontrar en ellas. Porque los padres somos los responsables de poner l¨ªmites a la recogida de caramelos y a su consumo, pero la publicidad disfrazada de felicidad es mucho m¨¢s dif¨ªcil de regular. Cuando en un acto infantil hay dinero e intereses -comerciales o no- de por medio, las cosas se ponen serias.

Hace tiempo que las cabalgatas se politizan y se militarizan, pero tambi¨¦n se incluye en ellas publicidad que hace un flaco favor a la salud de los ni?os. Pero, ?prestamos la misma atenci¨®n a que se publicite un partido pol¨ªtico, que se militarice la cabalgata, o que se publicite comida basura? Ya contesto yo: no. Hay muchas cr¨ªticas a los primeros, pero de lo segundo es posible que no te des ni cuenta.

A no ser, claro, que seas dietista-nutricionista: Juan Revenga ya denunciaba en Twitter la presencia de Coca Cola en la cabalgata de Zaragoza de 2018. En ese mismo hilo se hace referencia a la cabalgata de C¨¢ceres, en la que tambi¨¦n se publicita Burguer King. Desde el Centro Aleris animaban a la "sustituci¨®n de los t¨ªpicos caramelos por las saludables y sostenibles mandarinas valencianas". En la cabalgata de Toledo de 2016, la concejal de festejos tambi¨¦n agradec¨ªa el "apoyo" de marcas como Coca Cola o McDonald¡¯s. Solo tenemos que poner en Google "cabalgata ¨C publicidad" y podremos ver como su gran mayor¨ªa est¨¢n pagadas y negociadas. ?Por qu¨¦ no nos quejamos? Seguramente lo tenemos normalizado, ya que Coca Cola y Pepsi se publicitan en las carrozas desde 1967. ?Sabemos el impacto que crea esta publicidad vestida de falsa felicidad a nuestros hijos?

Voy a ser clara, la salud de los m¨¢s peque?os est¨¢ vendida; la prevenci¨®n no existe. Nos bombardean con publicidad enga?osa e insana, los profesionales con conflictos de inter¨¦s nos dir¨¢n que la industria de la comida basura -que, casualmente, les paga- "es saludable dentro de una dieta equilibrada y con moderaci¨®n". Ahora ya sabemos que la moderaci¨®n no existe y que la dieta no debe ser equilibrada, si no saludable. Otra de las excusas preferidas por la industria es que "no nos movemos suficiente". Ojal¨¢ ese fuera el ¨²nico problema.

Porque la obesidad infantil es uno de los problemas de salud p¨²blica m¨¢s importantes del siglo XXI: seg¨²n un estudio publicado en la revista especializada en nutrici¨®n The Lancet, el n¨²mero de ni?os con obesidad se ha multiplicado por cuatro en los ¨²ltimos a?os (y el futuro no tiene pinta de revertir). Si creen que eso nos queda muy lejos, el estudio ALADINO -hecho en Espa?a- asevera que el 43% de los ni?os tienen exceso de peso. Para rematar, el 70% de los padres no es consciente del sobrepeso de sus hijos. Si no somos conscientes del problema, ?c¨®mo vamos a solucionarlo? Estas cifras deber¨ªan hacernos reflexionar y no dejarnos indiferentes.

?Qu¨¦ tienen que ver estos datos con la publicidad?, os preguntar¨¦is algunos, pensando que la culpa la tiene el sedentarismo que provoca ver la televisi¨®n, tabletas, m¨®viles, etc, en lugar de estar corriendo y jugando en la calle. La exposici¨®n a la publicidad enga?osa y agresiva que reciben nuestros peque?os a trav¨¦s de estos dispositivos est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con el exceso de peso. Los anuncios de alimentaci¨®n dirigidos a ni?os -y no precisamente los de productos saludables- se han duplicado en los ¨²ltimos a?os. Reciben 7.500 impactos al a?o de mensajes que les incitan a comer chocolatinas, galletas, quesos industriales -que no son quesos- y cereales de desayuno. Est¨¢n sobreexpuestos.

A lo mejor lo que os pregunt¨¢is ahora es por qu¨¦ no se cumple la ley sobre publicidad infantil. F¨¢cil: porque est¨¢ autorregulada. El famoso e in¨²til c¨®digo PAOS fue creado y regulado por la propia industria, sin consecuencias legales: lo dicho, estamos vendidos.

Me gustar¨ªa resaltar los puntos 7 y 14 del c¨®digo, dicen as¨ª:

• 7. "Debe evitarse que la utilizaci¨®n publicitaria de la fantas¨ªa, incluyendo las animaciones y los dibujos animados, cree expectativas inalcanzables o explote la ingenuidad de los ni?os m¨¢s peque?os a la hora de distinguir entre fantas¨ªa y realidad".

Podr¨ªamos extrapolarlo a las cabalgatas de reyes, ?verdad? Seguimos.

• 14. "La publicidad de alimentos o bebidas dirigida a menores de hasta 12 a?os en ning¨²n caso explotar¨¢ la especial confianza de estos ni?os, en sus padres, en profesores, o en otras personas, tales como profesionales de programas infantiles, o personajes (reales o ficticios) de pel¨ªculas o series de ficci¨®n. Se trata con ello de evitar que la presencia o el testimonio de determinadas personas o personajes conocidos y admirados por dichos menores en anuncios dirigidos a ¨¦stos, ejerza una influencia indebida sobre ellos de tal forma que ¨¦stos puedan verse impulsados a solicitar la compra del producto alimenticio anunciado no tanto por las propias caracter¨ªsticas del producto, sino por el simple hecho del testimonio o respaldo (en su caso) del personaje que aparece en el anuncio".

Evidentemente tanto Reyes Magos como el resto de personajes de las cabalgatas son personajes conocidos y admirados por todos los ni?os. ?Un poco m¨¢s?

• 14.2. "La publicidad de alimentos o bebidas dirigida a menores de hasta 12 a?os no podr¨¢ mostrar personajes conocidos o famosos entre el p¨²blico en general que gocen de un alto grado de popularidad entre el p¨²blico infantil".

?Hay alguien m¨¢s famoso que sus majestades los Reyes Magos entre el p¨²blico infantil?

Nuestros hijos est¨¢n sometidos a miles de impactos publicitarios espec¨ªficamente dirigidos al p¨²blico infantil, y la mayor¨ªa son de productos ultraprocesados e insanos. Pr¨¢cticamente en su totalidad est¨¢n adornados con regalos, dibujos de actualidad y est¨¢n publicitados por sus personajes favoritos, hecho que les impulsa a pedirlos con la fuerza de los mares (y que sus padres los compren). Se ha calculado que hasta un tercio de los ni?os con sobrepeso y obesidad no lo ser¨ªan si no estuvieran expuestos a la publicidad alimentaria. ?Veis alguna similitud entre lo que os acabo de contar y la publicidad de comida basura en las carrozas de la cabalgata? No es "solo un d¨ªa". Seamos cr¨ªticos, es diario y por todos los frentes posibles.

Debemos proteger a los ni?os de una mala alimentaci¨®n, igual que los protegemos del alcohol y el tabaco, porque son vulnerables ante la publicidad que anima a un consumo irracional. No tienen el conocimiento suficiente para darse cuenta, as¨ª que debemos proporcionarles una buena informaci¨®n y educaci¨®n nutricional para que sean conscientes desde peque?os y, sobre todo, darles ejemplo.

?Qu¨¦ efectos puede tener la publicidad de comida basura en un momento de m¨¢xima felicidad para nuestros hijos? Algo muy peligroso es que asocien comida basura con felicidad, provocando una relaci¨®n viciada con la comida. Es usual que las marcas lo hagan: "La felicidad tiene sabor a chocolate", de Dunkin Donuts; "hoy vas a sonre¨ªr", de McDonald¡¯s; "destapa la felicidad" o "la felicidad tiene un color", de CocaCola: "bocadillos de felicidad", "felicidad de la buena", de Nocilla; "m¨¢s felices y menos culpables", de Campofr¨ªo y un largo etc¨¦tera.

La cabalgata es un momento feliz, los reyes, pajes y dem¨¢s personajes son bondadosos y siempre querr¨ªan lo mejor para los ni?os, nunca podr¨ªan recomendarnos algo malo para su salud... (n¨®tese la ron¨ªa). Las marcas usan la publicidad para camuflar el producto detr¨¢s de un mensaje, experiencia o emoci¨®n para ganar ventas, y esta publicidad puede determinar las preferencias alimentarias del ni?o desde los primeros a?os de vida. Las malas costumbres que adopten en este momento se mantendr¨¢n en el adulto del ma?ana, haciendo que el problema sea cr¨®nico, y la mala alimentaci¨®n continuada vendr¨¢ acompa?ada de sobrepeso, obesidad, hipertensi¨®n, diabetes tipo 2 y caries.

Solo nos queda luchar. Quej¨¦monos, hagamos un buen uso de las redes sociales para presionar y denunciar p¨²blicamente lo que se est¨¢ haciendo y con lo que no estamos de acuerdo, promoviendo tambi¨¦n las actuaciones favorables y positivas. La salud y el futuro de nuestros hijos est¨¢ en juego y, ahora mismo, el futuro que les espera es muy negro.

Para terminar, una reflexi¨®n del pediatra Carlos Gonz¨¢lez: "No podemos dejar los valores de nuestra sociedad en manos de aquellos que solo buscan aumentar las ventas. No podemos permitir que nuestros hijos crezcan pensando que la amistad es una bebida carbonatada, el amor fraternal un yogur, o la solidaridad, una compa?¨ªa el¨¦ctrica".

S¨ªlvia Romero Canales es Dietista-Nutricionista especializada en nutrici¨®n infantil, sobrepeso y obesidad y alimentaci¨®n vegetariana/vegana.