?Qui¨¦n tiene la culpa de que aumente la obesidad?
La poblaci¨®n mundial con obesidad ha aumentado exponencialmente en los ¨²ltimos 40 a?os. Un reciente estudio apunta a que la responsabilidad est¨¢ m¨¢s en el entorno que en las personas que la sufren.
Bajo la supervisi¨®n de la administraci¨®n del presidente norteamericano John F. Kennedy -all¨¢ por 1962- se lanz¨® una canci¨®n que en realidad era un programa de ejercicios f¨ªsicos, destinado en su origen a la poblaci¨®n escolar. Se trataba del Chicken fat ¨C¡®michelines¡¯ en argot- y varias generaciones de escolares en las d¨¦cadas de los sesenta y setenta hicieron sentadillas, flexiones, abdominales y dem¨¢s ejercicios a ritmo de fanfarria con el fin de decir adi¨®s a la grasa que les sobraba. No podemos decir que la estrategia fuera un ¨¦xito: m¨¢s de 50 a?os despu¨¦s, la situaci¨®n ha empeorado de forma dram¨¢tica.
La prevalencia mundial de obesidad ha aumentado sustancialmente en los ¨²ltimos 40 a?os: de menos del 1% en 1975, al 6-8% en 2016 entre la poblaci¨®n infantil, al 3-11% entre los hombres y al 6-15% entre mujeres durante dicho periodo de tiempo. Estos valores solo se refieren a la obesidad: si incluimos al sobrepeso las cifras se disparan hasta l¨ªmites estratosf¨¦ricos. Si nos centramos en el pa¨ªs del Chicken fat, el 87,5% de los adultos tienen sobrepeso u obesidad; en Espa?a rozamos el 60%.
En busca de una respuesta
Con nuestro actual conocimiento no es posible explicar este descomunal crecimiento desde el punto de vista gen¨¦tico o fisiol¨®gico -con todas sus variables-, como ya explicamos en su momento. As¨ª que no, no somos nosotros. Es imposible que nuestra biolog¨ªa haya cambiado tanto como para que se d¨¦ este cambio tan radical. Entonces, si no es nuestra naturaleza, lo m¨¢s probable es que sean las circunstancias las que han obrado este cambio: desde la disponibilidad de alimentos, pasando por su naturaleza y hasta llegar a nuestro modus vivendi.
M¨¢s all¨¢ de la est¨¦tica, el asunto de que pesemos m¨¢s de la cuenta tiene su miga. De los 84 factores de riesgo evaluados sobre la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo entre 1990 y 2017, el hecho de tener un ?ndice de Masa Corporal por encima de los l¨ªmites supuso, con gran diferencia, el mayor incremento relativo de ese riesgo. Tanto que seg¨²n este estudio el exceso de IMC figura entre los cinco factores de riesgo principales referidos a muertes atribuibles, y a la p¨¦rdida de a?os de vida ajustados por discapacidad.
Teniendo en cuenta que durante medio siglo llueve bastante, en la actualidad tenemos la posibilidad de observar estos cambios desde una perspectiva evolucionista, y contrastar en qu¨¦ punto estamos y cu¨¢l es nuestro pron¨®stico (al menos poblacionalmente hablando). Es lo que un reciente art¨ªculo publicado en The Lancet ha llamado La transici¨®n de la obesidad: las etapas de una epidemia mundial.
El concepto transicional -m¨¢s all¨¢ del escenario pol¨ªtico-, se aplica frecuentemente en epidemiolog¨ªa para describir ciertas tendencias que, en el terreno de la salud, son importantes para describir la deriva de una poblaci¨®n. Es decir, el concepto de transici¨®n en el terreno epidemiol¨®gico analiza las causas que han conducido a un antes y un despu¨¦s sobre una determinada situaci¨®n de salud. As¨ª, se han descrito transiciones al respecto del h¨¢bito tab¨¢quico, de la incidencia de enfermedades no transmisibles como el c¨¢ncer, y tambi¨¦n transiciones nutricionales (que en el caso de Espa?a, ha ocurrido de forma tard¨ªa teniendo en cuenta los pa¨ªses de su entorno) entre otras.
Etapas en la transici¨®n de la obesidad
Miremos donde miremos, sea el pa¨ªs que sea, todo apunta a que el incremento en las cifras de prevalencia de la obesidad es imparable. No obstante, los autores del mencionado estudio, teniendo en cuenta los datos de 30 pa¨ªses a lo largo del planeta que abarcan m¨¢s del 77% de la poblaci¨®n mundial, apuntan una serie de patrones para describir ese aumento:
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Etapa 1: Un aumento de la prevalencia de la obesidad especialmente significativo entre los adultos m¨¢s que entre la poblaci¨®n infantil. Entre los adultos destaca el mayor incremento en el caso de las mujeres que en el de los varones. Y mayor crecimiento tambi¨¦n entre los estatus socioecon¨®micos m¨¢s altos que en los m¨¢s bajos (en especial entre las mujeres). Con los datos de 2016, Vietnam era el ¨²nico pa¨ªs entre los analizados que no hab¨ªa entrado en esta etapa.
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Etapa 2: se caracteriza en gran medida por un enorme aumento en la prevalencia entre los adultos, un menor aumento entre los ni?os, una reducci¨®n de la distancia entre g¨¦neros y una reducci¨®n de las diferencias socioecon¨®micas en la prevalencia referida a las mujeres observada en la etapa anterior.
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Etapa 3: Desaparecen las diferencias entre g¨¦neros y se revierten las diferencias socioecon¨®micas debido a una mayor aceleraci¨®n de la obesidad entre subpoblaciones que anteriormente ten¨ªan un menor IMC. En cuanto a los ni?os, la prevalencia contin¨²a aumentando, pero siempre por debajo de la de los adultos. Es la etapa en la que se encuentra Espa?a, como la mayor parte de los pa¨ªses de su entorno.
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Etapa 4: en este punto, el estudio entra en el terreno de las predicciones ya que hasta la fecha todos los pa¨ªses desarrollados se encuentran en la etapa 3. En esta etapa se prev¨¦ una ligera ca¨ªda de las cifras de obesidad a partir de los escasos datos con los que se cuenta. Esos datos apuntan a un descenso en las cifras de obesidad gracias a los ni?os de mayor estatus socioecon¨®mico en aquellos pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Es decir, la perspectiva de reducir la prevalencia de obesidad entre los adultos podr¨ªa estar determinada por los ni?os actuales, que siendo delgados llegar¨¢n igual a la edad adulta, antes que en reducir el peso de aquella poblaci¨®n de adultos que en la actualidad son obesos.
La gr¨¢fica resume estas etapas: es especialmente relevante fijarse en el eje de las ordenadas, el vertical, el de la ¡°Y¡±, que muestra el porcentaje de obesidad entre la poblaci¨®n.
Los factores del entorno social
Este trabajo tambi¨¦n se?ala la existencia de diversos factores que acelerar¨ªan o frenar¨ªan el avance de la epidemia de obesidad. Entre ellos, y m¨¢s all¨¢ de las diferencias biol¨®gicas entre distintas poblaciones ¨Cque no aportan una perspectiva satisfactoria- destacan los factores medioambientales o del entorno. Estos pueden ser socioculturales (como las tradiciones culinarias, la importancia en la percepci¨®n de la imagen corporal, etc¨¦tera) econ¨®micos, principalmente relativos a la distribuci¨®n de la riqueza, pol¨ªticos y regulatorios o f¨ªsicos (relativos al entorno geogr¨¢fico).
Los autores se?alan un factor que, a falta de estudios que lo puedan evaluar, parece determinante: el concepto de cultura colectivista frente al de cultura individualista. Para ello se argumenta que los pa¨ªses de Asia oriental, como Jap¨®n, se catalogan generalmente como culturas colectivistas, en las que la conformidad con las normas sociales puede ser un importante elemento condicionante del comportamiento individual, incluido el alimentario.
En los pa¨ªses m¨¢s individualistas, como EE UU, los desencadenantes emocionales y ambientales son asumidos de forma m¨¢s trascendental. Tanto que en estas ¨²ltimas naciones la obesidad se asume en gran medida como una cuesti¨®n de responsabilidad personal. Algunos estudios han contrastado que las culturas colectivistas se asociaban de forma significativa con menores cifras de obesidad, con independencia de otras dimensiones culturales y del nivel de riqueza del pa¨ªs.
?Por qu¨¦ crecen y crecen las cifras de obesidad?
Descartadas por razones obvias las cuestiones biol¨®gicas, el principal sospechoso no puede ser otro que el entorno. Poniendo los ojos sobre ¨¦l, destacan sobre todos los dem¨¢s elementos los radicales cambios acontecidos en el sistema alimentario mundial en el ¨²ltimo medio siglo. Nos referimos a la cr¨ªa de animales con fines productivos, la producci¨®n agr¨ªcola, la fabricaci¨®n y procesamiento alimentario, su comercializaci¨®n y la frecuencia y ocasiones en las que se puede comer, beber y picotear. Hay quien ha dado en llamar a estos cambios la cocacolonizaci¨®n.
No es casualidad que otro reciente art¨ªculo de The Lancet, The Commercial Determinants of Health, sostenga con poco margen para la duda que ¡°el aumento de las enfermedades no transmisibles [entre las que destaca la obesidad] se debe en buena medida al actual sistema econ¨®mico global que estimula la riqueza y los negocios antes que la salud¡±. As¨ª que el marketing, la actuaci¨®n de los grupos de presi¨®n, la mal entendida ¡°responsabilidad social corporativa¡± y el incremento de las cadenas de suministro de productos insanos son en buena medida los causantes del incremento mundial de las cifras de obesidad.
Al final, y vista la inoperancia de nuestras autoridades sanitarias, es el consumidor quien, conocedor de este aciago panorama, tiene la posibilidad (incluso el deber) de rebelarse. Es ¨¦l quien, en la medida de sus posibilidades, puede tomar aquellas decisiones informadas que teniendo en cuenta los dos mejores consejos (a saber: incluir una raci¨®n de alimentos de origen vegetal fresco en cada comida y comer en familia) reme en contra de su propio sobrepeso, la obesidad y sus comorbilidades.
Juan Revenga es dietista-nutricionista, bi¨®logo, consultor, profesor en la Universidad San Jorge y miembro de la Fundaci¨®n Espa?ola de Dietistas-Nutricionistas (FEDN). Ha escrito los libros Con las manos en la mesa y Adelg¨¢zame, mi¨¦nteme.
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