Trucos para ensuciar menos cuando cocinas
Acabar de hacer la cena, mirar a tu alrededor y no entender en qu¨¦ momento tu cocina se ha convertido en el escensario de Mad Max, ?a qui¨¦n no le ha pasado? Si sigues estos consejos, el apocalipsis ser¨¢ historia.
A menudo me pregunto cu¨¢nta gente empez¨® a cocinar por no ser el que friega despu¨¦s los platos, y tambi¨¦n en qu¨¦ momento descubrieron que los cuatro platos y dos vasos del final son lo de menos. Un cuchillo por aqu¨ª, un pelapatatas por all¨¢, unas salpicaduras de salsa de tomate en el fog¨®n, una sart¨¦n y un cazo, tres tablas y cuatro boles: aqu¨ª est¨¢ la chicha, lo gordo, la cr¨¨me de la cr¨¨me del agua caliente, el estropajo y el lavavajilas. Lo otro, migajas.
Porque todos hemos sufrido esa sensaci¨®n de "emosido enga?ado", es el momento de unir nuestras experiencias y conocimientos para que antes de sentarnos a la mesa la cocina no quede hecha un campo de Agramante. Esa zona hostil que preferir¨ªas tapiar para pasarte el resto de tu vida cocinando en un camping gas ser¨¢ otra cosa a partir de ahora, gracias a los valiosos consejos de los colaboradores comidistas y algunos ilustres allegados. Si vuestra vida es mejor despu¨¦s de esto, siempre pod¨¦is mandarnos queso, vino y gatetes como agradecimiento: vamos a por ello.
Empieza con la cocina lo m¨¢s recogida y vac¨ªa que puedas
Anna Mayer, al frente de Panepanna y 50% de Guitian Mayer, en previsi¨®n de una marat¨®n culinaria se asegura de ¡°tener la cocina bien recogida antes y el lavavajillas vac¨ªo/listo para acoger cosas¡±. El orden llama al orden, el caos es m¨¢s f¨¢cil de detectar cuando no hay ruido de fondo y poder ubicar las cosas en el lavavajillas sin tener que hacer virguer¨ªas ayuda a que no nos gane la pereza.
Decide qu¨¦ quieres cocinar
El consultor y asesor gastron¨®mico David Monaguillo recuerda la importancia de tener claro qu¨¦ vamos a hacer. ¡°Es verdad que una peque?a chispa de improvisaci¨®n siempre est¨¢ bien, pero debemos tener a mano el instrumental b¨¢sico para poder preparar la receta. Cuantos menos cajones abramos una vez hayamos comenzado a cocinar, menos riesgo de que aquello termine como un botell¨®n encubierto. Planteemos el golpe¡±. Monaguillo reflexiona que ¡°la cocina es un poco como Espa?a en agosto". "Las ganas de cocinar te pilla con el subid¨®n y la fiebre de la operaci¨®n salida y todo te da igual pero, cuando terminas, llega el baj¨®n y los dramas de la operaci¨®n retorno¡±.
La limpieza empieza en la nevera y la alacena
La asesora, cocinera y home economist, adem¨¢s de colaboradora de esta Santa casa, Clara P¨¦rez Villal¨®n lo tiene claro: ¡°Si quieres ensuciar menos tenlo todo m¨¢s ordenado -tambi¨¦n la nevera y la alacena- y no quieras hacer dos cosas a la vez¡±. Monaguillo recuerda que pasa lo mismo con los ingredientes: ¡°Si est¨¢n a mano el riesgo se minimiza bastante. En cuanto a limpieza y en lo referente a terminar mezclando anchoas con leche condensada¡±. Orden y concierto siempre mejoran las cosas.
La importancia de la mise en place
Lo mejor para no terminar con la cocina como una pesadilla es tener la mise en place lista siempre antes de cocinar. La dietista-nutricionista Raquel Bern¨¢cer lo solucion¨® as¨ª: ¡°Me hice con un juego de cuencos de diferentes tama?os y lo que hago es preparar todos los ingredientes: lavar, pelar, cortar, trocear, medir cantidades, etc. Los voy poniendo en los cuencos y, una vez lo tengo todo listo, empiezo a cocinar y todo fluye mucho mejor¡±. Para que este punto no sea un drama, P¨¦rez Villal¨®n tambi¨¦n recomienda ¡°tener muchos cacharritos de diferentes tama?os al alcance, para ir poniendo cada cosa en su sitio¡±.
Un poco de paz
Mantener siempre un espacio libre y limpio donde al menos sentirnos seguros, aunque haya un poco de desmadre a nuestro alrededor es necesario, para no acabar respirando en la bolsa de las alcachofas y conseguir un ataque de ansiedad en lugar de una menestra. Para David Monaguillo este espacio es ¡°una especie de embajada diplom¨¢tica de la tranquilidad y el sosiego". "No hay que profanarlo bajo ning¨²n concepto: es el sitio de mi recreo en la cocina¡±.
El papel de cocina, el gran comod¨ªn
¡°Seguramente es una opci¨®n poco ecol¨®gica, pero mi remedio m¨¢gico se llama papel de cocina. Doble capa: no s¨¦ qu¨¦ har¨ªa sin ¨¦l¡±, reconoce el periodista y colaborador de Aruseros -la Sexta- ?scar Broc. ¡°Tengo dos rollos gigantes siempre a punto para ir limpiando y absorbiendo todos los peque?os desastres ocasionados por mi torpeza natural mientras cocino. De hecho, cuando no tengo papel de cocina, me da palo cocinar. ?Triste? Claro, pero as¨ª es la vida¡±.
Tres utensilios de limpieza b¨¢sicos m¨¢s sostenibles que el papel
Antes de empezar a cocinar siempre me aseguro de tener siempre a mano un estropajo, una bayeta h¨²meda y varios pa?os de cocina limpios y secos, listos para acabar al momento con cualquier mini desastre (evitando as¨ª que el desastre en cuesti¨®n vaya a m¨¢s). La parte en la que est¨¢n secos es muy importante, porque el agua es una estupenda transmisora del calor, y si vas a usar el pa?o para coger algo caliente y est¨¢ h¨²medo o mojado, puedes acabar viendo las estrellas.
La periodista argentina Julia Laich tambi¨¦n milita en el equipo sostenible: ¡°El papel de cocina es muy pr¨¢ctico y me parece perfecto que su uso sea obligatorio en restaurantes en vez de un trapo, pero utilizarlo en casa para limpiar todo me parece un desperdicio terrible teniendo trapos, bayetas, cepillos y estropajos limpios y en condiciones (si est¨¢n a?ejos y tienen ¡®ese¡¯ olor a bayeta que todos sabemos, pues no)¡±.
El agua es tu amiga
Anna Mayer siempre tiene los fregaderos ¡°uno vac¨ªo y el otro lleno de agua caliente y jab¨®n". "Seg¨²n voy ensuciando voy dejando las cosas all¨ª, y cuando hay tiempos muertos, o al final, voy metiendo en el lavavajillas o friego a mano seg¨²n haga falta¡±. El agua caliente, mientras tanto, habr¨¢ hecho parte del trabajo, haciendo que la grasa y las salsas no se queden pegadas y ablandado cualquier cosa de esas que, una vez secas, se convierten en un drama que pide estropajo met¨¢lico.
A Patricia Tablado, que maneja nuestras redes y nuestra barca -sin llevarla a la deriva- le funciona tener un ¡°rinc¨®n del caos donde ir dejando los cacharros usados (evidentemente la pila y sus aleda?os)". "As¨ª tengo casi todo lo dem¨¢s despejado o con pocas salpicaduras y cuando termino me puedo concentrar en una zona peque?a¡±. Un ¨²ltimo truco relacionado no solo con la limpieza, sino tambi¨¦n con la ma?a: la periodista valenciana y colaboradora Comidista Almudena Ortu?o, cuando trabaja con ingredientes con textura cremosa, pongamos queso brie o foie gras, moja el cuchillo en agua caliente (mejor si est¨¢ hirviendo). ¡°As¨ª el corte es limpio y, a la vez, el cuchillo no se enguarra¡±. Brillante, ?no?
Automatizar procesos
¡°Cacharro que ensucio, cacharro que se va al lavavajillas. Cuando no he tenido lavavajillas, lo que hac¨ªa era lavarlos a medida que los empleaba para quitarlos de en medio¡±, recomienda la nutricionista Raquel Bern¨¢cer. Si pones el chip de hacer ciertas cosas autom¨¢ticamente, parece que se hacen solas. Inma Garrido, por ejemplo, pone siempre ¡°un plato limpio cerca de la vitro para dejar ah¨ª las cucharas, palas, pinzas, etc¨¦tera" que est¨¢ usando para cocinar y ya est¨¢n manchadas, evitando as¨ª manchar m¨¢s la encimera. Clara P¨¦rez Villal¨®n se centra en una sola receta cada vez y, cuando termina una limpia autom¨¢ticamente todo lo que se refer¨ªa a ella. ¡°Odio acumular cacharrer¨ªa en la pila y odio todav¨ªa m¨¢s terminar de cocinar y tener todo empantanado¡±.
Controlar los desechos
Tener el cubo de la basura cerca puede parecer la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil, pero la posibilidad de que te olvides de que est¨¢ all¨ª y acabes tropezando con ¨¦l es bastante alta y a nadie le gusta eso (especialmente cuando est¨¢s trabajando con cuchillos y otros objetos punzantes). Raquel Bern¨¢cer nos chiva que todo mejora al ¡°tener un recipiente para ir tirando peladuras y descartes de alimentos que no van a ir en la receta¡±, que despu¨¦s puedes volcar directamente en el cubo de la basura org¨¢nica. Puedes usar el cl¨¢sico t¨¢per sin tapa -todos tenemos de esos, ?verdad?- y tener un par de tama?os controlados. Nuestra colaboradora Inma Garrido apunta algo importante: ¡°Adem¨¢s, evitas mucho goteo por el suelo al no estar constantemente con el traj¨ªn de la encimera al cubo¡±, y el jefe de todo esto, Mikel L¨®pez Iturriaga se reafirma en la pr¨¢ctica, que adem¨¢s ¡°evita tener la tabla de cortar guarrindonga¡±.
Limpiar lo m¨¢ximo posible mientras guisas
Mikel L¨®pez Iturriaga es un firme defensor de este archiconocido -y muy funcional- m¨¦todo, y nos cuenta c¨®mo lo lleva a la pr¨¢ctica. ¡°Hay muchos utensilios que, si s¨®lo han tocado ingredientes sin grasa, se pueden aclarar inmediatamente despu¨¦s de su uso con muy poco esfuerzo: un cuchillo con el que has cortado una zanahoria, un plato o bol en el que has dejado unas patatas, un escurridor por el que han pasado unas espinacas, etc¨¦tera¡±, algo que tambi¨¦n puede ayudarnos a reutilizarlos al momento si tener que ensuciar otro.
Para fregar con jab¨®n los artefactos que hayan entrado en contacto con aceites, masas, carnes o pescados o se hayan ensuciado mucho por el motivo que sea, ¡°puedes aprovechar esos peque?os momentos de espera que casi siempre te ofrecen los diferentes pasos de una receta. Cuando acabas lo agradeces, porque la acumulaci¨®n final de trastos en la fregadera desciende exponencialmente¡±, recuerda el L¨ªder Supremo. Adem¨¢s, mantener tu estaci¨®n de trabajo limpia tambi¨¦n evitar¨¢ los posibles problemas de seguridad alimentaria por contaminaci¨®n cruzada.
La pesadilla de la fritura
Mientras se acicala para irse, Mikel L¨®pez Iturriaga termina su intervenci¨®n con un consejo relacionado con la fritura: ¡°Cuando vayas a fre¨ªr algo, hazlo siempre en cazuela, no en sart¨¦n. Si te armas con una buena espumadera, el hito hist¨®rico de lograr una fritura sin gotas y churretones de aceite por todos los fogones puede estar al alcance de tu mano¡±. A la periodista valenciana Almudena Ortu?o en un momento muy espec¨ªfico de su vida, despu¨¦s de horas quitando chorretones de aceite de los azulejos, se le apareci¨® el Dios de la tapa de la sart¨¦n. ¡°Nunca subestimes lo que puede hacer por ti. Es preferible fregar una tapa de metal, que pasarte horas rascando grasa de la vitro, y este mantra tambi¨¦n se aplica a otros tantos utensilios de cocina que no utilizamos por no fregar, como el escurridor o la mandolina. Al final, tardas m¨¢s, ensucias m¨¢s, y todo mal¡±.
No es m¨¢s limpio quien m¨¢s limpia, sino quien menos ensucia
Esta frase -de primero de hosteler¨ªa y preescolar de suegra, seg¨²n David Monaguillo- tambi¨¦n ha hecho mella en nuestra colaboradora Mar¨ªa Sanahuja. ¡°Mi instinto siempre es el de ensuciar a la m¨¢xima potencia. Ya sea porque no calculo y luego las cosas no caben en los recipientes, o porque voy a 5.000 revoluciones, acabo con salpicaduras hasta en los calcetines. Parar y pensar, medir y no correr me ayudan a ensuciar la mitad¡±.
Monaguillo tambi¨¦n apuesta por la contenci¨®n. ¡°A veces con un par de cuchillos, una sart¨¦n y una cazuela es m¨¢s que suficiente¡±. Debemos ser relimpios siempre, pero tambi¨¦n conscientes de que no nos est¨¢n viendo por televisi¨®n un ej¨¦rcito de jueces y de cu?aos foodies. ¡°No hace falta la Thermomix para picar cebolla ni el centrifugador de ensaladas para secar dos hojas de lechuga y un sif¨®n para montar 20 cl de nata. El postureo en la cocina sale caro sobre todo para el que friega, y nuestras ganas de cocinar siempre deben ser directamente proporcionales a las de limpiar. Rebajemos expectativas para evitar desastres¡±, reflexiona sabiamente este experto.
Trucos minimalistas
El creador de contenidos Carlos Rom¨¢n recomienda, para esos d¨ªas en los incluso la limpieza de dos utensilios se te hace cuesta arriba -o tienes una cocina tan peque?a en la que casi no puedes compartir espacio con la tabla de cortar, como la suya-, un truco que le ha servido a todos sus amigos perezosos: tirar de congelados. ¡°?C¨®mo funciona? Por ejemplo, unos fideos con costilla pueden hacerse sin pasar por la tabla para cortar (cebolla y setas congeladas, ajos enteros, caldo de brick o pastilla y fideos que vienen en su paquetito). A m¨ª me ha venido genial en d¨ªas de pereza extrema o de resaca infinita¡±. Siempre ser¨¢ mejor que pedir un Glovo.
Al pan, pan; y a la suciedad PUM
El comunicador y experto en masas y cosas ricas que fermentan, Ib¨¢n Yarza, nos habla sobre su negociado, el pan. ¡°Para m¨ª la clave de todo son dos objetos humildes y baratos: la rasqueta y el cepillo. La rasqueta sirve para limpiar las superficies, raspando (de hecho, es tan ¨²til que ahora la uso cuando cocino, para recoger todos los restos de peladuras tras preparar cualquier plato, por ejemplo un gazpacho. Pongo el cubo de basura en el borde de la encimera y rrrrasssca)¡±. Por otro lado, el cepillo: cualquier novato haciendo pan sabe que como intentes usar el estropajo o bayeta para limpiar restos de harina te has quedado sin ellos en 0,3. ¡°En cambio el t¨ªpico cepillo con mango va genial (lo que se ha usado de toda la vida para fregar en la Europa que era Europa cuando nosotros nos consider¨¢bamos europeos de segunda). Por suerte ahora lo venden en cualquier lado por dos duros¡±.
Con el cepillo sale bien toda la harina y restos de masa, ya que los cepillos suelen tener una especie de 'u?a' o filo para rascar los pegotes secos. ¡°Todo el mundo que ha hecho pan sabe que una de las cosas m¨¢s dolorosas que hay es intentar rascar este pegotito de n¨¢ de masa seca... y que se te clave entre la u?a y la carne como una daga de tortura tailandesa¡±, recuerda Yarza mientras un escalofr¨ªo recorre la espalda de cualquier panarra.
?Cu¨¢l es tu truco para terminar de cocinar sin encontrarte un escenario postapocal¨ªptico al terminar? Comp¨¢rtelo en los comentarios y haz de muchas cocinas un lugar mejor.
Hay que saber cu¨¢ndo rendirse
Supongo que llego tarde, pero la verdad es que mi aportaci¨®n en este asunto es completamente nula. Y no porque no lo intente. Procuro cocinar todo en el mismo cazo como un tabernero medieval para manchar lo menos posible. Conforme cocino, adem¨¢s, voy limpiando con agua y pa?o los cuchillos, la tabla de cortar, las cucharas de madera, las espumaderas y los coladores, intentando que la pila del fregadero no se convierta en una escombrera. Coloco en el lavavajillas platos y perolas mientras meneo sofritos, recojo en el frigor¨ªfico los botes de aderezos o las hortalizas a la par que saco otros.
Pero todo mi empe?o acaba resultando in¨²til, porque creo que mi cocina me odia. En cuanto me despisto, los caldos hirviendo rebosan como ollas del infierno poniendo la vitrocer¨¢mica hecha un cristo de olor nauseabundo y humor. Las salsas se endemonian y me salpican, especialmente la de tomate, fruto maldito que siente un magnetismo por m¨ª demon¨ªaco (raro es el d¨ªa que, aparte de dejarme la encimera como un amanecer en Elm Street, no me deja la cara como la de Carrie en la fiesta del instituto). Y la masa del pan, que manejo con mimo, me devuelve su desprecio ados¨¢ndose por un misterio divino en los rincones m¨¢s inexplicables de la cocina, entre los cajones, en las puertas de los armarios, en el alicatado de la pared como un estuco de venganza. A veces miro con desolaci¨®n el pandem¨®nium que he creado alrededor preparando una simple hogaza y un guiso y me siento un alba?il incapaz llamado Jackson Pollock.
Por no hablar de las pieles del ajo, las malditas pieles de los ajos que con cuidado de enfermero deposito en el cubo de la basura pero que d¨ªa tras d¨ªa se escapan y reaparecen por doquier, peg¨¢ndose a las zapatillas, a las sillas, paseando por el pasillo con la naturalidad de se?oras endingadas, y oblig¨¢ndome a agacharme constantemente para recogerlas y devolverlas al cubo. A veces hasta las oigo re¨ªr a las jod¨ªas. Mi cocina est¨¢ pose¨ªda.
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