Comida a domicilio: las alternativas ¨¦ticas a Glovo, Deliveroo y Uber Eats
Repartidores de comida a domicilio fundan cooperativas en varias ciudades de Espa?a para hacer su trabajo de forma justa. Su filosof¨ªa es sencilla: derechos laborales y apoyo al comercio local
¡°En Deliveroo me sent¨ªa enga?ado porque se lo estaban llevando crudo y a m¨ª me pagaban una miseria. Ahora trabajo en algo que hemos creado nosotros y donde tengo un sueldo y una seguridad laboral que antes no ten¨ªa. Eso me da mucha tranquilidad¡±, comenta Joaqu¨ªn Gal¨¢n, uno de los socios fundadores de La P¨¢jara Ciclomensajer¨ªa. Su mala experiencia con una gran plataforma le empuj¨® en 2018 a crear junto a otros compa?eros riders una cooperativa de reparto a domicilio en Madrid. Desde entonces, este modelo de negocio se ha extendido por Espa?a y ya hay cooperativistas que te llevan la comida a casa en ciudades como Zaragoza ¡ªZ¨¢mpate Zaragoza¡ª, Bilbao ¡ªBotxo Riders¡ª, Vitoria ¡ªEraman Cooperativa¡ª o Barcelona ¡ªcon Mensakas¡ª, donde despu¨¦s de que el Govern decretara el cierre de bares y restaurantes la demanda del delivery crecer¨¢ previsiblemente.
Estas sociedades, a¨²n con poco volumen de mercado, han surgido de la necesidad de una alternativa justa y ¨¦tica en el reparto de comida. Sus fundadores conocen bien el funcionamiento del sector: casi todos han trabajado para las grandes empresas. ¡°Mis compa?eros, cuando empezaron a tener problemas en Deliveroo, montaron la plataforma Riders X Derechos BCN. Desde ah¨ª, y ya que el trabajo les gustaba, decidieron montar una cooperativa de reparto en la que pod¨ªan ejercerlo de forma ecol¨®gica y contratando a las personas¡±, comenta M¨°nica Vall¨¦s, repartidora cooperativista en la barcelonesa Mensakas. As¨ª, han desarrollado no solo una forma de ganarse la vida, sino un modelo de negocio con su propia filosof¨ªa basada en la sostenibilidad y el compromiso social.
La lucha por los derechos laborales
Glovo y Deliveroo aterrizaron en Espa?a en 2015, mientras que Uber Eats lo hizo hace tres a?os. En este tiempo, estas compa?¨ªas han acaparado el 72,2% de cuota de mercado en el food delivery ¡ª43,3%, 10% y 18,9%, respectivamente¡ª, seg¨²n recogi¨® el pasado verano Europa Press. Un ¨¦xito econ¨®mico que, sin embargo, ha ido acompa?ado de numerosas denuncias interpuestas por sus propios riders, que reclaman derechos laborales.
Estas querellas se han saldado en su mayor¨ªa con sentencias favorables a los empleados. Sin ir m¨¢s lejos, el Tribunal Supremo fall¨® el pasado 23 de septiembre que los riders son falsos aut¨®nomos. Entre las razones que aporta el veredicto est¨¢ que ¡°Glovo no es una mera intermediaria en la contrataci¨®n de servicios entre comercios y repartidores. (...) se sirve de repartidores que no disponen de una organizaci¨®n empresarial propia y aut¨®noma, los cuales prestan su servicio insertados en la organizaci¨®n de trabajo del empleador, sometidos a la direcci¨®n y organizaci¨®n de la plataforma¡±.
La decisi¨®n del alto tribunal no deja lugar a dudas, y esto ha hecho que el Ministerio de Trabajo sea m¨¢s ambicioso en la regulaci¨®n que prepara para este colectivo. "Ha trascendido lo que pens¨¢bamos que iba a decir, nos dice con claridad que esas empresas no son intermediarias. Nos abre el foco", declar¨® la ministra Yolanda D¨ªaz hace poco en EL PA?S.
De la necesidad de un cambio en el marco legislativo puede hablar M¨°nica Vall¨¦s, que con 45 a?os tuvo que darse de alta como aut¨®noma: ¡°Ten¨ªa dos trabajos y me qued¨¦ sin el de la tarde. En Glovo me dijeron que pod¨ªa elegir mis horarios, algo que vi bien porque me permitir¨ªa conciliar con mi familia. Pero enseguida me di cuenta de que son ellos quienes te dan las horas que quieren, normalmente muy pocas y centradas en el fin de semana por la noche. Sent¨ª abandono e impotencia¡±. O el madrile?o Joaqu¨ªn Gal¨¢n, que estuvo un tiempo en Deliveroo: ¡°Yo me tir¨¦ unos tres a?os de aut¨®nomo y en ese tiempo apenas libr¨¦. Deliveroo te obliga a trabajar los findes para poderte asignar horas, as¨ª que esos d¨ªas curraba lo justo para que me las dieran, y luego lo compensaba con repartir entre semana para poder ganar dinero¡±.
Tras a?os de trabajo desmedido y penurias econ¨®micas, tanto Joaqu¨ªn como M¨°nica encontraron la deseada estabilidad laboral en sus respectivas cooperativas. ¡°Tuve la suerte de que me captaran en Mensakas. ?Un contrato con sus vacaciones pagadas, su Seguridad Social y sus d¨ªas de fiesta? Acept¨¦ sin pens¨¢rmelo. Hace poco estuve dos semanas de baja y las cobr¨¦; si me hubiera ocurrido en Glovo, me muero del asco¡±, apunta la rider catalana. ¡°Lo que la cooperativa ingresa, se reparte entre todos los trabajadores. As¨ª conseguimos que se pueda vivir de esto¡±, asegura Joaqu¨ªn.
Rentables sin ahogar a los restaurantes
Pero esta alternativa no solo es m¨¢s justa con los empleados: tambi¨¦n lo es con los establecimientos con los que colabora. ¡°Glovo no es factible para m¨ª. Me ped¨ªan el 35% de la factura de cada pedido, una cuota mensual de 100 euros y otra de inscripci¨®n de 150. Prefiero cerrar antes que trabajar con ellos, porque tendr¨ªa yo que poner dinero al final¡±, afirma Eva Cosials, propietaria del restaurante Reineta Vegetariano, que tiene contratado su servicio de reparto con La P¨¢jara.
Cosials opt¨® por esta cooperativa no solo porque la comisi¨®n por pedido era inferior, tambi¨¦n porque tienen un trato ¡°m¨¢s humano y cercano¡±. Lo mismo pens¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Lobelos, due?o de Casa Pachuco, que se decant¨® por ellos porque le parec¨ªa ¡°bastante m¨¢s ¨¦tico¡±. ¡°Adem¨¢s, hay un contacto muy directo y cercano, incluso tenemos un canal de WhatsApp por el que hablamos si nos surge alg¨²n problema tanto a nosotros como a ellos¡±, comenta el restaurador.
¡°Aqu¨ª al peque?o comercio no lo ahogamos, las tarifas que les cobramos a los locales con los que colaboramos son m¨¢s bajas que la de las grandes compa?¨ªas¡±, explica Kike Medina, repartidor y community manager de La P¨¢jara. Seg¨²n Medina, a los establecimientos solo les piden un 25% del pedido, sin ninguna cuota por el uso de la plataforma, ya que La P¨¢jara utiliza la desarrollada por la federaci¨®n internacional de cooperativas de entrega por bicicleta CoopCycle.
¡°Somos m¨¢s factibles y viables para los comercios locales, aunque para el cliente final somos quiz¨¢ un euro m¨¢s caros¡±, reconoce Kike. Un incremento en el precio que paga el usuario, pero que garantiza que sociedades como La P¨¢jara, compuesta ¨²nicamente por cuatro chicos, puedan seguir adelante. ¡°La gente que pide a trav¨¦s de nuestra web son personas que abogan por un modelo de negocio como el nuestro, y que prefieren pagar un poco m¨¢s pero hacerlo a trav¨¦s de nosotros¡±, sostiene Joaqu¨ªn Gal¨¢n.
Una apuesta por el comercio local
Otro de los pilares de estas cooperativas es la apuesta por el comercio del lugar. Una idea que choca con las ¡°cocinas fantasmas¡± o dark kitchens auspiciadas por Glovo o Deliveroo y que proliferan ya en varias localidades espa?olas: restaurantes sin mesas, sillas ni gente donde se preparan los platos m¨¢s populares del delivery. En sus fogones se elaboran sushis, pizzas o burritos para repartir a domicilio, nada de clientes sentados, de ca?as en la barra y de camareros, tal y como recoge este reportaje publicado en La Vanguardia.
Este escenario se contrapone con el que dibujan las cooperativas, m¨¢s centradas en apoyar lo local. ¡°Apostamos por peque?os restaurantes, as¨ª como por los payeses de la zona y los mercados de Barcelona, nada de grandes cadenas¡±, declara M¨°nica Vall¨¦s. ¡°La visi¨®n de estas empresas¡±, opina, ¡°no va con nuestra pol¨ªtica ni nosotros con la suya, ellos trabajan y piensan de otra manera¡±.
Bajo estas premisas, gente como M¨°nica, Joaqu¨ªn o Kike pretenden cambiar la forma en que la comida llega a casa. Lo tienen dif¨ªcil, sin duda, teniendo delante a gigantes empresariales con mucha m¨¢s capacidad financiera y log¨ªstica. Pero ellos tienen claro que, visto lo visto, en este sector no existe otra forma que garantice compatibilizar trabajo y vida: ¡°Yo tengo un hijo peque?o, y para poder conciliar no puedes estar trabajando los siete d¨ªas de la semana. Debes tener tus d¨ªas libres para poder disfrutar de la familia, que tambi¨¦n es muy importante¡±, comenta Joaqu¨ªn. Por suerte, desde hace dos a?os, ¨¦l s¨ª puede.
?Repartidores con contrato?
M¨¢s all¨¢ del cooperativismo, otra v¨ªa para dignificar las condiciones de los riders es, simplemente, contratarlos. Esta es el camino que ha tomado, por ejemplo, la empresa sevillana Grupo Mox, que tiene un papel intermediario entre los restaurantes o plataformas y el cliente final. Esto es, una compa?¨ªa que cuenta con su propia flota de repartidores, todos con contrato de trabajo, al servicio de quien los requiera.
¡°Desde que naci¨® la empresa hace cuatro a?os decidimos apostar por el modelo de contrataci¨®n, por ¨¦tica profesional y porque lo dice la ley¡±, dice Gregorio L¨®pez, CEO del Grupo Mox. Esto permite que sus empleados salgan a la calle con la certeza de que, haya pedidos o no, van a cobrar su sueldo. Y como trabajadores asalariados, tienen su horario y material proporcionado por la empresa: ¡°Ellos entran y salen a una hora determinada, como cualquier empleado de oficina. Nosotros se lo facilitamos todo, solo tienen que coger la moto y la bolsa y soltarlas cuando termina su turno¡±, afirma Gregorio.
Como es obvio, este modelo supone hacer frente a unos costes fijos que otras empresas no afrontan. ¡°Lo que queremos es competir con los dem¨¢s de una forma justa, porque nosotros s¨ª cargamos con seguros sociales y dem¨¢s gastos. Y con todo ello hemos demostrado que somos rentables¡±, concluye el empresario.
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